22: Él sigue tus reglas, mamá.

❝meses antes❞
10 de abril, 2021

Pegué más mi rostro a la suave almohada, era tan cálida, suave y a la vez durita. Una muy rica almohada ¿Almohada? Abrí los ojos, lento y sentí el estirón de mis párpados al abrirlos más. No estaba abrazando a una almohada, era Pablo ¡Pablo! Y mi rostro había estado pegado a la fina tela que separaba mi mejilla de su piel.

Había dormido con Pablo.

Él y yo, sólitos.

Anoche.

Los besos. Las caricias.

Lento incliné mi cabeza hacia arriba y vi su rostro, seguía durmiendo como un angelito.

«¿En qué momento nos quedamos dormidos?» Lo último que recordaba de la noche eran los besos.

Bajé la mirada y vi que mis manos estaban en su torso, sentí sus brazos en mi cintura y en efecto, me tenía abrazada.

Él seguía durmiendo, se le veía tan tierno, sus rosados labios, aquellas pobladas cejas, pestañas y aquellos lunares que trace con mis dedos. Irradiaba paz, una paz en la que me volví a envolver. Apoyé mi mejilla en su pecho y cerré los ojos, suspirando al estar en esa posición. Algo lindo e inocente entre los dos, como en los libros que leía. Suspiraba cuando los protagonistas dormían juntos sin nada de lujuria de por medio y esa vez suspiré por mi misma, no estaba leyendo un libro, estaba viviendo el mío.

El sonido horroroso de la alarma del móvil me hizo brincar entre los brazos de Pablo, me asusté y entré enredos me caí al duro suelo. El móvil seguía sonando, pero más se escuchó mi quejido de dolor que levantó a mi amado.

Pablo me miró desde lo alto, su cara adormilada, me miraba preocupado y al percatarse que estaba bien, esbozó una sonrisa de burla.

—No te rías —dije a la vez que se le escapaban carcajadas.

Nos estábamos conociendo y su risa ya era música para mis oídos.

«Que lindo, que linda risa. Que lindo él» pensé y bajé la mirada para ocultar mi sonrisa.

—Déjame te ayudo.

Se puso de pie y me agarro de la cintura, poniéndome de pie. Me fijé en que había puesto sus manos puño, para no tocarme. Vi el rubor en sus pálidas mejillas y supe que estaba nervioso. Habíamos dormido juntos, quizá le había babeado la camiseta y él estaba sonrojado.

—Bon dia.

—Buen día.

Me soltó y fui rápido a apagar la alarma que seguía sonando. Al tener mi móvil entre las manos, vi que no se trataba de una alarma. Era una llamada y mamá me estaba llamando.

Mierda.

Miré a Pablo y poniendo mi dedo sobre sus rosados labios le di un ademán para que no dijera nada. Contesté la llamada y pegué el móvil a mi oído.

Hola, ma

—¿Te desperté?

—Sí.

—Lo siento.

—No te preocupes.

—¿Cómo dormiste? ¿Qué tal tu almohada?

Muy bien.

Demasiado bien.

—bien.

—¿Vienes a desayunar?

Mmm

—Es sábado. Tengo libre. Ven, no acepto un no como respuesta, byeee.

Y colgó.

Mamá se enojaría muchísimo si se enterara de donde pase la noche. De hecho tuve que pensarlo antes de aceptar quedarme, pero ni siquiera me detuve a pensarlo. Solo acepté.

Mamá creía que estaba en casa de Ester, es lo que le había dicho antes de ir a esa fiesta. Le mentí, bueno no le mentí en realidad, ella no me preguntó. Pero tampoco era como si hubiese hecho el peor de los delitos. No paso nada. Solo nos besamos hasta quedarnos dormidos, algo lindo. 

—Ehm me tengo que ir —murmuré con la mirada de Pablo encima. Estaba muy rojo y me di cuenta de que mi dedo seguía en sus labios—. Perdón. —Aparte mi dedo y mi rostro se sintió caliente. Fui yo la que se sonrojó.

Rápido agarré mis cosas y me dirigí a la puerta, Pablo la abrió por mí y me acompaño por el mismo camino por el que pasamos hace unas horas. Salí por la puerta trasera de La masia, pero, me regrese y plante un rápido beso en el mentón del futbolista.

—Nos vemos, bonito.

No me demore mucho en tomar un taxi. En el camino, me miré por los espejos laterales. Me veía mal, mi pelo fácil podía confundirse con un nido de pájaros, mi rostro estaba pálido con rastros del poco maquillaje de ayer. Solté un bostezo y apoyé mi cabeza sobre la ventana, bostecé por segunda vez y vi como el cristal se empañó. Mi dedo empezó a escribir en el vidrio.

Pablo

Poco a poco se borró.

Llegué a mi casa, me bajé del taxi no sin antes pagar por el servicio. Agarré mis cosas y empecé a caminar, abrí la puerta con mi llave y al tocar la madera del piso del interior, me quité los tacones.

Dios me mataban los pies.

Los ojos se me abrieron del tamaño de la luna llena al ver a mamá, parada en la pared paralela a mí.

La miré a ella, luego a mis pies y la ropa que traía puesta. La ropa de Pablo.

—Ester me llamo preocupada diciendo que no estabas con ella. Dime que usaste protección —Mamá estaba cruzada de brazos.

Las mejillas me ardieron de la vergüenza y de mi boca salían balbuceos que no se entendían.

—Valeria Margarita de las Praderas, dime que usaste protección.

—Yo... No...

—Chiquitita —Su tono era de regaño y a la vez de angustia. Dejo caer sus brazos sobre sus muslos—. Vamos por una pastilla del día siguiente.

Camino hacia mí y me agarro de la mano, para empezar a guiarme por la casa como si fuera una niña pequeña en busca de su juguete.

—Ma, Pablo y yo no hemos hecho nada —murmuré algo coherente por primera vez desde que llegue.

Mamá se detuvo y me miró.

—¿Nada? Me estás mirando a los ojos, ¿Dices la verdad o aprendiste a mentir? —Entrecerró sus ojos y me miró fijo.

—Solo vimos una película y luego me quedé dormida —confesé con la pura verdad, omitiendo la parte de los besos. Pero, no lo pude ocultar—...y también nos besamos...

—¿Estuvieron solos en una habitación y no paso nada de nada?

—No y es tu culpa —declaré apuntándole con mi dedo—. "Manos en la cintura". Pablo se tomó muy en serio tus reglas. Él sigue tus reglas, mamá.

—Ouhh, pues en todo caso me alegra haber dejado esas pautitas muy claras —señaló y me jalo un mechón del pelo—Y como que es mi culpa ¿Acaso tú querías llegar a otras cosas?

Atrapada.

No. Solo lo decía —me defendí.

Mentirosa.

Mamá y yo empezamos a caminar a la par, ambas nos sentamos en el sillón del salón.

—Entonces Pablo y tú, ¿no tuvieron S-E-X-O?

—¿Sexo? No pensamos en sexo.

No por el momento.

—Val Val, tuve tu edad, créeme que los jóvenes son muy hormonales.

—Lo sé —Lo viví, tuve un novio muy hormonal—, pero Pablo y yo nos estamos conociendo, además como te lo dije. Él sigue tus reglas.

Estúpidas reglas.

—Me agrada ese muchacho. Aclaro que si viene a pedirme permiso para que te cases con él, lo aceptaré. Será en la casa de la playa, llevarás un lindo vestido blanco y será un día perfecto...

Oh por dios.

—Mamá.

—Lo siento. Sueño por verte en un vestido de novia y también a mis nietos. Pero en un futuro, aún tienes 16...

—Me casaré a los 25 —confesé.

—Deseo verte.

—Claro que me verás, ni que te fueras a morir mañana —bromeé.

Mamá me abrazo y susurró:

—Seré tu dama de honor, Gavi se morirá al verte.

—Me casaré con Charles Leclerc, lo manifiesto —murmuré en una broma y dejé caer mi cabeza hacia atrás.

Mamá copió mi acción y me abrazo.

—Val.

—¿Si?

—¿Cuándo Gavi y tú tengan... mhm... sexo, me lo dirás?

—¿Quieres saber los detalles?

—NOOO, iuuu noo. Pero no estaría de más comentar que has continuado con tu vida sexual, me gustaría saberlo. Mantenerme informada de lo que haces. No quiero descuidarte, no como la última vez que ese idiota se aprovechó de ti. Quiero que me tengas confianza, no te juzgaré.

—Lo haré —Bajé la mirada al recordar a mi ex, por lo que dijo mamá. Fui tan estúpida.

—Y por el amor a Harry Styles, cuídate. Que no quiero ser abuela.

Rodé los ojos y bromeando dije:

—Uy, pero nos haría bien una mini Valeria Martina.

—Y tener que cambiar pañales. —Mamá se tapó la cara con las manos—No por favor.

Rodé los ojos.

Mamá dejó de ser dramática, dio tres toquecitos en mi rodilla. La miré, su cabello castaño caía firme, al igual que el mío, era imposible no verme en un futuro siendo igual que ella. Los mismos ojos, la misma nariz, sonrisa. Era una mini Martina.

Va. Me llamaba Martina. Pero usaba el Valeria. Valeria Martina.

—Ten —Me tendió un libro de un color celeste bajito. Era un diario—, me dijiste que se te acabo el otro y necesitas uno nuevo para escribir tu historia de amor con Gavi.


































💌💌💌








19 de abril, 2021

Las clases ya habían acabado, pero aún me encontraba en la escuela. Mejor dicho, en el gimnasio. Tenía una final este viernes y estaba practicando saques.

El rebote de la pelota se escuchaba una y otra vez, formando un eco. Golpeé a la pelota y escuché su rebote. Iba a agarrar otro balón, pero me detuve al ver que la pelota que tire, rebotaba hacia mi.

Seguro mi cara era de un completo susto, es más quería salir corriendo del miedo. Pero, dicho fantasmita se rio. Desconfiada, miré hacia al frente y me encontré con un muchacho.

—Perdón, no te quería asustar —se disculpó tragándose una risita.

—No me has asustado —mentí.

—¿Deberás? Creí que esa era tu cara de terror —Con su mano apuntó mi rostro, se fue acercando a mí.

—Vale, me has asustado un poquitín —confesé —creí que estaba sola... —Miré al chico, era lo suficientemente alto para que tener que inclinar mi cabeza hacia el techo —¿Eres nuevo?

—No estudio aquí.

Lo miré confundida. Si no estudiaba acá, porque estaba en las instalaciones.

Él debió de leer la duda en mi cara, ya que hablo —Venía a ver el lugar para el partido del viernes, soy el capitán del equipo de mi instituto.

—¿Has venido a espiar nuestros entrenamientos?

—No, me dijeron que ya no había nadie. Por eso vine —respondió—, pero te encontré aquí.

—Estaba practicando.

—Me he dado cuenta —dijo y agarré un balón—, el partido del viernes es muy importante, vendrán gente de universidades a ver.

¿Universidades?

—No sabía eso.

—Son para becas —Miró a su alrededor —, y viendo tu insti, dejan ver que sus alumnos no necesitan becas universitarias.

Tenía razón.

—Sin ánimos de sonar grosero.

—No te preocupes —susurré.

Él me sonrió y movió leve la pelota.

—Te estuve viendo.

—Oh... Vale que confiesas que me estuviste espiando.

—Solo fueron unos minutos —dijo —, los suficientes para ver que necesitas mejorar en tus saques.

—¿Mis saques? Los hago bien.

—Tu golpe es un poco suave.

Auch con mi ego.

—Necesita un poco más de fuerza.

Hizo rebotar la pelota en el piso, la elevo y luego la golpeó con su mano. Un saque perfecto que dificultaría la recepción de mis compañeras y no hablar de que si esa pelota me cae en la cabeza, me reinicia la vida.

—¿Me estás queriendo poner nerviosa?

—Tómalo como quieras —Agarro otra pelota—¿Quieres que te enseñe?

Miré sus brazos y luego los míos.

—No creo tener la misma fuerza.

—Tía, que si esos son tus ánimos, me dejas pensar que tengo el partido ganado.

Oh no, eso no.

—Eso lo veremos el viernes.

—Va ¿Me dejas enseñarte?

—Okay.

El chico se puso detrás de mí, dejó la pelota en la palma de mi mano izquierda.

—Abre un poco más las piernas —murmuró—, eleva tu mano y golpeas la pelota, el truco está en golpearla con la palma, sin usar los dedos. Y con todas tus fuerza.

Hice lo que me dijo.

—¿Cómo era que decías que no ibas a tener la misma fuerza? —preguntó al ver el saque.

La pelota rebotó.

Iba a responderle, pero por cosas del destino volteé un poco y visualicé a Pablo, a unos metros, de pie junto a las gradas. Le sonreí en forma de saludo, él no me devolvió esa linda sonrisa que siempre me daba. Vi como retrocedió un paso y pensé que se iría. Retrocedió otro y luego hizo todo lo contrario. Avanzo hacia nosotros.

—Hola —dijo algo frío, su miraba estaba puesta en mí, pero no solo en mí, más bien en lo tan cerquita que estaba el otro chico de mí. Su mano en mi cintura.

Me aleje.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté, pensaba que tenía entrenamiento.

—Quise sorprenderte.

El chico miró a Pablo y lo saludo, luego me miró a mí.

—Creo que mejor me voy.

—Sí es lo mejor —farfulló Pablo de una manera grosera. Le di una mirada de regaño. Él ni se limitó a verme.

El chico lo miró sin entender lo que "sucedía", dio un paso para irse, pero se detuvo y me miró.

—Por cierto, soy Raúl —me dijo su nombre.

—Valeria.

—Yo Gavi —se metió el castaño a mi lado y paso su brazo por mis hombros.

«Acaso él está ¿celoso?»

—Un gusto —Raúl me sonrió—Nos vemos el viernes.

Y se alejó.

—¿Qué pasa el viernes? —preguntó Pablo.

—Es mi partido de Vóley , él es del equipo contrario.

—¿Te estuvo molestando?

—No. Más bien fue agradable.

—¿Agradable? —Frunció las cejas y leve apretó la mandíbula. Intentó disimularlo, pero era muy expresivo. Entendí que estaba celoso.

Ni siquiera éramos novios.

Pase mis manos por su cintura y me puse de puntitas, deje un beso en su mentón.

—¿Estás celoso, gruñón?

—No.

—Mientes.

—No.

—¿No te molestaría si salgo con otros chicos?

—¿Te molestaría si salgo con otras chicas?

Era una pésima mentirosa, así que no gastaría mi saliva al decir una mentira. Hablé con la verdad.

—Sí me molestaría, tal vez un poco. No estamos saliendo en sí, pero...

Pero ¿Qué somos?

Nos comíamos a besos y nos tratábamos como novios. Pero, no somos novios.

Creo que Pablo entendió mi rostro dudoso ante la incógnita de "¿Qué somos?", Ya que me agarro de las mejillas y dejo un corto beso en mis labios.

—Sí, me puse celoso —afirmó—, se notaba que quería ligar contigo.

—Solo era amable.

Me separé de él y agarré uno de las pelotas. Se la lancé. Él la atrapó y habló:

—Quería ligar contigo —Me lanzó el balón, con facilidad lo agarré.

—Estoy interesada en otro chico —Le tiré el balón.

—¿Otro? —preguntó celoso, me lanzó la pelota. La atrape y se la lance.

—Bobo, eres tú.

Pablo dejó caer la pelota y reboto, impidiendo que se formará un silencio.

—¿Yo?

—¿Quién más? —Mordí mi labio inferior y nerviosa baje la mirada, la alcé para mirarlo a los ojos y llenándome de valentía, en un susurró dije —...es que me interesas...

Tenía miedo de escuchar lo que tendría que decirme y en un acto de desaparecer, salí corriendo.

Sí, salí corriendo.

Empujé fuerte las puertas del gimnasio y corrí por el pasillo hasta meterme a los vestidores. Pablo me seguía, escuchaba como me llamaba y al llegar a mí, me agarro de la cintura, atrayéndome hacia él.

Ambos nos mirábamos a los ojos.

—Tú también me interesas —susurró sin dejar de mirarme.

—¿De verdad?

—Me llamaste la atención desde el primer día en que te vi, quería tu número y lo conseguí...

Baje la mirada, nerviosa.

—Aún no creo que en verdad esperaras ese mes por mí.

—Fue una muy buena decisión.

Alcé la mirada.

—Fue una muy mala decisión no darte mi número la primera vez me lo pediste —confesé.

—Dicen que la tercera es la vencida —murmuró arrugado un poco su nariz. Sus palabras se quedaron en mi mente, él me pidió mi número tres veces, las dos primeras no se las di. Hasta la tercera vez.

Una muy buena decisión. Darle mi número.

Nuestros rostros se iban acercando y nuestros labios hubiesen rozado, si no hubiese sido por un falso carraspeo que nos hizo separarnos.

Mire a la inoportuna persona.

—Valeria, sabes que están prohibido el ingreso de chicos y más, sino estudian en este instituto —habló mi entrenadora.

Pablo y yo nos separamos como si cada uno tuviera una mega enfermedad contagiosa.

—No me hagas tener que avisarle a la directora.

¿La directora? Eso gritaba problemas.

—No ha sido culpa de Valeria —Se metió Gavi—, quería sorprenderla.

La entrenadora sonrió con falsedad —Podías sorprenderla en su casa. Ya conoces la salida, muchacho.

Agarré a Gavi de la mano y ambos salimos de los vestidores.

—Perdón por eso, la entrenadora es un tantito pesada y estricta.

Y más cuando se trata de la regla, nada de chicos en los vestidores. La puso más en serio cuando pillo a Ester haciendo cositas indebidas contra las taquillas.

—Iré a por mis cosas ¿y nos vamos a mi habitación? ¿Te apetece?

Pablo me miró un tanto pícaro y a la vez con sus mejillas un tanto rosaditas.

—¿A tu habitación?

Escuché lo que dijo y recordé lo que dije hace unos segundos. Trágame tierra.

—A mi casa —aclaré Podemos terminar las películas de Marvel. Si es que no tienes entrenamientos.

—Estoy libre.

—Genial, me ducho rápido y vamos.

Al llegar a casa, invite a Gavi a pasar. Dany nos trajo y nos dejó solos luego de que le moviera la cabeza en un ademán de "bye" gracias a dios, entendió.

—¿Tus padres están?

—Mamá está trabajando, viene antes de la cena y Benjamín debe de estar con ella —le respondí.

—¿Le llamas a tu papá por su nombre?

—No es mi papá —aclaré—, es el esposo de mamá, pero decirle "padrastro" suena mal, ni que fuera el malo de película.

Lo agarré de la mano y empecé a guiarlo, en un rápido tour por la planta baja.

—¿Quieres ver mi habitación?

—¿No le molestará a tu mamá?

—Solo es conocerla, no haremos nada...¿indebido? —Al menos que quieras—. Además tú me enseñaste la tuya, es justo que te enseñe la mía.

Subimos las escaleras y lo dejé pasar a mi mundo.

—Bienvenido al mundo de Val —canturreé y cerré la puerta o más bien traté.

Pablo miró a su alrededor y con su mano impidió que la puerta se cerrara por completo. Malditas reglas de mamá.

Mi habitación era sencilla, como la de cualquier adolescente normal. Salvo que la mía gritaba Valeria por todas partes y también que estaba inspirada en "MAMMA MIA" mamá y yo somos muy fanáticas de las películas y también de ABBA.

—Tienes muchos libros.

—Son pocos.

Pocos. Se verán pocos ante el universo.

Mira, te los presento —señalé con mi dedo los lomos de los primeros libros que leí —, estas fueron mis primeras lecturas, sonará muy cliché, pero fue el principito, luego Peter pan, Alicia en el país de las maravillas, ... —continué —, después pase a algo más grande y me enamoré de Harry Potter, Percy Jackson, Maze runner, cazadores de sombras —señalé cada uno o la mayoría de los libros que vivían en mi repisa.

Le estaba contando todas las historias que me apasionaban, era como desnudar mi alma ante sus ojos.

Me di cuenta de que me la había pasado hablando de libros y entre en razón de que seguro a él no le importaba o le aburría. Ester una vez dijo que era de ñoños y que no se veía sexy, ni lindo.

—Perdona, seguro te estoy aburriendo.

—Con tu sonrisa no me puedo aburrir.

Baje la mirada por la cursilería que dijo. Boba sonreí de oreja a oreja.

Es tan divino.

—¿Y estos libros? Siempre te veo con uno de esos —preguntó señalándolos.

Miré lo que señaló, y fue justo a tiempo que hable, impidiendo que él los agarrara.

—Esos son personales —aclaré—. No los cojas —Escuché lo que dije, soné un poco borde—, son mis diarios. Es algo ñoño, te puedes reír.

—¿Por qué me reiría?

—Las personas suelen reírse de ello, mis amigos lo hicieron.

Es más me hicieron pasar vergüenza, leyeron en voz alta algo que escribí sobre los ojos verdes de Charles Leclerc. Me avergoncé.

—No soy como los demás.

—De eso ya me he dado cuenta.

Fui rompiendo la distancia entre los dos. Nuestros labios rozaron, pero, no llego a más. Una tercera voz nos interrumpió.

—Val ¿Quieres algo de comer? —preguntó Margarita, haciendo que Pablo y yo nos distanciemos.

—Mmm —Miré a Pablo—¿Tú quieres algo?

—No... sí...

Estaba nervioso.

—Sí, esas ricas galletas que haces —pedí y agregue—, porfis.

—Vale —Margarita miró a Pablo—. Los espero abajo.

—Bajaremos en un momento —dije.

Margarita nos dejó solos luego de darnos una mirada de "los estaré vigilando" y se fue.

—Val.

—Dime.

—¿Cuál es tu libro favorito?

«Él que estoy escribiendo sobre nosotros. Sobre ti. Nuestro amor.»

Mmm —Me acerqué a la estantería y saque el libro —, este es..., me lo leería millones de veces.

Se lo enseñé. Él lo agarro con sus dos manos, ojeo la portada y luego pasó las hojas viendo los subrayados y notas mías en las esquinas.

—¿Me lo prestas?

—¿Qué si te lo presto? —pregunté sin creerlo.

Pablo asintió.

Confieso que soy un poco tóxica con mis libros, rara vez dejo que los toquen o prestarlos. Me sobrarían dedos de la mano para contar las pocas ocasiones que les preste a Carla o a mamá. No a cualquiera les presto libros.

Aun así, con una sonrisa boba. Dije:

—Vale.

—Gracias —Seguí los movimientos de sus manos, guardo el libro en su mochila.

Adiós bebé.

—¿Bajamos a ver la peli?

«Al menos que quieras hacer algo más.»
«Marrana

Salimos de mi cuarto y bajamos las escaleras. Pablo me llamó y yo giré mi rostro a verlo.

—¿Qué pasa?

—¿Qué libro estás leyendo?

¿Qué libro estaba leyendo? Él me lo preguntaba en serio, ningún chico me preguntaba sobre mis lecturas. Mi madre y Carla eran las únicas que me preguntaban sobre lo nuevo que estaba leyendo y ahora Pablo. Es que era perfecto.

Le dije el nombre de la historia y empecé a contarle un poco de lo que iba.

—Ya me falta poco para terminarlo y es que los enemies to lovers es uno de mis tropes favoritos y más cuando el protagonista es un completo chico malo que se acuesta con todas y luego cambia por la chica.

—¿Te gustan los chicos malos? —preguntó.

Llegamos a la sala de estar y tomé asiento en el sofá.

—Sí —Lo agarré de la mano y lo jalé para que se sentara a mi lado—, pero solo en los libros, porque en la vida real, no podría con ello, creo que acabarían conmigo —Posé mi mano en su mejilla y lento le fui girando el rostro, de tal manera que nuestros ojos chocaran—. En la vida real me gustan más los chicos dulces —Dejé un costo beso en sus labios —. Como tú.

—Eso me hace sentir más aliviado —susurró a centímetros de mis labios. Pablo me iba a besar, pero se detuvo a ver a Margarita asomarse.

Ambos nos separamos un poco.

—Siéntete como en casa.

Al principio noté que estaba algo incómodo, pues Dany y Margarita venían a asomarnos cada 5 minutos. Pero, luego, se fue relajando, quiero creer que fue por el hecho de que enrede sus dedos con los míos y apoyé mi cabeza en su hombro. Los dos habíamos quedado en ver las películas de Marvel, cronológicamente. Anteriormente, cuando pase la noche con él, vimos capitán América, por lo que nos tocaba capitana Marvel y luego vimos iron Man, comimos las galletas de avena que preparó Margarita, era tan ricas.

La película ya estaba llegando a su fin. Cuando escuché pasos acercarse y luego voces, las que reconocía como la de Mamá y Benjamín, este último fue el que hablo.

—Esta ausente en su vida, no deberías contestarle las llamadas.

—Es su papá.

—Es su papá, pero te llama a ti y no a e...

Benjamín no terminó de hablar  ya que noto mi presencia. Mamá me miró con una cara de "no debías de escuchar eso", pero la borro al ver a Pablo a mi lado.

—Gavi, no sabía que estabas aquí. 

—Yo lo invité —dije y le puse pausa a la película.

—Te quedarás a cenar, Margarita ha preparado una rica lasaña, no te arrepentirás de probarla.

Miré a mamá, la sonrisa que traía era la misma que usaba para qué olvidarán los momentos incómodos. Baje la mirada y vi que en su mano, llevaba su móvil. Mamá debió de ver que le estaba mirando el teléfono, ya que rápido me lo tendió y habló.

—Christopher está en el móvil.

Agarré el móvil y me puse de pie, Pegué el aparato a mi oreja.

Hi dadsaludé a mi papá y miré a Gavi, le susurré un "ahora vuelvo".

Subí las escaleras corriendo, de lejos escuché como mamá le presentaba a Pablo a Benjamín. Deje de escuchar cuando llegue a la segunda planta y me encerré en mi habitación.

—My little beautiful princess —sonreí al escuchar como me llamaba. Siempre lo hacía así.

Empezamos a hablar, de mí, de él y de donde estaba. En alguna parte del mundo, aventuras, diversión. Ya me había acostumbrado a ello, a tenerlo lejos y recibir llamadas.

Papá me había prometido que al terminar la escuela, me llevaría a una de sus aventuras. Ya contaba los días para ello, pero también tenía algo de horror, ya que mamá también me había prometido ir a Grecia cuando termine el bachillerato. Y solo había una Valeria.

Mi plan A, ir con los dos y convencerlos de viajar los tres.

No le dirían que no a su princesita.

¿O si?

Seguí hablando con él, echada en mi cama.

Escuché tres golpecitos en la puerta y vi a Pablo, asomándose.

—Tu mamá me dijo que te venga a avisar que la cena ya está servida —dijo, le hice un ademán con mi mano para qué entrará.

—Dad, I have to hang up. it's dinner time. Call me later...you promise, of course, okay. Kisses

Colgué.

—Papá no habla español —le comenté —, es americano.

—Hablas muy bien el inglés.

—Gracias, tenía que aprenderlo si quería ver las entrevistas de one direction —La pura verdad y también porque tenía que hablar con mi papá.

Gavi miro lo que tenía a un lado junto a mi escritorio. Mi Charles Leclerc de cartón tamaño real.

—Tengo un ligero crush con él —dije—, y no me veas raro —reí —. Todas las tías de mi edad sueñan o tienen a su celebrity cruhs en cartón.

—No te miro raro —se defendió tratando de no reírse—. Bajemos para cenar, tu mamá está que nos espera.

Me tendió la mano y me alzó. Ambos salimos de mi habitación, con las manos juntas y a mitad de las escaleras, hablé.

—Sabes, Pablo —Él me miró con toda su atención —, cuando seas un futbolista famoso, que estoy segurísima lo serás, muchas chicas tendrán un Gavi de cartón tamaño real —dije y en modo de broma, agregué —, y me pondré celosa.

—¿Por qué te pondrías celosa? Si tú ya me tienes a mí.

Me dio un picó. De esos que me dejaban con ganas y a la espera de más, aunque no los esperabas.

Baje la mirada y tapándome la cara, susurré: —No me hagas sonrojar.

Al llegar al comedor, mamá nos estaba esperando. Solo había tres platos y Benjamín no estaba por ningún lado.

—¿Y Benjamín?

—Salida de amigos.

—¿El periodista?

—Ese mismo.

Benjamín trabajaba en un periódico, mamá lo conoció por medio de su trabajo.

Me senté al lado de mamá y Pablo al frente de mí. La cena transcurrió tranquila, no era lo mismo de otros días, pues Pablo estaba con nosotras. Hablamos y mamá empezó a interrogar al castaño.

—¿Cuándo es tu próximo partido?

—Este jueves.

—¿Podemos ir a verte? —preguntó mamá de entrometida, la pateé por debajo de la mesa. Ella me devolvió el golpe.

—Iba a invitar a Val y también usted puede ir.

Mamá dio unos aplausos en forma de celebración al igual que un extraño baile con sus manos.

—Ni siquiera te gusta el fútbol.

Mamá me saco la lengua.

—A ti tampoco.

—Touche.

Pero me gusta el futbolista Pablo Gavi.






























































































<333 amo este caaap

Es que los de ❝months before❞ son tan lindoooss 

A Pablo un poquito celosito, a medida de la historia lo iremos viendo más celosito jsjzsjs

Si les ha gustado no olviden dejar su estrellita y de comentar, eso me ayuda a saber que les va gustando la historia y me anima a seguir escribiendo 💖

Ya pero el hecho de que Pablo le pregunte sobre sus libros 🔝 me deja las expectativas 📈📈📈

Recomienden la historia para que crezca 🥺

Por favor no se olviden de dejar su voto y comentar, eso me anima a seguir escribiendo :)

Síganme en redes y en wattpad para que no se pierdan de nada ❤️

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

║▌│█║▌│ █║▌│█│║▌║
 ©  a  n  c  o  v  i  1  2

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top