16• Appassionato.
Durante su estancia en Rusia aprendió algunas cosas.
Recuerda, vagamente, una conversación que quizá no debió haber escuchado, pero que igual no debería haberse llevado acabo en un lugar público. Así que él no tiene toda la culpa.
Esa tarde, después de terminar sus prácticas y mientras alistaba sus cosas con el propósito de salir del recinto lo más rápido posible y llegar a la casa de Yakov porque siente que se le abrirá un agujero en el estómago sino come algo pronto, escucha un pequeño grito.
Yura puso los ojos en blanco aquel entonces al reconocer el sonido chillón de entusiasmo que le ha escuchado más de una ocasión a Mila, sobre todo cuando la Rusa se entusiasma demasiado. La intriga vino cuando el grito se sobrepuso a un silencio extraño y luego susurros ininteligibles.
Movido por una curiosidad insana y por la que su madre lo regañara si se llegase a enterar; caminó de puntillas, felicitándose mentalmente por no haberse puesto las deportivas aún.
Escondido detrás de una columna, Yuratchka Nikiforov comprendió realmente la diferencia que tenía entre sus compañeros de pista. Todos eran mayores ya que Yakov entrenaba sólo a patinadores de categoría Senior. Entre los cinco, solo Yura tenía quince años y era menor que Mila por tres años. Y ella era la más pequeña.
- ¿Entonces lo hicieron? -la voz de la pelirroja dejaba en claro lo entusiasmada que estaba, avivando más la curiosidad de Yurio - ¡Eso es increíble, Lizzet!
Lizzet era amiga de la Mila, casi siempre estaban juntas y aunque Yurio ha hablado muy poco con ella, piensa que es una chica muy madura para sus veinte años. Mucho más que Mila, al menos, y sólo se llevan dos años.
- Shh. Mila, alguien podría oírte.
- No hay nadie cerca -resopló la pelirroja -. Además no hay nada de que avergonzarse ¡Tu primera vez! ¡Ya eres toda una mujer!
- ¡Hablar de sexo a la ligera y en un lugar público si es cosa de que avergonzarse!
Algo en el cerebro de Yuratchka hizo clic. Como si un interruptor en su interior se activase. No era tonto, ha tenido clases de sexualidad en la escuela y su madre lo ha informado de lo básico desde su primer celo. Sin embargo, en esa ocasión hubo algo que alimentó su curiosidad.
A partir de ese momento procuró prestar más atención a su alrededor y se llevó muchas sorpresas. Como que la siempre sería Lizzet se sonrojaba y lanzaba miradas al capitán del equipo de Jockey cuando pasaban por la pista, o incluso que Mila coqueteaba descaradamente con algunos jugadores. Hasta Georgi sonreía como idiota cuando recibía algún mensaje de su insufrible novia.
Y observando más allá, todas las personas veían con menor o mayor grado de deseo y amor a alguien más.
Estaba acostumbrado a ver afecto. Sus padres son seres demasiado cariñosos entre ellos y con sus hijos, así que no desconoce totalmente las miradas que van desde la lujuria al amor sincero. Pero darse cuenta que el resto del mundo puede padecer lo mismo fue un poco shockeante.
Desde su encuentro del tercer tipo con JJ en los baños, tiende a tener más cuidado con las personas a su alrededor. Sobretodo con los Alfas, y toma religiosamente sus píldoras cada mañana. Si el olor del deseo está cerca, él procura no separarse de la multitud o estar siempre cerca de Mila, Lilia o Yakov.
Había olvidado lo que es sentir esa clase de deseo carnal. Había olvidado que él mismo lo experimentó en una ocasión.
Pero estaba ahí. El calor sofocante en todo su cuerpo y aquél extraño cosquilleo originándose en el centro mismo de su ser, viajando por cada rincón, cada nervio hasta casi hacerle cosquillas en la punta de los dedos y el cuero cabelludo. Sólo con sentir la mirada oscura de Otabek completamente centrada en él.
- ¿Puedes dejar de verme así? Siento que en cualquier momento me saltarás encima -pide con un hilo de voz.
- Lo siento -se excusa el Kazajo, pero Yura se remueve inquieto cuando no hace esfuerzo alguno por dejar de mirarlo.
Una parte de él -quizá esos instintos primarios en los Omegas sobre los que su madre le habló-, quiere obedecer al llamado del olor de Otabek. Ese efluvio tan embriagante y atrayente propio de un Alfa buscando la manera de atraer a su Omega, como un depredador a su presa.
Así que éste es el deseo sexual. Piensa. Que miedo...
Yuratchka podría dejarse llevar y lo sabe. Físicamente nada lo detiene. Sabe que si se levanta del sofá individual y sube a la cama pasa estar más cerca de Beka todo terminará. O comenzará, según como se vea.
"¿Vemos una película en tu habitación, Beka?" Yura frunce el ceño ante el recuerdo de sus palabras. Tonto, inocente, inconsciente... Yo sólo quería que nos relajáramos un poco antes de la final de mañana.
Quiere muchísimo a Otabek. No hay lugar para dudas sobre eso dentro de su corazón. Esperó durante dos largos años para volver a verlo. Y ahora que por fin a sucedido piensa que le dolerá separarse otra vez, aunque en ésta ocasión sea por menos tiempo y siendo casi oficialmente novios.
Pero no siente que esté preparado para dar un paso más allá. Ya cedió ante su terquedad y orgullo al admitir que está muy idiotizado gracias a su enamoramiento por Otabek, ya dio ese gran paso. No piensa dar otro tan inmenso e irreversible tan pronto.
Tiene quince años, por Dios. Y, sobretodo, aún tiene que resolver sus problemas familiares. Pero antes de eso debe concentrarse en la competencia del día siguiente. Está estresado, ansioso, preocupado, y muchos sentimientos angustiosos más llenan su ser en esos momentos.
¿Quién querría entregarse a la persona que desea y quiere con pensamientos tan pesimistas?
Él no, seguro.
Además, parte de la culpa es la educación que sus padres le dieron. Víctor y Yuri embellecieron tanto la imagen del amor y el placer carnal que Yurio no pude evitar pensar que también quiere que ese momento sea especial.
- Beka, te quiero, pero estás asustandome -dice y entonces, al fin, Otabek parpadea y regresa su mirada a la pantalla del televisor. Donde la sangre falsa de la novia del protagonista baña exageradamente el suelo de impecable mármol blanco.
- Lo siento. Es sólo que tu olor... está intensificándose y eso está... tentandome. Mucho.
Yura siente el rostro arder. Por supuesto. El Alfa no puede hacer gran cosa si el olor del Omega no lo llama primero. Así que el único culpable es él.
Tomando una respiración profunda, espera disminuir un poco sus feromonas y relajar un poco el ambiente.
- Perdón -es su turno para disculparse -. Sé que debemos hacerlo, pero...
- No, Yura -Altin lo interrumpe levantándose de la cama y con extrema lentitud se acerca a él procurando no asustarlo y se hinca frente al sofá -. No es un deber. No quiero que lo veas así. Cuando tú y yo lo hagamos será porque ambos lo deseemos.
Nikiforov siente que un poco del peso en sus hombros lo abandona ante tal declaración. Una preocupación menos.
Sonríe débilmente y ofrece una mano a su novio, quién no duda en tomarla y cruzar sus dedos.
- Sé que has pasado por muchas cosas y que tener relaciones es tu última prioridad en éstos momentos. Y está bien -le sonríe y guía sus manos unidas a sus labios, depositando un beso en la yema de sus dedos -. No hay prisa. Además de que aún eres muy pequeño.
Eso tuvo el efecto necesario para romper la magia en un segundo.
- ¡No me trates como a un niño!
Un par de horas después, más calmados y medio enredados en la cama viendo una película cómica para que el estómago de Otabek se asiente después ver tantas vísceras y miembros mutilados, Yurio vuelve a ser el mismo y las preocupaciones siguen dando vueltas en su mente.
Sus padres están ahí, en alguna parte de Barcelona, quizá a un par de calles o tal vez en el mismo hotel y no hay nada más que quiera que ir con ellos. El infantil deseo de asaltar su cama a mitad de la noche y acurrucarse entre ambos para superar las pesadillas como lo hacía a su tierna edad es un pensamiento constante.
Quiere llamarlos. Quiere que su padre vaya por él y lo lleve con ellos. Quiere dormir entre los brazos de su madre la noche antes de la competencia más importante de la temporada.
Lo ocurrido hoy fue tan revelador que se sintió motivado por el resto de la tarde y completamente decidido a ganar la medalla de oro con su programa libre.
Hasta que la adrenalina se esfumó y ahora, con los fuertes brazos de un Otabek adormilado, la realidad lo ataca.
Está en primer lugar, si. Por ahora.
Él vió las presentaciones de los demás participantes. Ha sido testigo del crecimiento atlético de Zet, su amigo tiene la capacidad necesaria para subir al podio y, si se lo propusiera, lo desbancaría. Está JJ quién tuvo su momento de estupidez, pero puede volver a ser el mismo sujeto insoportable mañana y retomar su lugar, tal vez volver a arrebatarle el oro. Raymond Giacometti aunque presuntuoso, es talentoso y está en tercer lugar. Y Hien puede subir como la espuma desde aún como quinto.
Incluso Otabek.
Su novio es mucho más talentoso de lo que esperó y su programa es tan original que podrá llegar al podio sin dudas.
A menos que alguno cometa errores.
O que Yurio haga una actuación absolutamente perfecta.
- Tus pensamientos están gritando, Yura -murmura Otabek, soñoliento -. No me dejan dormir.
Yurio intentó sonreír sin lograrlo -No voy a disculparme.
- No quiero que lo hagas -los párpados se abren para darle paso a las oscuras orbes de Beka y Yurio se entretiene admirado como la luz de la televisión se refleja azul en el rostro serio -. Puedes hablar conmigo, lo sabes ¿no?
Yuratchka lo piensa.
Otabek ya ha escuchado mucho de sus fatídicos pensamientos en los últimos días que hasta vergüenza le está dando que Beka descubra tanto de su lado pesimista.
De hecho estaba esperando pacientemente a que su novio se durmiera para ir a la habitación de Zet y distraerse con una pelea de almohadas. De esas donde se rompen lámparas y el suelo queda cubierto con una fina capa de plumas.
- Siento que ya te he molestado mucho.
- Tu nunca molestas -contesta el moreno en medio de un bostezo y lo abraza con más fuerza -¿Me vas a decir o no?
Por otro lado, por muy pacifista que sea su mejor amigo, Zet puede ser tan molesto como un grano en el trasero si le interrumpen sus preciadas horas de sueño.
Y ahí está Otabek, tan dispuesto a escuchar como su cansancio se lo permite.
¿Por qué no?
- Tengo un sueño desde que era niño -comienza, el moreno pestañea ya más despierto y se sienta llevándolo con él -. Puede sonar muy iluso o infantil, pero es algo que comenzó desde que era un pequeño. Mi familia siempre fue objetivo de habladurías, incluso ante de que yo naciera. No hay nada que yo odie más que ver heridas a más personas que amo -Yura suspira y se suelta del cálido abrazo de Altin para girarse y hablarle de frente -. Me juré que le haría honor a mi nombre y el de mi familia.
- Por eso quieres ganar el oro con tanto ahínco.
Yurio asiente.
En un abrir y cerrar de ojos Yuratchka está recostado en la cama, con Otabek sobre su cuerpo restringiendo cualquier movimiento. Su corazón acelerado por el miedo a la acción repentina.
- ¿O-otabek?
Los oscuros ojos brillantes cual ónix lo observan, serio. Como si quisiera traspasar su barrera y ver el centro mismo de su alma.
- Eso no es infantil -dice y Yurio aspira disimuladamente el aliento mentolado -. Es algo muy lindo, a decir verdad. Pero dime, Yura ¿Dónde quedan tus verdaderos deseos?
- ¿Eh? -el rubio tiene problemas para concentrarse por la cercanía - ¿De que hablas? Ya te lo he dicho.
- No. Me has dicho el sueño que tenías de niño, pero ese pequeño no es la misma persona que eres ahora. Tu situación familiar no es la misma que antes. Entonces, ¿tú sueño puede seguir siendo ese?
Yuratchka iba a responder, pero sus pensamientos se dispersaron por un segundo antes de revolverse en su cerebro, como una pintura abstracta con diferentes formas y colores, incomprensible. No lo había pensado de esa manera.
Y los besos esporádicos de Beka a su rostro no ayudan para nada.
- Es bueno que quieras hacer ésto por tu familia, pero -el mayor se detiene y eleva la vista para encontrase con los ojos esmeraldas - ¿Haz pensado hacer algo por tí, Yura? El escenario será tuyo cuando decidas tomarlo.
Eso último lo murmuró contra sus labios antes de besarlo de una forma tan intensa que Yurio tuvo que empujarlo un poco para poder respirar.
⛸
- Estás siendo muy dramático, Yuratchka Nikiforov.
- Estoy siendo precavido, Zet Chulanont.
- ¿Precavido de mi? ¡¿Tu mejor amigo?!
Bien, si. Suena horrible, pero no puede pensar con más calma y claridad después de haber visto y oído la gran familiaridad con la que Zet hablaba por teléfono.
- No sería así si me dijeras lo que malditamente estás pensando.
- Al tío Yuri no le gustará saber que estás siendo mal hablado.
- A papá no le gustará saber que estás siendo muy confianzudo con Yullian.
- Así como no le agradará saber que su amado bebé rubio no durmió en su habitación anoche.
Touché.
- No tienes como comprobar eso.
Zet le lanzó una falsa mirada ofendida, dándole a entender que nada era imposible para él . Y conociéndolo, su celular es un arma que debe ser destruida.
Pasados unos segundos, Zet reanudó el movimiento de sus dedos, terminando de trenzar las hebras rubias.
- Ahora que ya respiras tranquilamente, te das cuenta que estas siendo demasiado ridículo ¿verdad?
Lo estaban. Absolutamente.
El celular de Zet había sonado en cuanto salió de la ducha. Yurio había ido a verlo para que le ayudara a peinar su cabello, pero el sonido del móvil los interrumpió.
En un comienzo le hizo gracia que su amigo se mostrara tan abierto y hablara con tanta confianza, porque si bien Zet es la amabilidad personificada, no es tan honesto con gente que no sea muy cercana a él.
Sin embargo, entendió todo cuando Chulanont le pasó el aparato telefónico y la voz que le respondió fue la dulce y melodiosa de su hermanito pequeño.
- ¿Por qué te comunicas tanto con Katsudon?
- Porque su tonto hermano mayor estuvo evitándolo por meses, así que Yulls me llamaba para hablar sobre tí. Él sabía que tu y yo manteníamos contacto.
Zet 2 - Yura 0
Una vez terminada la coleta alta, Zet suspiró cansado al ver la mirada inquisidora de Yura en el reflejo del espejo.
- ¿De verdad estás pensando que tengo algún interés en tu hermanito? ¡Un niño de cuatro años!
- ¡Eso es lo que debería decir yo! ¡Tiene cuatro años! -responde el rubio - Y no lo digas cómo si no fuera lindo.
- Es demasiado lindo, pero no quiero ir a prisión.
- Aún no podrían llevarte a la cárcel.
- Entonces, ¿Está bien que lo intente?
Yurio bufa. Está siendo ridículo, pero no puede ser de otra forma o los nervios terminarán por devorarlo de adentro hacia fuera.
Y agradece que su mejor amigo esté tan ansioso y demente como él para seguirle el juego.
- Yurio no hagas eso, es asqueroso.
Cuando Yuratchka iba a responder que podía morderse todo lo que quiera las uñas -aunque también cree que es horrible-, la puerta se abre seguido de dos golpes fuertes. Yakov y Celestino los observaban, uno serio y el otro con una amplia sonrisa.
- Ya es hora de irnos.
•
•
•
Deben separarse ahí. Zet entrará en el primer grupo y Yura será el último en presentarse.
Por primera vez ambos llegan a la final del Grand Prix y aunque ninguno lo diga, están felices por haberlo logrado juntos.
- Es mi turno.
- No te perdonaré si no estás parado a mi lado en el podio al final de ésto, lo sabes.
La sonrisa de Chulanont se amplía, mostrando una perfecta y blanca dentadura acompañada del brillo en sus ojos color miel.
Su amigo da un paso y lo abraza, Yurio corresponde torpemente al abrazo porque realmente le hacía falta uno y no planeaba pedírselo a Yakov.
- Estaré ahí, Yura -dice el Tailandés -Tal vez incluso sea yo quien obtenga el oro.
- Sigue soñando, hámster.
Al separarse el reconocimiento brilla en ambos pares de ojos. Ese chico frente a ellos es el mismo con el que han crecido y jugado la mayor parte de su vida. El mismo con el que las travesuras jamás fueron descubiertas y cuando algo salía mal ambos lloraban para que ninguno fuese castigado.
- Suerte, Chulanont.
El aludido asiente y una sonrisa burlona aparece en sus labios fugazmente.
- ¿Si llego al podio me darás a Ian?
- Creí que tenías algo con el muñeco de porcelana.
- Hien es sólo un amigo -ríe -. Suerte, Nikiforov.
Y con eso su amigo da media vuelta y se pierde tras la cortina que lo guía hacia la pista de patinaje.
⛸
Yura ronronea ligeramente. El dulce olor de su madre llega a sus sentidos de forma tan sutil que puede ser imperceptible para cualquiera, pero no para él. Después de todo ama ese aroma.
La cantidad de público es impresionante. Sin duda las competencias Senior son más destacables e importantes. Y él sólo puede pensar que en algún lugar entre esa multitud están dos de las personas más valiosas en su vida.
Esa mañana recibió un mensaje de su padre. Víctor le deseaba suerte y le recordó que debía tener sus pertenencias preparadas para partir a Japón. Sinceramente, Yurio quiere que todo termine cuanto antes para comenzar a reponer el tiempo perdido.
- Yakov, Lilia -llama con suavidad mientras sus ojos absorben el implacable patinaje de Otabek - Gracias, por todo.
Aunque ambos adultos están claramente sorprendidos, le sonríen por unos segundos antes de volver a sus semblante estoicos.
- No agradezcas nada. Aún debes mostrar tu propia forma de belleza, Yuratchka.
- Agradece cuando ganes, Yuri.
Si, esos dos son tal para cuál.
Las orbes verdes vuelven su atención a la pista, donde la rutina única y original de su novio deslumbra y sorprende sobremanera.
Otabek Altin, de Kazajistán. Sin duda es una persona que aún tiene mucho talento que mostrar y lo está dejando claro.
Probablemente Yura deba hacer algo contra esas ganas que le dan por besar al Kazajo cada vez que lo ve patinando.
Con cuidado quita los seguros de las cuchillas doradas de sus patines y se adentra en la pista mientras Otabek sale. Sus ojos se encuentran por un segundo eterno para ellos e imperceptible para el mundo ajeno.
Las palabras de la noche anterior, aquellas que Otabek le susurró con seguridad, pero con dulzura impregnándole la voz, golpean en su mente.
"¿HAZ PENSANDO HACER ALGO POR TÍ?"
Por supuesto. Ésto es lo que quiero cumplir y voy a demostrarlo ahora.
*El siguiente patinador. Representando a Japón: Yuratchka Nikiforov.
Las cuchillas raspan el hielo mientras se dirige al centro de la pista y sus ojos barren las gradas llenas de espectadores.
"ES HORA DE QUE TOMES EL ESCENARIO PRINCIPAL ."
Lilia, Yakov.
Abuela, abuelo, Yuuko y los demás.
Zet.
Otabek.
Yurio se posiciona y baja la cabeza, esperando.
"EL MUNDO ENTERO TE ESPERA ."
Yulia... Mathew.
Víctor y Yuri... Papá, mamá:
Mirenme bien.
Las notas rápidas y rítmicas de Allegro Appassionato en sí menor comienzan y la mente se Yurio viaja a la mañana que Lilia le informó que esa sería su canción para el programa corto. Aún cuando se quejó en un comienzo, no fue hasta probar en carne propia la dificultad del programa que estuvo completamente satisfecho.
Gracias, Lilia. Aprendí muchas cosas de tí. Por favor, cuida de Yakov, dale las gracias por mi. Pero de ahora en adelante no haré mis coreografías si no es con mis padres.
Curva el cuerpo y elevá una pierna deslizándose gentilmente antes de tomar velocidad y dar su primer salto.
Un espiral terminando en un Axel triple.
" NO OLVIDES LO QUE DESEAS."
Mi deseo es mostrarle al mundo la clase de fuerza que tiene la familia Nikiforov. Es enseñarle a todos aquellos que dudaron de mis padres, la clase de hijo ganador que han criado.
"-Ahora eres nuestro, Yurio."
"-Estás bien, estaremos bien."
"ES HORA DE COMENZAR."
No.
No es sólo eso.
"-Ven aquí, Yurio."
"-Así es, Yurio. Ese es tú papá."
Tomando rapidez e impulso, Yura salta y elevá un brazo completando un Flip triple.
"HAZ REALIDAD TUS SUEÑOS. ERES EL ÚNICO QUE PUEDE HACERLO."
Quiero hacer esto por amor.
No hare ésto para nadie más que para las personas que amo. Les demostraré a ellos que no ha sido en vano todo lo que han hecho por mí. Que él amor que me han dado vive en mí.
"-¿Tú sueño también está en la pista de hielo, Yuratchka?"
Sólo si patino para ustedes.
"-De lo que siempre debes estar seguro y, sin importar nada ni nadie, jamás debes dudar de lo mucho que tus padres te aman... Y tú eres mío y de Víctor."
Lo sé, mamá. Ahora lo sé...
Yurio cierra los ojos y alzando ambos brazos gira en un Toe-loop cuádruple antes de aterrizar con firmeza sobre el hielo.
"VIVE TU PROPIA VIDA."
Dejaré de vivir para complacer a otros. Dejará de importarme lo que las personas digan sobre mi, sobre nosotros. Me dedicaré a vivir junto a ustedes y cumplir metas para mi mismo.
"BAILA POR TU PROPIO SUEÑO."
No tengo que demostrarle nada a nadie si ustedes me aman como soy.
"-¿Qué dirías sí te digera... qué creo que serás un excelente hermano mayor?"
Creo que no podría considerar ésta vida sin Yullian, mamá. Eso diría.
"-Te prometo que cuidaré de tí, Katsudon."
"-Nuestro amor. Eso eres para nosotros, Yurio."
Un Salchow cuádruple seguido de un Toe-loop triple, es la combinación más difícil que ha hecho hasta ahora.
"SIGUE TU PROPIO CAMINO Y VE MUCHO MAS ALLÁ."
Lamento mucho si les cause dolor. Lo siento, yo también estaba confundido. Pero no hay nada en éste mundo que pueda lograr que deje de amarlos.
¿Me estás viendo, mamá?
¿Puede mi amor llegarte de alguna manera? ¿Estas enfadado? ¿Aún me amas?
"-Soy tú madre... te conozco mejor que nadie."
"-Yurio, déjame explicarte..."
"-Por favor, escuchame..."
"-Biológicamente, sí."
Lo siento mucho, mami. Perdón. Estaba muy asustado.
"ÉSTE ES TU COMIENZO."
Un Toe-loop cuádruple y uno doble son sorpresivamente añadidos con los brazos elevados y casi sonríe al imaginar los regaños que recibirá por forzar tanto su propio límite.
"VIVE TU PROPIA VIDA."
"-Hijo, tú no tienes que ganar nada para que tú madre y yo te amemos."
Gracias, papá. Por ser mi apoyo incondicional.
"-Eres nuestro, gatito ¿Cuantas veces debemos decírtelo para que lo entiendas?"
Ha sido suficiente. Jamás volveré a dudarlo. Así que, por favor, quedense conmigo.
"ESTE TIEMPO ES PARA TÍ."
"-Yuri no quiere una medalla de oro. Quiere a su hijo."
Los amo. Gracias por ser mi familia. Gracias por aceptarme como soy. Gracias por todo lo que han hecho por mí. Gracias por amarme.
¿Pueden verme? Es por ustedes.
Ésto es poco para demostrarles lo valiosos que son para mí. Pero es la única forma en la que puedo expresarlo todo.
"-Toda la vida, mi niño."
Los amo.
Un Axel triple, un loop sencillo y un salchow triple completa su última combinación.
Un giro más y la musica se detiene ante el bullicio de aplausos y gritos.
Y finalmente todo se desborda.
Ya no hay miedo. Ya no hay inseguridad. Se ha ido la confusión y las dudas han sido aclaradas. La presión ha terminado y el anhelo de que todo volverá a su cause explota en su pecho arrastrando a su paso todos los sentimientos acumulados. Como una honda expansiva, el universo dentro de él estalla y el fogonazo de alivio duele tanto que las lágrimas salen y la fuerza se va.
Cae de rodillas en el hielo, ocultando el rostro entre sus manos.
- ¡Yurio!
Y lo escucha.
En medio de todo el ajetreo la dulce voz de su madre llama su nombre. Aún cuando elevá la mirada buscando el sonido, las lágrimas no lo dejan ver, pero eso no le impide levantarse y acercarse a la salida de la pista.
Arrebatándole los seguros de las cuchillas a Yakov, los coloca y corre tan rápido como los patines se lo permiten.
Ya nada importa. Ni que la gente lo viera en semejante situación o llorando como un bebé. Ni que no esté en el Kiss and Cry para recibir su puntuación. Ya nada tiene importancia porque el olor de su madre está cada vez más cerca.
Es entonces cuando lo ve. Visiblemente más delgado, con el cabello un poco más largo y las lágrimas tras los cristales de las gafas anegando el bonito para de ojos del color del más delicioso chocolate, su madre por fin está cerca.
Después de ocho largos, interminables meses.
Cuando está a un paso de él, Yurio se impulsa como ha hecho siempre y ambos caen al suelo.
El calor de sus brazos sigue siendo el mismo, el aroma es tan dulce y suave como lo recordaba y el sonido de su corazón es tan relajante que las lágrimas fluyen con más fuerza. Los sollozos en la garganta del niño por fin encuentran salida al sentir las suaves manos de Yuri acariciándole el cabello.
- ¡Mamá! Lo siento tanto... ¡Te extrañé muchísimo! M-mamá...
Sabe que Yuri también está llorando. Se lo dice el temblor de su cuerpo y la fuerza que ejerce al abrazarlo.
- Ya estás bien, estamos bien. Mamá está aquí, gatito.
- ¡No me dejes, no te vayas nunca!
- No iré a ningún lado, bebé.
En algún punto recóndito en el fondo de su mente, esa parte aún funcional le indica que su padre a llegado antes de sentir los abrazos fuertes envolverlos.
- Felicitaciones, gatito. Has superado dos de los récords de tu padre. Estoy muy orgulloso.
- Sabía q-que lo haría -hipa Yuri -. Es nuestro hijo, después de todo.
- Lo soy.
🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒
Bajen las copas de cloro, no fue tan matador. (Creo)
¿Qué tal? Obviamente ya tendremos tiempo para ahondar en la reconciliación madre e hijo.
¿Como creen que queden las puntuaciones? ¿Quienes se llevan las medallas?
Por cierto, las hojas de la clase Omegaverse del capítulo pasado fueron traducidas por NicoAracely, así que prácticamente la clase y explicación se las dio ella. ¡MUCHAS GRACIAS!
A propósito, ¡Me hicieron un dibujito! Bueno, no a mí, a la historia.
¡Aprecien ese hámster! Y no, no hablo solo de Zet, sino de la ratita esponjosa que tiene en el bolsillo de su camisa. ¡Y el gorro! ¡Y la ropa de Yura!
¡Muchísimas GRACIAS, Alex Le Strange!
¡Y se agregan más rezos a Zet!:
"¡Zet nuestro, que estas en Tailandia, santificados sean tus hámsters.
Ven a nosotros tus shippeos.
Haganse tus selfies tanto en Japón como en Barcelona.
Danos hoy, las selfies de cada día.
Perdona nuestros días sin instagram, como nosotros perdonamos a los que shippean JJurio."
Traído a mis garras por m-mommyg.
Muchas gracias por leer Somos tu familia.
Infinitas gracias por su apoyo y amor.
ByeByeNya🐾
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top