25 de diciembre, 2021

Sigue durmiendo.

Abracé más a mi almohada, pegándome más. El ambiente era cálido, cómodo, quería quedarme dormida por más horas, acurrucándome a la cómoda y familiar almohada.

¿Almohada?

Abrí los ojos al recordar. Parpadeé hasta adaptarme a la luz de los rayos del sol que se colaban por las cortinas. Mi corazón dio un brinco y empezó una carrera al toparme con él. Gavi, durmiendo, a mi lado, pegado a mí ¿En que momento nos quedamos dormidos? Me moví un poco, pero no lo suficiente al estar siendo abrazada. Nos habíamos quedado dormidos de tal manera que mi rostro daba contra su pecho, sus manos alrededor de mi cintura y las mías en las de él.

Que cómoda almohada.

—Gavi —susurré moviéndome para despegarme—. Oye, levántate —Incliné mi cabeza hacia arriba para verlo dormido como un bebé.

Aparte mis manos de su torso. Y empecé o más bien trate de moverlo para que se levante.

—Cinco minutos más —susurró adormilado, abrazándome más y más, pegándome a su cuerpo...

Cinco minutos más no nos haría daño. Además era navidad. Cerré los ojos y me acurruqué en su pecho. Pasé mis brazos por su torso, sentí como él apoyó su mentón en mi cabeza. Podía sentir su respiración tranquila al igual que los latidos de su corazón.

Toda tranquilidad se esfumó al oír golpes en la puerta.

—Valeria ¿Estás despierta? —Escuché la voz de Benjamín y abrí los ojos. Pensé en no responderle dándole la respuesta con un silencio. Pero, había una posibilidad de que entrará y viera a Gavi en mi cama.

—Me estoy cambiando —dije alzando la voz e intentar zafarme de unos fuertes brazos. Se me hizo imposible.

—Quiero hablar contigo. Apurarte.

—¡Un minuto!

Empecé a sacudir al castaño, su sueño era pesado y se acurrucaba más y más.

—Despierta —Di palmaditas en su mejilla y lo zarandeé. Hizo una mueca y parpadeo lento.

—Buenos... —Tapé su boca con mis dos manos.

—Shhhh no hables —Le Ordené. Él me miro sin entender, volví a repetir el "no hables" y aparté mis manos de su boca.

Gavi asintió y se quedó callado. Me miró y se dio cuenta en la posición tan comprometida en la que estábamos. Nuestros cuerpos juntos y su bulto rozando mi abdomen.

—Gavi...

—Lo siento —susurró al notar que una parte de su cuerpo se había levantado más que él.

Nos quedamos mirándonos, sin decir nada, ni movernos para no iniciar un incendio. Benjamín volvió a tocar la puerta y amenazó con entrar.

—Voy a entrar.

—Espera un momento —Alcé la voz para que me escuchara. Miré a Gavi y le pedí que se escondiera.

Me levanté de la cama, él hizo lo mismo buscando un lugar donde esconderse. No había muchas opciones, salvo debajo de la cama y el armario.

—El armario, anda —Se metió en la habitación de mi ropa y fui a abrirle la puerta a Benjamín de lo más normal, sin mostrar una pista de estar ocultando un chico en mi habitación—. Buenos días —saludé al verlo del otro lado. Su vestimenta era la misma de siempre. Formal.

Sin pedir permiso entró a mi habitación, miró a todos lados buscando algo inusual. Se quedó mirando la cama hecha un desastre, donde segundos antes Gavi y yo habíamos estado abrazados.

—¿Qué querías decirme? —pregunté al notar que su mirada pasó al armario. Al escucharme, me miró a los ojos.

—Nos vamos a Madrid.

—¿Madrid?

—Regresaremos después de año nuevo —dijo—. Hay asuntos importantes que ver en la empresa de tu madre que ameritan ir.

—Pero...

—Anda, Valeria nada de peros. Nuestro vuelo sale en la tarde —informó lo último—. Lleva lo básico.

Y sin decir nada más salió de mi habitación, cerrando la puerta detrás de él. Escuché sus pasos bajar las escaleras y respiré tranquila. Me acerqué al armario y lo abrí, dejando salir al castaño, le di una rápida mirada para notar que aún tenía ese problema.

—Puedes ducharte —señalé—. Si quieres.

—¿Te irás a Madrid? —preguntó ignorando mi sugerencia.

—Ya lo has escuchado. No preguntes.

—Vale —murmuró, le di la espalda y de mi armario saqué una valija. Sentí su presencia atrás de mí—. Y Valeria...

—¿Qué?

—Por lo de ayer... —Di media vuelta al escucharlo.

Por lo de ayer

¿A caso se refería a nuestro casi beso? Lo quería besar, necesitaba besarlo, pero ¿Él quería besarme?

—¿Qué pasó ayer? —Me hice la desentendida. No lo admitiría, al menos que él lo hiciera primero.

—¿No lo recuerdas?

—No —Retrocedí un paso, él dio otro acarralándome entre el armario y él.

No tenía escapatoria. Mordí mi labio inferior y dejé de mirarlo a los ojos al sentir sus manos en mi cintura y aunque había tela entre su tacto y mi piel, las cosquillas aparecían. Cerré los ojos al sentir la punta de su nariz rozar con la mía ¿Qué carajos estaba haciendo? ¿Qué quería de mí?

—¿Qué... qué haces?

—Hacerte recordar —susurró a escasos centímetros de mis labios.

Mi corazón dio un vuelco al sentir su boca sobre la mía. Él me estaba besando, un suave beso que buscaba ser correspondido. Pero, en ese momento yo estaba en shock y no fue hasta que se separó cuando tuve la necesidad de volverlo a besar.

—Iré a por esa ducha —susurró dejándome procesar lo que hace un segundo acaba de pasar.

No le dije nada.

Miré un punto finjo. Pasé uno de mis dedos por mis labios. Me acaba de besar. Gavi me había besado. Pablo me había besado. Mi Pablo.

No paso por mi mente debatir el que hacer o decir. Mis piernas se movieron por si solas. No pensaba con claridad y tampoco me importaba, abrí la puerta del baño y vi su espalda desnuda. 

—Pablo —Lo llamé por su nombre. Dio media vuelta para verme, pero no le di el tiempo suficiente al pasar mis brazos por su cuello y pegar mis labios contra los suyos.

Lo besé y él me devolvió el beso, cargado de nostalgia y un amor no resuelto. El tiempo se detuvo. Sus labios siguieron los míos, robándome una sonrisita. Una de mis manos acarició su nuca, sabía que le gustaba que hiciera eso, acariciar su nuca e ir bajando por su cuello. Mordí suave su labio inferior, jadeó en mi boca y me sujeto fuerte de la cintura, alzándome. Mis pies dejaron el piso y me vi obligada con gusto a enredar mis piernas en su cintura. Cada roce de labios hablaba de historias compartidas y un vínculo que no estaba desgastado. Fue un beso lleno de "¿y si tal vez?".

Los besos siguieron, subiendo de nivel cada vez más. Mi corazón lo había extrañado y también ni cuerpo que deseaba volver a sentirlo. Entre besos y caricias, la ropa se encontraba tiraba en las baldosas del baño. Nuestras manos trazaban un mapa de caricias que para mí eran huellas de amor, junto a besos que se robaban suspiros que decían su nombre.

Su boca, manos y todo de él no me dejaban pensar con claridad. Estaba acalorada de la calentura, mi cuerpo lo deseaba. Sentir placer por alguien al cual conocía y el cual me conocía.

—¿Quieres hacerlo?

—Sí.

Me dio un rápido beso y empezó a buscar un preservativo entre los cajones. Él y yo ya habíamos sido novios, habíamos tenido relaciones sexuales varias veces y sabía donde era el lugar en donde yo guardaba los condones. Ansiosa, apoyé mi espalda contra el espejo y vi como empezó a buscar un condón. No sé demoro mucho, pero fue el suficiente tiempo para que mis pensamientos me hicieran entrar en razón.

Volvió a besarme al tener el preservativo. Los pensamientos eran el peor problema, un arma que te atacaba sin consultarlo. No le seguí el beso con la misma intensidad y él lo noto. Él notaba cada pequeño detalle de mí. 

—¿Sucede algo? —susurró—¿Quieres que pare?

Sin decir nada, asentí. Me aparté un poco de él.

Y me pregunté a mí misma:

¿Qué es lo que estábamos haciendo? ¿Dejarnos llevar por la calentura?

Yo no quería eso. No quería follar y ya.

—¿Qué es lo que quieres de mí? —Le pregunté.

No sería un polvo y ya. No me haría bien. Lo sé. Ya pasé por eso una vez y no quería volverlo a repetir y menos con él.

—¿Qué? —Me miró confundido.

—¿Qué es lo que quieres de mí? —Le volví a preguntar.

Deseaba tener la respuesta, en los últimos meses creí que la tenía, quería estar conmigo, enamorarme, lo hizo, fuimos novios, todo un sueño y luego se acabó, dijo que quería que fuéramos amigos, lo quise intentar, dejó de hablarme y hace unas semanas volvió a presentarse y está vez quiere follar.

¿Qué es lo que quiere? Que seamos follaamigos.

Baje la mirada y asentí frunciendo mis labios. Había obtenido una respuesta. Su silencio.

—Creo que es mejor que te des esa ducha fría —murmuré haciéndole a un lado.

Me bajé del lavabo y me subí las bragas con el short. Yo también necesitaba una ducha fría y también una poción del olvido.

Salí del baño y no supe en donde meterme. Empecé sacar ropa de mi armario, doble prendas y las iba ordenando en la valija. La regadera se escuchaba, pasaron minutos y no dejaba de pensar. En todo, en cada segundo, en el pasado, en el presente y en un futuro incierto.

Los nervios me invadieron al dejar de escuchar la regadera. Minutos después se escuchó el sonido de la puerta siendo abierta. No era necesario voltear para saber que Gavi estaba detrás.

—Valeria...

Las manos me temblaban al cerrar la valija

—¿Si?

—No te quería incomodar, lo siento.

—Yo fui la que te beso —Giré sobre mis talones —. No debes de disculparte.

—Fui yo el que te beso primero —Se fue acercando a mí, hasta estar lo suficientemente cerca para rozar su mano con la mía.

Retrocedí un paso.

—No me hagas esto —susurré —, todavía me gustas —confesé —. Nunca dejaste de gustarme y sé que ya no sientes lo mismo por mí y que todo esto ha sido el calentó del momento. Pero, no quiero ser solo un polvo y ya...

—No es...

No lo dejé terminar

—¿Qué es lo que quieres de mí? —Le volví a preguntar —¿amigos? ¿Novios? ¿Follaamigos? ¿Qué?

No dijo nada y fue suficiente.

—Mejor vete.

Xoxo. Nota de autora actualizada: por si no lo sabían estoy volviendo a subir la historia, siguiendo las nuevas políticas de wattpad. Para los que ya han leído el libro, saben que en esta parte venía una escena más caliente, pero la he tenido que suavizar y es lo que haré con las próximas escenas +18 entre los protagonistas (salvo cuando ya tengan 18 jsjsjs).

Me gustaría saber su opinión acerca de la escena ¿les gusto?

<333 este capítulo fue 🥰🔥🥲

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