Capítulo 4 | El entrenamiento más duro de sus vidas.

Narrador.

Terminaron de comer y Wiss llevó a ambos saiyajines por un largo pasillo que los condujo a una puerta.

—Ahí será hoy su entrenamiento.—dijo viendo la puerta.

—¿Ahí?—preguntó Goku, apuntando la puerta con su dedo índice.

—Así es, entren ya.—ordenó Wiss serio.

Goku abrió la puerta, entró a la habitación siendo seguido por Vegeta.

—Wiss pero si aquí no hay nada... ¿Wiss?—se giró para ver al nombrado, pero de un azoton la puerta se cerró y desapareció, dejándolo solo con Vegeta, en un lugar donde no había nada, más que oscuridad.

—Kakarotto, ¿qué rayos vamos a hacer aquí?—De pronto el lugar se iluminó. Vegeta sentía algo en los pies y agachó la mirada para ver de que se trataba. —¡¡¡AAAHHH!!!—Se lanzó al saiyajin más grande y lo abrazó.

—¿Q-qué tienes, Vegeta?

—¡¡Kakarotto, mira el suelo, está cubierto de Gusanos!!—decía histérico y aferrándose al cuerpo del saiyajin de cabello alborotado. 

—¡Vegeta me estás pellizcando!

—Esa habitación refleja sus miedos más profundos, si quieren salir tendrán que trabajar en equipo y buscar la salida, buena suerte.—se escuchó la voz de Wiss por toda la habitación, pero el ángel no estaba por ningún lado.

—¿Escuchaste eso Vegeta?

—Pues claro que si insecto, no estoy sordo.

—Vegeta bajate de mi, puedes volar.

—Me temo que no, en este lugar no podrán utilizar ninguna de sus técnicas.—Se escuchó la voz de Wiss nuevamente.

—Mmm bueno, entonces acomodate en mi espalda, por que así como estas, no podré caminar.—Vegeta hizo caso, y se aferró a la espalda de Goku, rodeando su cuello con sus brazos y su cintura con sus piernas, sumamente sonrojado. —Bien, vayamos por allá.

—¡Que humillante! Yo soy el príncipe de los saiyajin y tengo que rebajarme a esto... Pero lo prefiero a pisar esos gusanos.—pensaba Vegeta mientras caminaba Goku por el lugar. Caminaba y lo único que se veía eran montones de gusanos en el suelo, Goku los pisaba sin ningún problema. De pronto paró por que a unos metros de ellos se veía la silueta de una mujer de espalda. 

—¿Uh? ¿Qué es eso?—cuestionó Goku y la mujer se dio la vuelta. —¡Es Milk!—gritó con miedo al verla de frente.

—Kakarotto, es obvio que no es ella, sigue caminando.—le ordenó Vegeta con una cara de enfado.

—Goku ¿¡Por qué no estás trabajando!?—preguntó molesta la mujer, increíblemente con la misma voz que la esposa de Goku.

—¡Si es Milk!—gritó Goku y comenzó a correr en dirección contraria a la mujer, pero la voz de Wiss lo hizo frenar.

—Si retroceden no podrán salir de ese lugar jamás.

—Ya oíste Kakarotto, vuelve a donde estábamos y solo ignora a esa mujer.

—¡Si la ignoro me va a matar!—replicó Goku.

—¡Que no es tu esposa!—Vegeta se estaba enfadando con la necedad del otro saiyajin, que una vena sobresalía en su frente.

—Esta bien —Goku comenzó a caminar al lugar donde estaban—, ojalá también aparezca Bulma.—Vegeta puso una expresión de pánico al escuchar eso. Eran hombres fuertes, pero ni el mismísimo Dios de la Destrucción les daba tanto miedo como el miedo que les dan sus esposas.
Volvieron al lugar donde estaba "Milk" y la mujer seguía gritando. Goku pasó muy alejado de ella, mirándola con miedo, hasta que se alejaron.

—¿Ves? Te dije que no era tu esposa.—comentó Vegeta pero el otro saiyajin aún no se sentía tranquilo.

—¡Gokuuuu!—gritó la mujer y ambos saiyajines voltearon. —¡Regresa!—Milk sacó de su bolsillo una jeringa, la punta reluciente y aparentemente afilada hizo que Goku pegara un grito y comenzará a correr en círculos siendo perseguido por Milk. La escena era graciosa, Goku gritaba y la mujer gruñía, Vegeta se sentía mareado y tenía la cara verde, apunto de vomitar.

Después de tanto correr, Goku tropezó y ambos saiyajines cayeron al suelo. Vegeta se llenó por completo de gusanos y "Milk" aprovechó la posición en la que estaba Goku para inyectarlo justamente en una nalga. Ambos saiyajines gritaban llenos de pánico.
En ese instante apareció una puerta y se abrió dejando ver a Wiss.

—Vaya veo que ya superaron sus miedos.—dijo Wiss alegre. Al verlo, ambos saiyajines se incorporaron y corrieron a la puerta, empujándose uno al otro en una competencia por ver quien salía primero. Entraron al mismo tiempo y empujaron al ángel frente a ellos para alejarse lo más que pudieran de esa habitación, que para ellos era el mismo infierno.



Ya en la noche, ambos se bañaron para acostarse a dormir.

—Uuuhhh! Que entrenamiento verdad, Vegeta.

—Aja.—contestó desinteresado mientras se acostaba.

—Vegeta ¿puedo pedirte algo?

—¿Qué quieres? 

—¿Puedo dormir contigo? Es que en la noche hace mucho frío.

—Si.

—Bueno, ya que... Espera, ¿¡dijiste que si!?—Vegeta asintió, lo cual sorprendió mucho a Goku, él realmente pensaba que diría que no.

Goku se acercó a la cama del más pequeño y se acostó gustoso a su lado.

—Buenas noches.—Vegeta no contestó, pero no le dio importancia, solo se durmió.

Vegeta quería pagarle de esa manera el favor que le hizo al haberlo cargado. ¿O solo quería estar cerca de Goku?

Narra Vegeta.

Me siento extraño de tener a Kakarotto tan cerca, siento cosquillas por todo el cuerpo, además desprende un aroma embriagante, ¿debería decirle que mejor se vaya? No, no, quiero que se quede, realmente me gusta que esté aquí. Solo me voy a dormir y espero no arrepentirme mañana por esto.

•••

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★★★

Si tengo algún error, diganme en los comentarios, ya que no lo he revisado.

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