Prólogo
En el marco vibrante de la recaudación anual de primavera, me encontraba acompañada por mi hermana, Jackie, en un evento que destilaba una mezcla de elegancia y animación.
Mi elección de vestimenta, un vestido verde, se integraba armónicamente con el festivo entorno, mientras que Jackie destacaba con un impresionante vestido rojo que capturaba miradas en cada rincón del lugar.
La curiosidad se apoderó de mí cuando, entre la multitud bulliciosa, me dirigí a Jackie con la inevitable pregunta:
—¿Dónde están?
La respuesta llegó en forma de un encogimiento de hombros, indicando su falta de información. Sin perder tiempo, sacó su móvil y, con una expresión de inquietud, se comunicó con nuestros padres para conocer su paradero. El último mensaje, cortesía de Lucy, nos aseguraba que mamá y papá ya habían llegado, y que nos encontraríamos con ellos en la fiesta.
Con el misterio momentáneamente suspendido, Jackie guardó su móvil y ambas nos sumergimos en la contemplación de la abrumadora multitud que nos rodeaba, cada individuo aportando su chispa única a la efervescente atmósfera del evento.
De repente, una voz conocida perforó la burbuja de nuestra conversación silenciosa. Una amiga nuestra nos saludó con efusividad.
—¡Jackie, Cassie! —exclamó.
Ante la pregunta sobre el estado del catering, inquirí con interés, y la chica, con una sonrisa radiante, compartió que los entrantes estarían listos en cuestión de minutos. La respuesta satisfizo a Jackie, quien expresó su alegría con un simple —Genial—. Yo, agradecida, añadí un "Gracias".
La conocida, asombrada, elogió nuestra contribución a la organización de la fiesta.
—Chicas, esto es una pasada. No sé cómo lo han logrado.
Dejé a Jackie y a la conocida sumidas en su charla y decidí explorar un poco más el área. Me dirigí a un pequeño puesto cercano, donde seleccioné cuidadosamente algunos snacks para saciar mi creciente apetito. La gama de opciones culinarias satisfizo mi paladar y, con las manos ocupadas, mi atención se desplazó hacia la entrada de la fiesta.
Fue entonces cuando vislumbré a nuestro tío haciendo una entrada. Con entusiasmo, abandoné el puesto y me encaminé hacia el epicentro de la celebración, ansiosa por unirme a la reunión familiar y sumergirme completamente en la efervescencia de la primavera que se desplegaba a mi alrededor.
En ese instante, un susurro de asombro escapó de los labios de Jackie.
—Tío Richard —pronunció con sorpresa—. ¿Qué haces aquí?
El se dispone a alejarnos del lugar
(...)
Espero os guste!! Una amiga me ayudo a hacer este prólogo, porque no sabía como hacerlo💘
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