Chapter 15
Di la vuelta tratando de regresar junto a Bill pero la puerta se cerró ruidosamente.
—¡Richie! ¡Nira!—gritó Bill desde afuera.
Me acerqué a la puerta y comencé a tratar de abrirla pero mis esfuerzos seguían siendo en vano.
—¡Bill!—grité, podía sentir que él golpeaba la puerta desesperado—¡Basta! Ve a buscar a Richie o Eddie—sugerí, pero él seguía golpeando la puerta
—¡No lo haré, No te dejare!—gritó.
—¡Basta, Bill!—grité.
Di media vuelta ignorando el ruido que Bill hacia para tratar de abrir la puerta.
Unas chispas de fuego comenzaron a aparecer dentro del cuarto, no quería fuego, no ahora, lo detestaba.
De una de las esquinas del cuarto comenzó a brotar un payaso, el mismo al que había visto en el garaje y al lado de Ethan.
—¿Recuerdas está hermosa escena?—preguntó el payaso pisando el fuego que iba aumentando—Tus padres, tú, el fuego, ¿Lo recuerdas?—preguntó.
Reí sarcástica ante su pregunta.
—No lo recuerdo—mentí.
El payaso pasó por el fuego que parecía no hacerle daño y se acercó a mí.
—oh, si que lo recuerdas, Tus padres murieron por tu culpa—dijo mientras soltaba risas terroríficas.
No quería recordar eso, ni mucho menos el momento de como los vi quedar totalmente incinerados.
—¡Por tu culpa, Por tu culpa!, ¡Murieron por tu culpa!—gritó el payaso
—¡Basta, no quiero recordarlo!—grité exhausta, era así como me sentía, yo había sido la propia asesina, yo y no el fuego.
—¡Nira!—escuché el grito de Bill seguido por el grito de Richie. Por alguna razón Bill ya estaba con Richie.
El payaso se acercó a mi por unos segundos, me observó y me enseñó sus verdosos y filosos dientes.
—Mataré a tus amigos—afirmó y se esfumó como si se tratara de un truco de magia.
Dejé de escuchar los gritos de Bill y Richie y me concentré en lo que en realidad estaba a mi alrededor.
Miré el suelo asustada, el fuego estaba deteriorando el piso hasta que se destruyó por completo.
Caí sobre la que alguna vez había sido una silla de madera, miré mi brazo y solo tenía unos cortes. Toqué mi rostro sintiendo mis lágrimas salir, sin embargo las sequé rápidamente.
Pude escuchar voces, traté de levantarme y lo logré dificultosamente.
—¡Eddie!—grité al verlo, el payaso cubría el rostro de Eddie con su mano.
Me acerque a él.
—Incendiaras el lugar, es mejor que no te acerques—murmuró el payaso riendo, cada vez se acercaba más a Eddie.
Apreté mis puños ocultando mi enojo, pero él estaba en su ámbito y sabia como manejar todo.
Ambos pudimos oir una puerta abrirse, solo me detuve a ver quienes salían. Eran Bill y Richie.
—¡Nira, Eddie!—gritaron Richie y Bill casi al mismo tiempo.
—¡¿Esto no es real para ti Billy?, ¿No soy real para ti Billy?!—preguntó el payaso fingiendo tristeza.
Se acercó a mi y me lanzó hasta el otro lado de la habitación, grité por el dolor al impactar contra el suelo.
Bill y Richie se acercaron a mi y trataron de ayudarme. Pude ver cuando el castaño me levanto y me puso detrás de él
—Fue bastante real para Georgie—volvió a hablar el payaso acercándose a Bill.
La puerta se había abierto y un fierro atravesó la cabeza del payaso, unas gotas de sangre comenzaron a salir de su rostro y ascendían, esto era casi irreal.
Beverly había dado en el blanco.
—¡Trae a Eddie!—gritó Richie.
Mike y Stanley asintieron y cogieron a Eddie delicadamente tratando de salir.
—¿Qué es eso chicos?—preguntó asustado Eddie.
El payaso seguía moviéndose, sabíamos que no habíamos acabado con Eso.
—Debemos salir—gritaba Eddie desde el suelo, Mike y Stanley estaban asustados—¿Qué está ocurriendo?—volvia a gritar.
El payaso aún con el fierro incrustado en la cabeza se acercó a Beverly, ella estaba completamente asustada.
Aquel monstruo giró su rostro dándole una cortada a Ben en el estomago.
—Oh por dios, Ben ¿estas bien?—gritó Eddie alterado.
Richie fue a socorrerlo tratando de no dejar que él caiga al suelo.
Estaba aterrorizada, mis amigos estaban heridos.
—Hay que salir de aqui—gritó Eddie.
El payaso se estaba alejando de nosotros, y me detuve a observar todo. Eddie gritaba, Richie ayudaba a Ben y el resto se encontraba asustado. Sino averiguaba donde se escondía todo esto hubiera sido para nada.
No podía dejar que aquel monstruo se fuera, no sin antes descubrir hasta donde se iría.
Me alejé de Bill y seguí al payaso restándole importancia a los gritos que daban Richie, Mike y Stanley cuando me vieron salir.
—¡No, Nira no!
Reconocí la voz de Stanley al instante, sin embargo seguí avanzando.
—¡Espera!—gritó otra voz a mi lado. Giré mi rostro y solo pude ver a Bill. Ambos bajamos unas escaleras y lo vimos entrar a un pozo.
—Probablemente es ahí en donde está—comenté.
Él asintió.
—Ellos están heri-heridos. No pode-podemos ir—murmuró Bill, cogió mis manos y solo me limité a correr hacia arriba de nuevo junto a él.
—No, ¡Bill, Nira!—gritaba Eddie histérico llamandonos.
Entramos al cuarto observando todo el desastre, solté la mano de Bill al ver a Eddie totalmente impaciente, se había fracturado el brazo
—¡Dios no!—gritaba alarmado.
—Voy a poner tu brazo...—afirmó Richie tratando de ayudar pero Eddie gritaba aún más.
—¡No quiero que me toques!—gritó Eddie mirando a Richie.
—¡Basta!—gritó Beverly, justo en el momento en el que Richie hacia tronar los huesos del brazo de Eddie junto com un grito.
Todos salimos de aquella casa y corrimos hacia la casa de Eddie que era la más cercana.
—Ustedes hicieron esto, saben lo delicado que es—nos regañó la madre de Eddie mirándonos con odio.
—Nos atacaron, se-señora K—afirmó Bill.
La señora K obligó a Eddie a subir a su auto y cerró la puerta.
—No, no trates de culpar a nadie—regañó de nuevo. dejó caer su monedero y Beverly se acercó a ayudarla—¡Deja!—le gritó a Beverly enojada, recogió su cartera y se acercó a ella—He oído de ti Beverly Marsh, no quiero que una chica sucia como tú toque a mi hijo—musitó.
Apreté mis puños, " Los rumores de Beverly no son ciertos " quería gritar.
—No tiene porqué tratarla de ese modo, No fue nuestra culpa—hablé en defensa mientras veía a Eddie atraves de la ventana.
Él estaba triste y asustado, sabía qué su mamá lo regañaria demasiado.
—Callate, asquerosa huérfana—gritó mirándome con asco y odio finalizando nuestra conversación, tenía ganas de reprocharle algo de una buena vez.
—Señora K le ju...
—No, son unos mountros, todos lo oyeron, y Eddie ya no saldrá ¿Escucharon?, se acabó—volvió a decir y subió a su auto alejandose de nosotros.
Por un instante nadie dijo e hizo nada, pero nos quedamos observando al auto alejarse.
—Ya vi el pozo, sa-sabemos dónde esta, la próxima i-iremos preparados—soltó Bill.
—¡No, no habra otra vez Bill, estás loco!—gritó Stanley frustrado.
Lo observé por un momento, su rostro había adquirido un color rojo.
—Basta, Stan—le sugerí, él me vio y por su expresión calmada supuse que estaba intentando retenerse.
—¿Por qué?—preguntó Beverly—sabemos que nadie más va a hacer nada—por fin parecía entender que necesitábamos recuperar a alguien.
—Por poco mata a Eddie—habló alterado Richie señalando el camino que el carro de la señora K había tomado—Nira esta herida—me señaló—y mira este idiota, está goteando salsa de tomate—esta vez señaló la herida de Ben.
—No podemos fingir que se va a ir, Ben, tu lo dijiste, eso vuelve cada 27 años—aclaró Beverly mirando a Ben.
—Bien, Tendré 40 y muy lejos de aquí, creí que tu también querías irte de este lugar—soltó Ben mirando a Beverly.
—Si, pero quiero hacer algo importante, no huir—murmuró Beverly enojada.
—Perdón, ¿Quién invitó a Risitos de oro al grupo?—preguntó Richie señalando a Beverly, ella levantó el dedo del medio enojada.
—Richie—lo regaño Stanley.
—Digo que hay que enfrentar los hechos, el mundo real. Murió Georgie, Murió Ethan, No hagas que nos maten tambien—soltó Richie mirando a Bill.
Miré el suelo por un segundo, estaba bien si él pensaba eso, pero yo no necesitaba su opinión.
—Georgie y Ethan no están muertos—defendió Bill acercándose a Richie.
—No pudiste salvarlo, pero te puedes salvar tú—soltó Richie.
Observe el rostro del castaño por un instante, estaba enojado.
—No...Disculpate—ordenó Bill señalando a Richie—estás asustado igual que todos pero—dejo de hablar y empujó a Richie—disculpate—le ordenó.
—¡Bill, Calmate!—grité.
Richie se acercó a Bill y lo empujó. Un segundo despúes Bill le tiró un puñetazo a Richie y éste cayó a suelo.
—¡Bill!—gritó Beverly.
Mike y Stanley fueron a ayudar a Richie y el muchacho de lentes como sea quería golpear a Bill pero Mike y Stan lo estaban deteniendo.
—¡Son unos perdedores!—gritó Richie enojado, me puse en medio de la pelea, Miré a Bill, sus ojos transmitían furia—¡Son unos perdedores y los matará ése!—volvió a gritar Richie
—¡Ya Basta!—grité con la fuerza que me quedaba, no apreciaba ver a este par de amigos pelearse—¿No ven lo que Eso esta haciendo?—pregunté mirando a Richie y Bill.
—Es lo que Eso quiere, quiere dividirnos, estábamos todos juntos cuando lo lastimamos, eso nos mantuvo con vida—aumentó Beverly.
—¡¿Si?!, yo planeó seguir con vida—gritó Richie y se fue.
Mis ojos se detuvieron a observar al chico de lentes irse, y pasaron rapidamente hacia el chico de rulos rubios que tambien se iba.
—Stan—lo llamé, me miró por unos segundos y se fue al lado de Richie. Ben miró a Beverly por última vez y se fue junto a los demás.
Y una vez más mi vista se detuvo en alguien, Mike.
—Por favor, Mike—lo llamé, Beverly hizo lo mismo.
Mike solp volteó y nos observó negando.
—Chicos, no puedo hacerlo. Mi abuelo lo dijo, soy ajeno a esto y seguiré asi—murmuró cogiendo su bicicleta y se fue.
Miré a Beverly, esta negó dos veces con la cabeza y se fue.
Comencé a caminar hacia mi casa, no había nada más que hacer, Eso había logrado separarnos. Y en parte estaba enojada por el golpe que Bill le había dado a Richie.
Ellos eran amigos desde antes y Eso los había separado aún más.
—Espera, Nira—pude sentir la mano de Bill que tomaba la mía con delicadeza.
—Golpeaste a Richie—solté mirándolo, no me agradaba ver que dos amigos como ellos se golpearan.
—Si, pe-pero para mi Georgie y Ethan no están mu-muertos—sustentó Bill.
—Lo sé—me acerqué a Bill hasta quedar unos centímetros frente a él—Lo sé, Pero Bill, Richie es tu amigo—susurré, lo solté y me alejé de él.
Esto me estaba hartando, entraría de nuevo en esa casa y vería a ese payaso de una buena vez.
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