SAGA NAMEK-CAPITULO 17-NO SEAS UN HÉROE

Sobrevolando el cielo, Gohan como Steve volaron durante una hora hasta que vieron a la lejania una aldea Namekiana.

El duo se detuvo y aterrizó en las afueras de la aldea. Su presencia atrajo la atención de los namekianos que se dedicaban a sus tareas diarias. La llegada repentina de extraños provocó inquietud entre los aldeanos, quienes se retiraron rápidamente detrás de la seguridad de las fronteras de su aldea, con los ojos abiertos por la aprensión.

Steve y Gohan intercambiaron una mirada silenciosa pero significativa, reafirmando el acuerdo que habían hecho entre ellos anteriormente. Como estaban allí por motivos diplomáticos, lo último que querían era que los confundieran con los invasores.

El trío permaneció inmóvil, sin hacer ningún movimiento para adentrarse más en la aldea. En cambio, se quedaron de pie en el borde de la misma, en un gesto silencioso de reconocimiento de la soberanía de los namekianos y una demostración de sus intenciones pacíficas. Esperarían pacientemente, permitiendo que los aldeanos decidieran si se acercaban a ellos o mantenían la distancia.

Por otro lado Steve miro la aldea, era pequeña y extrañamente todo esto le parecía familia, ya que en la Segunda Guerra mundial también hacia estos tipos de movimiento para que los Civiles tanto, Franceses y Alemanes no lo tomarán como enemigo a el y su escuadrón. Un recordatorio que le hizo recordar a Steve sus viejos tiempos con sus amigos, algo que lo entristeció.

De repente tres Namekianos musculosos se acercaron a ellos. Uno de ellos avanzó con paso confiado hacia el frente, acompañado por los otros dos que lo flanqueaban como guardaespaldas. El Namekiano líder lucía un chaleco azul y una capa, mientras que sus compañeros vestían chalecos de diferentes tonos con fajas de tela blanca atadas alrededor de sus cinturas.

El Namekiano entonces comenzó a hablar en un idioma extraño, algo que le dio la razón a Steve, los Namekianos no hablaban su idioma y si era así, entonces no podrían comunicarse.

Al observar las expresiones perplejas del duo que tenía frente a él, el namekiano líder se detuvo, reconociendo la barrera del idioma entre ellos. Con un suspiro de resignación, hizo un gesto hacia lo que parecía ser un namekiano adolescente.

El joven namekiano se acercó a toda prisa, mostrando un dejo de vacilación y confusión. Tras un breve intercambio con el namekiano del chaleco azul, el adolescente namekiano levantó la mano y comenzó a recitar una serie de palabras en los tonos melódicos de su lengua materna. Luego, retrocedió unos pasos respetuosos.

Por un breve momento, no pasó nada. Hasta que el líder namekiano volvió a hablar.

-Saludos, viajeros-dijo con voz profunda-Me conocen como Escagor y les doy la bienvenida a nuestra modesta morada. ¿Por qué motivos nos buscaban?-

Mientras el guerrero namekiano les hablaba, Steve sintió una oleada de sorpresa, aunque su emoción predominante era el alivio. Estaba contento de que la barrera del idioma hubiera sido superada. Con toda la confianza que pudo reunir, Steve dio un paso adelante y miró fijamente a Escagor a los ojos.

-Hola. Somos de un planeta llamado Tierra. Recientemente, nos topamos con una invasión de una formidable fuerza armada conocida como la Saiyajin. Hemos venido por qué varios amigos nuestros murieron y supimos que ustedes tienen una manera de revivirlos, también queremos advertirles que están en peligro, actualmente hay un invasor que está saqueando sus aldeas para robar sus tesoros-

Escagor inclinó la cabeza y escuchó en silencio, con expresión ilegible mientras observaba al trío que tenía frente a él en busca de algo que sólo él sabía.

-Perdóname si me resulta difícil aceptar tus palabras. ¿Cómo podemos estar seguros de que no eres el invasor sobre el que nos estás advirtiendo? Y, por cierto, ¿cómo llegaste a saber la ubicación de nuestro planeta?-La voz de Escagor tenía un dejo de escepticismo mientras expresaba sus dudas.

Gohan entonces recordó algo y dio un paso al frente ante la atenta mirada de Steve quien no sabía que iba a hacer el pequeño.

-Hola mi nombre es Gohan y soy discípulo de uno de los de tu especie, su nombre es Piccolo y en mis entrenamientos me enseñó una técnica que según el, solo el y sus hermanos podían hacer -Dijo Gohan para entonces concentrarse, un aura blanca rodeo al pequeño mientras que el Namekiano Escagor era rodeado por la misma aura, el cerro sus ojos y después de un momento los dos abrieron los ojos al mismo tiempo que desaparecía el aura

-Veo que tus palabras contiene verdad pequeño, muy bien ahora les creo-Dijo Escagor mientras Steve suspiraba y tomaba la palabra

-No tenemos mucho tiempo. Un enemigo ridículamente poderoso ya ha obtenido tres de tus Dragon Balls y ahora está buscando la cuarta en esa dirección-Steve hizo un gesto vago hacia la aldea a la que se dirigía aquel sujeto poderoso

Antes de que Escagor pudiera formular una respuesta, un repentino estallido resonó en el cielo distante sobre ellos. Instintivamente, todas las miradas se volvieron hacia arriba, atraídas por el origen de la perturbación.

A lo lejos, contra el lienzo del cielo verde musgoso, dos formas esféricas cruzaban el horizonte, dejando tras sí un rastro ardiente de color carmesí.

A Steve y Gohab se les encogió el corazón al verlo y se le formó un frío nudo en el estómago. Reconocía perfectamente esos orbes de fuego: indicaban la llegada de dos enemigos que habían enfrentado en la tierra

-¡Esos deben ser Vegeta y el señor Nappa!-El color desapareció del rostro de G8han mientras pronunciaba los nombres que evocaban miedo dentro de él, sobre todo de Vegeta, un miedo que había persistido desde su encuentro inicial.

Incluso Escagor, conocido por su compostura y estoicismo, no pudo ocultar la severidad de su expresión mientras procesaba las implicaciones. Sin dudarlo, giró y gritó órdenes rápidas al adolescente namekiano que había lanzado el hechizo de traducción. Las palabras de Escagor salieron tan rápido que abrumaron la capacidad del hechizo de traducción, dejando la traducción incompleta.

Sorprendido por la repentina intensidad de Escagor, el adolescente namekiano dudó un momento antes de cumplir con la orden. Su mirada se desenfocó mientras hacía gestos peculiares en el aire. Entonces, el rostro del adolescente namekiano palideció y comenzó a temblar.

Incluso sin palabras, Escagor era más que capaz de inferir el significado. Con un gruñido, gritó una orden que resonó por toda la aldea. Esta vez, su orden fue traducida rápidamente por el hechizo.

-¡Que alguien se ponga en contacto con Lord Guru y ponga a Nail en contacto ahora mismo!-Después de dar la orden y ver cómo toda la aldea cobraba vida, Escagor se volvió hacia el trío terrícola y asintió solemnemente-Les agradezco que nos hayan advertido de esta amenaza y, por eso, toda la raza namekiana tiene una deuda de gratitud con ustedes-

-No hay de que...Si puedo saber ¿Quien es este gran Gurú del que hablaste?-Pregunto Steve curioso

-Es el padre de todos los habitantes de este planeta y el creador de las Esferas del Dragón que tanto buscas-Fue entonces que un grupo de Namekianos salieron de la aldea y Steve como Gohan vieron entonces la esfera del dragón que tanto buscaban-No puedo entregarles la esfera terrícolas, tienen que pedir permiso al gran anciano Gurú para eso-

-Entendemos-Respondio Steve rápidamente-¿Podríamos ir con ustedes para conocer a su lider?-Pregunto y Escagor asíntio

-Pueden venir, pero si quieren conocer al Gran Gurú tendrán que pasar primero un interrogatorio por parte de Nail, el es el guardián del Planeta Namek y del Anciano Guru-Steve y Gohan asíntio

-Muy bien, mucha gracias-Dijo Steve mientras hablaba por el comunicador que trajeron para estar en contacto con todos-Atencion equipo, tenemos un nuevo curso de plan, Gohan y Yo iremos con el líder de los Namekianos para pedirle permiso de usar sus esferas del dragón, Krillin y Natasha vuelvan con Tony y esperen nuevas ordenes-

-Enterados, regresaremos-Dijo Natasha desde el comunicador

-Muy bien, nos veremos pronto-Dijo Steve cortando la comunicación, por otro lado Gohan miro la dirección en la que está aquel sujeto super poderoso, curioso miro a Escagor quien también miraba aquel lugar con preocupación

-Disculpe señor Escagor, en aquel lugar también hay una esfera del dragón?-Pregunto Gohan

-Si, así es chico-

-¿Y todas las esferas están en aldeas como está?-Pregunto Gohan preocupado

-Si, casa aldea alberga una esfera para honrar al Gran Guru...Esa aldea está gobernada por Moori, el más viejo de nosotros y unos de los primeros hijos de Gurú...Yo...espero que no le pase nada a el y los niños-Gohan abrió los ojos sorprendido y se giro para ver al Capitán

-Señor Steve ¿Escucho eso?-

-Si Gohan, lo escuché-Dijo Steve seriamente

-...Podemos ir a...-Per Steve negó

-Es muy peligroso Gohan, ese sujeto es miles de veces más fuerte que nosotros y podríamos terminar muertos si vamos a ayudar-Gohan miro la aldea y frunció el ceño

-Pero ellos...Morirá-Steve no dijo nada por qué a él también le afectaba todo esto, pues el era un héroe y siempre preocupo proteger a los demás a costa de su vida, pero esto era suicidio y llevaba un niño con el, no podía arriesgarse

-Lo siento Gohan-Dijo Steve y Gohan agachó su rostro...Entonces apretó sus puños en frustración, sin decir una palabra su Ki estalló y salió volando en dirección a la aldea-¡Gohan no!-Steve entonces lo siguió, pero al ser más lento que Gohan este lo perdió de vista

REGRESANDO CON FREEZER

-¿Debo pedirte la contraseña, chiquillo?-Antes de que Freezer pudiera terminar su pregunta, su mirada se desvió hacia un movimiento repentino. Zarbon se desvaneció a gran velocidad y asumió una postura defensiva con una facilidad practicada, con los músculos tensos como un resorte en espiral, preparado para defenderse de cualquier ataque.

Entonces, el explorador de Freezer emitió una serie de pitidos, lo que indicaba la presencia de un nivel de potencia débil, uno que estaba demasiado cerca. Con un estruendo atronador, otra figura se estrelló contra el suelo, levantando una gran columna de polvo que ocultó al recién llegado de la vista. Interrumpido una vez más. Odiaba que lo interrumpieran.

Un rayo violeta atravesó el aire, pasó rápidamente junto a Zarbon y apuntó directamente al corazón de la nube de polvo donde había aterrizado el recién llegado.

Gohan entonces salió de entre el humo asustado, su ropa de su brazo derecho había sido perforada por aquel eso de energía que logro esquivar por los pelos., Aferrándose a la conciencia con pura fuerza de voluntad, Gohan sabía que no podía prolongar esto ni un solo momento, no con la mira de aquel sujeto fija en él. Todos los pensamientos de combate huyeron de su mente, reemplazados por un único instinto desesperado: la supervivencia.

-¡Taio Ken!-La luz cegadora surgió de Gohan y bañó el campo de batalla con un destello blanco brillante.ñ, los fritos de dolor de todos no se hicieron esperar y Gohan aprovecho esto.

Se lanzó hacia una de las dos pequeñas señales de energía que detectó. Sin tiempo para determinar quienes eran agarro a ambos y salio corriendo!

Mientras Gohan se acercaba a la figura caída de Moori, introdujo agresivamente dos pensamientos en la mente de Moori lo más rápido posible: "¡Escagor! ¡Enviado!".

La sorpresa de Moori ante la repentina aparición de Gohan fue reemplazada por un momento por confusión mientras luchaba por comprender el mensaje. Entonces, de repente, la comprensión apareció en los ojos del anciano. Al instante, el anciano pareció aliviado, como si se hubiera quitado un gran peso de encima.

Con ambos niños namekianos ahora fuertemente acunados en sus brazos, Gohan tomó vuelo rápidamente, elevándose hacia el cielo.Detrás de él, escuchó a Moori gritar: "¡Todos! ¡Dispersense!"

Ante el estruendoso rugido de Moori, Gohan echó una rápida mirada hacia atrás, con el corazón acelerado en el pecho mientras observaba la repentina conmoción que se había producido detrás de él. A pesar de los efectos cegadores del Taio Ken, notó con alivio que los namekianos se habían dispersado en todas direcciones, y que su ceguera temporal no impedía su capacidad de elegir una dirección al azar y tomar la iniciativa.

Afortunadamente, ninguno de los soldados de aquel sujeto se había recuperado del Taio Ken, lo que proporcionó cobertura para el escape del Namekiano.En cuanto a ese sujeto poderoso, el era... oh .

Gohan sintió que la sangre se le helaba en las venas. Al parecer, aquel sujeto no se había visto afectado por la llamarada solar y había ignorado decididamente todo el caos que lo rodeaba; en su lugar, optó por mirarlo directamente, siguiendo fríamente su trayectoria con una precisión infalible. Casi sin quererlo, Gohan se encontró mirando a Freezer a los ojos.

Aunque su contacto visual duró solo una fracción de segundo, la terrible sed de sangre y la indescriptible maldad de aquel sujeto hicieron que pareciera una eternidad. En ese breve instante, la malicia de aquel ser pareció impregnar el aire, oprimiendo la garganta de Gohan y dejándolo sin aliento.

...Espera, ¡algo no está bien!

Gohan apartó inmediatamente la mirada de aquel suejto y realizó una maniobra de tonel. Luego, avanzó con mayor velocidad, desesperado por dejar atrás la aldea. Poco a poco, sintió que el agarre que lo apretaba como un tornillo de banco en el cuello se aflojaba, antes de finalmente romperse.

Telequinesis .

Gohan suspiró aliviado, sabiendo que aquel sujeto casi lo había matado, otra vez . Si no hubiera escapado del alcance de ese ser cuando lo hizo, ese demonio le habría partido el cuello como una ramita. Tragó saliva con fuerza, tratando de calmar los latidos de su corazón por su experiencia cercana a la muerte.

Consciente de que aún corría peligro, Gohan dejó de pensar en ello. Con dos niños namekianos bajo el brazo, escapó decisivamente de un enemigo al que no tenía ninguna posibilidad de derrotar.

Sin embargo, Gohan tenía el presentimiento de que aquel siento lo recordaría.

Mientras tanto, abajo, el escuadrón de las Fuerzas de Freezer comenzó a recuperarse de los efectos de la llamarada solar de Gohan. Con cara de fastidio, se frotaban los ojos furiosamente o parpadeaban rápidamente para despejar las manchas de su visión.

-Quiero que todos y cada uno de esos inútiles gusanos se arrodillen ante mí. Si no logran llevar a cabo una tarea tan sencilla, busquen un rincón remoto del planeta y acaben con su miserable existencia. No tienen ningún valor para mí-La voz de Freezer, completamente fría y sin emociones, cortó el aire como una navaja. A su orden, todos los soldados de la Fuerza Freezer se pusieron firmes con precisión militar, con el cuerpo rígido y la expresión endurecida.

Todos ellos estaban muy familiarizados con las consecuencias de fracasar bajo el gobierno de Freezer. Era la dura verdad de su existencia: triunfar o morir. No había margen para los errores, no había lugar para el error. Era una lección que habían interiorizado profundamente, una que la voluntad de Freezer había impuesto despiadadamente una y otra vez.

-¡SÍ, SEÑOR FRIEZA!-se escuchó el grito sincronizado. Se dispersaron rápidamente y tomaron el aire mientras corrían para ejecutar las órdenes de Freezer.

Con los soldados de las Fuerzas de Freezer dispersándose, solo quedaron Dodoria, Zarbon y Freezer.

-Dime, Dodoria-comenzó Freezer, con un tono engañosamente suave-¿Por casualidad fuimos testigos del mismo evento? ¿Un enano apareció en escena, escupió sobre la reputación de las Fuerzas Freezer, desafió mi autoridad, luego se llevó a dos niños y se escapó? Durante todo ese tiempo, ¿puedo recordarte que no hiciste nada?-

Dodoria, que había mantenido un perfil bajo durante toda la terrible experiencia, se retorció incómoda bajo la mirada penetrante de Freezer. Sus ojos se movían nerviosamente entre Freezer y Zarbon, sin saber cómo responder a la pregunta directa de su señor. ¿Era una pregunta capciosa? ¿Una prueba de su lealtad? Dodoria no podía estar segura.

-Sí, mi señor-respondió ella después de finalmente recuperar la voz.

-Esto es una gran humillación. ¿Eres consciente de ello?-

-Sí, mi señor-murmuró Dodoria, su voz apenas por encima de un susurro.

-Una pregunta más, y piénsalo bien, Dodoria-el tono de Freezer bajó y sus palabras adquirieron un matiz amenazador-¿Crees que estás calificado para quedarte a mi lado sin hacer nada, como un barril de manteca inútil?-

-...¿No?-El labio de Freezer se curvó en una mueca de desprecio.

-Entonces, dime, ¿por qué sigues aquí?-

-Mi señor, me temo que no lo entiendo-Tartamudeó Dodoria, con la voz chirriante mientras el disgusto de Freezer la aplastaba.

-Entonces, permíteme que te lo deje muy claro, Dodoria-gruñó Freezer- Si no logras matar a esos tres y regresas con sus cabezas en los próximos 30 minutos, entonces no tendrás que regresar . ¿Te ha quedado claro?-

-¡Sí, mi señor!-Exclamó Dodoria en pánico, soltando las Dragon Balls que sostenía al suelo y luchando desesperadamente por irse. En un rayo de energía rosa, Dodoria despegó, su figura desapareció rápidamente mientras perseguía a Gohan

-¡Incompetente!-Frezer frunció el ceño mientras Dodoria se marchaba, con la irritación reflejada en todo su rostro- Dime, Zarbon. ¿Estoy perdiendo mi toque?-

-No lo creo, Lord Freezer-

-Entonces, ¿por qué hay tantos individuos tan decididos a ir contra mi voluntad hoy?-Zarbon inclinó la cabeza ligeramente ante la pregunta de Freezer mientras recuperaba con cuidado la Dragon Ball que había dejado Dodoria, organizando la colección acumulada hasta el momento.

-Los nativos no saben de su terror, señor. En cuanto a nuestros propios hombres, hay que infundirles miedo con regularidad para evitar la complacencia. Sin embargo, sigo manteniendo mi recomendación anterior de que el miedo no es la forma más óptima de liderazgo para Su Excelencia-

Freezer se rió entre dientes, reconociendo el consejo familiar y persistentemente recurrente de Zarbon.

-Bah, no tengo ningún interés en cambiarme por seres insignificantes-rechazó el consejo de Zarbon como siempre hace con un movimiento de la mano como si estuviera espantando a un molesto insecto-En cuanto a los nativos... tal vez su ignorancia sea de hecho la causa principal, como usted sugiere. Parece que tal vez deba ilustrar a estas miserables criaturas sobre su lugar en la cadena alimentaria del universo-

"..." Zarbon inclinó la cabeza en reconocimiento de la decisión de Freezer, esperando obedientemente la siguiente orden.

-Tortúralos para sacarles información, luego mátalos a todos y hazlo despacio-Con un gesto casual, Freezer giró su trono y se desplazó hacia una zona sombreada, lejos del duro resplandor de los soles triples de Namek. Mientras su trono se deslizaba tranquilamente por el claro, Freezer hizo una siniestra adición a su orden-Ah, pero asegúrate de dejarme al anciano a mí, Zarbon. Tengo algunas frustraciones que resolver-

-Como desee, señor-

MIENTRAS TANTO, CON VEGETA Y NAPPA

-Vaya, vaya, vaya, qué coincidencia, volver a verlos a ustedes dos idiotas-se burló Cui, el sarcasmo goteaba de cada palabra-Desobedecer al comandante de su equipo de una manera tan descarada, como huir, es un delito militar castigado con la muerte, ¿lo saben?-

-Esa no es tu decisión, Cui-replicó Nappa, con la voz cargada de desprecio mientras prácticamente escupía el nombre del extraterrestre. Un bufido burlón escapó de la nariz de Cui.

-Tal vez no, pero el Comandante Zarbon y Lord Freezer ciertamente podrían-

Después de varios momentos de tenso silencio, la paciencia de Cui se agotó. Con un resoplido exasperado, habló, impaciente.

-Escuchen, todos somos gente ocupada, así que, ¿podemos dejar de jugar y de hablar tonterías? El general Zarbon ya me informó de todo durante mi viaje hasta aquí, así que estoy muy consciente de lo que ustedes dos, idiotas, hicieron-Los brazos de Cui estaban firmemente plantados en sus caderas mientras se dirigía a los guerreros Saiyan-No puedo creer que ustedes dos hayan tenido las agallas de ir y desafiar a Lord Freezer. ¿Conspirar para asesinar a nuestro Señor e ir tan lejos como para intentar reclutar a alguien, en serio? Ustedes dos se han cansado de vivir, ¿es eso?-

Vegeta se burló.

-No me sorprende que Zarbon te haya dado de comer eso. Siempre se suponía que serías un soldado raso, ese era tu límite-dijo con calma. Luego, en un cambio abrupto, Vegeta se puso anormalmente serio y su voz se volvió profunda-Nunca has entendido nada de verdad-Cui se erizó y su ira estalló.

-¿Nunca he entendido nada? ¡Bájate de tu pedestal, Vegeta! ¿No estás haciendo esto porque estás molesto por la destrucción de tu gente por ese meteorito? ¡Bueno, supéralo-La voz de Cui subió de volumen y furia-¿Crees que eres el único que ha visto morir a toda su raza? ¡Hemos exterminado a una buena cantidad de personas y hemos creado a algunas de esas personas nosotros mismos! ¡No eres nada especial!-

-Como dije, nunca has entendido nada de verdad.-La voz de Vegeta permaneció desapasionada. Sin embargo, detrás de la fachada de calma, había un rastro de ira gélida. Miró a Cui con frialdad.

Vegeta conocía mejor que nadie el peso de sus cargas: la muerte de la raza Saiyan, los restos destrozados de su honor y la promesa incumplida que le hizo a su pueblo. Vegeta comprendía que estos fracasos eran su talón de Aquiles, ya que eran las cadenas que lo ataban a su pasado y dictaban su futuro.

Pero, al mismo tiempo, esas debilidades eran también sus fortalezas, pues eran su fuerza motriz, su determinación para seguir luchando incluso ante la muerte. Ellas lo definían. Ellas lo mantenían vivo .

Cada vez que Vegeta escuchaba el gemido cósmico que marcaba el fin de su pueblo, sentía que su voluntad se volvía inquebrantable. Ese chillido cósmico profano era un sonido que había grabado en su alma, un recordatorio constante de quién era y de lo que necesitaba lograr: si no podía ascender como Rey y liberar a su pueblo antes de su fin prematuro, entonces honraría su promesa y cumpliría sus deseos póstumamente en su memoria.

Ése era su deber como Príncipe.

Y en cuanto a la última parte de la declaración de Cui, ¿qué importa? No era un buen hombre y nunca había afirmado serlo. El camino que había recorrido estaba manchado de sangre y oscuridad; sus manos manchadas por las incontables atrocidades que había cometido. Incluso sin Freezer en escena, habría cometido esos mismos actos, solo en nombre del Imperio Saiyan.

Sin embargo, Vegeta nunca había huido ni huiría de sus problemas. Nunca había eludido las consecuencias de sus acciones y siempre las había enfrentado sin pestañear. Si otros buscaban vengarse de él, que así fuera. ¡Había aceptado el desafío!

Si Cui creía que las simples palabras podían socavarlo, entonces Cui nunca lo había entendido en absoluto. Hacía mucho que había dejado de preocuparse por las opiniones de los demás, ya fuera Cui o cualquier otra persona. Su camino era suyo y lo haría sin vacilar, sin importar lo que dijeran los demás, porque él era Vegeta, ¡el Príncipe de todos los Saiyajin!

Muy por encima de los serenos campos azules de Namek, el rostro de Cui se retorció de ira ante el tono despectivo en las palabras de Vegeta.

-¡Siempre has sido así! ¡Arrogante y desdeñoso! 19 mil, ¿recuerdas? ¡Soy más fuerte que tú! ¿Qué te da el derecho de ser tan altivo y poderoso cuando no eras más que un Príncipe fracasado que ni siquiera podía...?-

-¡CÁLLATE LA BOCA!-gritó Nappa con indignación, incapaz de tolerar más insultos dirigidos a su Príncipe-¡No te pases de la raya, Cui! Si quieres arreglar las cosas, ¡hagámoslo! ¡Pero deja que la historia quede en el pasado, donde pertenece!-

Vegeta le lanzó a Nappa una mirada de reojo, con pensamientos desconocidos arremolinándose en sus ojos.

-¡No interrumpas cuando los adultos están hablando!-La voz de Cui destilaba veneno mientras cambiaba de objetivo-¿Crees que eres un crack, Nappa, solo porque eres el lacayo de Vegeta? ¡Zarbon me dijo que no matara a Vegeta, pero no dijo nada sobre ti!-

La mandíbula de Nappa se apretó, pero antes de que pudiera responder, Cui siguió adelante, derramando su vitriolo con desenfrenado abandono.

-¡Tú también eres un problema, Nappa! ¡Eres tan arrogante como Vegeta! Tu nivel de poder era de apenas cinco mil. ¡ Cinco mil ! ¡Fue patético! Y, sin embargo, ¿crees que puedes pavonearte y hablarme como a un igual?-La cara de Cui se sonrojó por lo fuerte que gritó-¡¿Crees que ser un general Saiyajin significaba ser un idiota en las Fuerzas de Freezer?!-

-Tú...-comenzó Nappa, pero Cui lo interrumpió nuevamente.

-¡He visto los registros del Imperio Frío sobre esa Guerra Tuffle que ustedes, los Saiyans, libraron! ¡Sé por qué pasaste de ser un instructor pacífico de la academia y un comandante reacio al despiadado General de la Sangre! Fue por tu esposa, ¿no? ¡Eras demasiado débil para protegerla a ella, a esos estudiantes y a la academia de los Tuffle, y por eso todos murieron gritando, chillando , dentro de esos pasillos por tu culpa !-Y luego, como para retorcer el cuchillo aún más profundamente, Cui asestó su golpe final-¡Apuesto a que tu esposa gritó tu nombre mientras moría bajo la crueldad de Tuffle! ¡Apuesto a que tu nombre fueron sus últimas palabras, mientras le rogaba a su otra mitad que viniera a salvarla! Pero su esposo ni siquiera pudo hacer eso. ¡Solo una excusa lamentable para un hombre que ni siquiera pudo proteger a su propia familia! Así que sí, los entiendo, malditos, ¡y puedo leerlos a ambos como un maldito libro!-

Con esas palabras, Cui se quedó en silencio, con el pecho agitado por el esfuerzo mientras luchaba por recuperar el aliento. La atmósfera que los rodeaba pareció congelarse, envolviendo a los tres guerreros en un sofocante manto de silencio opresivo.

Por un momento, Vegeta se quedó inmóvil, con los ojos muy abiertos por la incredulidad ante la absoluta audacia de las crueles palabras de Cui. Los insultos eran una cosa, pero lo que Cui había hecho... simplemente maldición. Cui había cruzado una línea... no, eso no era correcto. Cui no solo había cruzado la línea; la había pasado corriendo después de cagar en ella.

Incluso Vegeta, con todo su orgullo y arrogancia, nunca había abordado un tema tan tabú por respeto a la privacidad de Nappa. Vegeta no dudaba de que Nappa abandonaría todo decoro incluso si hubiera sido él, el Príncipe, quien dijera esas palabras. Y, sin embargo, allí estaba Cui, tirando la precaución por la borda.

En ese momento, una inmensa oleada de energía golpeó a Vegeta desde un costado, lo que hizo que mirara rápidamente en dirección a Nappa. Efectivamente, Nappa estaba envuelto en un aura de poder violenta y brillante, con gruesos rayos que crepitaban a su alrededor. La expresión del general saiyajin era más que atronadora y todo su cuerpo temblaba con una ira desenfrenada. Pero tal vez, "ira" no era una palabra adecuada para describir el estado actual de Nappa.

Sintiendo el peso de la mirada de Vegeta, Nappa giró para mirarlo de frente y habló, con una voz plana y carente de emoción.

-Esta pelea es mía, Vegeta. La necesito-

Vegeta abrió la boca, pero Nappa lo interrumpió antes de que pudiera hablar.

-No. Con todo respeto, Vegeta, cállate. Voy a luchar contra él y no vas a detenerme-

Vegeta arqueó una ceja ante el descaro de Nappa. No había tenido intención de detener esta batalla en primer lugar, no cuando el honor de su subordinado había sido pisoteado, pero incluso si hubiera considerado la idea, la determinación de Nappa habría puesto fin a la batalla. Todo lo que había querido decir era que no tenían tiempo para perder el tiempo.

Después de un breve momento de contemplación, Vegeta asintió.

-15 minutos-gruñó-Y no esperes que me meta de lleno si ya has mordido más de lo que puedes masticar-

Había dejado clara su postura: Nappa tendría la oportunidad de demostrar su fuerza y honor en combate, pero Vegeta no intervendría. No tendría mucho sentido luchar si lo hiciera, y Vegeta sabía que, de todos modos, Nappa prefería afrontar sus desafíos sin ayuda.

Nappa, que había vuelto a centrarse en Cui en el momento en que Vegeta asintió, detuvo su movimiento. En el breve silencio que siguió, Nappa consideró brevemente las palabras de Vegeta.

-... ¿Me enterrarás si muero?-El tono de Nappa era solemne, pero la ira hirviente que bullía bajo la superficie tranquila era más que evidente.

Vegeta se burló de la pregunta de Nappa.

-¿Has hecho algo deshonroso sin que yo lo supiera? Si no es así, no hay necesidad de buscar una validación innecesaria. Ya sabes la respuesta-

La importancia de la respuesta de Vegeta no pasó desapercibida para ninguno de los Saiyan presentes. Dentro de la cultura Saiyan, el entierro tenía un inmenso significado, casi sagrado, y la promesa de un entierro realizado personalmente por la familia real reinante se consideraba un honor más allá de los honores, un reconocimiento de valor y sacrificio que pocos podrían aspirar a alcanzar. Era un privilegio reservado para los guerreros más valientes.

Incluso Raditz, uno de los tres Saiyans sobrevivientes conocidos en todo el universo, no recibió tal distinción de Vegeta. ¡Simplemente no era digno! Si hubiera sido el caso de que Raditz lo mereciera, Vegeta habría localizado personalmente su tumba en la Tierra y habría llevado a cabo un nuevo entierro de acuerdo con la tradición Saiyan.

Pero claro, ninguno de los Saiyajin necesitaba palabras para entender esto.

Sin mirar atrás, Nappa reconoció la promesa de Vegeta con un pulgar hacia arriba. Luego, relajó sus músculos y cerró los ojos.

En medio del intercambio silencioso entre Vegeta y Nappa, la mueca de desprecio de Cui permaneció fija, una máscara de desprecio mientras observaba la escena que se desarrollaba.

-Oooo, qué miedo, General de Sangre . Supongo que me vendría bien un poco de calentamiento, aunque deberías considerar lo que quieres en tu lápida ahora porque no habrá más oportunidades después de esto-se jactó Cui, flexionando los brazos y estirándolos-Te mostraré lo que realmente significa 19 mil, señor de 13 mil-

Pero Nappa permaneció en silencio, con expresión inescrutable mientras mantenía los ojos cerrados.

Para él, ya no era momento de bromas ociosas ni de posturas inútiles: era momento de violencia y derramamiento de sangre.

¿Cui quería al General de Sangre? Bien, él puede complacerlo.

Con un movimiento de su mente, se desprendió de las capas de su identidad como una serpiente muda su piel, dejando de lado los títulos y roles que lo habían definido durante mucho tiempo.

Había desaparecido la identidad del instructor estrella de la academia, había desaparecido la identidad del general Saiyan, había desaparecido la identidad del teniente de confianza de Vegeta. Entonces, finalmente, Nappa se despojó incluso de la identidad de "Nappa" y, en su lugar, se puso una capa maltratada y milenaria de sangre y muerte.

¿Quién era exactamente el General de Sangre de la raza Saiyan? Él era la muerte .

Los ojos de Nappa se abrieron de golpe y brillaron con una aterradora indiferencia. Su mirada, que antes era vibrante e intensa, ahora parecía un abismo, carente de cualquier rastro de emoción o humanidad. Era como si la esencia misma de Nappa se hubiera consumido, dejando atrás nada más que un recipiente de destrucción pura.

Y así, por primera vez en 33 largos años desde la Guerra Tuffle, el legendario General de Sangre de la raza Saiyan descendió al campo de batalla una vez más.

El General de Sangre no perdió ni un segundo. Inmediatamente hizo aflorar las 13 mil unidades de su poder y desapareció en un destello de relámpago brillante.

FIN DEL CAPITULO

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