54: Dancing queen
❝Antes❞
6 de agosto, 2021
Un viaje de 5 horas fue lo que me demoré en coger el bus, luego un vuelo, un tren y por último un taxi que nos dejó en la casa de los abuelos. Ya era de tarde y el sol estaba en todo su esplendor.
Mamá estaba en modo zombi y yo era todo lo contrario.
—¿Estás mareada otra vez? —pregunté, tocándole la frente para comprobar si tenía fiebre.
—No —mintió, la palidez en su rostro la delataba y también porque estaba algo caliente.
—Podemos ir al médico.
—Odio los hospitales —dijo dramática intentando abrir la verja, le quité las llaves e hice lo que ella no pudo—. Me voy a mejorar con una taza de café, ya verás.
Me guiñó y entramos a la propiedad.
La casa de la playa me traía recuerdos de vacaciones con mis abuelos, pero esa vez recordé mi pequeño infinito con Pablo.
Y nuestra grandiosa primera vez.
—¿Por qué sonríes? —Escuché la pregunta de mamá y controlé la sonrisa boba que se dibujó en mi rostro al recordar nuestra primera vez.
La primera vez que alguien me hizo el amor.
—Mhm na...
Mis palabras quedaron en el olvido al escuchar la voz de mi madre.
—No..., no, no, no...
Miró un punto fijo, miré lo que veía y me encontré con mi padre, sus celestes ojos brillaban como un cielo soleado. Una sonrisa se le asomó.
—Sí, sí, sí, sí...
—¡No! —Mamá dejó su valija en el piso y apuntó a mi padre con su dedo índice—. No le regalas eso a mi hija.
—¿Qué no me va a rega... —No terminé de hablar al ver una motocicleta que reconocía como una vespa—¡Oh por dios! ¡Oh por dios! —chillé y corrí hacia la motocicleta.
Miré el vehículo, embobada, y no dudé en subir.
—¡Es bellísima!
—Valeria, bájate de ahí.
—¿Por qué? —Estaba tan entusiasmada con mi regalo que no me di cuenta de la cara enojada de mamá y cuando la vi supe que iba en serio.
Muy pocas veces le había visto enojada a ese nivel.
La primera vez cuando le hablé a mis abuelos.
La segunda cuando me pilló haciendo cositas con Manú.
Y la tercera era en ese momento, yo encima de una vespa.
Sin dudarlo me bajé.
—Solo es un regalo, Marval —dijo papá—. No es para tanto.
—Lo es, puede tener un accidente.
—Será cuidadosa.
—Seré cuidadosa, lo prometo.
—No, Val. Conociéndote, de seguro pensarás que estás en una carrera de F1 y no, no quiero que te subas en esa motocicleta.
—Pero, maaaa.
—Ya te dije, Valeria Martina de las Praderas.
—No le veo ningún problema —señaló papá—Tiene 17, no 10.
—Es una niña.
—¿Niña? Me dijiste que tenía la edad suficiente para tener mucho sexo y novios, ¿por qué no puede subirse a una motocicleta?
—¡Porque conozco a mi hija! Algo que tú no haces.
Por primera vez me sentí como una niña pequeña viendo a sus dos padres discutir. Mamá y Benjamín nunca discutían. Nunca había visto discutir a mamá, salvo con la abuela, pero sus discusiones me daban gracia.
—¡Sé que soy un pésimo padre, pero te recuerdo que fuiste tú la que huyó!
—¡Pues era lo mejor! ¡Si yo no huía, tú lo harías!
—¡No lo sabías!
—¡Lo sabía, Christopher! Es lo que has estado haciendo todos estos años y si yo me hubiese quedado, hubieras lastimado a Val.
—No es verdad. Me hubiese quedado contigo. Por dios, Martina, estaba dispuesto a casarme contigo.
Mamá rio agria.
—Tus padres te obligaron.
—No es verdad.
—¡Yo lo escuché!
Sus palabras tuvieron mucho que procesar.
—¡Pues estás sorda!
—¡Y tú eres un inmaduro!
—¡Lo dice la chica que se escapó de casa a los 17!
—¡Idiota!
—¡Tonta!
—Valeria no se subirá a esa motocicleta, así que mejor metetela por el culo.
—Valeria decidirá si se va a subir o no. Ya tiene 17.
Ambos me miraron, mamá esperando que esté de su lado y papá esperando que le dé la contraria a mi madre.
—Mamá es una vespa —Le di una mirada de súplica—No me pasará nada.
—¿Te ha puesto de su lado? —preguntó incrédula y roja de la rabia.
—Es mi regalo de cumpleaños —me encogí de hombros—. No le veo nada de malo.
—¡Es la muerte!
—No seas paranoica.
—No te subirás a la motocicleta, Valeria —advirtió mi madre y supe que iba muy en serio.
—Pero mamá —Me quejé.
—¡Qué no! —decidió ignorarme y siguió su camino hasta perderse dentro de la casa.
—Lo hace porque le trae recuerdos. Ella también tuvo una.
—¿Y qué pasó?
Se encogió de hombros y me dijo:
—Nada que no pueda olvidar. La convenceré de que te deje usarla —Se acercó a mí y me besó en mi frente—. Feliz cumpleaños, princesa.
Era la primera vez que me felicitaba en vivo y en directo y no por medio de una llamada. Sentí una terrible dosis de amor y salté a sus brazos.
Era verdad que no nos conocíamos bien, que no teníamos una conexión tan fuerte como era mi relación con mamá, pero a la vez sentía que podíamos entablar una única conexión.
—Gracias.
—¿Quieres ir a dar un paseo por la playa?
Me encantaría, pero...
—Debo de alistarme.
—Te vas a poner más hermosa.
—Ese es el punto.
Sonreí y entré a la casa, la cual no estaba como la última vez que vine. Los muebles ya no estaban con sábanas blancas, el piso y los objetos no estaban cubiertos de polvo. Todo estaba limpio y en orden, decorado con la temática de mi fiesta.
Caminé por la casa, maravillada por la decoración. Salí por la mampara para ver el paisaje de la playa. Mis ojos solo vieron a lo lejos a mamá y a Benjamín. Él era demasiado alto y mamá se veía demasiado bajita a su lado. Él la tenía abrazada y vi como depositó un suave beso en su frente.
Las palabras de mi padre se hicieron presentes en mi mente: "estaba dispuesto a casarme contigo".
Mamá nunca me contó eso. A decir verdad, no sabía mucho sobre ellos dos, solo sé que mamá lo conoció en su viaje.
Tenía mi edad.
Entré a la casa y subí las escaleras, fui a mi habitación y al abrir la puerta vi a mis amigas alistándose para la fiesta.
—Llegas tarde, Val —Ester me agarró de los hombros y me sentó en uno en el banquillo del tocador—. Las chicas que nos peinarán llegarán en unos minutos —Ester comenzó a deshacer mi trenza y luego a cepillar mi cabello.
—¿Creen que vengan tíos lindos? —preguntó Carla fantaseando con su vestido.
—¿A quiénes has invitado, Val?
—A los del instituto, a todos los de curso...
—A esos ya los conocemos, quiero tíos nuevos —señaló Pau y Carla le dio la razón.
—Y guapos.
—¿Gavi traerá a sus amigos? —quiso saber Ester.
—Los he invitado.
—Genial —Sonrió pícara y continuó cepillándome el pelo—. Yo también invité a alguien. ¿Te molesta?
—Obvio no.
Saqué el móvil de mi bolso y vi los mensajes de Pablo.
Niño bonito gruñón😇😡:
Es normal que vea un libro
Y ¿me acuerdo de ti?
Te extraño 😫
Me:
Es normal
Yo veo una pelota y me acuerdo
De ti
I miss you too
Niño bonito gruñón😇😡:
En español Val 🙃
Me:
También te extraño
Nos veremos en la noche😘
"Un beso" es lo que le iba a escribir, pero Ester me quitó el móvil.
—Me das cringe.
Tiró el móvil a la cama y añadió:
—Nada de móviles, hasta que estemos más bellas.
Las horas pasaron y fuimos al salón de la primera planta. Mamá contrató a unas señoritas para que vinieran a peinarnos, maquillarnos y hacernos las uñas. Era como un pequeño spa solo para nosotros.
El sol ya estaba cayendo cuando quité los pepinos de mis ojos al ser sacudida por Carla. La miré confundida y ella gritó.
—¡Val! ¡Tortugas bebés, tortugas bebés en la playa!
—Mientes.
—¡Lo juro!
Rápidamente me puse de pie y fui a ver a las tortugas. Antes de salir del salón, escuché la voz de Ester.
—¡Joder, aún no terminamos!
—¡Venimos pronto!
Corrí y antes de salir, Carla se detuvo.
—Anda tú primero, que voy a hacer pis —señaló su vejiga e hizo una mueca.
—Vale, pero no te demores. Para tomar fotos.
—Vuelvo rápido —Me guiñó y salió corriendo.
Caminé por la arena, mirando hacia abajo en busca de alguna tortuga bebé.
Miré sin entender; no había absolutamente nada, salvo arena y piedras de mar.
¿Piedritas de mar?
Por esta zona no había muchas, conocía mi lado de la playa. Me agaché en la arena y vi con más claridad; no eran solo piedras de mar, eran caracoles, conchas y uno que otro pedazo de arrecifes.
Decían algo.
"V"
"A"
"L"
Val.
¿Era obra de la naturaleza? Era demasiada coincidencia.
Mis ojos notaron un papel, lo agarré. Estaba doblado en cuatro. No tardé en abrirlo. Sonreí al ver la horrorosa y perfecta letra de Pablo.
Esto no era obra de la naturaleza.
Leí lo que decía el papel.
"¿Recuerdas nuestro beso infinito?
El cielo aún no pinta los mismos colores, pero, el recuerdo sigue presente.
Pd: camina 15 pasos hacia la derecha"
La sonrisa que traía en mi rostro era inscribible.
Me puse de pie y miré hacia ambos lados.
¿Dónde estabas?
15 pasos a la derecha y ya me encontraba de rodillas en la arena. La sonrisa incrementó al ver más piedras y caracoles marinos. Se encontraba otro papel doblado y también un caracol.
Primero agarré el papel y leí lo que decía.
1. ¿Recuerdas nuestro primer beso?
Confieso que estaba nervioso, pensé que me rechazarías. Pero, luego me besaste y me volví el niño más feliz del mundo :)
Mira el caracol y recordarás nuestro primer beso.
Mis ojos viajaron al caracol marino, algo brillaba sobre él. Mis dedos lo agarraron y mis ojos apreciaron el pequeño dije. Era una cabina de fotos, con un beso.
Volví a la nota y leí lo siguiente:
Pd: sigue caminando. No seas floja, 15 pasos más.
2. Otro caracol más y esta vez era el dije de un libro.
Leí la nota.
La primera vez que te vi, tus ojos color miel estaban perdidos en un libro.
¿Te he dicho que uno de mis pasatiempos favoritos es verte leer?
Pd: 15 pasos más :)
El dije siguiente fue unos auriculares.
Cada vez 15 pasos más, notas, caracoles y dijes que iba poniendo en mi brazalete.
3. Escucharte cantar, verte bailar, perdida en la música es un verdadero paraíso. Es un privilegio ser el chico al que le cantes canciones y compartas tu playlist.
4. Un cochecito de carreras. Sé que lo amas. Y a ese tal Charles -_-
5. Adicta al café. Mi adicta al café:3
6. Los ojos te brillan al comer algodón de azúcar. Ese brillo
7. BCN nuestra ciudad
8. Una llave. Tú tienes la llave de mi corazón ♡
9. Un avioncito. Por todos esos viajes que quieres hacer.
10. Una servilleta. Me rechazaste con una de ellas.
11. Una luna. Por todas esas veces que nos quedamos despiertos hablando.
12. Un bolígrafo. Que representa tu pasión hacia la escritura.
13. ABBA algo que une más a tu mamá y a ti.
14. Un balón de fútbol, para que te acuerdes de mí ;)
15: El símbolo del infinito. Porque tú y yo seremos un para siempre.
El atardecer me rodeaba, miré lo último dije. Un infinito, un para siempre.
Sonreí como una boba y coloque el dije en el brazalete. Los conté. En total eran 16, contando el corazoncito.
La sonrisa no se desvaneció, se incrementó cuando deje de ver el atardecer para ver todo negro.
Unas manos habían tapado mis ojos, su cuerpo irradiaba calidez y un escalofrío recorrió toda mi espalda al sentir su aliento en mi oído.
—¿Y si nos damos otro beso infinito?
El corazón amenazó con salirse de mi pecho. Doble sobre mi eje, sus manos liberaron mis ojos y se apoderaron de mi cintura. Parpadeé y me quedé anonadada viendo la calidez de su mirada.
—A ti te daría todos mis besos.
Mis manos alcanzaron sus mejillas. Trace líneas en sus lunares.
—Es la mejor sorpresa de toda mi vida. Gracias.
💌💌💌
Jugué con cada pequeño dije que adornaba mi muñeca. Cada pequeño detalle, él se había tomado el tiempo de conocerme a la perfección. De resumirme y plasmarlo en un brazalete.
—¿En qué tanto piensas? —preguntó mamá, cepillándome el pelo.
Ya está completamente lista, vestida y maquillada. Solo faltaba el peinado, pero, mamá no quiso que las estilistas lo hicieran, ella quería peinarme.
—Fue perfecto, nunca nadie me había hecho un regalo así —dije emocionada—. Tan solo mira, cada dije representa algo mío. Me conoce tan bien —suspiré.
—Gavi te quiere, chiquitita.
—Lo sé —Jugué con el dije de corazón—. Siento que es el indicado. Sé que tengo 17 años recién cumplidos y que tal vez suene una locura decir que es el indicado, pero, siento que lo es. Lo es. Pablo me hace sentir especial, única —Alcé la mirada y la miré a los ojos, eran iguales a los míos—¿Crees que él y yo seamos un para siempre? Así como en los libros.
Mi entusiasmo es muy notorio.
Mamá acarició mi mejilla y con sinceridad me dijo:
—No lo sé, chiquitita. Tal vez sí, tal vez no —Dejé de verla, imaginando ese "Tal vez no". Volvió a hablar, la miré a los ojos y ese "no" se convirtió en un sí—. Es tu primer amor Val, nunca lo olvidarás. Miraras algo mínimo y te acordaras de él, sentirás esas mariposas y el amor seguirá ahí, el primer amor nunca se olvida, después de todo, fue el primero que te hizo saber que era lo que es ser amada. Dicen que nadie se queda con su primer amor. Tal vez Pablo y tú sean la excepción.
—¿Lo crees?
—La forma en la que se miran me da la respuesta.
Salté a sus brazos. Mamá era tan cálida, sus abrazos siempre me daban paz.
Pensé en lo que me dijo. En el primer amor. Nunca se olvidan. Ella no olvidaba a papá.
Quise preguntarle al respecto. Pero, no lo hice.
—Chiquitita, me pasaría toda la vida en un abrazo contigo, pero llegaremos tarde a nuestra fiesta. Y recuerda somos las reinas del baile.
Se separó de mí, dejó un rápido beso en mi frente y siguió peinándome. Sus dedos en mi cabello, la manera suave en la que me peinaba. La miré a través del espejo, estaba tan concentrada, pendiente a dejarme más bonita.
—Estás preciosa —susurró en mi oído. Me miró, nuestras idénticas miradas se conectaron por el cristal del espejo.
Miré a mi madre. Fácilmente podría ser mi reflejo en unos 17 años. Su piel era radiante, el brillo en sus ojos, su alborotado y castaño cabello, la sonrisa que llevaba.
Me acomodó una de las flores en mi cabello, me miró, abrió su boca y su voz salió en un dulce canto.
Schoolbag in hand
She leaves home in the early morning
Waving goodbye
With an absent-minded smile
I watch her go
With a surge of that well-known sadness
And I have to sit down for a while
The feeling that I'm loosing her forever
And without really entering her world
I'm glad whenever I can share her laughter
That funny little girl
Slipping through my fingers all the time
I try to capture every minute
The feeling in it
Slipping through my fingers all the time
Do I really see what's in her mind
Each time I think I'm close to knowing
She keeps on growing
Slipping through my fingers all the time
Besó mi mejilla.
—Ya no eres mi niña.
—Siempre seré tu niña, mamá.
—Has crecido —dijo con los ojos llorosos—. Mírate, si ya eres toda una mujer, en unos años te irás a la universidad, luego te casarás, tendrás hijos, formarás una familia...
—Serás una grandiosa abuela —Le seguí el juego y volteé para verla directa a los ojos.
—Quiero verte vestida de blanco el día de tu boda, también quiero ver a mis nietos, cargarlos y verte feliz formando una familia con tu Pablo.
Conocía lo dramática que era mamá. Si tan solo hubiese leído las entrelíneas, todo hubiera sido diferente.
—Serás mi dama de honor y la abuela consentida que lleve a mis hijos de vacaciones. Lo prometo.
Una promesa que cumpliría. Pero la vida me tenía otros planes.
Mamá limpió sus lágrimas. Besé su mejilla y le di un dulce abrazo.
—¿Bajamos?
—Bajamos —afirmó.
Salimos de la habitación y fuimos a la primera planta. Al bajar las escaleras, papá y Benjamín nos esperaban al inicio. Miré a mi padre y sonreí. Al estar a su altura, me tendió su mano y yo la acepté.
—Estás preciosa.
—Gracias.
Vi como papá pasó su mirada a mamá, miré de reojo lo que estaba viendo. Mamá viendo a Benjamín con unos ojos brillosos.
Muchas dudas aparecieron en mi mente. Desaparecieron al sentir el tacto de mi padre. Enganchó su brazo con el mío.
—¿Estás lista?
—Lo estoy.
Mamá enredó su brazo con el mío, tenía a mis padres de ambos lados. Caminamos por la casa y salimos hacia el jardín. La fiesta se llevaría a cabo en el jardín y parte de la playa, por la razón de que la temática era...
Redoble de tambores:
Mamma mia.
El escenario era perfecto, la playa, su aroma y la decoración había quedado espléndida, las ventanas, las guirnaldas, las luces, todo parecía salido de la película.
Miré a mis lados y luego al frente. Entonces lo vi.
Su cabello se veía peinado y alborotado a la vez, lucía una camiseta blanca remangada y ligeramente abierta dejando al descubierto parte de su pecho, sus vaqueros eran algo holgados y del mismo color que la camiseta.
Sin planearlo, ambos combinamos esa noche.
Y cumplimos uno de los sueños de mamá.
Verme vestida de blanco, junto a Pablo.
—Hola.
—Hola.
Deje un rápido beso en su boca en forma de saludo y me acerqué a sus padres y hermana.
Saludé primero a su papá y luego a Belén, su mamá, ambos deseándome un feliz cumpleaños y dándome un regalo.
—Aury —Abracé a Aurora y luego a su novio.
Estaban presentes unos amigos de Pablo de la Masia. Los conocía, pasé tiempo con ellos jugando a la FIFA y también en alguno que otros partidos al que iba. Nico, Ansu, Fermin, Balde y Cristo me saludaron con un choque de puños. También estaban los amigos más cercanos de Pablo, amigos de su pueblo que conocía desde peque, me los había presentado ayer por su cumpleaños y eran supermajos.
—Sí digo que estás guapísima, Gavi se pone como una cabra —Me dijo Alejandro, uno de los amigos más cercanos de mi novio.
Todos sus amigos empezaron a piropearme, ganándose malas miradas de Gavi. Quien a más de uno les tiró una colleja, estaba segura de que lo hacían para verlo cabreado y lo lograban. Era fácil de molestar.
—Futuros esposos —Mamá destacó el "esposos" con las intenciones de hacernos sonrojar, lo logró—. Les tomaré una foto.
Pablo y yo estábamos como dos tomates, y más cuando sus amigos se burlaron de nosotros.
Mamá sacó su cámara instantánea y empezó a tomarnos fotos como si su vida dependiera de ello.
—Hola ¿Quieren que les haga una foto familiar? —Carla llegó y se ofreció a tomarnos una fotografía.
Primero nos tomó a mamá y a mí, luego junto a papá, en la siguiente Pablo se unió, segundos después, su familia se nos acercó para una foto todos juntos. Mire todos los rostros y me sentí rodeada de familia.
Faltaba alguien y era el hombre que hacía feliz a mamá. Busqué a Benjamín con la mirada, al encontrarlo le hice un ademán para que viniera. Lo hizo, colocándose al lado de mamá.
Después de todo, él hizo sentir feliz a mamá por tantos años.
—Digan mamma mia —Una sonriente Carla, habló.
—Mamma mia —Se escuchó un coro.
Pablo dejó un rápido beso en mi mejilla, en el momento exacto en el que se tomó la fotografía.
Fueron más fotos que nos tomaron juntos. Mamá contrató a una fotógrafa.
Todos mis amigos del instituto llegaron, recibí muchas felicitaciones y regalos.
El ambiente, la música, todo era perfecto.
Estuve bailando junto a mis amigas, todos a mi alrededor se divertían. Mamá me daba vueltas y vueltas por la pista de baile, los pies me mataban y Pablo fue a mi rescate.
Él y yo nos escondimos en la mesa de la comida.
Me quité los bajos tacones.
—Esto está demasiado rico —dije al probar uno de los panecillos.
Pablo probó uno.
La luz de un flash nos cegó. Ambos parpadeamos y miramos confusos a la causante.
Una pelirroja de más o menos mi edad que empezó a disculparse.
—Lo siento, lo siento. Es que me salió, es el arte de la fotografía, capturar los momentos espontáneamente.
—No te preocupes...
—En verdad lo siento muchísimo, no era mi intención... —hablaba tan rápido, disculpándose de todas las formas posibles.
—No importa en verdad...
—No quería interrumpirlos... —Comprendió lo que le dije—¿De verdad no les molesta?
—No...
—Okay. Por cierto, me llamo Maxine...
—Valeria, un gusto.
—Gavi.
—Está muy bonita la fiesta.
—Gracias.
La pelirroja miró hacia ambos lados y dijo:
—¿Quieren que les tome una foto?
Miré a Pablo, él también me miró. Ambos asentimos. Limpie las comisuras de mis labios y me acerqué más a Pablo, él pasó uno de sus brazos por mi cintura.
El momento fue capturado.
—Genial —La pelirroja señaló hacia la pista del baile—Seguiré capturando momentos.
—Se ve maja —Seguí comiendo mi panecillo.
Comí unos más y choqué mi fanta con la de Pablo. Me divertí mucho con él, bailamos, hicimos tonterías, hasta que volví a la mesa de comida para beber agua.
—Val —Miré a Ester, dio un trago a su bebida de color azul.
—¿Si?
—¿Crees que me veo más sexy de lo que soy?
—Ester sabes que te ves radiante —Fui sincera.
Y era verdad. Su cabello caía liso, su rostro estaba perfectamente maquillado; llevaba un vestido azul plateado y unas botas que la hacían lucir más alta.
—Lo sé. Pero... —Se acercó más a mí y me dijo algo bajito para que solo yo escuchara—. Hay un chico que me interesa.
—¿Es él mismo de la otra vez?
—Sí.
Y estaba aquí en la fiesta. Eso quería decir que iba al instituto.
—¿Te gusta?
—Digamos que sí, es como un jueguito ya sabes...
Sus jueguitos. Se refería a que nada más quería follar y ya.
—¿Irás por él?
—Sí, pero...
—¿Qué?
—Nico está acá...
—¿Nico? ¿El amigo de Pablo? ¿El chico al que te quieres liar es a Nico?
Carla se sentiría mal.
—No. Es otro. El problema es Nico, en toda la fiesta no ha dejado de estar detrás de mí. Sé que soy demasiado guapa, pero que me deje respirar. Es más mira, ahí viene —Miré hacia lo que miraba Ester. Nico venía—. Ayúdame, Val. Por favor.
—Señoritas...
Nico sonrió como un galán. Ester me dio una mirada de auxilio y yo como buena amiga la ayudé.
—Nico, vamos a bailar —Lo agarré de la mano y tiré de él hacia la pista de baile.
Miré hacia Ester y le guiñé, dándole pase libre.
Solo esperaba que no se liara con el chico misterioso en mi habitación.
Varias canciones pasaron y no veía a Pablo por ninguna parte. Nico muchas veces se intentó separar de mí, pero yo me las apañé para decirle otra canción más, hasta que cambié de lugar con Carla.
—¿Has visto a Pablo? —Le pregunté a Pau.
—Lo vi entrar, seguro fue al baño.
—Vale. Iré a verlo.
Entré a la casa y no lo encontré en el baño de la primera planta. Subí las escaleras y fui a los otros baños. No lo encontré, iba a regresar, pero, me detuve al oír sonidos extraños.
Me acerqué por el pasillo. El sonido venía de mi habitación.
Entreabrí la puerta y los sollozos se escucharon más fuertes. Me asomé y vi a Ester, sola, en ropa interior. Estaba llorando.
—¿Qué pasó? —Me acerqué, preocupada.
Ester rompió en llanto.
—Me rechazo Val ¿Quién en su sano juicio me rechaza? Tan solo mírame, si soy una diosa y ese niñato es... ¡Un niñato!
—Debe de ser un idiota.
—Un gilipollas, Val. Me humilló, me dejó en ropa interior, me calentó y luego me rechazó...
—¿Se besaron?
—Y mucho más. Es un gilipollas, me quiso humillar y lo logró.
—¿Quién es?
—No quiero arruinarte la fiesta, Val.
—¿Quién es? Lo echaré, lo prometo.
—Val... en verdad no quiero arruinarte la fiesta.
—No lo harás. Ese tío, no suma ni resta —Ester miró sus manos—. Dime su nombre...
—Es Pa...
—Aquí están —Carla interrumpió, tiró la puerta muy fuerte—. Las estamos buscando. Recuerden, es hora de nuestro show —Carla miró a Ester y le preguntó—¿Tienes calor?
—Tonta.
Ester se puso de pie, recogió su vestido.
Carla se acercó a mi lado y me susurró al oído.
—Martina y Christopher están juntitos, creo que ya arreglaron sus problemas...
—¿De verdad?
—Sí, deberías ir a verlos con tus propios ojos.
Una interacción entre mis padres era lo que pedía ver, aunque sean las más pequeñas. Necesitaba leer sus miradas.
Me fijé en Ester. No la dejaría sola, ella notó mi mirada, que dijo:
—Anda, yo me quedo con Carla.
—¿No te importa?
—No...
Murmuró algo que no entendí y fui corriendo. Bajé las escaleras y antes de salir de la casa por la puerta trasera de la cocina, alguien me detuvo.
—Valeria —La gruesa voz de Benjamín me hizo mirarlo.
—¿Si?
Llevaba una camiseta verde agua y unos pantaloncillos color caqui. Dejó atrás sus trajes formales.
—Tu mamá me habló sobre el regalo de Christopher...
—Mmm sé que no tengo permiso para usarla, no es necesario que me digas las mil razones para no subirme en esa motocicleta. No lo haré.
—Sé que no lo harás —dijo y se apoyó contra el mesón, copie su acción—. Mientras Martina te lo prohíba, pero, he hablado con ella y hemos llegado a un acuerdo.
—¿Un acuerdo?
—Sí, podrás usarla siempre y cuando tú te hagas cargo de sacar el carnet, las clases de conducir y lo más importante... —Benjamín rodeó el mesón y de ahí sacó un casco, que tenía un lazo de regalo—. Siempre uses protección —Me lo tendió y yo lo acepté.
—¿De verdad?
—¿Crees que estoy mintiendo?
—No.
Ocurrió el preciso momento en donde no supe qué hacer. Benjamín y yo no teníamos la mejor relación, ni tampoco la peor, solo éramos conectados por la mujer que más apreciamos.
—Gracias —Dejé el casco sobre el mesón y lo abracé. Un abrazo que lo tomó por sorpresa—. En verdad, gracias. Prometo que seré responsable.
—Más te vale.
Volví a la fiesta. El cielo ya estaba oscuro y todos seguían divirtiéndose. Busqué con la mirada a mamá y la encontré, riéndose con papá, los dos escondidos en la mesa de comida.
Quise seguir viendo más.
Pero, alguien me interrumpió.
—Val ¿Podemos hablar? —Miré a Pablo, se le veía preocupado.
—¿Sucede algo?
—No —Se rascó la nuca, nervioso—. En realidad sí ¿Podemos ir a un lugar más privado?
Empezó a preocuparme.
—Claro.
Su mano se enredó con la mía y empezó a caminar llevándome consigo. Nos detuvimos detrás de la casa.
—¿Qué tienes que decirme? —Me apoyé en la pared y acaricié el dorso de su mano.
—Val... yo...
Se veía más despeinado, algo sudado y su camiseta estaba más desabotonada.
El nerviosismo se apoderó de él, balbuceaba palabras que no entendía, salvo por sus infinitos "te quiero" que decía cada 2x3.
En un intento de calmarlo dejé un costo beso en el dorso de su mano.
—Bonito, habla más despacio. No te entiendo...
—Val... yo...
Pablo cerró la boca cuando una tercera voz apareció.
—Aquí estás —Ester sonrió al verme—. El escenario ya está listo, solo tú faltas ¿nos vamos?
—Pablo me tiene que decir algo, un momento...
Y con "un momento" que pronuncié, me refería a que nos dejara a solas. Pero, ella se quedó, pendiente.
—¿Qué es lo que tienes que decir, Pablito? —Ester sonrió de una manera que no entendí.
Miré a Pablo, su nerviosismo se multiplicó por mil.
—Yo...
—Dilo, Pablito —Ester lo retó.
—Es Gavi —aclaro mi novio, dejando atrás ese nerviosismo, se llenó de valentía para acorralarme contra la pared y besarme. No era un simple beso, eran esos besos que nos dábamos cuando estábamos solitos y con ganas de quitarnos la ropa.
Me dejó sin aliento.
Y sobre mi boca, susurró lo suficientemente fuerte para que Ester escuchara.
—Quiero decirte que eres la chica más guapa, preciosa y sexy de toda la fiesta, de toda Barcelona y España, de todo el puto universo, Val.
—¿Eso era lo que me ibas a decir?
—También te iba a follar.
Las mejillas se me pusieron rojas. Vale, que eso me decía cuando estábamos los dos solos, no cuando teníamos espectadores.
Ester tosió y la rojez en mis mejillas incrementó.
—¿Ya nos vamos, Valeria?
—Cla... cla-ro...
Las piernas me temblaban al caminar. Llegué a donde Ester estaba y antes de irme con ella, regresé hacía Pablo.
Besé su mentón.
—Yo también quiero follar contigo.
Salí corriendo para no avergonzarme.
Regresé a la fiesta y me reuní junto a mis amigas, mamá me coloco una boa de plumas alrededor de mi cuello y las cuatro cinco subimos al escenario.
—Holaaa —Mamá habló por el micrófono, su voz sonó por todo el lugar—¿Todos me escuchan? —Las afirmaciones le dieron la respuesta—. Vale. Vale. Esta noche, tendrán el gusto de ser testigos de la presentación de Marval y sus coristas —Codeé a mamá—Aún no tenemos nombres, pero disfruten de la mejor noche de sus vidas.
Mamá tenía ese carisma que todo el mundo amaba. La pista empezó a sonar y mamá nos dio la señal para empezar con nuestro show.
Ambas poniéndonos de espaldas, para luego saltar y mirar hacia el público.
Las cinco cantamos a coro el primer verso. Lo teníamos tan ensayado, que salió a la perfección.
Super Trouper beams are gonna blind me
But I won't feel blue
Like I always do
'Cause somewhere in the crowd, there's you
I was sick and tired of everything
When I called you last night from Glasgow
All I do is eat and sleep and sing
Wishing every show was the last show
So imagine I was glad to hear you're coming
Suddenly I feel all right
(And suddenly it's gonna be) and it's gonna be so different
When I'm on the stage tonight
Mamá cantó los dos versos, su sonrisa era radiante y miraba a alguien en el público. Por un segundo creí que era Benjamín, pero no, era papá.
Deje de mirar y me enfoque en mi propia musa. Pablo.
Cada palabra que cantaba, era dirigida hacia él. Lo miré fijo y sonreí.
Tonight, the Super Trouper lights are gonna find me
Shining like the Sun (Sup-p-per Troup-p-per)
Smiling, having fun (Sup-p-per Troup-p-per)
Feeling like a number one
Tonight, the Super Trouper beams are gonna blind me
But I won't feel blue (Sup-p-per Troup-p-per)
Like I always do (Sup-p-per Troup-p-per)
'Cause somewhere in the crowd, there's you
Las cinco nos divertimos, bailando, cantando. Los años no pasaban entre nosotras y los recuerdos de años atrás vinieron, cuatro niñas y una jovencita que era adulta, cantaban y bailaban en la mesa de su sala, fingiendo que los cepillos eran micrófono y los ositos de peluches eran el público que nos aclamaba.
La fiesta continuó y en ningún momento se aburrió. La noche y mi vida sonaba como la canción "i gotta feeling", un sentimiento de canción que cantaba a todo pulmón, rodeada de mis personas favoritas.
A feelin' (wooh-hoo)
That tonight's gonna be a good night
That tonight's gonna be a good night
That tonight's gonna be a good, good night
A feelin' (wooh-hoo)
That tonight's gonna be a good night
That tonight's gonna be a good night
That tonight's gonna be a good, good night
Mis brazos rodearon el cuello de Pablo, dejé caer mi peso sobre él y me hizo girar, robándome más risas.
Estaba viviendo la mejor noche de mi vida.
Pablo me tendió una fanta, ambos chocamos las dos latas y bebimos.
—Repito. Es el mejor cumpleaños de toda mi vida.
Pablo acomodó uno de sus mechones detrás de mi oreja. Sonreí por su gesto y me acerqué a besarlo, pero, antes de que mis labios chocaron con los suyos, a estar a un centímetro de su rostro y teniendo una clara imagen de sus ojos, empezó a sonar dancing queen.
—¡Es mi canción! —chillé.
Y también escuché el chillido de mamá.
—¡Es mi canción!
Corrí en busca de mamá y al encontrarnos en medio de la pista de baile, gritamos.
—¡Es nuestra canción!
Bailaba y cantaba en el centro de la pista de baile junto a mamá. Ambas no sabíamos la coreografía. Llevamos 17 años bailando y cantando la canción.
You can dance, you can jive
Having the time of your life
Ella me señaló con sus brazos, el brillo de sus ojos y sonrisa era lo que más brillaban en esa noche.
Ooh, see that girl, watch that scene
Digging the dancing queen
Friday night and the lights are low
Looking out for a place to go
Where they play the right music
Getting in the swing
You come to look for a king
Mamá señaló a Pablo y entre saltos fue a dejarle una corona. Mi novio me hizo girar sobre mis talones, su rostro demasiado cerca al mío, dejando un rápido beso en mis labios.
Anybody could be that guy
Night is young and the music's high
With a bit of rock music
Everything is fine
You're in the mood for a dance
And when you get the chance
Mamá pasó uno de sus brazos por mis hombros y también dejó una corona encima de mi cabeza.
You are the dancing queen
Young and sweet, only seventeen
Dancing queen
Feel the beat from the tambourine, oh, yeah
You can dance, you can jive
Having the time of your life
Ooh, see that girl, watch that scene
Digging the dancing queen
You're a teaser, you turn them on
Leave them burning and then you are gone
Looking out for another, anyone will do
You're in the mood for a dance
And when you get the chance
You are the dancing queen
Young and sweet, only seventeen
Dancing queen
Feel the beat from the tambourine, oh, yeah
You can dance, you can jive
Having the time of your life
Ooh, see that girl, watch that scene
Digging the dancing queen
Digging the dancing queen
Rodeada de mis seres queridos, que aunque eran pocos, se sentía como una familia.
Mamá siempre me dio una familia. Siempre fuimos ella y yo, solo dos chicas que se complementaron como mejores amigas. Solo fuimos dos reinas del baile, adictas al café, a Abba y a los lunes de películas de mamma mia.
Éramos ella y yo...
Meses después solo estaba su recuerdo junto a mí.
Miraba cada rostro de las personas a mi alrededor, me cantaron feliz cumpleaños. Tenía a mamá abrazada a mí, después de todo. También era su cumpleaños, ella cumplía 34 y yo 17 dulces años de vida.
—Pide un deseo, Mar.
—Pide un deseo, Val.
Las dos hablamos al mismo tiempo y nos acercamos para soplar las velas de nuestro pastel.
Antes de cerrar los ojos, le di una mirada a Pablo.
Y en mi mente deseé:
"Deseo que Pablo cumpla todos sus sueños"
Sople las velas, junto a mamá, quien me abrazó y susurró en mi oído:
—Te amo, chiquitita.
Si tan solo hubiese sabido la verdad. Mi deseo hubiese sido distinto. Desearía que mamá nunca se enfermará, desearía poder despedirme de ella, desearía poder ir a ese viaje que tanto soñamos.
Desearía un día más con ella.
Eran más de media noche. El sol del día siguiente ya estaba saliendo. La fiesta seguía y Pablo y yo nos habíamos escapado para enrollarnos.
—Joder.
Pablo salió de mi interior. Las piernas me temblaban y tuve que apoyarme de sus hombros para no caerme.
Mi frente chocó con la suya, nuestras respiraciones eran rápidas.
—Un polvo post cumpleaños —Pablo sonrió ladeado y jalo mi labio inferior.
—Lo haremos una tradición ¿Vale?
Pablo sonrió coqueto y depositó un suave beso en mi nariz.
—Vale.
Me separé de Pablo, las piernas me temblaron.
Fue muy ardiente hacerlo contra la pared de mi habitación.
Me quité las bragas y fui por unas nuevas a mi maleta. Al tener ropa interior limpia y seca, me bajé la falda.
Pablo ya se subió los pantalones. No me quitaba la mirada de encima.
—¿Quieres que te enseñe mi segundo mejor regalo de cumpleaños? —dije emocionada.
—No le diría que no a esos ojos.
No esperé más y lo agarré de la mano, corrimos por toda la casa hasta llegar a la cochera. Donde estaba guardada la vespa que me regaló papá.
—¡Mirala! ¡Es preciosa!
Pase mis manos por el asiento y el timón.
Dejé de fantasear a lavar a mi nuevo bebé y empecé a buscar algo por todas las cajas que estaban.
—Debe de estar por aquí —me dije a mi misma. Pablo me miraba sin entender lo que buscaba.
Y al encontrarlo grité:
—¡Bingo!
Saque el casco y sople quitando todo el polvo. A pasos rápidos fui hacia el castaño, me puse de puntitas y coloqué el casco en la cabeza de Pablo.
Recordé que el abuelo tuvo una motocicleta y encontré su viejo casco.
—¿Quieres dar una vuelta?
—¿Sabes conducir eso? —preguntó mientras me ponía el casco que me regaló Benjamín, tenía inscrito mi nombre "Val" junto a un corazón con alas.
—Es una vespa ¿Qué tan difícil puede ser? —Fui a abrir el portón de la cochera, ya era viejo y pesado que le pedí ayuda a Pablo—. Ven, ayúdame, porfa.
Los dos logramos abrir el portón y sin pensarlo, me subí a la vespa color café.
Miré a Pablo:
—Sube, bonito.
—¿Tus padres se pueden enojar?
—Están demasiado ebrios para darse cuenta de que desaparecí. Así que, ¡el que tenga miedo a morir que no nazca!
Pablo me sonrió ladeado y sin dudarlo se subió a la vespa detrás de mí.
La encendí y arranque, para luego frenar de golpe. Pablo se aferró a mi cintura.
—Solo estaba probando, no seas miedoso.
—No tengo miedo. Confío en ti.
—Más te vale, porque daremos un largo paseo hasta la luna.
—¿Y más allá?
—Hasta el infinito —susurré y puse en marcha la vespa.
Y en ese momento, al igual que cada segundo que pasaba con Pablo, volví a sentirme como estar a tres metros sobre el cielo, volví a sentir las mariposas en mi estómago y sobre todo, sentí lo que era estar en una historia de amor.
Muchos libros hablaban de ese amor que venía en motocicleta, el chico de chaqueta negra, ojos azules, pelo negro y salvaje, con un cuerpo lleno de tatuajes, ese amor rebelde que vivían en la adolescencia y que dejaba grandes experiencias y traumas, el que siempre se iba como algo fugaz.
Yo no viví eso. A mí nunca vino ese chico rebelde en una motocicleta.
Yo solo conocí a un dulce chico que me enseñó tantas primeras veces, a un chico que seguía mis locuras, al que podía bailarle y cantarle sin que me detuviera, a un chico que le contaba mis libros y todo lo escribía. Un chico que me dedicaba goles y me sonreía, un chico que con tan solo mirarme provocaba de todo en mi cuerpo.
Un chico que me dio tanto. Un chico al cual veía como el amor de mi vida.
Lo veía como un para siempre.
No era un "Tal vez"
Y ahí, manejando por el malecón, con el cielo celeste y el mar siendo testigo, grité:
—¡Pablo!
—¡Val!
—¡Tú y yo somos un para siempre!
<333
Holaaa ¿Cómo están?
Nuevo capítulo 💖
Cuéntenme que les pareció 🧸
Me resulta gracioso que pensé en este capítulo desde diciembre del 2022 y recién en julio del 2023 estoy publicandolo 😋🤭
Lloro al pensar que en diciembre no quería escribir este fic por razones de "tiempo" y el porque estaba envuelta en otros proyectos, pero al final decidí escribir y fue una muy buena decisión 💘💘💘
¿Cuál ha sido su parte favorita del capítulo?
Estamos deacuerdo que necesitamos un novio como Pablo en nuestras vidas 🥺 (quitando algunas cositas obvio)
Nos leemos prontos
Pd: siento que ha mi vida le falta algo (los partidos del Barça)
No se olviden de votar y comentar, (mientras voten más rápido tendrán capítulos)
Nos vemos pronto <333
Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12
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© a n c o v i 1 2
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