25
Scott:
Odio la mentira.
Y la mierda de esconder algo. Para mi es prácticamente lo mismo, la misma mierda con diferentes palabras, a mí me dices la verdad o solo cortas relación conmigo.
Sin embargo... ¿Qué hago cuando la persona que me tiene jodido es quien no me dice las cosas?
Y no es la primera vez que lo hace.
—¿Ella sabe que tú...
—No, no señor.—Me contesta Luka, mantengo la mano presionada al móvil y estoy acumulando el enojo dentro de mi desde que me dijo que Judie y Zac están compartiendo la misma fundación.—No sabe que llegue antes y lo vi.
—Y ella no me lo ha dicho. —Aprieto los dientes y tomo un respiro profundo.
—¿Quiere que le..
—No, no lo hagas. —Trago con pesadez, olvidándome de la sensación de decepción.—Quiero que ella misma me lo diga.
—Como ordene, señor.
Va a colgar, pero lo detengo.
—Mantente alerta. —Le pido. —No quiero que él se atreva a dañarla.
Tengo unas ganas enormes de mandar esto a la mierda y volver.
—Como usted ordene, Señor.
Corto la llamada y me meto el móvil al bolsillo. Aún tengo el malestar atorado en la garganta.
(***)
—Scott Bramston.
Y ese malestar volvió a crecer.
Dos hombres de rasgos singulares me interceptan en el museo, vestidos de traje y con un rubio amarillento en sus cabezas y las expresiones tensas, expresiones con las que ya he tratado antes y por ello se lo que viene.
Hago un gesto de saludo.
—Mi nombre es Alexei Záitsev, y él es Seryei Vasíliev. —Rusos. —Es un placer conocerlo y verlo aquí.
Seryei toma la palabra. —Cuando dijeron que un Bramston estaría aquí, ver para creer.
Alexei me ofrecen un apretón el cual termino aceptando.
—Debe ser muy sorprendente para usted que quede un Bramston. —Comento sin interés.
La expresión que tiene cambia por ligera sorpresa y yo mismo término el apretón, para dárselo a Seryei.
—Tenemos entendido que será juez este viernes.
—Creo que es algo que quedo claro en cada publicidad. —Sobre todo a las afueras del museo.
Abelard en serio se benefició con esto, va a exprimir mi apellido hasta la última gota mientras permanezca aquí, aunque tampoco lo culpo por hacerlo. Era el trato, estoy aquí cumpliendo la promesa de mi padre y yo me beneficio con cualquier oportunidad que se me presente en un lugar como lo es Francia.
Sin embargo siempre es lo mismo, las razones de todos el jodido apellido y la descendencia Bramston.
—Señor Bramston, quisiéramos hacerle una propuesta.
Aquí vamos...
—Conocemos su talento, tan bueno como el de su padre. —Comenta Alexei. —Nos encantaría trabajar con usted. Si nos permite escucharnos..
—¿Y están interesados en mi o en lo que puedo otorgar con mi apellido? —Interrogo.
Los mecenas intercambian miradas y yo sonrio, sabiendo lo que significa, sin embargo, debo decir que agradezco que Abelard Fontaine nos interrumpa.
—Alexei, Seryei. Gracias por saludar a mi invitado especial, pero debo robarlo un momento. —Me coge del hombro y se lo tolero esta vez. —Hay unas personas que quiero que conozca, señor Bramston.
—Señor Bramston. —La voz del ruso me detiene, Alexei me extiende una tarjeta. —Si esta interesado...
Intente tanto que termino sujetándolo.
—Podríamos beneficiarnos mutuamente ¿No le parece?
(***)
—¿Cómo estuvo tu día? —La pregunta y el tono de Judie es tan normal, que por poco me hace olvidar que está mintiéndome.
—Recibí propuestas.
—Oh, Eso es genial ¿Por qué no te escuchas feliz?
Porque estas mintiéndome...
—Ninguna propuesta que me interese realmente. —Y ahora soy yo el que miente.
Lo de las propuestas no, pero como me siento con ella sí.
—¿Y tú? ¿Algo que contarme?
Se queda callada por un momento. Aprieto los dientes.
—No, no realmente.
Trato de olvidar ese nuevo malestar. —¿Cómo van las cosas entre tú y tu estudiante?
—No es...—Se detiene un momento, las cejas se me juntan. —Sucedió un inconveniente, pero puedo... puedo solucionarlo.
—Ninfa... ¿Qué sucede?
La imagino negando con la cabeza, ella otra vez tarda en responder.
—Creo que... Yo puedo solucionarlo.
—¿Solucionar qué?
—Nada, no quiero agobiarte por nada. Debes estar muy ocupado.
—Para ti no lo estoy. —Ella vuelve a callar. —¿Judie?
—Scott... ¿Confías en mí, no?
La pregunta me hace cerrar los labios de inmediato y vuelvo a hablar para contestarle sin controlar lo que sale de mi boca.
—No me has dado motivos para no hacerlo.
Golpe bajo, Scott.
—¿No es cierto?. —Insisto.
—Sí, Scott. —Ella carraspea. —Hablemos de otra cosa. —Guardo silencio y la dejo hablar. —¿Ya estarás aquí para el sábado, no?
—Lo estaré. ¿Qué pasa ahora?
—Están preparando una reunión aquí en la fundación como agradecimiento para nosotros. Me gustaría que estuvieras aquí...
—Lo estaré.
Ella me responde alegre y sigue contándome su día, mi malestar se va poco a poco solo por oír la emoción que tiene por verme y trato de pensar en las razones que le hacen callar lo que se.
Sin embargo por muy buenas razones que haya, eso no quitara como dejare el rostro de Zac Michaelson cuando regrese.
Judie:
Encuentro a Axa en la entrada y me vuelvo hacia Luka, acomodando el bolso en mi hombro.
—Gracias por traerme.
—Que tenga un excelente día, señorita Judie. —Me dice y le sonrio antes de alcanzar a Axa, quien ya ha ingresado a la fundación. —¡Axa!
Escucho el coche avanzar detrás de mí y ella se detiene a esperarme para ingresar juntas.
Hoy tengo que hablar con Allison.
—¿Ya te sientes mejor?. —Pregunto algo preocupada. Se suena la nariz, la cual tiene de un color rojizo.
—Mejor. —Responde. —¿Me perdí de algo?
—Conseguí una estudiante.
—Al menos mi ausencia te ayudo. —Bromea negando. —Lo siento si espante a la mayoría, soy..
—¿Directa? —Arqueo una ceja.
—Honesta.
Sonrio.
Me acompaña hacia los salones superiores, donde debe encontrarse Allison y las sonrisas que tengo mientras hablamos se acaban cuando llegamos y vemos a la directora con Zac y Allison.
Miro a Axa, quien encoge los hombros y yo me adelanto.
—Señorita Greir, que bueno que llego.
—¿Ocurre algo?. —Pregunto intercambiando una mirada con mi compañera.
Ya me metí en problemas por buscar estudiantes no recomendados por la misma fundación.
—Sí y algo bueno, de hecho. —Se coloca al lado de Allison, quien parece contener emoción. —Allison me sorprendió al llamar la atención de dos pintores y ella quiso esperarla para compartir la noticia con usted.
—¿Noticia?. —Intento sonreír, pero esa sonrisa se pierde y luzco más confundida.
La directora se acerca a Zac. —El señor Michaelson se ofreció en ser el benefactor de Allison. El cree en su talento y decidió brindarle todo el apoyo que requiera.
Miro a Zac y el pulso se me acelera. No tiene expresión alguna, pero se que disfruta de mi reacción ante esto.
—¿No es una excelente idea?. —Me suelta Allison con emoción ocupando mi atención esta vez, Ella se acerca a mi. — Él se ofreció en ser mi mecena.
Me abraza dejándome en silencio y mi mirada se encuentra con la Zac, está sonriendo, mientras tiene una mirada perversa en la cara.
Sabe lo que significa y sabe lo que significa para mí porque al final si desenmascaro a Zac frente a sus ojos, de todas formas seré yo quien le haya quitado esta oportunidad a ella.
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