Improvisar o planear?
Después de derrotar a Digiverso, las chicas volvieron al centro comercial para terminar su mañana juntas. Fueron a la tienda de juguetes para que Yayoi se comprara un plushie enorme y por último fueron a la librería para que Sanae y Yoshiko viesen si había libros que les interesasen. Yoshiko no vio nada interesante, pero Sanae se cogió uno titulado Entre dos finales. - Qué ganas de empezarlooo! - pensó. Eran alrededor de la una y media cuando salieron del centro comercial. Y muy convenientemente, se encontraron con los chicos justo a la salida.
- ¡ Hola chicas! Esto, Estela, te importa venir a mi casa un momento para planear el equipaje y lo que haremos en Suiza? No tardamos nada, media hora como máximo - dijo Taro. - ¿Pero no nos vamos el mes que viene? - preguntó Estela. - Sí, pero prefiero planearlo todo con antelación - le contestó. - Es verdad que eres un poco neurótico para estas cosas, jaja - dijo Estela riendo. - Bueeno, es obvio que aquí sobramos. Nosotros nos vamos a casa - dijo Genzo. - Nosotras igual, adiós - dijo Noelia. Se fueron, dejando sola a la pareja. Fueron a la casa de Taro, que por suerte no estaba muy lejos del centro comercial.
Les recibió el señor Misaki. - Hola Estela, que sorpresa verte. Taro te habrá dicho que vengas para lo de la planificación innecesaria,no? - le dijo. - No es innecesaria papá, te he dicho mil veces lo importante que es planificarlo todo de antemano - contestó Taro, bastante irritado. Su padre y el tenían opiniones completamente opuestas en el tema de planear cosas. Mientras que a Taro le gustaba saber exactamente todo lo que iba a hacer cuando iba de viaje o cualquier sitio, su padre prefería tomárselo con más calma y hacer las cosas sobre la marcha. Eso causaba tensión cada vez que viajaban, y lo hacían bastante por el trabajo de pintor de su padre. Aunque se habían quedado en la ciudad de Nankatsu bastante más tiempo de lo normal, cosa que él agradecía.
- Hijo, que te relajes un poco no te matará - le dijo su padre. - ¡Pero es que no entiendes lo importante que este viaje para mí y el valor que le doy a que todo sea perfecto cuando viajamos! - le gritó en respuesta. Empezaron a discutir a voces y se tiraron unos diez minutos largos así. Mientras, Estela los miraba en silencio algo asustada, ella era una persona de carácter tranquilo y pacífico, y no le gustaban las discusiones ni los conflictos. La verdad, no sabía si quedarse o irse y pedirle a Taro quedar para planificar el viaje cualquier otro día. Nunca había visto a su crush tan enfadado, pero cuando lo estaba daba miedo. Dio un paso atrás, despacio, en dirección a la puerta.
Pero el señor Misaki lo notó y se dirigió a su hijo. - Mira, le estamos dando una malísima impresión a Estela - le recriminó. Taro se giró para mirarla, arrepentimiento en sus ojos. - Lo siento Estela, se me había olvidado que no te gustan los conflictos - se disculpó. - No importa - contestó ella. - Tal vez tú podrías mediar en nuestra discusión - le dijo el señor Misaki. - Sí, si no es incómodo para ti, claro. ¿Tú que opinas? - preguntó Taro.
- Bueno...pues... - empezó a decir. Le costaba encontrar las palabras. Su crush y el padre de su crush la miraban expectantes y eso la ponía un poco nerviosa. Respiró hondo para calmarse y dijo: - Yo creo que debería haber un término medio. Estar preparado, pero no obsesionarse. - - Creo que estás en lo cierto, a veces me pasa que tengo un contratiempo y no he planeado nada para superarlo - dijo el señor Misaki. - Y yo a veces me obsesiono tanto que no disfruto de los viajes - dijo Taro. - Al final, todo se resuelve mejor hablando que a gritos - dijo Estela. Los dos asintieron.
Fueron al cuarto de Taro y se sentaron en su cama. Estuvieron un rato decidiendo qué llevar, ropa de abrigo porque en Suiza hace frío, algunos planes como ir a esquiar o hacer senderismo. Pero no lo repasaron todo obsesivamente hasta el último detalle. Hablaron de varias cosa se rieron un montón. - Estoy progresando muchísimo con Taro, quizá hasta me anime a decirle lo que siento cuando vayamos a Suiza. No sé, no estoy segura... Aparte, ¿por qué me ha querido llevar a mí y no a Tsubasa, que es su mejor amigo? - pensó Estela. De repente vieron que habían ido moviendo las manos inconscientemente hasta que sus dedos estaban entrelazados. Los dos se sonrojaron, pero ninguno hizo nada por romper el contacto. - E-esto, creo que tengo que i-irme, es casi la hora de la comida - tartamudeó Estela al cabo de unos minutos. - A-adiós - le contestó Taro, también tartamudeando. Se despidió del señor Misaki y se fue a su casa.
De pronto, como si la realidad le hubiese golpeado con un mazo, Taro se dio cuenta. Estaba enamorado de Estela. Puede que desde hace mucho tiempo y solo se daba cuenta ahora. Adoraba la calma y la serenidad que ella le aportaba cuando más falta le hacía, adoraba su personalidad tranquila pero divertida a la vez. Era muy fácil estar con ella y hablar con ella, aparte era guapísima. La razón por la que la había elegido a ella para acompañarle en este viaje era porque quería pasar tiempo con ella, porque le gustaba, aunque cuando la invitó aún no lo había asumido. Y cuando la vio tan asustada por su culpa, se sintió la peor persona del mundo. - Me gusta Estela, pero, ¿cómo decírselo? ¿Y si no me corresponde? Supongo que esperaré un poco a ver que pasa - pensó.
Después de tanto tiempo POR FIN HE ACTUALIZADO!! Miles de millones de disculpas por la tardanza, no voy a poneros excusas, y si habéis encontrado una historia mejor que no os deje tres meses en suspenso sin actualizar, lo entiendo perfectamente. Hoy se cumplen 4 años desde que empecé en Wattpad, probablemente los mejores años de mi vida. He leído montones de historias increíbles y he conocido a algunas personas maravillosas. Gracias por tomaros la molestia de leer mi historia y buenas noches/días a todos/as.
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