Chapter 11

[...]

Habíamos llegado a la ciudad en nuestras bicicletas, justo cuando había comenzado una feria. Bufé y suspiré enojada, las ferias me aburrian porqué la gente venia solo a ver, pero no ha contribuir.

Estábamos observando una pared que estaba llena de anuncios, entre ellos; anuncios de niños perdidos.


—Dicen que encontraron su mano toda mordida cerca de la torre de agua—habló Stanley señalando una imagen de un niño perdido.

—Una vez le presté un
lápiz—susurró Ben.

Bill se acercó a la imagen del niño perdido, movió la hoja hacia arriba y miró la foto de nuestra ex-compañera, Betty.

Aunque yo no la conocía del todo, solía verla caminar por los pasillos tranquila y sin causar ningún problema.

—¿Se acabará algún día?—preguntó Stanley, lo observé por un corto instante.

—Lo dudo, nosotros tenemos que detenerlo—respondí y recibí miradas extrañas de parte de mis amigos.

—¿Nosotros?—preguntó Mike.

Él parecía no entender nada, yo quería recuperar a mi primo y lo haría con ayuda o sin ayuda.

Observé a Richie molestando a un señor de la banda, que pasaba por el callejón, tratando de quitarle su instrumento musical.

—¿De que hablan?—se acercó Eddie preguntándonos, él tenía dos helados en su mano.

—De lo que siempre
hablan—se acercó Richie después de la pequeña pelea que tuvo.

—Si se va a acabar, al menos por un tiempo—añadió Ben.

—¿De qué hablas?—le preguntó Beverly. 

—Estuve revisando mi investigación. Anoté los eventos importantes, la explosión en 1908, los Guarni en el 35, lo que sucedió en el 62, y ahora los niños se pierden. Entendí que esto parece pasar cada...

—Cada 27 años—completó Bill interrumpiendo a Ben.

Observé a Bill por un instante.

Suspiré confusa, ver a Beverly que miraba a Bill realmente enamorada me molestaba. No podía soportarlo, simplemente necesitaba sacar mis sentimientos una vez más.

Lo único que hice fue caminar y alejarme de alli. Cuando me detuve mi vista para en los dos muchachos que me seguian. Stanley y Mike me observaban confundidos.

—¿Está todo bien, Nira?—observé a Stanley cuando la pregunta salió de su boca.

Los tres nos sentamos debajo de una de las estatuas de la feria, al frente de un escenario en el que estaba un payaso, muy diferente al de nuestras pesadillas, jugando con unos niños.

—¿Qué te pasa?—preguntó Mike mirandome, le dediqué una media sonrísa.

—No sé que me pasa—solté mirando a ambos—Cuando veo a Beverly mirar a Bill me molesta, me siento rara. No sólo por eso, es que solo lo conozco hace unos días sino por el echo de que ésto esté pasando tan rápido—respondí.

Mike y Stanley me sonrieron, se pusieron a mi costado como si fueran expertos en el tema.

—Eso se llama...—soltó Mike.

El moreno observó a Stanley cediendole la palabra.

—Celos—completó la frase Stanley, Reí. A pesar de que tal vez estos dos muchachos tenían razón, no podía, ni queria aceptarlo.

—No lo sé, también siento que estamos perdiendo tiempo, deberíamos de una buena vez averiguar que es lo que pasa en Derry—hablé

—Primero, deberías dejar de ponerte celosa—añadió Mike—A este paso todos en Derry descubrirán que te gusta Bill—soltó en broma y rei.

—Además lo más seguro es que a Bill no le guste Beverly, no es de su tipo—aumentó Stanley.

Giré mi rostro hacia donde estaban Beverly, Ben, Eddie, Bill y Richie. Ellos se estaban acercando corriendo hacia nosotros.

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