Capítulo 9 | Oh no.
Narrador.
Ya era de día y tanto Goku como Vegeta estaban listos para comenzar sus labores domésticos.
Durante la mañana, cuando ambos recien habian despertado, Vegeta estaba extrañamente muy gentil con Goku pero, una vez que salieron de la habitación y fueron a desayunar con Wiss y Bills, volvió a ser el mismo de antes.
Estaban barriendo un pasillo y el silencio reinaba entre ellos, era una tortura para Goku y no por que fuera incómodo, si no por que no soportaba (y no le gustaba) este tipo de situaciones.
Pensó en un tema de conversación, pero no sé le ocurría nada. Pensó que era mejor dejarlo así y mejor hacer otra cosa.
—♪El cielo resplandece a mi alrededor (alrededooor), al volar, deeestellos brillan en las nubes sin fiiiin...♪ —comenzó a cantar Goku.
Vegeta se estaba irritando, Goku no tenía una voz angelical y esa canción en especial, era nefasta para él. Una vena de enfado sobresalía en su sudorosa frente.
—¡YA CALLATE KAKAROTTO!
Goku pegó un brinco del susto y apretó la escoba que tenía entre sus manos. Volteó a ver a Vegeta quien estaba recuperando el aliento.
—Perdón Vegeta, es solo que estoy muy aburrido.
—Haz lo que quieras, menos cantar esa horrible canción.
—Bueno entonces ¿podemos platicar?
—Ash... Sí. —aceptó Vegeta de mala gana, con tal de no oírlo cantar.
—¿Cómo te enamoraste de Bulma?
Vegeta se puso rojo intenso, solo con escuchar esas 5 simples palabras.
—Mejor sigue cantando.
Goku, indiferente, hizo caso.
—♪Chalaaa Head-chala, no importa lo que suceda sieempre ¡el ánimo mantendreeeeee! Chalaaa Head-chala...
Y así, durante todos los labores, Vegeta estuvo escuchando esa detestable canción. Goku la repitió por lo menos, 10 veces. Por suerte, cuando el entrenamiento comenzó, Goku ya estaba callado y concentrado.
Al terminar, Wiss les dijo que la cena estaría lista en unos minutos, que aprovecharan ese tiempo para ducharse ya que apestaban. Ambos hicieron caso y se dirigieron a su habitación.
Goku se baño primero, pero estuvo paseando desnudo por la habitación, así que para cuando Vegeta salió de la ducha, Goku aún no estaba arreglado.
Vegeta tenía la toalla enredada en la cintura y Goku estaba totalmente desnudo, pero eso ya no incómodaba a Vegeta, es más, ya estaba acostumbrado.
Goku se acercó y lo abrazó por la cintura, lo acercó a él hasta que pudo oler su puntiaguda cabellera. Fue bajando lentamente hasta depositar un beso en su amplia frente, más tarde juntó sus labios con los de él y Vegeta no oponía resistencia.
Por un momento se olvidaron de que tenían que cenar, y ellos ya se encontraban en el suelo dándose amor, Vegeta tirado en el suelo, en la posición que se conoce vulgarmente como "de perrito" y Goku detrás de él, embistiendolo con fuerza.
Vegeta gemía fervientemente, cuando de pronto, Wiss entró a la habitación.
—Chicos ya está lista la... ¡OH POR ZENO-SAMA! —gritó horrorizado por lo que vio y salió corriendo de ahí.
—"Oh por... ¿Quién?" —preguntó Goku confundido y despreocupado.
—¡Quitate idiota! —ordenó Vegeta y Goku hizo caso, retiró su miembro del trasero de Vegeta y éste se puso de pie—. Esto es malo ¡estoy es muy malo!
—¿Qué, Vegeta?
—¿No te das cuenta idiota? ¡Si Wiss abre la boca, será el fin de ambos!
Narra Vegeta.
No puedo creer que esto esté pasando ¡que tonto fui! ¿Qué voy a hacer?
—¡Kakarotto!
—¿Qué?
—Iré a hablar con Wiss, no te muevas de aquí.
—Esta bien.
Llegué al comedor y solo estaba el señor Bills.
—Señor Bills, ¿dónde está Wiss?
—Um... Creo que está en el jardín.
Inmediatamente salí a buscarlo. Bills se ve tranquilo, supongo que no sabe nada y eso es bueno. Por fin lo encontré, estaba en el jardín a un lado del pequeño lago.
—Wiss. —lo llamé. Volteó a verme con indiferencia y arrogancia.
—¿Si?
No queda de otra, tengo que hacerlo.
—Te ruego que no vayas a decir nada de lo que viste.
No contestaba, solo se dedicaba a verme con desden.
—Que venga Son Goku a pedirmelo. —dijo y se volteó dándome la espalda. Asentí y volé rápido en dirección a Kakarotto.
No entiendo por que quiere que él se lo diga, pero no importa, solo quiero que nadie se entere de esto.
—¡Kakarotto! —volteó a verme exaltado, pero no le di tiempo de hablar—. Ve a hablar con Wiss. —dije haciendo énfasis.
—¿Q-que le digo? —preguntó nervioso.
—Dile que no vaya a decir nada de lo que vio, si no, nos irá muy mal a ti y a mi. —dije con miedo, imaginando a Bulma viéndome furiosa.
—Esta bien.
Kakarotto salió y se dirigió con Wiss, lo sé por su ki. Unos minutos después regresó algo raro.
—¿Qué pasó? —pregunté.
—Bueno él me dijo que...
—¿¡Qué!? —interrumpí exaltado.
—Bueno, me dijo que jejeje que no diría nada si le daba un beso. —dijo nervioso.
—¿QUÉ? —pregunté furioso esperando que fuera una broma.
—Me dijo que le diera un beso. —repitió sonrojado.
—¡Ay ese maldito! ¿Y qué hiciste tú?
—Yo... Solo me vine, volando muy rápido jeje.
Ay ese insecto, ¿cómo se atreve a pedirle eso? ¿Qué no vio que me pertenece? ¡ES MÍO, KAKAROTTO ES MÍO!
Que cosas estoy diciendo...
—Escúchame bien Go... Kakarotto —dije más tranquilo—, mañana le dirás que no harás eso, cualquier otra cosa menos eso o algo parecido ¿oíste?
Kakarotto asintió, nos fuimos a dormir como si nada hubiese pasado.
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