Capitulo 17
"El destino lo escribes tú "
—Amelia7celeste
Después de realizar los exámenes y tener una terapia de conservación, me entregaron la medicina que debía tomar diariamente.
Sabía que el trastorno no era grave porque no me afectaba del todo, a excepción de las pesadillas y esa sensación de miedo que estaba desarrollando.
Llegamos a casa y mis ánimos se encontraban por el piso, suspiré y me senté en el sofá.
—Tessi, sé que estás preocupada pero no es algo grave, es algo que superaremos. Tiene solución —dijo mi padre dándome un abrazo.
—Lo se —respondí —pero aún así no logro sacarme de la cabeza el hecho de que puedo estar loca.
—Cariño, no estás loca. Es una enfermedad solamente.
—Eso espero —contesté observando como mi hermano se acercaba con un vaso de agua.
—Para la pastilla—comentó él pasandome el vaso.
Saqué el frasco repleto de éstas y después de abrirlo, tomé una. Me sentía tan normal que me parecía irreal padecer algo como esto.
—Ya nos pasamos la hora del almuerzo —dijo mi padre levantándose —. Haré algo de comer, Tess, tú deberías descansar.
Asentí y me dirigí a mi habitación, busqué mi celular. Tenía más de veinte llamadas y mensajes de Raven, sonreí ante ésto pero después mi sonrisa se borró. Debía decirles la verdad pero tenía miedo de lo que pensaran de mí.
De repente escuche dos fuertes golpes desde la ventana de mi habitación, me acerqué a ésta y desde ahí pude observar a Derek.
Su rostro demostraba gran preocupación, al verme me dio una perfecta sonrisa y le indiqué que en un momento bajaría.
No lo pensé dos veces y eso hice, en unos minutos estuve a su lado, él sin esperar a que le dijera algo me dio una gran abrazo. Derek ya lo sabía, mi padre tuvo que habérselo dicho. Iba a explicarle pero él me interrumpió.
—Se lo que dirás —respondió —y ni lo pienses.
—¿Cómo sabes que es lo que diré?—pregunté.
—Lo se porque soy un genio, y además siempre te gusta dar explicaciones sobre todo. No necesitas hablar de ello sino quieres. Esperaré a que decidas contármelo tu misma.
Volví a abrazarlo y unas cuantas lágrimas rodaron por mis mejillas, me sentía bien, él me estaba confortando.
—Tess.
—¿Sí? —pregunté sin soltarme de su agarre.
—Parece que no soy el único preocupado por ti, mira.
Me solté de su agarre y volteé, al otro lado se encontraban Raven, Craw y Adaria, ellos al verme me dieron una sonrisa y extendieron sus brazos. Sin hacerme preguntas los cuatro me dieron su consuelo. Recordé algo que mi mamá me había dicho una vez.
"No estamos solos, siempre en los peores momentos habrá alguien que nos ayude a disminuir la carga y tormento".
Mi padre nos invitó a todos a entrar a almorzar, como por arte de magia una séptima silla apareció en el comedor. Sonreí y negué con la cabeza.
Raven me entregó los apuntes del día y después de realizarlos, nos dispusimos a ver una película.
Ellos querían que entendiera que nada cambiaría a pesar de estar pasando por ésto, que tendría su apoyo en todo momento porque eso es lo que hacen la familia y amigos.
El día termino de lo mejor, después de que todos se desprendieron sólo quedo mi padre y Derek, mi hermano salió con Adaria a una cita, Raven debía ayudar a su madre con las compras y Craw tenía turno en su trabajo de medio tiempo.
—¿Qué piensas?— escuché como Derek preguntaba a mis espaldas.
—Nada—respondí con una sonrisa— sólo que entre mi padre y tú se alían.
— ¿Yo ?—preguntó haciéndose el tonto.
—Sabes de lo que hablo, mi padre y tú los llamaron, les explicaron. Gracias.
—Después no digas que no te quiero —respondió Derek dejándome sin habla y unos segundos después él también se quedo en silencio.
—Tú —comenté con sorpresa —¿me quieres?
—Oh no, no lo digas de esa forma— dijo él —Me haces sentir nervioso.
—Nervioso —dije sonriendo—¿Tú?
—Tessandra, tú me pones nervioso.
Me acerqué a él y pose mis brazos sobre su cuello para besarlo.
—¿Nervioso?—pregunté.
—Mucho—respondió él juntando su boca con la mía.
Contrario a los otros besos, éste no era tierno, era fugaz y como un volcán haciendo erupción, la necesidad de estar cerca de él me impulsaba a besarlo con todas mis fuerzas.
Segundos después nos separamos al escuchar un ruido en la cocina, la vergüenza llenaba cada espacio de mi mente y mi mirada pasó al suelo.
Derek lo notó y comenzó a reírse, sus carcajadas me hicieron levantar la mirada mientras entrecerraba los ojos.
—¿Qué es tan gracioso?—pregunté algo enojada.
—Tú —respondió el sin quitar su sonrisa.
—Se me olvidaba que sigues siendo un estupido—comenté cruzándome de brazos.
—Oye, me hieres.
Suspiré e iba a alejarme pero él me envolvió en sus brazos.
—Sueltame Derek—dije moviéndome en un intento por soltarme.
—No te enojes.
—Creo que ya me has dicho algo así antes y no funcionará —respondí acordandome de ese día.
—Sí estás enojada porque me reí, lo siento pero no puedo evitarlo. Te veías súper avergonzada y tierna a la vez que me dio un ataque de risa.
No respondí y solo me quede escuchando el sonido de nuestras respiraciones, sonreí por un momento mientras escuchaba como me susurraba un lo siento en mi oído.
—Está bien, te perdono—respondí —pero quiero una compensación.
—¿Qué quieres?
—Helado de vainilla—respondí con una sonrisa.
Él solo sonrió y salimos en busca del helado, llegamos a la heladería mas cercana. Derek pidió un helado de chocolate con chispas de chocolate y yo uno de vainilla con chispas de colores.
Él pago pero yo sin que se diera cuenta metí el dinero de mi parte en el bolsillo de su chaqueta.
Íbamos de camino a casa despacio mientras comíamos los helados cuando un carro pasa rápido por mi lado. Pierdo la fuerza de mis piernas cayendo al suelo. Un gritó tras otro salen con temor de mi garganta mientras Derek se acerca a mí.
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