Capítulo 3

Capítulo 3: Encuentro con Erin


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En el camino de regreso a casa, divisé a lo lejos a una chica rubia que de alguna manera me resultaba conocida. Mis pensamientos se aclararon, y caí en la cuenta de que era la misma chica que había estado con Cole en aquel beso fugaz.

A medida que me acercaba, los detalles se volvían más claros, y ella pareció percatarse de mi presencia, girándose para mirarme.

—Cassie —saludó la chica con una sonrisa, y yo respondí con un simple "hola", aún tratando de recordar su nombre. —Soy Erin —agregó, extendiendo la mano en un gesto amistoso.

—Mucho gusto, Erin —dije, estrechando su mano. Sin embargo, la incertidumbre seguía rondando mi mente.

—Escuché que tuviste una pelea con mi hermana —mencioné, y Erin soltó un suspiro, cruzándose de brazos.

—Sí, algo así.

—¿Puedo preguntar a qué se debe? —indagué, interesada en conocer más detalles sobre el conflicto.

Erin se tomó un momento antes de responder, evaluando la situación.

Las palabras de Erin resonaron, provocando una risa espontánea en mí. Me acerqué a ella con una mezcla de curiosidad e incredulidad.

—¿En serio le dijiste eso? —pregunté, buscando comprender sus afirmaciones.

Erin asintió, sosteniendo mi mirada con determinación. La mención del bolso de Jackie añadió un nuevo matiz a la conversación.

—No creo que sea justo hacer sentir mal a mi hermana por algo que involucra a un hombre. Cole es su elección y no veo por qué deberías cuestionarlo —expresé, intentando mantener un tono sereno.

Erin sostuvo mi mirada por un momento antes de desviarla, como si estuviera procesando mis palabras. La tensión flotaba en el aire, y me pregunté cómo evolucionaría la conversación.

—No es mi intención causar problemas, solo quiero que Jackie vea las cosas como son —comentó Erin, aparentemente buscando justificar sus acciones.

Mientras caminábamos, decidimos hablar sobre nuestras vidas, intentando comprender las complejidades que se escondían detrás de las apariencias.

—¿Y tú, Cassie? ¿Cómo es tu vida por aquí? —preguntó Erin con una curiosidad genuina.

Tomé un momento antes de responder, pensando en cómo compartir mi experiencia sin revelar demasiado.

—Es diferente, supongo. La mudanza trajo consigo muchos cambios, y estoy tratando de adaptarme a todo —dije, optando por una respuesta más general.

Erin asintió, comprendiendo que había detalles que no estaba dispuesta a revelar por ahora. Luego, volví la conversación hacia ella.

—¿Y tú? ¿Cómo va todo en tu vida? —pregunté, ofreciéndole un espacio para compartir.

Erin dejó escapar un suspiro y miró al horizonte antes de responder.

—No todo es fácil, especialmente con Cole. A veces parece que no estamos ni aquí ni allá, ¿sabes a lo que me refiero?

Sus palabras resonaron en mí, y asentí con comprensión.

—Entiendo lo que quieres decir. ¿No son oficialmente novios, pero tampoco solo amigos? —pregunté, tratando de explorar más a fondo su situación con Cole.

Erin asintió con una pequeña sonrisa irónica.

—Exacto. Es complicado, pero por ahora, simplemente somos algo —explicó, revelando la complejidad de su relación con Cole.

—Entonces, ¿cómo manejas eso? —pregunté con curiosidad, queriendo saber cómo enfrentaba Erin la incertidumbre de su relación con Cole.

Erin soltó una risa suave antes de responder.

—Supongo que intento no pensar demasiado en ello. Vivir el momento, ya sabes. Pero a veces, las cosas se complican, y me pregunto a dónde nos llevará todo esto.

Sus palabras resonaron en mi propio entendimiento de la vida, donde las preguntas sin respuesta a menudo se entrelazaban con las decisiones que tomamos. Mientras compartíamos nuestras experiencias, la conexión entre nosotras creció, y una sensación de camaradería se tejía en el aire de la tarde.

—¿Y tú, Cassie? ¿Cómo lidiaste con todo después de lo de tu familia? —preguntó Erin con una expresión de compasión en sus ojos.

La pregunta trajo consigo un torrente de emociones, pero decidí abordarla con honestidad.

—Fue difícil, Erin. Aún lo es. Pero estoy aprendiendo a seguir adelante, a encontrar la fuerza en los pequeños momentos y a apreciar las nuevas oportunidades que la vida me ofrece.

Erin asintió en silencio, comprendiendo que cada uno de nosotros cargaba su propia carga de desafíos y adversidades.

***

Mis pasos resonaban en el garaje de la casa de los Walter mientras me dirigía a un rincón, en busca de un breve respiro lejos de las dinámicas intensas que se desenvolvían en el interior. La necesidad de un momento de calma me llevó a encender un cigarrillo y dejar que el humo se dispersara en el aire, formando una especie de refugio temporal.

Al abrir la puerta, me encontré con la sorpresa de que Cole ya estaba allí, sumergido en sus propios pensamientos. Su mirada se encontró con la mía, y la pregunta resonó en el silencio del garaje.

—¿Qué haces aquí? —inquirió, con un tono de curiosidad y quizás sorpresa.

—Solo necesitaba un momento —respondí, encendiendo el cigarrillo y dejando que el humo tejiera un breve velo en el aire.

Cole asintió, como si compartiera la necesidad de esos interludios silenciosos. Después de un par de caladas, decidí compartir con él lo que había surgido durante mi conversación con Erin. Lo miré, buscando sus ojos azules, antes de comenzar a hablar.

—Estuve hablando con Erin —le informé, notando cómo sus cejas se alzaban ligeramente en respuesta.

El nombre de Erin pareció captar su atención, y decidí continuar, revelándole lo que ella me había confiado sobre su relación con Cole. Le expliqué que, aunque no eran formalmente novios, compartían algo más profundo y especial. Durante mi narración, percibí la mezcla de emociones que cruzaba el rostro de Cole, desde la sorpresa hasta la reflexión.

—Ella no me lo pidió, pero creo que deberías valorarla más, Cole —dije finalmente, dejando que esas palabras se deslizaran en el espacio del garaje.

En el breve silencio que siguió, nuestras miradas se encontraron, y pude vislumbrar la complejidad de las emociones que se agitaban en su interior. La complicidad entre Cole y Erin, aunque no definida en términos convencionales, se volvía más evidente ante nosotros.

—No esperaba eso —murmuró Cole, su voz revelando una sinceridad inesperada.

Antes de que pudiera responder, me encontré compartiéndole un consejo sincero:

—Valora a Erin, Cole. No la trates como a una chica cualquiera.

El tan solo me mira.

—¿Por qué no te gusta tener una relación seria?

Cole frunció el ceño por un momento antes de responder. Se tomó su tiempo, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.

—No me gusta atarme a algo, supongo. He visto muchas relaciones caer, especialmente en mi tios y abuelos. La gente cambia, y no quiero depender de alguien para ser feliz. Además, soy un alma libre, no me gusta que nadie me diga qué hacer.

Sus palabras resonaron con cierta melancolía, como si llevara consigo las cicatrices de experiencias pasadas. Le miré con atención, intentando comprender la complejidad de sus sentimientos.

—Entiendo. Las relaciones pueden ser complicadas, pero también pueden ser hermosas si encuentras a la persona adecuada. A veces, abrirse a alguien te brinda una conexión más profunda.

Cole asintió, reconociendo la verdad en mis palabras. Sin embargo, una sombra de reserva se mantenía en su mirada, como si ciertas heridas del pasado aún influyeran en su percepción del amor y la conexión emocional.

—Cada uno tiene su propia perspectiva, supongo —dijo finalmente, apagando el cigarrillo con gesto reflexivo.

Observé cómo Cole miraba hacia el horizonte, como si estuviera tratando de encontrar respuestas en la lejanía.

—A veces creo que estoy destinado a estar solo, ¿sabes? —murmuró Cole, rompiendo el silencio con una confesión inesperada.

Le miré, notando la vulnerabilidad en sus ojos. Aunque siempre mostraba una fachada de seguridad, parecía haber un rincón de su alma que aún guardaba cicatrices del pasado.

—Nadie está destinado a estar solo, Cole. La vida es impredecible, y a veces, las personas correctas llegan en el momento menos esperado.

Cole sonrió con tristeza, como si mi optimismo chocara con sus experiencias anteriores.

—Tal vez tengas razón, Cassie. Pero por ahora, prefiero mantenerme en mi propio camino.

Cassie miró a Cole con compasión, sus ojos reflejaban una sabiduría que solo la experiencia podía traer.

—Cole, estoy segura de que algún día llegará alguien a tu vida que te haga reconsiderar eso de estar solo. A veces, las personas adecuadas aparecen cuando menos lo esperamos.

Cole la observó durante un momento con un burló en sus ojos, como si estuviera procesando sus palabras. Luego, dejó escapar una risa suave.

—Eres una optimista nata, Cassie. No estoy seguro de merecer tanto.

Ella sonrió con ternura.

—Todos merecemos encontrar a alguien especial. A veces, solo necesitamos abrirnos a la posibilidad.

Cole asintió en silencio, contemplando la noche que caía sobre ellos. Cassie pudo sentir la profundidad de sus pensamientos mientras él reflexionaba sobre lo que acababan de compartir.

—Gracias por hablar conmigo, Cassie. Eres más sabia de lo que aparentas.

Cassie le dio un suave golpe en el hombro.

—No juzgues un libro por su portada, Cole. Y recuerda, la vida tiene formas sorprendentes de llevarnos por caminos que nunca imaginaríamos.

Con esas palabras, se dirigieron juntos hacia la casa, dejando atrás el garaje y llevándose consigo la conexión especial que habían descubierto en esa conversación nocturna.



















Hola hola!!

Ya actualice!!

Tengo una playlist, para esta historia, les paso link?

Me ayudarían votando y comentando en los capítulos, Gracias <3

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