15
Scott:
—¿Entonces señor Bramston esta mujer que describe es tan talentosa?
Sonrio con el rostro de mi ninfa clavado en mis pensamientos.—Lo es. Le sorprenderá lo excelente que es.
—Y usted lo reconoce, eso es lo más admirable.—El hombre me observa con asombro.—Si un Bramston ve el arte en algún lugar, no debo ignorarlo.
Me mantengo callado, calmado por la decisión coherente de este sujeto y nunca antes estuve tan orgulloso de hacer uso a mi beneficio este apellido como ahora.
—Era un admirador de su padre y por supuesto que lo soy de usted.—Me extiende la mano, la cual recibo con un apretón.—Señor Bramston, me gustaría conocer a esta mujer maravillosa que describe y por supuesto que me fascinaría conocer su arte.
(***)
Regreso a casa al acabar mi reunión con el hombre, con quien acabado una vez la plática con mi ninfa, me senté a escuchar lo que tenía que decirme y los halagos hacia mi padre.
Cruzo la puerta, la cual me abre una de las mujeres de la servidumbre. Me encuentro a Luka, quien me recibe al pie de la escalera.
—¿Judie?
Él pone la mirada en el techo y cuando voy a dar un paso sobre la escalera, me sujeta del brazo.
—Antes hay algo que debo decirte, Scott.
—Dilo entonces.
Luka duda y supongo que algo anda mal. Mis cejas se juntan y aparto el brazo, aunque es Luka quien me deja ir.
—¿Qué le paso a Judie?
(***)
Tengo los puños apretados mientras me dirijo a la habitación donde descansa mi ninfa, la saliva me pesa y mis pasos se sienten pesados. Mi corazón se agita con presión y estoy a nada de ir a la casa de ese fracasado a advertirle a base de golpes que no debe tocarla, ni física, ni emocionalmente.
Abro la puerta y mi ninfa, quien se encuentra acostada sobre la cama, se sienta sobre esta y apenas inicio mis pasos hacia ella, el enfado comienza a creer más en mí.
Y sobre todo mis ganas de darle una lección al hijo de puta de Zac Michaelson.
—Scott...
Judie tiene los ojos rojos y las mejillas manchadas de lágrimas secas y apenas visibles.
—¿Qué carajos te hizo es...
No alcanzo a finalizar la pregunta cargada de enojo, Judie se levanta y de inmediato me rodea el cuerpo con los brazos, toda su esencia tiembla en mis brazos y puedo notar los sollozos que empiezan a crecer con rapidez.
Acepto su calidez y la envuelvo con la mía, mi mejilla se pega a su cabeza y beso su sien.
Me aclaro la garganta y menciono.—Lo matare.
Judie permanece callada.
—Maldita sea, Judie, voy a...
—No.—Me detiene, se aparta para mirarme, pero incluso los ojos tranquilos de mi ninfa, no desaparecen por completo el enojo.—No vale la pena, no quiero...—Observo como le cuesta pasar la saliva.—No quiero que te veas involucrado en esto.
Coloco las manos sobre su rostro.
—¿No ves que ya estoy lo suficientemente involucrado?
La calidez de su piel me cubre las manos y me hace bajarlas.
—Esto no se va a quedar así, Judie. Lo que hizo...
—Lo que hizo me ayudo a darme cuenta lo ciega que he estado con él..—Me interrumpe y niega.—De todo el tiempo que he perdido apoyándolo.
—Ninfa.
—No quiero que Zac ocupe más importancia en mi vida y no quiero que él se vuelva algo primordial, solo quiero seguir mi vida sin él.
—Destruyo tus pinturas. Tu arte.
Los ojos se le vuelven a llenar de lágrimas.
—No me pidas que yo lo olvide cuando por culpa suya ahora estas llorando.—Menciono, el enojo me hace doler los huesos.—Siento rabia con solo verte llorar.
—Usa esa rabia para otra cosa, no para darle importancia a Zac.
Me toma de la nuca y presiona su boca sobre la mía, negarle un beso a mi ninfa no está en la lista de cosas que puedo controlar.
La beso maldita sea, claro que lo hago. Mis deseos sexuales por ella no se contienen desde el primer beso, sino acato la orden de mi cuerpo, como si yo fuera una puta marioneta y claro que con ella lo soy.
—Joder.
Le abro el vestido, rasgando la tela trasera y la levanto en brazos, arrojándola sobre la cama, la ropa deja de estorbar con nuestras manos rápidas al desnudarnos, pero no la penetro enseguida, aunque todo su lenguaje corporal me lo pida a gritos, empezando por esas delicadas piernas que no dejan de moverse buscando mi polla o la entrepierna chorreante, pero sobre todo por esos pezones tan duros y esos senos tan perfectos, los cuales no necesitan un puto sujetador para demostrar que los tiene como una diosa.
Beso su ombligo y ella se estremece, me sujeta el cabello y mi boca va elevándose hacia sus senos.
Mi lugar favorito, al menos el de mi boca, porque mi polla ama ese sexo húmedo y caliente.
Saboreo y chupo, le doy mordiscos y lacto de ellos con vehemencia, Judie echa la cabeza hacia atrás y yo disfruto robándole gemidos que endurecen más mi falo.
—Eres una delicia, Judie.
—Scott..—Su voz se pierde. Me prende como nadie.
La venero como mi musa se lo merece, pasando los labios por cada lineal de esa piel tersa y suave, mientras ella me da gemidos angelicales.
Puedo estar más duro que ahora y solo Judie puede lograrlo. Ella disfruta de mis caricias y sonrio como se mueve debajo cuando los dedos de mis manos se deslizan por debajo del monte.
—¿Esto es lo que desea mi ninfa?
Le aprieto la cadera y le doy lo que quiere, guio la mano hacia su entrepierna, rozando el clítoris con suavidad. Los ojos de mi ninfa se encuentran con los míos después de dar un ligero respingón, que me saca una risa corta.
—Oye...
Sí que esta sensible y con ganas de ser penetrada.
Mis dedos llegan a su vagina y ella misma me separa las piernas, abriéndome paso. Rozo los dedos por los labios hinchados y froto el pulgar de arriba a abajo.
—Santo dios, Scott.
—Deja que mi dedo te folle antes.
—Deseo más que tu dedo.
Sonrio encantado. —Y yo deseo venerarte más, mi Judie.
Me inclino a besar sus senos, envolviendo su pezón nuevamente en mi boca.
El perfume de Judie me nubla el pensamiento y froto mi erección contra su piel, mientras mis dedos empiezan a follarla sin control.
Los gemidos que me regalan son maravillosos y deseo grabarlos para masturbarme cuando no este con ella.
Aparto los labios y ella boca mi boca, le doy lo que quiere y retiro los dedos de su húmeda intimidad, rompo el beso y los llevo a mis labios, lamiendo su delicioso néctar.
Mi ninfa se sonroja y con una sonrisa me pierdo en su hermoso rostro, digno de ella.
—Te deseo, hoy y siempre, Judie.
—Y yo a ti.
Me dejo de juegos y subo sobre ella tras ya estimularla lo necesario, elevo sus piernas y hago chocar su cadera contra la mía. No hago preguntas de si ya está lista o no, he aprendido a diferenciar sus gestos y sé que lo está, y también sé que desea que sea duro con ella y mis últimos pensamientos antes de ingresar es sobre lo delicioso que será deslizar mi polla hinchada dentro de su cavidad resbaladiza.
La penetro en un movimiento rápido y meso mis caderas al instante, Judie recibe cada golpe y se aferra a mi culo con las manos, su interior está justo como lo imagine.
Mojado, caliente y resbaladizo. A mi polla le gusta hundirse dentro del coño de Judie , pero también le encanta sentirse atrapado y por eso presiono su muslo, buscando hacer presión.
Jadeo con la sensación y la beso casi gruñendo.
—Ahh...—Ella arruga la frente. —Scott, no pares.
—Ni que estuviera loco.. —Logro decir y sonrio. —Aunque lo estoy por ti.
La penetro una, dos veces más y llevo mi pulgar entre sus labios, pidiendo ingresar a su boca, mi ninfa los separa y mordisquea mi pulgar prendiéndome más de lo que ya estoy.
Sonríe y se ve tan sexy, pervertida y perfecta debajo de mí, aunque eso cambia, no lo maravillosa que es, sino la postura ya que ella se sube encima.
Mantiene su sonrisa y apoya ambas manos en mi pecho, su trasero se eleva y cae, volviéndome hacer entrar en ella. Disfruto esto, darle poder y recibiendo lo que tiene para darme.
Me gusta esta Judie. Poderosa y atrevida, pero también me encanta dominarla, aunque al final lo terminamos haciendo ambos.
La hago caer de regreso contra el colchón y me subo encima. Nos reímos.
Sus manos me tocan el rostro. —Nunca me dejes ir. —Me pide, con un rastro de brillo en los ojos.
—Jamás dejare que pase. Siempre serás mi ninfa, Judie.
Judie:
—¿Qué hacemos en el museo tan temprano?, —Tengo la mano sujeta de Scott mientras subimos las gradas exteriores que nos adentra al museo. —¿Tendremos una cita aquí, Sr. Scott?
Él se ríe. —No, pero veremos a alguien importante y que desea conocerte.
Mis pies tocan la entrada del lugar y después de un saludo a los guardias, ingresamos al museo de pinturas.
—Ya dime, Scott..
—Míralo tú misma y no seas impaciente.
Scott me traslada hasta donde se encuentra la pintura de la ninfa en la pared, basada en mí y mi sonrisa se pierde, cuando frente a ella está de pie un hombre alto, sin cabello y de traje oscuro, se ve bastante elegante y eso no se acaba cuando la sonrisa marca sus labios al vernos.
—Señor Bramston. —Saluda a Scott y luego pone los ojos en mí. —Ella debe ser el talento impresionante del que me hablo.
Scott asiente y se vuelve hacia mí. El hombre tiene un acento extranjero.
—Judie, él es Emir Atamar.
—Mucho gusto, Judie. —Me ofrece la mano y yo la acepto.
—El gusto es mío.
Rompo el apretón y busco respuestas en Scott.
—Emir es un mecena.
—Prefiero la palabra patrocinador, no soy muy codicioso . —Responde con una sonrisa. —Judie, Scott me ha hablado de ti y quiero decirte que estoy interesado en patrocinarte. —Mira a Scott. —En ser tu mecena.
Scott se ríe, los ojos se me abren mucho.
—¿Qué? —Apenas y puedo creerlo.—Pero no ha visto ninguna de mis obras.
Y aunque quisiera, Zac acabo con ellas.
—Trabaje con el padre de Scott en un proyecto y —Miro a Scott y mantiene su sonrisa. —Conozco bien los gustos de un Bramston para saber que no se equivoca
Scott.. ¿Ha buscado a este hombre por mí?
—Judie. —Me llama atrayendo mi atención. —Si me lo permites, puedo ayudar a que el mundo conozca tus obras.
(***)
—No puedo creer que... hicieras eso. —Digo con emoción tras salir del museo.
Scott me sonríe y ambos nos detenemos en la vereda. Me llevo las manos a la boca.
—¿Esto en serio está pasando, Scott?.—Siento mis ojos arder de emoción.
Él se acerca a mí y me toma el rostro con las manos, limpia las lágrimas que se forman en las esquinas.
—Esto es lo que te mereces, Judie. —Pronuncia y muerdo mi labio. —Lo que siempre debiste tener.
Lo abrazo, lo lleno de besos y agradezco hace un tiempo atrás haber huido al museo y haberlo conocido, pero no solo por lo que ha hecho hoy por mí, sino por lo que hace por mis todos los días, llenarme de felicidad y demostrarme que esto..
Esto si es amor.
Scott hará que el mundo vea el arte de Judie *--*
Antes que empiecen sus teorías, si su corazoncito teme por Scott, desde ya les confirmo que el drama no ira por ese lado, pero si por otro xD
Así que respiren.
-Por ahora-
¡Se viene 30, se viene maratón de Greek Gods! Por eso los próximos días estaré ausente hasta terminar de escribir los próximos capítulos de la maratón.
Greek Gods son capítulos largos y esta vez tendrán:
ATTATATATTA
10 Capítulos nuevos.
¿Me aman ahora? *-*
Consejo: Preparen su corazón porque esta maratón se nos viene de todo :o ¿Empezamos con el drama? Tal vez, pero con las revelaciones también.
Nos leemos en esa maratón el 30 de Abril y regresamos con "Somos Arte" el 1 de mayo o quizás antes.
Los amo.
>>Yiemir.
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