Chapter 16 + Final

[...]

Agosto





Di un gran suspiro observando el candente sol que casi era estresante y sofocante, o era al menos así como yo me sentía.

Estaba exhausta, me dolía recordar a mis amigos, y que ahora no estuvieran aquí.

Suspiré cansada cuando vi a la pandilla de Henry Bowers pasar a mi lado, estaban burlándose de mi.

Los ignoré por un momento.

Tenía mejores planes que gastar mi voz hablando con ellos, quería hacer algo para recuperar a mis amigos.

Bowers gritó esta vez llamándome, pareció molestarle la idea de que yo lo ignorase.

Se acercó a mi, Traté de caminar más rapido para escapar pero Bowers con un solo grito mandó a sus amigos a capturarme y eso hicieron.

—Solo para dejarte en claro quienes somos—soltó Henry.

Lo observé por un instante y sonrió como si fuese un demente total.

Henry sacó un cuchillo, extendió mi brazo y me hizo un corte. Miré exactamente todo lo que se estaba atreviendo a hacer.

Marcó una "H" y solo me limité a gritar de dolor, tal vez alguien estaría por ahí para escuchar mi sufrimiento, o tal vez no.

Le di una patada en su zona íntima por lo que él grito de dolor y comenzó a golpearme. Solo pude toser cuando sentí un líquido correr por mi boca. Mi labio estaba sangrando.

—Mira huérfana, no me importa que seas una chica, no me interesa eso, en lo más mínimo, puedo hacer contigo lo que yo quiera. Eres y serás una perdedora y eso no lo puedes evitar—soltó Henry tocando el rastro de sangre que estaba formándose en mis labios.

—Pudrete, Henry—solté y le lancé otra patada. Nunca habia planeado golpear a un hombre, ni mucho menos a Bowers pero todo este tema de que él fuese el malo me estaba hartando.

Escupí en su rostro cuando el parecía estar satisfecho con los golpes que me habia propinado y en el momento en que vi que se secaba intenté escapar pero era imposible.

—¿En donde están tus amiguitos?, ¿En donde están los otros perdedores?— preguntó.

—Puede que seamos perdedores, pero sabemos diferenciar entre que es lo malo y lo bueno, Bowers. Y lo que tu haces es malo, Si tu padre te viera sentiría vergüenza de ti—me defendí y él me golpeó haciendo que mi nariz sangrara.

¿Por qué rayos me sentía tan inutil?

—¿Qué?—preguntó Henry y sus amigos comenzaron a reírse de forma sinica.

—Lo que escuchaste
Bowers, Le tienes miedo a tu padre—hablé mirándolo retadoramente. Sus amigos tambien lo observaron y comenzaron a reirse.

—Mi padre está muerto, Yo lo maté—se acercó a mi odio y susurró.

—Alejate de mí—pedí observandolo con furia mientras tocaba mi rostro.

Me provocaba repulsión y ganas de golpearlo.

Sus demás amigos comenzaron reir.

Bufé una vez más tratando de escapar.

—Cuidate lindura, puede que desaparezcas en un día de estos—afirmó y me soltó mientras se iba en su carro con esa sonrisa sinica en dirección a donde estaban sus demás amigos.


Me limpié el rastro de sangre que caía por mis labios, bufé una vez más, estaba enojada y cansada de estar separada de aquellos chicos y una chica que habían sido mis amigos.

Estaba harta.

Me dirigí a la casa de Beverly, subí las escaleras y me detuve antes de entrar, la puerta estaba abierta, asi que solo opté por entrar para buscarla.

Ella no estaba por ningún lado.

Me detuve cuando sentí un dolor punzante en mi labio, estaba saliendo más sangre.

Entré a su baño, me acerqué sigilosamente hacia el cuerpo que se encontraba en el suelo. Pude distinguir que era su papá y un charco de sangre estaba alrededor, estaba muerto.

¿Qué rayos había pasado?

¿En dónde estaba Beverly?

Observé el techo con cuidado, y cuando supe que estaba escrito mi cuerpo sintió áun más miedo.

"Morirás si lo intentas"

Respiré agitadamente por un momento tratando de calmarme, Eso había atrapado a Beverly, y yo no sabia que hacer. Suspiré confusa por un instante, Y era más que obvio que yo no podía luchar sola, tenia que avisarle a los demás.

Corrí hacia la sala de videojuegos en la que Richie siempre estaba. Lo encontré allí, estaba con Bill, ambos parecían preocupados.

Me mantenía detrás de ambos sin que estos notasen mi presencia.

—Eso Richie. Eso tiene a Beverly—afirmó Bill preocupado.

Me acerqué más a ellos, Richie paró de jugar en la maquina mirándome confundido mientras Bill se mantenía de espaldas a mi.

—¿Qué te paso?—preguntó Richie mirándome, esta vez Bill volteó y me observó.

Crucé miradas con Bill, su rostro me observaba con tanta curiosidad, sus ojos no se despegaban de mi. Habia extrañado tanto verlo.

“ Dime si te gusta Beverly, si dices que si, no me atreveré a intentar nada contigo ” solté en mi mente.

—Nada grave—contesté restándole importancia—tenemos que ir por Beverly—volví a hablar mirando a Richie.


—¡Nira tu brazo esta sangrando y tu labio también!—gritó Richie.

Junté mis cejas mirando hacia el suelo.

—¿Q-quien te hizo eso?—preguntó Bill mirándome.

—Tenemos que ir por Beverly, esto no importa, Estoy bien—contraataqué.

—¿Fueron Bowers y s-sus amigos?—preguntó Bill. Richie me miró esperando aquella respuesta.

Bufé y los miré molesta.

—¡Rayos, eso no importa!—grité y salí corriendo.

Los chicos estaban a mi lado, Llamamos a Eddie, Mike, Stanley, Ben. Estos vinieron rápidamente con sus bicicletas y fuimos hasta la casa tenebrosa.

[...]

El lugar parecía calmado, sin contar los escombros que siempre estaban fuera de la casa. Bajamos de nuestras bicicletas y las dejamos afuera de la rejas.

Mike llevaba una pistola y municiones.

Bill había traído una bolsa llena de fierros que podrían servirnos.

—Chicos alistense—ordenó Bill, asentimos.

—Antes de entrar a ese basurero, ten—agradeci a Eddie quien extendió su mano frente a mi para darme un trapo con el que pude limpiarme la sangre que cubría mi brazo y la sangre de mi labio.

—¿Quién te dejó así?—preguntó Stanley acercándose.

—¿No es obvio Stan?, tiene una jodida "H" en el brazo—intervíno Richie buscando algo que le sirviese en el suelo.

—F-fu-fue Bowers—contestó Bill.

—No es para tanto ya callensé—sugerí y estos refunfuñaron.

—¿Qué no es para tanto, Nira? Tú eres solo una chica—soltó Mike

—Bowers es un completo marica—secundó Richie rompiendo una botella de vidrio.

Bufé y comencé a entrar en la casa, Cogí más fuerte la linterna que tenía en mis manos y olvidé al resto por un instante mientras me disponia a entrar.

—Stan—llamó Richie, volteé a verlo, él estaba afuera y no queria entrar.

—Stan debemos ir todos, Beverly tenia razón. Si nos separamos como antes el payaso nos matará uno por uno, pero si seguimos juntos todos, ganaremos—argumentó Bill.

—Vamos Stan, no podemos separarnos—afirmé acercándome a él, éste me dedicó una media sonrisa y entró a mi lado.

Era normal tener miedo, todos lo teníamos. Solo necesitabamos un pequeño empujoncito.

Bajamos las escaleras buscando el pozo y cuando lo encontramos nos acercamos más.

—Eddie ¿Tienes una moneda?—preguntó Richie, Eddie negó.

—No pediría un deseo en esa porquería—respondió Eddie.

Alumbre con mi linterna, era una muerte segura si caiamos.

—Beverly—la llamó Ben mirando hacia dentro del pozo.

—¿Cómo vamos a bajar?—preguntó Mike.

Bill encontró una soga y la atamos. Bill fue el primero en bajar, luego Eddie, luego yo, Stanley, Ben y Richie.

Todos nos acomodamos en un espacioso hueco al lado derecho de una pared alrededor del pozo. Era el turno de Mike, lo esperamos unos segundos hasta que unos gritos nos alarmaron a todos.

—¡Mike!—grité.

Él parecía estar teniendo una lucha con alguien.


—¡Mike!—volvió a gritar Stanley al ver que él no nos respondía.

—¿Qué sucede?—preguntó Richie.

—Bowers—la voz de Bill nombrando a Bowers nos alarmó.

Todos miramos hacia arriba logrando visualizar a Henry Bowers. Éste comenzó a reír como loco, cogió la soga y la sacó.

—¡No, no, no!—gritó Eddie.

—Y-yo debería subir—soltó Bill.

—¿Estás loco?, ¿Con qué?—se apresuró a preguntar Eddie.

Respiré tres veces tratando de calmarme, unos segundos después un cuerpo cayó hacia el fondo del pozo.

Cerré mis ojos tratando de imaginar que no había sido Mike, cuando los abrí pude ver a Mike aún allí arriba. Me tranquilice completamente sabiendo que Bowers había caído.

Mike puso la soga, recargó su arma, trató de coger las municiones que estaban a punto de caerse, pero no hubo remedio alguno.

Me calme aún más al ver bajar a Mike, sin ningún rasguño, hasta donde todos estábamos.

Giré para ver a Stanley y Él ya no estaba.

—¿En donde está Stan?—pregunté.

Todos me observaron.

—¡Stanley!, ¡Stan!—gritaban al unísono Richie y Eddie a mi costado.

Salí hasta finalizar el conducto.

—Oh rayos, aguas grices—maldijo Eddie con asco.


—Stan—susurraba Richie llamándolo mientras caminabamos.

Escuchamos el grito de Stanley y corrimos buscando el sonido.

Bill abrió una puerta, Miré a Stanley que estaba en el suelo, una mujer de cara deforme parecía estar succionando su rostro.

—¡¿Qué rayos es eso?!—gritó Richie mirando a la mujer.

La mujer de cara deforme se alejó de Stanley al vernos, corrí y cogí a Stanley entre mis brazos. Miré una vez más a la mujer de rostro deforme, ella se alejó de nosotros y luego volvió a asomarse pero esta vez era aquel payaso.

—Stan—lo llamé y éste comenzó a gritar asustado, Mike me alejó de él—tranquilo Stan—susurré pero él no lograba calmarse.

—¡No, no, no!, ¡Me abandonaron y me llevaron a Neilbot, no son mis amigos!—gritó Stanley asustado.

—Somos tus amigos—habló Eddie a su lado.

—¡No son mis amigos, me abandonaron!—volvió a gritar Stanley asustado.

Me levanté, miré hacia un lado y logré ver a Ethan y al lado de él estaba Georgie.

—Bill—lo llamé, el castaño me observó por un instante y luego vio al mismo lugar que yo veía. Lo unico que hice fue correr junto a Bill, pero estos parecían estar escapando de nosotros.

—¡Nira, Bill!—escuché a lo lejos el grito de Eddie. Suspiré confusa, no quería dejar a mis amigos, pero tampoco quería perder a Ethan, no otra vez.

Ambos perseguimos a Ethan y Georgie, estos se escondieron detrás de una montaña de cosas.


—¡Beverly!—grité al observarla, Ella estaba flotando al lado de esa montaña de cosas viendo hacia arriba.

Bill saltó tratando de alcanzarla pero fue inútil. Ethan y Georgie volvieron a aparecer al frente de nosotros y corrieron cuando los vimos.

—Volveremos por ti Bev—soltó Bill.

Volvimos a correr los dos siguiendo a los dos niños hasta que ellos se detuvieron.

—¿Por qué tardaste tanto?—preguntó Georgie con una delicada voz mirando a Bill.

Georgie no tenía su brazo derecho, Ethan tampoco.

—Te estuve buscando todo este tiempo—afirmó Bill.


—Yo y Georgie estábamos muy asustados—aumentó esta vez Ethan.

—Ethan yo...

—No podíamos encontrar la salida—habló Georgie mirando a Ethan. Ahogué una lágrima, esto parecía tan real, Miré a Georgie quien era unos centímetros más grande que Ethan—Me dijo que iba a devolverme mi bote, Billy. Debiste ver como floto—habló emocionado Georgie.

Ethan se acercó a Georgie y se puso en su espalda, como si Georgie lo protegiera. 

—¿Era rápida?—preguntó Bill mirando a su hermano


—Era más rápido que yo—contestó Georgie mirando a Bill.


—Ella Georgie, Le dices a los botes ella—corrigió Bill.

—Nira, ese payaso había prometido devolverme el dibujo que me habías echo, pero no lo hizo—soltó Ethan queriendo acercarse a mi.

Georgie seguia manteniendo en su espalda a Ethan, sonreí, parecía que Georgie era un buen amigo que lo protegía.

Ambos se acercaban a nosotros, ya no podía más quería abrazar a Ethan, decirle que regresara, implorarle que volviera.

—¿Cómo esta mamá?—preguntó esta vez Ethan dando un paso adelante.

—Esta bien, pequeño—mentí y éste volvió a ponerse al lado de Georgie.

—Llevenos a casa—soltó Georgie.

Una luces aparecieron a nuestras espaldas, eran los demás pero aún así no dejé de ver a los pequeños.

—Ya queremos irnos—hablaron al unísono Georgie y Ethan botando algunas lágrimas.

Respiré tratando de calmarme pero ya era muy tarde, yo también estaba llorando.

—Te extraño, quiero estar con mamá y papá—habló Georgie.

Las lágrimas bajaban por mi rostro.

—No se imaginan cuanto queremos que se vayan con nosotros—habló Bill, él también estaba llorando mientras se acercaba a Georgie—con mamá, con papá. Y Ethan con su prima y su madre—volvió a decir.

—Los extrañamos mucho—hablé esta vez yo sin dejar que el llanto interrumpiera mi voz.

—Los queremos—habló Georgie.

Ethan apretó la mano izquierda de Georgie asustado.

Bill se acercó a Georgie y apuntó con la pistola en su cabeza, Ethan se alejaba de los dos chicos asustado.

—Tambien te quiero, pero no eres Georgie—afirmó Bill y jaló el gatillo.

El cuerpo sin vida de Gorgie cayó al suelo. Bill volvió a recargar el arma y me la dio, respiré entre llantos y me acerqué a Ethan que veía a Georgie.

—Te quiero, Nira—habló Ethan estallando en lágrimas, respiré profundo y lo vi por última vez.

—Lo siento Ethan—susurré y le disparé.

La bala no tardó en impactar justo entre los ojos de alguien que habia sido como mi hermano menor, su cuerpo cayó al lado del cuerpo de Georgie.

Solté unas pequeñas lágrimas, Bill se acercó a mi y me secó las lágrimas, sonreí.

Di una vista hacia atrás, allí estaban todos, viéndonos, Allí estaba Beverly, sonreí al verla bien.

El destino había logrado quitarnos a dos personas inportantes en nuestras vidas, nos los habían arrebatado como si nada.

Los cuerpos sin vida de Ethan y Georgie comenzaron a moverse frenéticamente y se unieron.

—¡¿Qué está pasando?!—gritó Richie.

Bill y yo nos alejamos un poco de los cuerpos de Ethan y Georgie. Volvieron a moverse freneticamente tomado la forma de aquel payaso al que temíamos.

—¡Matalo Bill!, ¡Matalo ya!—los gritos de todos se escuchaban, miré a Bill preocupada, él era el que estaba más cerca.

—No está cargada—murmuró Mike desde atrás, era cierto, habíamos gastado dos balas, las únicas que nos quedaban.

Eso solo estaba parado mientras sus ojos iban hacia una posición correcta, Bill cogió con más fuerza el arma y le apuntó en la cabeza a eso, el payaso fingió estar dañado y se movió frenéticamente.

Miré directamente al payaso.

—¡Nira cuidado!—Eso se lanzó a mi tratando de intimidarme después de haber escuchado el grito de los chicos.

Respiré tratando de calmarme, tenia al payaso frente a mis ojos.

—Alejate de ella—El payaso me dejó y corrió hacia Bill al escuchar su grito. Se aventó encima de Bill, y el arma que él manipulaba quedó entre sus dientes filosos.

—Dejalo en paz—gritó Beverly defendiendo a Bill y quizó atravesar a Eso con un palo pero no funcionó.

—¡Beverly no!—gritó Ben, Mike fue a ayudarlo intentando lo mismo que Beverly, pero el payaso votó a Mike de un solo golpe.

Eso se acercó de nuevo a mi y sonrió cínicamente, miré a los lados, el fuego comenzaba a brotar desde las esquinas del lugar en el que estábamos. Volví a tener a Eso enfrente de mi, éste abrió su gran boca dejándome ver sus verdosos dientes.

Toqué su cara alejandola de mi rostro.

—Nira, sal de ahi—asentí ante la ayuda de Bill, quien estaba colgándose del payaso tratando de ahorcarlo.

Stanley cogió una de las manos del payaso mientras Ben tenia la otra.

Richie ayudó a que me levantara y se lanzó a pelear con el payaso.

Cogi un trozo de metal al igual que Mike y traté de incrustarselo a Eso. Logré que Eso se enojara y lanzara a Richie y Stanley muy lejos.

—¡Stanley, Richie!—grité al verlos caer, el fuego había desaparecido repentinamente—¡Bill!—volví a gritar al ver que eso lo tenia entre sus manos.

—Si das un paso más me lo tendré que llevar—habló el payasó soltando una frenética risa.

Me acerqué más ignorando lo que el payaso había dicho, quería salvar a Bill.

El payaso alzó una de sus manos y pude sentir mi cuerpo ser lanzado por unos segundos, oprimi un gesto de dolor al sentir mi cuerpo impactar con el frío suelo.

—Dejalo—pedí, el payaso volvió a reír. Stanley y Mike me levantaron.

Con un gesto agradecí a este par de amigos.

—No, Lo llevare conmigo, llevaré a todos ustedes y tendré un festín con su carne mientras me alimento con su miedo—soltó el payaso, levantó el dedo índice mientas su otra mano cogia con fuerza el rostro de Bill—o déjenos en paz, yo me lo llevaré, solo a Bill, y entonces tendré un largo descanso y ustedes podrán vivir para crecer, prosperar y tener vidas felices. Hasta que la vejez los haga sucumbir a todos—volvió a decir el payaso.

Negué.

No era capaz de dejar a Bill.

—No, no nos iremos—protesté mirando enojada al payaso, el miedo se había esfumado de mi.

Richie permanecía en el suelo.

—Vayanse, yo fui quien los metió en todo esto, yo-yo de verdad lo siento—habló Bill. Me acerqué más a él y lo miré directamente—¡Largo!
—volvió a decir.

Mis ojos lagrimearon por un instante.

—No, no, no, Ya perdí a alguien que me importaba. No perderé a nadie más—contesté, había perdido a Ethan y esta vez no perdería a esta persona especial.

—¡Largo, Vayanse ya!—volvió a gritar él sin tartamuedar, cruzamos miradas por un instante.

—Chicos, eso no ocurrira—habló Beverly, Richie comenzó a levantarse.

—Te dije Bill, maldita sea te dije. No quiero morir, es tu culpa, me golpeaste en la cara, caminé por agua asquerosa, me trajiste a esta maldita pocilga y ahora...—soltó Richie, cogió un bate que estaba dentro de la montaña de objetos y cosas—Y ahora tendré que matar a este payaso—Volvió a decir cogiendo seguro el bate. El payaso soltó a Bill, corrí hacia él, lo levanté y nos alejamos del payaso—¡Bienvenido al club de los perdedores!—gritó Richie dándole una gran golpe al payaso con el bate.

Mike se acercó al payaso y clavo el palo que tenía dentro de la boca de Eso. Unas manos incineradas salieron de la boca de eso tratando de coger el palo que Mike usaba como arma.

Stanley se acercó a ayudar a Mike cortando aquellas manos.

Rápidamente Eso cambio de forma a una mujer con la cara deforme y se acercó a Stanley. Stanley golpeó a eso y este cayó.

Mike se acercó al payaso con la intención de acabar con él pero él payaso adquirió patas de cangrejo tratando de alcanzar al moreno que había caído al suelo.

—¡Mike, cuidado!—grité.

Los chicos estaban luchando con Eso, El fuego apareció otra vez en la habitación, esta vez con mayor intensidad, traté de alejarme pero solo aumentaba.

—Nira, escuchame, somos fuertes—afirmó Bill a mi lado, asentí un poco confusa, tratando de pensar que esto era solo parte de mi imaginación, pude sentir cuando el tomó mi rostro entre sus manos—esto no es cierto, ya no le temas al fuego—susurró mirándome.

Ben se acercó al payaso y le incrustó un cuchillo por la espalda, el payaso se dió la vuelta y adquirió otra forma para intimidar a Ben, Mike se acercaba a ayudarlo.

Suspiré por un corto instante, me levanté mientras todos nos acercabamos con unas respectivas armas tratando de acabar con la vida del payaso.

Eso se acercó a Eddie y vomitó en su cara, todos nos quedamos quietos por un momento, sabiendo que Eddie era un compulsivo de la limpieza.

—¡Ahora voy a matarte!—gritó Eddie enojado, pateó al payaso y éste se acercó a Beverly.

Ahora adquirió la cara del papá de Beverly, pronunció algo, la pelirroja solo gritó enojada y atravesó la boca del payaso con un fierro y se alejó de él.

Todos nos acercamos al payaso y éste solo se alejaba de nosotros con miedo.

—Por eso no mataste a Beverly, ella no tenía miedo de ti, y tampoco nosotros, ya no. Ahora tú eres el que tiene miedo, porque te vas a morir de hambre—afirmó Bill mirando a Eso, el payaso se encontraba asustado. Bill se acercó más a él y éste entró a una especie de fosa.

Stanley le entregó a Bill un bate para que de una nueva vez todo acabara. El payaso murmuraba cosas asustado mientras nos veía. Bill alzó el bate dispuesto a golpear a Eso, pero su cabeza comenzó a desintegrarse.

—Miedo—fue lo último que pronunció el payaso y cayó por la fosa, cada partícula de él flotaba en el aire.

—Ya sé que voy a escribir para mi ensayo de verano—bromeó Richie mientras miraba la fosa por donde Eso había caído.

Miré a Bill por un instante y sonreí aliviada. Él me devolvió una media sonrisa, Beverly se acercó a abrazarlo, y esta vez sonreí al verlos.

—Chicos, los niños están bajando—susurró Eddie.

Miré hacia arriba, cada niño que había estado flotando encima de la montaña de cosas estaba bajando lentamente, desvíe mi mirada por un instante.

Caminé lentamente hacia un lado de la montaña, me agaché y tomé la chaqueta de Ethan entre mis manos, al lado de la chaqueta de Ethan, estaba la de Georgie. Cogí las dos. Bill se agachó, y me abrazó cogiendo la chaqueta de Georgie.

Lloramos juntos, era inevitable, habíamos perdido a Georgie y a Ethan y eso nos dolía, nos dolía demasiado.

Sentí sus lágrimas en mi espalda al igual que él sentía las mías. Richie, Eddie y los demás se agacharon a nuestro lado y nos abrazaron del mismo modo, dándonos fuerza para superar este gran obstáculo que era permanente.






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