21

Judie:

Concentro toda mi atención en el recorrido que nos hacen ahora que han venido más artistas a la fundación, debo decir que me siento mejor al descubrir que no solo somos Zac y yo, sin embargo no puedo despegármelo porque está prendido a mi lado como si fuera una garrapata.

Tomo un respiro y continúo avanzando, somos diez en total y no quiero quedar mal y que su presencia me incomode al punto de no seguir las indicaciones y termine arruinándolo, porque conociendo al verdadero Zac me hago a la idea que eso es algo que está entre sus planes.

Durante esta corta visita nos explican cómo se trabaja aquí y los horarios de los estudiantes de arte, nos dicen que nos asignaran en equipos y esos equipos rotaran varias veces hasta que encuentren con que quienes logramos conectar más.

—¿Tu escolta no está contigo? —Suelta Zac a mi lado.

Le lanzo una mirada y el sonríe.

—Ese silencio es un no.

Intento avanzar y me toma del brazo, tira de mi sin que nadie se percate acercándome a él.

—¿Tan maleducada te ha convertido ese imbécil? Un par de semanas con él y mira lo que eres.

—Suelta.. —No termino la frase, me sujeta con más fuerza y me acerca a él, su mirada delinea mi rostro y baja a mis labios, mientras separa los suyos.

¿Qué está haciendo?

Intento separarme y un tercero, dice.—¿Todo bien?

Ambos giramos. La mujer del tour junto al resto de nuestros compañeros nos están observando y siento vergüenza por esta incomodo situación, según entendí en la presentación rápida, la mayoría de ellos han contribuido más de una vez aquí, mientras yo soy novata como Zac.

Quería dar una buena impresión y ahora por él, deben creer que, por ser descubierta recién, tengo aire de diva como él.

Las miradas que nos lanzan lo dicen todo, me siento apenada y nuevamente Zac me ha arruinado algo más.

—Todo bien. —Responde el por los dos y la mujer del tour nos observa sin estar convencida. —¿Señorita Greir?

Me quito el agarre de Zac y mis ojos van hacia él, la sonrisa de Zac se amplia y con su mirada me advierte.

—Sí, todo bien. —Respondo y me alejo de él, pero los murmullos ya están.

Los adjetivos también.




(***)




—Por favor, sean puntuales el lunes temprano. —Nos pide a todos la misma mujer —Contamos con ustedes.

Me guardo los folletos, mientras otros se retiran y avanzo por los pasillos, mientras visualizo el coche aparcado afuera, donde Luka me espera.

—Judie.

No detengo mis pasos, pero eso no es suficiente para Zac, no le basta haber puesto una mala impresión de mí en la cabeza de nuestros compañeros. Quiero trabajar y hacer esto en un ambiente de paz y ahora...

No sé lo que me espere el lunes temprano.

Me sujeta del brazo y vuelve a tirar, pero actuó más de prisa y aparto su agarre. Los ojos de Zac se abren, pero enseguida me muestra una sonrisa.

—Solo hace falta que grite y Luka entrara. —Le amenazo, no funciona con él. —Déjame pasar, Zac.

—Solo intento hablar, Judie. ¿Ahora me presumes a tu guardaespaldas? Mira que estas diferente...

Trago saliva ignorando el comentario, intento dar un paso y me bloquea.

—Espera. —Me pide. —Llevémonos bien ¿Te parece?.

Abro los ojos y una sonrisa crece en sus labios. Zac me ofrece la mano, pero lo único que hago es bajar la mirada a ese lugar.

—Judie... Intento ser amable. —Me pide e insiste en que tome su mano. —Ninfa.

—No me llames así.

—¿Solo el tiene ese derecho?

—Solo quiero oírlo de él.

Las palabras hacen apretar su mandíbula, pero estoy enoja. No quiero que el manche ese bello apodo que Scott me dio.

—Que yo recuerde él no ha comprado la palabra ¿No? Si quiero llamarte Ninfa, te llamare así, mi ninfa.

—No soy nada tuyo, Zac.

—Una vez lo fuiste, puedes volver a serlo. ¿No recuerdas lo felices que éramos?

¿Felices?

Me trago el sabor amargo que me ocasionan sus palabras, intento pasar otra vez y para mi sorpresa, el me deja.

—Te amo.

La confesión me detiene y me hace abrir los ojos, más no me giro hacia él.

—Judie... ¿Has oído? —Intenta saber y escucho sus pasos acercándose por detrás. —Las palabras que siempre quisiste escuchar...

Siento todo su peso en mi espalda, mientras su mano se ubica sobre mi vientre.

—Te amo, Judie. —Repite y los ojos se me cierran por un segundo y los abro, recordándome a que ser manipulador tengo detrás de mí.

Me alejo de el enseguida y sin mirar atrás sigo mi camino hacia el coche que me espera.

—Señorita Judie. —Luka hace una pequeña reverencia. —¿Cómo estuvo su primera clase?

—Pudo ser mejor. —Respondo.

—Entiendo. —Menciona el y no hace más preguntas, me abre la puerta y yo entro.

Trato de no mirar a Zac hasta que el coche avanza, pero lo hago. Levanto la mirada y observo por mi ventanilla, el sigue de pie ahí, observándome con las manos dentro de los bolsillos.

"Te amo".

El corazón se me acelera con las palabras, porque son unas que esperaba escuchar de sus labios hace mucho y cuando antes podría despertar emociones positivas, ahora no me provocan nada más que sorpresa.






(***)






—¿Cómo estuvo tu día?. —Antes de ir a la cama, hablo con Scott como prometimos, empezó contándome su día y ahora quiere saber del mío.

Trago saliva, eliminando el mal sabor de boca que me provoca recordar a Zac Michelson.

—Bien, estuvo bien.

—¿Solo bien, mi amor?

Mi corazón se acelera con la palabra, sonrio y niego.

—Solo bien, Scott.

—¿Necesitas que regrese?. —Pregunta preocupado.

Niego con la cabeza. —Estoy bien.

—¿Me estas extrañando? Parece que no me estas extrañando.. —Finge estar ofendido.

Rio.

—Te extraño mucho. —Sonrio sin apartar los ojos de la pantalla, donde se refleja su atractivo rostro.

Me muerdo los labios. No puede ponerme caliente solo verlo, pero él es tan atractivo e impone tanto, incluso a través de una cámara.

—Yo también, ninfa. —Ninfa, de el suena perfecto. —Estoy a punto de mandar todo esto al carajo y viajar solo para follarte.

—Suena tentador. —Vuelvo a reír y niego. —Pero te necesitan allá.

—¿Y tú no?

Me gusta que me haga sonreír a cada segundo.

—Yo también, pero ambos hicimos una promesa. —Le recuerdo. —Además tiempo separados nos hará extrañarnos y el recuentro...

—Volverá el sexo más potente.

Como dije, solo me hace sonreír.

—De igual forma te extraño. Te extrañe cuando deje la casa para ir al aeropuerto. Te extrañe dentro del maldito avión y antes de que despegue y te extraño como el infierno ahora.

—Es imposible que supere esas palabras.

—Solo hay una manera de que las superes.

"Te amo" Eso piensa mi cabeza.

Mi labio tiembla y separo los labios para decirlo, pero escucho un ruido al otro lado de la línea.

—Espera un minuto, amor. —El móvil tiembla y el se levanta de la cama, donde se encontraba.

Escucho que abre la puerta y la voz francesa de alguien. No, de una mujer se escucha, voz a la que él le responde con el mismo acento.

Me siento intrigada, pero espero paciente a que terminen de hablar, lo curioso es que él se ría y la voz de ella también.

Trago saliva y el vuelve a contestar.

—Judie..

—Aquí estoy. —Fuerzo una sonrisa.

—Tengo que dejarte, voy a salir ahora mismo.

—¿Con la francesa?

No, Judie...

—Perdón, no escuche.

Gracias por cuidarme de no sonar patética, interferencia.

—No, está bien. Ve. —Le digo. —¿Cosas del trabajo, no?

—Puedo cancelar si quieres.

Niego. —Si son cosas del trabajo, ve.

No quiero ser un impedimento.

Asiente con la cabeza. —Te extraño, te hablo después, ninfa.

—Y yo a ti. .

La llamada se corta por la interferencia, pero un mensaje de Scott no tarda en llegar a mi teléfono.

Lo reviso y leo. "Dulces sueños,  mi ninfa"

Bastan tres palabras que vengan de el para hacerme sonreír y eso hago, me voy a la cama, olvidándome de la desconocida de la llamada y creyendo en mi como Scott lo hizo.

Con la seguridad de que puedo manejar esto yo sola y también el soportar a Zac Michaelson.






Y oficialmente termine la maratón de Greek Gods, el 31 nos vemos con esa historia y hoy volvimos con esta.

Las parejas experimentan inseguridades al encontrarse lejos  y esta vez les toco demasiado pronto a Judie & Scott. 

¿Judie se refugiara en los brazos de alguien más o será al revés? O tal vez nada de eso pase JAJAJAJA

¿Lo lograran? Esperemos.

Nos leemos.

>>Yiemir.

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