SAGA NAMEK-CAPITULO 24-DELICIOSAS MANZANAS
EN EL PALACIO DE GURU
Este estaba reflexionando, mirando con su visión magica todo lo que estaba ocurriendo en su planeta. Destrucción y la muerte de sus hijos, algo que su corazón no podía soportar...Miro entonces a Nail a la lejanía quien estaba hablando con el anciano Tsuno quien sin pensarlo le entrego la Dragon Ball...El joven guerrero Namekiano era un excelente luchador y en el esquema del universo, uno de los seres mas fuertes, pero aun le faltaba mucho crecimiento algo que el anciano sabia muy bien...Entonces recordó algo, al entrar en las memorias de Gohan y ver toda su vivencia conoció a otro Namekiano que al igual que el escapo del cataclismo original del Planeta Namek.
Katatz quien se habia dividido en dos partes, una buena y una mala. La mala fue quien llamo su atención ya que este tuvo un hijo que se autonombro como Piccolo, un niño en todos los aspectos, pero con el talento y potencial de un guerrero Namekiano...El joven Piccolo tenia mucho poder oculto que no había sido liberado y el podría ayudar a Namek en este momento de necesidad.
Con un suspiro entonces se concentro y se comunico con el Rey del Otro Mundo explicándole con respeto por que se comunicaba con el. El Rey Enma, comprendió entonces que estaba pasando y le pregunto entonces que podía hacer. Guru le dijo que si podía revivir al Namekiano Piccolo y enviarlo a Namek para evitar la extinción de los Namekianos. El Rey Enma rapidamente se nego y le dijo que traer un alma de vuelta a la vida era un pecado y algo muy antinatural...Pero entonces Guru le ofrecio algo a Enma que el mismo Rey del Otro Mundo no pudo rechazar.
-Muy bien Guru, el nombrado Piccolo regresara a la vida y sera trasladado de inmediato al Planeta Namek, pero recuerda tu promesa y el precio a pagar-
-Lo comprendo bien y acepto-
-Bien-
Mientras tanto en el planeta de Kaio Sama, el Rey Enma se comunico con el y le explico la situación. El rostro de Kaio se puso serio y solo asintió antes las ordenes del Rey del Otro Mundo, se giro para mirar a Piccolo quien estaba recostado bajo la sombra de un arbol.
-Piccolo, ven tengo una noticia para ti-dijo Kaio provocando que el Namekiano se levantara y miro al Dios vigilante de la Galaxia Norte mientra se acercaba a el. Ten Shin Han y Chaoz quienes estaban entrenando se detuvieron al ver la interacción y decidieron acercarse
-¿Que pasa?-Pregunto Piccolo con su típico tono irrespetuoso
-El Rey Enma se a comunicado conmigo-dijo Kaio seriamente sin mirar a Piccolo-Después de ver la situación en Namek y todas las muertes que estan llegando a su palacio, se a decidido revivirte para que vayas en apoyo a tu raza-
La revelación dejo perplejo a todos los presentes, no lo podían creer y mucho menos Piccolo
-¿Es verdad lo que dices?-Pregunto Piccolo provocando que Kaio se girara para mirarlo
-Mira tu cabeza, la aureola ya no esta-Piccolo rápidamente levanto la vista y se dio cuenta de que era verdad, una sonrisa surco su rostro mientras sentía la vida regresar a su cuerpo-Ahora te enviare al planeta Namek, recuerda, tu misión es salvar a tu especie-Piccolo miro a Kaio y asintio
-Gracias-dijo Piccolo por primera vez en su vida, no era algo común, pero esto lo cambiaba todo, revivido para completar una misión muy importante y sobre todo salvar a su raza, era algo que el agradecería mucho a Kaio Sama y Enma Daiosama
-Agradéceselo a Guru, el fue quien hablo por ti-Sin dejar que Piccolo hiciera preguntas, Kaio, usando sus poderes divinos hizo que Piccolo fuera trasladado al Planeta Namek de inmediato, el Namekiano guerrero miro los alrededores, era un clima extraño, pero bastante familiar...Pero antes de que pudiera seguir admirando el lugar escucho una voz en su cabeza
-Hola hijo, soy Guru, lider de los Namekianos, quien hablo con el Rey Enma para que volvieras a la vida-dijo Guru con su voz áspera y ceca-Ven a mi palacio, ahi se encuentran todos tus amigos y discípulo-Piccolo chasqueo la lengua
-No tengo amigos-Dijo secamente mientras salia volando hacia el palacio de Guru
-Eso quieres creer tu, pero la realidad es que estas forjando lazos de amistad, sobre todo con el hijo de aquel Saiyajin llamado Son Goku-Asi la conexión se corto y Piccolo frunció el seño, no refuto aquella realidad, solo siguió su camino hacia el palacio de Guru
EN LA PALACIO DE GURU
Guru ya había informado a los demás sobre la llegada de Piccolo y la situación de su regreso a la vida, todos quedaron impactados antes esa revelación, sobre todo Steve y Tony, quienes tenían diferentes aspectos sobre la magia y la divinidad. Steve rápidamente creyó que Guru era alguna clase de Dios como para poder revivir a una persona del otro mundo, mientras que Tony se sorprendió por el poder de la magia, pero sobre todo los limitantes que no parecía tener.
Entonces un Ki grande se sintio y todos salieron para ver entonces a la Reencarnación de Piccolo Daimaku, Gohan sobre todas las personas sonrió con gran alegría mientras se acercaba a su maestro quien sin esperarlo recibió un gran abrazo. Piccolo miro al niño que entreno durante un año completo y por quien se sacrifico...Este sentimiento era extraño para el, pero dio una sonrisa mientras acariciaba el cabello del hibrido Saiyajin.
Mientras que los demas, Steve, Tony y Natasha aunque serenos, tenían sus ligeras preocupaciones por la llegada de Piccolo, mientras que Kirllin estaba feliz de ver a la otra contra parte de Kami Sama vivo ya que el Namekiano les daba una ventaja mas contra estos enemigos super poderosos que invadían Namek.
Entonces ante la reunión, Guru, hablo e hizo que Piccolo se acercara a el. Como con los demás este desbloqueo el poder de oculto de Piccolo provocando que ya el Ki grande del Namekiano guerrero creciera mucho mas. Piccolo quedo impactado por este aumento de poder y se puso eufórico por romper estos limites de fuerza que ni su padre hubiera soñado en alcanzar. Mientras que Guru les indico que era hora de aprovechar el tiempo y que debian entrenar su nueva fuerza para estabilizar sus cuerpos físicos con su nueva energía. Asi fuera de la casa de Guru cubiertos por un gran domo de magia que impedía ser rastreados por los exploradores, comenzaron un ligero entrenamiento para poder controlar su nueva fuerza.
Por otro lado se discutió sobre la búsqueda de las restantes Dragon Ball, todos ellos dispuestos a ir para buscar la ultima esfera faltante, incluso Gohan, pero este fue descartado rápidamente por todos al ser un niño pequeño, pero sobre todo por que no querían arriesgar su seguridad por si se topaba con oponentes como Nappa o Vegeta en el camino.
Gohan se sintió muy desplazado, pero con la convicción en alto, este a hurtadillas robo el radar del Dragón que tenia guardado Tony y sin decir una palabra mientras los demas se concentraban en entrenar, este escapo en busca de la ultima Dragon Ball, para demostrar que el también era útil en este equipo.
EN UNA ALDEA NAMEKIANA
Nappa yacía de espaldas sobre un pequeño trozo de césped, mientras la aldea abandonada que lo rodeaba permanecía inquietantemente silenciosa y quieta. Aburrido como un loco, lanzaba distraídamente la Dragon Ball de arriba a abajo, y el orbe pulido brillaba bajo la luz carmesí de la batalla que se libraba en el cielo.
La actividad era una pobre distracción del hambre que lo carcomía por dentro como una bestia voraz. Gruñó mientras su estómago gruñía, no, aullaba.
Nappa atrapó la Dragon Ball de nuevo y la vio rodar de su mano hacia la suave hierba. Con un gruñido, rodó sobre su costado, apoyándose en un codo mientras observaba el horizonte más allá de los acantilados que rodeaban la aldea. La vasta extensión se extendía interminablemente, desprovista de cualquier signo de vida.
Había pasado casi un día desde que se había separado de Vegeta, encargado de la misión solitaria de recuperar las Dragon Balls. Desde entonces, ni un solo nivel de poder se había registrado dentro del rango de su sentido ki. En este punto, Nappa casi deseaba que toda la Fuerza de Freezer descendiera sobre él. ¡Al menos le daría algo que hacer además de este tedioso juego de espera!
Nappa suspiró y se dejó caer sobre la hierba; su armadura crujió suavemente bajo su peso.
Antes de su asalto planeado a la sede de las Fuerzas de Freezer, Nappa y Vegeta habían ideado una estrategia. Cada uno de ellos conseguiría un explorador funcional de las filas enemigas. Una vez completados sus objetivos, Vegeta iniciaría el contacto utilizando una frecuencia de transmisión predeterminada.
Era una señal simple pero efectiva: si Nappa la recibía, sabría que Vegeta había eliminado con éxito a Zarbon, liberando así la tecnología de la Fuerza Freezer de la supervisión opresiva del general. En ese momento, sería seguro enviar mensajes.
Sin embargo, si la señal no llegaba en el plazo designado, Nappa debía destruir su explorador actual de inmediato y trasladarse a un punto de encuentro secundario. Este plan de contingencia garantizaba que si Vegeta se topaba con complicaciones imprevistas o fallaba en su misión, Nappa podría adaptarse rápidamente y evadir la detección o captura por parte de las fuerzas enemigas.
También era imposible manipular el mensaje, ya que la frecuencia preseleccionada solo la conocían Nappa y Vegeta. Además, Vegeta ni siquiera intentaría conseguir un rastreador hasta que Zarbon muriera, lo que minimizaba eficazmente el riesgo de señales falsas.
Hace más de medio día, el explorador que Nappa había tomado de un soldado caído de las Fuerzas de Freezer cobró vida con un mensaje de Vegeta. La breve notificación apareció en la pantalla, indicando que la misión se había completado y que todo seguiría según lo planeado.
Recibir ese mensaje le permitió a Nappa respirar aliviado. Sabía que todo lo que tenía que hacer ahora era esperar a que Vegeta se recuperara de las heridas sufridas durante la misión. Luego, se reagruparían y ¡por fin podría ir a buscar algo para comer!
Nappa sospechaba firmemente que los habitantes anteriores de esta aldea habían tenido tiempo suficiente para evacuar. Las casas vacías y los campos estériles lo sugerían fuertemente, ya que cada bocado de comida o artículo útil había sido saqueado, dejando a Nappa varado en una aldea desolada y sin sustento. Tampoco había nada comestible en un radio de 50 kilómetros. ¡Lo había comprobado a fondo! ¡Había pasado un día y estaba muerto de hambre!
Sabía que podía aventurarse más lejos para cazar, pero su sentido del deber y la lealtad lo mantenían anclado en el lugar, ya que no estaba seguro de cuándo Vegeta se recuperaría de sus heridas. Vegeta lo despellejaría vivo si arruinaba algo tan simple como esperar .
Al observar el extenso terreno que lo rodeaba, la mente de Nappa se sumergió en el inmenso poder que había alcanzado después de su segundo Zenkai en el enfrentamiento con Cui. La magnitud de su nueva fuerza era casi surrealista, ya que lo elevaba a un nivel de poder que pocos Saiyajin en la historia habían alcanzado. En reposo, su nivel de poder ahora rondaba ligeramente por encima de los 19.000, superando incluso la fuerza del Príncipe Vegeta solo un mes antes.
Esta constatación lo emocionó y lo sorprendió al mismo tiempo.
El rostro de Nappa se iluminó con una sonrisa emocionada, sus ojos brillaban con la emoción de su nuevo poder. Su fuerza actual de más de 19,000 era solo el comienzo; sabía que podía esforzarse aún más manipulando su energía como esos terrícolas. Además, con el impulso adicional de su Manto Forjado por la Tormenta, Nappa pensó que incluso podría tener una oportunidad contra el mismísimo Zarbon.
En realidad, cambió de opinión; Zarbon tuvo esa extraña transformación. No lo había tenido en cuenta.
Sin embargo, Nappa seguía con el ánimo alto. De alguna manera, lo que antes parecían alturas inalcanzables ya estaba por debajo de sus posibilidades.
Nappa no pudo evitar sentirse genuinamente agradecido por haber visitado la Tierra, a pesar del desastre en el que se metieron con Freezer. Estaba seguro de que si no hubiera ido a la Tierra, todavía estaría atrapado en ese lamentable nivel de poder de 5500.
Los sentidos agudizados de Nappa se enfocaron de golpe cuando detectó una débil presencia de Ki en los límites de su conciencia. Poco después de entrar en su rango, la pequeña y discreta señal de energía se detuvo abruptamente, casi como si se hubiera sorprendido. Luego, para sorpresa de Nappa, descendió aún más antes de reanudar su avance constante hacia él.
Había aparecido un enemigo.
El instinto se apoderó de él. Nappa inmediatamente hizo a un lado todos los pensamientos de hambre y letargo, desterrándolos de su mente. Tomó la Dragon Ball y la arrojó a lo profundo de una vivienda namekiana abandonada cercana. La esfera rebotó de manera audible dentro de la estructura, pero finalmente permaneció oculta y fuera de la vista.
Nappa permaneció de pie como un centinela, con los sentidos alerta ante la débil señal de energía que se encontraba a su alcance. Anticipándose a una confrontación, esperó pacientemente a que la fuente se revelara a medida que se acercaba al perímetro de la aldea. Sin embargo, para su creciente fastidio, la energía permaneció estacionaria, negándose obstinadamente a salir de su escondite.
Esperó un poco más a que se revelara, pero su paciencia se agotó cuando decidió permanecer oculto.
Él no está jugando estos juegos.
Con un movimiento rápido y decidido, giró hacia la dirección de la señal de energía y disparó una ráfaga extremadamente débil hacia el lugar donde percibió que se escondía su adversario. El ataque apenas rompió la roca al impactar, pero cumplió su propósito como advertencia.
Entonces Nappa gritó-¡Muéstrate! ¡Sé que estás ahí!-
Por un momento, el silencio acogió su desafío. Luego, de mala gana, casi con vergüenza, una pequeña figura emergió de los bordes del acantilado y dio un paso vacilante hacia el espacio abierto.
Los ojos de Nappa se abrieron con incredulidad cuando reconoció a la persona.
Era Gohan.
...espera, ¿qué?
La visión del joven Saiyan de pie frente a él, con las manos levantadas en un gesto de rendición, dejó a Nappa atónito. Su cerebro de 5000 IQ luchó por conciliar la inesperada presencia de Gohan, después de haberlo salvado de Dodoria y un destino cruel.
-¡Gohan! ¿De verdad eres tú? No estoy alucinando de hambre, ¿verdad? ¡Jajaja! ¿Qué estás haciendo aquí, niño? ¿Pensé que estabas herido?-Exclamó Nappa con genuino deleite e incredulidad ante el inesperado
-S-sí, soy yo, señor Nappa...Y me curaron de mis heridas-respondió Gohan suavemente, asintiendo tímidamente. El pobre niño parecía estar a punto de encorvarse sobre sí mismo y llorar.
El gran cuerpo de Nappa se movía con una agilidad inesperada mientras corría impaciente hacia Gohan. Con un entusiasmo abrumador, tomó al nervioso joven Saiyan por las axilas, levantándolo sin esfuerzo como si estuviera mostrando con orgullo a un nuevo rey, como Simba.
Y sólo ahora, a través de la sensación del tacto físico, pudo Nappa confirmar verdaderamente que Gohan no era un producto de su imaginación.
-¡Decidiste unirte a nosotros después de todo!-La voz de Nappa resonó de alegría, con una amplia sonrisa en su rostro. Se rió profundamente-¡Oh, esto será glorioso, te lo aseguro! ¡El destino nos ha sonreído hoy!-
Nappa estaba tan contento de ver a su protegido y tan ansioso por deshacerse de los vestigios persistentes del General de Sangre que había pasado por alto por completo las implicaciones de por qué Gohan estaba aquí.
-Uhh... ¿podrías bajarme...?-preguntó Gohan con indecisión. No estaba seguro de cómo reaccionar ante el entusiasmo abrumador de Nappa, por lo que se quedó quieto, suspendido en el aire por las axilas como un gatito.
Gohan se arrepintió de todo.
Escabullirse de los demás y aventurarse solo para encontrar la Dragon Ball parecía una buena idea en ese momento, pero ahora, frente a un Nappa mucho más fuerte, Gohan se dio cuenta de lo peligrosa que había sido su decisión. La Dragon Ball definitivamente NO estaba desprotegida.
Nappa cumplió con la petición de Gohan, bajando suavemente al niño, aunque no sin antes envolverlo en un fuerte abrazo con un solo brazo inmediatamente después. Gohan, sorprendido una vez más, se encontró presionado contra el costado del guerrero, con su rostro aplastado contra el torso musculoso de Nappa. Se retorció ligeramente en el brazo de Nappa, sintiéndose dividido entre la vergüenza y la incomodidad.
Nappa gritó:
-¡Lo sabía! La sangre Saiyan corre con fuerza por tus venas. No pudiste resistir el llamado del cosmos y, al igual que incontables generaciones de Saiyans antes que tú, te has aventurado a las estrellas para luchar, conquistar y difundir tu gloria-
De hecho, Gohan no había abandonado su hogar y viajado a Namek en busca de algo tan efímero como la gloria. No le interesaba la fama, ni siquiera luchar. Había venido porque si no lo hacía, morirían personas. Dicho esto, Gohan no era un idiota.
-Algo así, señor Nappa-mintió Gohan con la misma facilidad con la que respiraba, su voz ligeramente amortiguada contra el costado de Nappa.
Nappa sonrió radiante ante la respuesta de Gohan y lo liberó del abrazo improvisado-Dime, Gohan, ¿por qué estás aquí realmente ? ¿Cómo lograste tu y los terrícolas llegar a Namek?-
Oh, Gohan temía esa pregunta. Su corazón se aceleró cuando la mirada repentinamente intensa de Nappa lo clavó en él, exigiéndole una explicación. La mente del joven Saiyan se puso a trabajar a toda marcha, improvisando desesperadamente una historia plausible. Echó mano de cada pizca de creatividad y pensamiento rápido, sacando hasta la última gota de su habilidad para soltar tonterías plausibles en el momento, pero no encontró nada y bajo el rostro provocando que Nappa arqueada una ceja
-¿Gohan?-Pregunto Nappa
-¡Es... es, por mis amigos! Éllos...murieron y yo quería revivirlos-Nappa escuchó atentamente, su expresión se torció con disgusto ante la mención de los terrícolas asesinados por Vegeta, peor sobre todo por el recordatorio de Piccolo, el tonto maestro del niño
-Ah....Entiendo, lamento tus perdidas...Imagino que vinieron por las Esferas del Dragón para revivir a todos sus amigos muertos-Sus manos se posaron en sus caderas mientras examinaba a Gohan de cerca.
Sin embargo, justo cuando Nappa se preparaba para negarle la esfera a Gohan, su estómago eligió ese preciso momento para traicionarlo. Un rugido atronador, similar al de una bestia salvaje que defiende su territorio, surgió de su abdomen, sorprendiendo tanto a él como a Gohan con su ferocidad.
Gohan levantó las orejas al oír el familiar estruendo y lo reconoció al instante. Era un sonido que había oído casi todos los días durante años y que evocaba recuerdos de las comidas compartidas con su padre en casa. Al percibir una oportunidad, Gohan cambió de tema de conversación.
-¿Tiene hambre, señor Nappa?-preguntó inocentemente, aunque ya sabía la respuesta.
-¡Pssh, claro que no!-replicó Nappa con brusquedad, haciéndose el duro-¡Como si lo fuera!-Su estómago lo traicionó inmediatamente con otro ruido más fuerte y Nappa inmediatamente cambió su tono-...Sí, tengo mucha hambre-
Gohan miró a Nappa por un momento antes de que una luz metafórica se encendiera sobre su cabeza. Metió la mano en su gi y sacó un estuche pequeño y compacto. Lo abrió y reveló una colección de cápsulas perfectamente organizadas. De entre ellas, Gohan metió la mano con cuidado y seleccionó una cápsula roja, sosteniéndola para que Nappa la viera.
Con un hábil movimiento del pulgar, Gohan activó la cápsula y la arrojó suavemente frente a Nappa. El pequeño dispositivo emitió un leve silbido de aire y humo antes de expandirse hasta convertirse en un barril resistente. Con un gesto, Gohan levantó la tapa y reveló su contenido.
En el interior, el barril estaba lleno hasta el borde de manzanas de un rojo brillante y lustroso.
Nappa se quedó paralizado y completamente inmóvil, invadido por una oleada de alegría indescriptible al ver lo que tenía ante él.
-¿Es...es esto...?-dijo Nappa, su voz apenas era un susurro mientras extendía un dedo tembloroso, señalando las manzanas como si pudieran desaparecer si parpadeaba.
-Sí, no son venenosas, en caso de que estés preocupado por eso-aseguró Gohan con una risita.
En cuanto se enteró de que las manzanas estaban a salvo, la vacilación de Nappa se evaporó como la niebla bajo el sol de la mañana. Con una velocidad que rivalizaba con sus reflejos de combate, arrancó una manzana del barril y su gran mano envolvió la fruta por completo. En un movimiento rápido, Nappa se metió la manzana entera en la boca y sus poderosas mandíbulas la trituraron con fuerza.
El puro placer de volver a probar manzanas frescas, especialmente después de un día de hambre, hizo que Nappa dejara escapar un gemido de placer bastante poco infantil.
Gohan observó con un dejo de disgusto cómo Nappa procedía a destrozar las manzanas con una ferocidad desenfrenada. Los corazones de las manzanas se acumulaban rápidamente a su alrededor, esparcidos al azar por el suelo como los restos descartados de un festín para trolls.
-Tómese su tiempo, señor Nappa. Asegúrese de masticar bien o podría atragantarse-
Nappa emitió sonidos ininteligibles de felicidad entre bocado y bocado como respuesta, completamente absorto en el festín que tenía ante sí. Parecía ajeno al recordatorio de Gohan.
Al observar esto, Gohan dio un paso casual hacia un lado, probando si Nappa notaría su movimiento. Para su sorpresa, no hubo reacción por parte del guerrero Saiyan, cuya atención permaneció fija únicamente en el barril de manzanas. Alentado por esto, Gohan dio dos pasos más deliberadamente, alejándose efectivamente de la línea de visión de Nappa. Aun así, no hubo indicios de que Nappa hubiera registrado la ausencia de Gohan.
Envalentonado por su éxito, Gohan se acercó sigilosamente a la cabaña que el radar del dragón había señalado como la ubicación de la esfera del dragón. Miró de reojo a Nappa, que seguía felizmente inmerso en su festín de manzanas, ajeno a sus movimientos. Con una sonrisa maliciosa, Gohan volvió a centrarse en su misión y se deslizó hacia el edificio desierto.
Dentro, los ojos de Gohan recorrieron la habitación hasta que se detuvieron en una esquina donde la Dragon Ball yacía parcialmente oculta debajo de un montón de objetos dispersos.
Con mano firme, Gohan recuperó la Dragon Ball de su escondite en la cabaña. Luego, no perdió tiempo y se dirigió ágilmente a través del desordenado interior y salió discretamente por una ventana del lado opuesto.
Asegurándose de mantener un control estricto sobre su ki, Gohan salió rápidamente sin demora.
Mientras ponía distancia entre él y Nappa, no pudo evitar que una sonrisa victoriosa se extendiera por su rostro.
-¡En tu cara, Tony! Mis frutas son inútiles, ¿eh? ¡No vuelvas a insultarme a mí ni a mi genio! ¡Soy el mejor!-
Una vez que Gohan ya no pudo sentir la firma de ki de Nappa, dejó de saltar y se elevó hacia los cielos. El viento lo acompañó mientras volaba por el aire, corriendo de regreso a la residencia de Guru a toda velocidad, agarrando la Dragon Ball con fuerza en su mano. ¡Misión exitosa!
De vuelta en el pueblo, Nappa estaba en el paraíso. Una a una, cada suculenta manzana entró en su boca y se deslizó hasta su estómago, saciando su hambre y nutriéndolo profundamente. Aunque su hambre se había aliviado en gran medida, Nappa no pudo resistirse a seguir comiendo: ¡estaban tan buenas!
A mitad de la mordida de otra manzana, Nappa se sobresaltó de repente cuando una poderosa señal de energía se encendió en la periferia de su conciencia. Esta oleada de energía atravesó la agradable neblina de la saciedad y Nappa pasó instantáneamente de la dichosa satisfacción a la alerta aguda; sus instintos finalmente se habían concentrado.
Dejando a un lado la manzana a medio comer, Nappa entrecerró los ojos mientras se concentraba en el origen de la energía: una presencia formidable que rivalizaba con el poder de Vegeta en la Tierra. Curiosamente, parecía estar... alejándose de él. Qué extraño.
-Oye Gohan, ¿sientes esta energía?- gritó Nappa, esperando una respuesta.
"..."
El silencio lo saludó.
-¿Niño?-gritó Nappa de nuevo, más fuerte esta vez. Una sensación de inquietud comenzó a instalarse; el silencio parecía antinaturalmente ensordecedor.
Una sensación de aprensión se apoderó de Nappa mientras se giraba bruscamente para observar la aldea desierta. No había ni una sola alma a su alrededor, casi como si su encuentro con Gohan hubiera sido una extraña alucinación.
Por una fracción de segundo, Nappa tuvo la inquietante sospecha de que al darse la vuelta, el barril de manzanas habría desaparecido y se despertaría sudando frío en un planeta al azar con un Vegeta enfurecido elevándose sobre él.
Nappa tragó saliva con fuerza, se armó de valor y se volvió hacia el barril de manzanas. Extendió la mano y cerró los dedos firmemente alrededor de una, confirmando su presencia sólida y real.
Bueno, no había perdido la cabeza. Bien .
Un escalofrío repentino recorrió la espalda de Nappa. Oh, mierda, estaba empezando a tener un mal presentimiento. Rechazó fervientemente la realidad que tenía ante sí, esperando que su intuición estuviera equivocada.
¡Tenía que seguir allí!
Su corazón palpitaba con fuerza en su pecho mientras corría hacia la cabaña donde, momentos antes, había dejado la preciada Dragon Ball. Su mente se negaba a aceptar lo que sus instintos le gritaban: que Gohan lo había traicionado. Frenéticamente, atravesó el desordenado interior, tirando a un lado los escombros y recorriendo cada rincón, cada rincón oscuro donde la Dragon Ball pudiera haber estado oculta.
Pero ya no estaba. No había nada que encontrar.
Simplemente no estaba allí.
Pero eso significaba...
Nappa permaneció inmóvil en el centro de la cabaña, estupefacto durante 10 segundos seguidos, tratando de asimilar lo que había sucedido.
Gohan había... robado... las Dragon Balls... justo debajo... de sus narices...
Nappa se quedó paralizado, sumido en un terror existencial por su colosal error. El horror le arañó las entrañas y le apretó el pecho. Por un instante, sintió como si el corazón se le hubiera desplomado desde su lugar habitual hasta el estómago y luego más allá, saliendo por su pene.
Vegeta realmente lo mataría esta vez, y Nappa ni siquiera podría decir una mierda en su defensa.
Estaba prácticamente muerto, muerto de verdad. Gohan lo había jodido por completo .
Pero entonces, fiel al espíritu Saiyan tradicional, una oleada de ira brotó de las profundidades del ser de Nappa, dominando todo lo demás.
"¡¡ ...
En ese momento, Gohan ya se había alejado del alcance del sentido ki de Nappa, lo que le impedía rastrear al joven Saiyan de esa manera. Sin embargo, esto no le preocupaba.
¿Por qué?, te preguntarás.
Porque el explorador que había saqueado, que funcionaba perfectamente, todavía estaba con él.
Nappa recuperó rápidamente el rastreador y se lo colocó en la cara, activándolo con la familiaridad que le daba la práctica. Un suave pitido indicó su activación y la pantalla del dispositivo se encendió y comenzó a mostrar datos y números.
Nappa realizó algunos ajustes rápidos en la configuración y configuró el rastreador para que buscara señales de energía en la dirección en la que había visto a Gohan por última vez. El dispositivo detectó algo ligeramente diferente de la dirección original de Gohan, lo que implicaba que el joven Saiyan había alterado su trayectoria original después de moverse más allá del alcance del ki de Nappa.
Una sonrisa burlona curvó los labios de Nappa, un brillo depredador brilló en sus ojos mientras procesaba la información.
-Oh, así que crees que eres inteligente, ¿eh, mocoso?-
El explorador emitió varios pitidos antes de fijarse en la firma. Los números se desplazaron por la pantalla, revelando el nivel de potencia de la energía detectada y su distancia creciente. Te encontré.
Una tormenta de electricidad parpadeó y se arqueó desde el cuerpo de Nappa mientras desataba su técnica confiable.
Con un poderoso rugido de rabia, se lanzó como un cometa, acelerando tan rápido que todo el pueblo tembló. La casa abandonada donde había estado momentos antes se hizo añicos bajo la onda expansiva de su partida, estallando en pedazos por la fuerza generada por su despegue.
En un abrir y cerrar de ojos, Nappa desapareció de la vista, atravesando el aire en persecución de Gohan.
El pueblo volvió a quedar en silencio después de la explosiva partida de Nappa.
Al menos por unos segundos.
De repente, como un rayo que se arquea hacia la tierra, Nappa reapareció, con la electricidad todavía danzando a su alrededor. Recogió un enorme montón de manzanas sin comer y se fue rápidamente de nuevo, tirando sin darse cuenta el pequeño montón de corazones de manzana al suelo mientras se alejaba. Nappa estaba enojado , pero las manzanas eran manzanas.
MIENTRAS TANTO-EN LA TIERRA
En el pueblo de Ta Lo, Son Goku, salía de una casa recuperado y con un nuevo gi de combate, tenía un rostro determinado, ahora comenzaba su misión, ir al planeta Namek para ayudar a sus amigos.
-Listo, la curación fue todo un éxito -Dijo Ying Nan mirando a Ancestral y Bulma
-Puedo notarlo, incluso se ha hecho más fuerte-Dijo Ancestral con aprobación
-La magia de la Guardiana ayudo mucho en esto, no se que hizo la gran dragona, pero le otorgó algo a Son Goku que lo hizo así de fuerte-Ancestral asíntio
-Goku-Dijo Bulma frente a su esposo quien le dio una gran sonrisa
-Ahora estoy bien Bulma, es hora de ir a ayudar a nuestro hijo -Dijo Goku mientras Bulma asentía colocando su cabeza en el pecho de Goku mientras el la abrazaba
-Muy bien Son Goku-Dijo Ancestral acercándose a la pareja-Es hora de preparar tu viaje-
-¿Cómo iré a Namek?-Pregunto Goku curioso mientras se separa a de Bulma aunque aún la toma de la mano
-De la misma manera en la que te traje aquí y te lleve a luchar con los Saiyajin-Entonces un aura amiga rodeo a Ancestral, ella frunció el ceño mientras un gran portal se abría frente a ellos. Goku como la gente de Ta Lo sintieron los tremendos Ki que salían de aquel portal, muchos se pusieron nerviosos, pero no Goku, este se emociono, ya que como Guerrero, estos Ki poderosos reprentaban un gran desafia para el-Namek está muy lejos...Ggrrr...El portal no estára abierto por mucho-Advirtio Ancestral a Goku quien asíntio girandose para mirar a su esposa
-Volvere con Gohan y los demás, lo prometo-Goku le dio un beso a Bulma mientras saltaba hacia el portal, cuando lo atravezo esté se cerró de inmediato
-Cuidate Goku-Dijo Bulma con un tinte rojizo recorriendo sus mejillas por el beso dado por su esposo
FIN DEL CAPITULO
NIVELES DE PODER
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top