Abro la puerta de los transcendieres.

Olvidando los cochinos deberes.

Sintiéndome libre despojando los ayeres.

Que cargándolos solo mueres.

Es el alma la que se escucha vibrar.

Gritando, que esta lista para brillar.

Tirando las cenizas para cocinar.

Y a esos triunfos conquistar.

Seré juzgada con la vara ruda.

Sintiendo como esta me desnuda.

Desilusionada por una verdad cruda.

Convirtiéndome en una persona muda.

No quiero ser una pesimista.

Viviendo en una sociedad consumista.

Con enseñanzas de una ciudad egoísta.

Lejos de ser una persona sofista.

Escucha a tu  corazón vibrar.

Cuando haces las cosas sin pensar.

Observa a la valentía adornar.

A aquellos pasajes que te hacen volar.

Recorre en la sangre deseo.

Listo para subirte al rodeo.

Que importa si te llevas o no el trofeo.

Venciste para parar el lloriqueo.

Esa oscuridad me atormenta.

Mientras que la libertad alienta.

Buscando a su capitana sedienta.

Para navegar en agua turbulenta.

Estamos vivos, carajo.

Solo es un altibajo.

No me dejare caer bajo.

Pues yo me encorajo.

No hay nada que  vengar.

Solo quiero disfrutar.

Y en lo alto afirmar.

Somos seres para vibrar.