9

Judie:

—¿A dónde vas tan temprano?.—Escucho la pregunta de Zac a mis espaldas. Termino de subir mis bragas debajo de la falda y me vuelvo hacia el.—Judie.

—Tengo que ir con Scott.

Zac apoya los codos sobre el colchón y se inclina para observarme.

—Él va a seguir pintándome...

—Entonces es cierto.—Sonríe, al parecer el seguía sin creerlo.

—No te mentí, Zac. Es lo que hago con él.

Y también dejo que me bese, que me toque.

Busco los zapatos y me los pongo, me dirijo a la puerta de la habitación y la abro, pero la voz de Zac me detiene.

—Sobre lo que dije... solo fue una opción.

—¿Zac?

Baja de la cama y camina hacia mí, desnudo.

—Acuéstate con el .—Las palabras están ahí de nuevo y otra vez siento dolor, dejo caer la mirada.

Zac se detiene justo delante y me toma el rostro obligándome a mirarlo.

—Acuéstate con el solo si es tu último recurso.

Con esas palabras no dejo de sentirme mal.

—¿Qué te hizo cambiar de opinión?

—Porque tú eres mía.

—Zac..

Presiona los labios sobre los míos.—Tu eres mía, Judie. Solo mía.—Me planta otro beso, uno más fuerte y me deja jadeante.—Di las palabras.

Se aparta un poco, luego de rozarme los labios con su boca.

—Judie, di las palabras.

Le tomo las manos y las bajo despacio.

—Es tarde. Yo...

—No has dicho las palabras...—Su mirada se vuelve dura, fría. Mi cuerpo siente un poco de miedo.

Paso la saliva.—Te amo.

Me sonríe gustoso.

Mi voz esta vez sale temblorosa, pero a él no le importa.—Te amo, Zac.

Con la sonrisa marcando sus labios, el reclama mis labios otra vez.









Scott:

Podría permitirme perderme durante horas en la hermosa ninfa que posa desnuda frente a mí y ni siquiera sé de donde saco la cordura para mantenerme firme mientras termino de delinear su bella figura sobre el lienzo.

Judie es hermosa. Y cuanto más la observo más hermosa me resulta.

Joder, sí que estoy haciendo de mucho para contenerme. La polla me duele y es probable que termine con las pelotas azules.

—¿Acabaste?—Su pregunta me saca de mi transe. Le anuncio que sí y ella coge la manta con la que se cubre el cuerpo y se acerca a mí.

—Míralo tú misma.

Se inclina a observar la pintura y sé que hay una reacción positiva, cuando veo las esquinas de sus labios elevándose.

—¿Puedo?.—Me pide, señalando el pincel.

Respondo la pregunta con un gesto y ella lo interpreta como un sí, el tacto de Judie roza el mío al tomar el pincel. Apoya la cabeza de este sobre el color que use para contornear su piel y lo mezcla con uno más oscuro antes de dirigir el pincel al lado de su ombligo.

—Si sombreas más aquí le dará un aspecto...

—Dijiste que no pintabas.—Le recuerdo y ella detiene el pincel.

Enseguida los ojos se le abren y los pone sobre mi.—Si, yo a veces...

—Te escuchas y te vez como un experta. —Le interrumpo bajando los ojos al pincel.—La forma como tus manos se mueven y como tocas el pincel, la mezcla...

—Lo hago por diversión. —Baja la mirada y la sube.—Solo por diversión.

No contesto y ella continua con la pintura, jamás dejo que nadie intervenga en el proceso de mis creaciones, pero Judie parece saber de esto aunque lo niegue.

La elegancia para pintar y conocer que color debe ir con cual. Ella pinta, pero quiere ocultarlo de mí.

¿Por qué?

—Mira...—Baja el pincel y mis ojos se ubican sobre el lugar, justo en el ombligo.

Judie le ha dado un brillo más creíble que el que yo le di, el color en esa zona destaca.

—¿Puedo...?—Insiste en pintar más.—Creo que un poco de sombra... le haría bien.

Ella tiene toda la razón.

—¿Scott?

—Es tu pintura. Eres tú. Puedes hacer lo que gustes, ninfa.

Me da una sonrisa y empieza con los colores oscuros, otra vez dejándome claro que aunque ella diga que es diversión, para mí es un talento no descubierto.








Judie:

Paso la mirada por las demás pinturas dentro del estudio de Scott, mientras el detrás de mi le busca un lugar adecuado a la pintura mía que acaba de terminar.

Solo hice unos retoques pequeños en las sombras y ahora me pongo a pensar que quizás no fui precavida, pero el...

¿No se dio cuenta, verdad?

—Ahí está bien.—Le digo. Sujeto las pinturas acrílicas y una débil sonrisa cruza mis labios.

El estudio que Zac me dio es casi tan grande como este, pero Scott tiene más variedad en materiales, sobre todo con el tipo de pinturas y acuarelas.

Mientras estoy perdida en mis pensamientos, Scott me toma por sorpresa por detrás, me sobresalto y siento sus brazos alrededor, sujetándome la cintura.

—¿Viste algo que te llamo la atención, mi ninfa?

—Tienes muchas cosas aquí...

—Pareces más interesante en el arte de lo que imagine.

Me vuelvo hacia él.

—Puedo darte clases.

—O yo a ti.—Bromeo. Scott frunce el ceño.

Te estás pasando, Judie.

—Después de las sombras que hiciste en tu pintura no lo dudo.

—Es tu pintura, Scott. Yo solo fui la modelo.

—Una maravillosa modelo.

Mis manos se aprietan en su pecho.

—Y no voy a quitarte el crédito. Mejoraste mi pintura.

Muerdo mi labio.

—Tal vez deberíamos hacer equipo.—Bromea.

—Eso..

Eso sería maravilloso.

Y quizás algo que nunca suceda porque jamás sabrá que yo si pinto.

—Eres admiradora del arte. ¿Nunca has pensado en hacer tus propias obras?

—Scott.—Intento sonreír.—Yo no... solo soy una admiradora.

—Reconozco el talento cuando lo veo... y si tú...

Lo interrumpo, tomándolo de la nuca y besándolo. Esa es mi forma de callarlo y que deje de insistir, pero es algo que también he querido hacer desde que me desnude y ahora estando vestida otra vez, quiero sentir como sus manos se deshacen de la tela que me cubre.

—Ninfa...—Jadea.

Empujo su cuerpo y entre besos lo hago retroceder hasta el escritorio, pero soy yo quien termina sentado sobre él, con las manos de Scott abriéndose paso entre la tela de la ropa.

Cierro los ojos y disfruto de cada beso. De cada caricia fuerte adentrándose, de cada roce que me quita la respiración, los dedos de Scott queman sobre mi piel y su cuerpo caliente me envuelve en un deseo creciente.

—Mierda.—Gruñe. Mis manos con desesperación le han abierto los pantalones.

Continuo abriéndole la camisa y sus dedos rozan mi intimidad. Doy un brinco disimulado y jadeo.

Ah...

Scott frota sobre mis bragas con una mano y la otra me desnuda hasta los muslos, sujetando la tela de la falda sobre mi cadera. Él se lleva los dedos húmedos a los labios y mi vagina comienza a sudar.

Nuestras bocas se despegan y vuelven a tocarse.

—Te follare, Judie.

Quiero...

Lo deseo...

—Hazlo, follame.—Suplico con los ojos cerrados, Scott mete una de las manos dentro de las tiras listo para empezar a bajarlas.

Deseo a este hombre.

Deseo a Scott Bramston.

Yo...

—Mi ninfa...

"Acuéstate con el"

Abro los ojos de golpe.

—No..

Se detiene al segundo de oírme.

—¿Judie?

Mi corazón late muy rápido y siento dolor en los ojos.

"Acuéstate con el"

Siento el peso de las palabras de Zac sobre mí. Si me acuesto ahora con Scott estoy haciendo lo que él me pide.

Estoy usando a Scott...

—Judie.—Insiste el.

—Tengo... tengo que irme.—Le anuncio, sintiendo decepción yo misma.

—¿Ahora?... Judie.. ¿Hice al..

—No hiciste nada malo.—Le aclaro enseguida.—Pero tengo que irme.

Scott junta las cejas.—Volver con el...

Mi mirada cae.

No espero que lo entienda, porque como podría hacerlo. Vivo con Zac...

¿Cómo puedo explicarle eso?

Pero algo es cierto.

Mis sentimientos por Zac, mis sentimientos por Scott.

Lo que siento por él es diferente...

Ahora lo sé.

Zac es agradecimiento y Scott...

—Me gustas.—Confieso, mi corazón reacciona justo como lo pensé. Me gusta, me gusta mucho.—Me gustas mucho.

—Entonces quédate.—Me pide.—Quédate conmigo, mi Ninfa. Mi Judie. Déjame mostrarte cuanto me gustas a mí también.

El corazón me late muy rápido y me digo a mi misma, me escucho a mí misma y a mi corazón.

Que si me quedo esta noche no es por una orden de Zac, es porque yo lo quiero.

—Si..

Yo quiero esto.

Y quiero quedarme. Quiero esta noche quedarme y ser suya. 



Una idea de lo que esta por venir:

JAJAJAJJA.

Judie decidió que siente por Zac y que siente por Scott.

¿Se vendrá el sin respeto en el siguiente capítulo? :o

Nos leemos.

>>Yiemir.

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