3. Begin
Be-gin [bih-gin]:
start; perform or undergo the first part of (an action or activity).
[Proceder a ejecutar la primera parte de alguna acción; comenzar; empezar].
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—Bueno Louis, aquí es donde vas a vivir.
El ojiazul observaba el apartamento con la boca abierta. Ese gran espacio no podía ser suyo. ¡Era genial! Tenía tres ventanas que daban a la ciudad y un asiento empotrado a la pared bajo estas, en donde fácilmente podía acurrucarse. Contaba con una cocina algo grande, su propio baño y habitación. ¡La sala era grande, y con televisión a color! Incluso tenía un balcón que daba hacia la calle, del otro lado de la sala. ¡Genial!
—¿Esto es una broma? — dijo, ajustándose las nuevas gafas.
El entrenador rio, Liam y Harry le dieron miradas divertidas. —No, Louis. Este es tu lugar. Aquí puedes hacer lo que quieras y decorar como quieras. Los primeros dos meses de renta los pagaremos nosotros y la asociación de boxeo. Cuando recibas tu sueldo y yo considere que eres capaz de pagar por ti mismo, te avisare. Pero por ahora, desempaca.
Louis asintió, tomando dos cajas apiladas del suelo y cargándolas dentro, hasta la barra de la cocina.
Pero de pronto cayó en cuenta de algo. —Entrenador.
—¿Qué pasa? — habló el hombre, haciéndose a un lado para que Liam pasara con otras cajas.
—Esto... ¿no se suponía que Harry y yo viviríamos juntos? No es que me esté quejando, de hecho creo que esto es mejor, pero.... Uh, tenía la duda—.
El entrenador sonrió. —No, Louis. Harry vive a unas cuantas cuadras, en el mismo edificio que Liam. Yo sé que Harry posee una actitud muy....especial. Y no quisiera que vivieses bajo el mismo techo que alguien como él. Cuando se enoja puede ser muy...—.
—¿Cruel? ¿Grosero? ¿Ofensivo? — Louis aportó, cruzándose de brazos y empujando sus gafas fuera de su puente nasal. El entrenador asintió, rascándose la nuca.
—Si. Y no quisiera que hubiese conflictos. De verdad necesita tu ayuda— aclaró el entrenador. —Aunque... no estoy diciendo que no tengan que convivir y que tú tengas que domarlo un poco. Habrá veces en que será necesario que duermas en su casa.
Louis asintió. —No se preocupe, entrenador. Yo no me dejo ofender tan fácil.
El entrenador le palmeó la espalda. —Está bien, Louis. Confiamos en ti. Por ahora, instálate; mañana te necesito a las siete en punto en el gimnasio. Un alumno mío pasará por ti a eso de las seis y media.
El ojiazul frunció el gesto, aquejado. ¿¡Siete de la madrugada?! Ugh. —Moriré por privación de sueño— bromeó.
El entrenador rio. —Claro, claro. El nombre de tu chofer es Zayn; conduce un viejo pick-up azul cielo, es un Ford del 74.
Louis asintió, sonriendo mientras Liam y Harry volvían junto al entrenador. —Está bien. Muchas gracias a los tres.
Liam le sonrió. —De nada, amigo. Nos vemos mañana.
El entrenador alzó una mano a forma de despedida. —Nos vemos, Louis.
Louis les sonrió mientras se alejaban hacia la puerta; Harry le dedicó una mirada cargada de resentimiento.
—Escucha, Harry— comenzó Louis, dejándose llevar por el enfado provocado por su decepción y la actitud del ojiverde, —Para mí tampoco es precisamente agradable tener que convivir con alguien tan grosero y tan simio como tú. Pero, ¿adivina qué? Me aguanto las ganas de golpearte en la cara y trato de comportarme civilizado. ¿Por qué no lo intentas tú también? —.
Harry abrió los ojos y la boca, sorprendido ante las palabras del ojiazul. Aun cuando le sacaba algunos centímetros de altura, pareciera como si Louis fuese más valiente.
—¿Qué dijiste? —gruñó, frunciendo el ceño.
—Lo que oíste— Louis se cruzó de brazos.
—Tú tienes tarea de enseñar a mí. Tú haces esto por mí, ¿no? Toléralo entonces.
—No lo hago por ti— Louis rio en su cara. —Lo hago por el dinero. Pero, eso no significa que toleraré que seas grosero conmigo. Así que te recomiendo portarte bien y dejar de ser cabezota si no quieres que me vaya y mande al caño tu carrera.
Harry abandonó su expresión molesta y ladeó la cabeza. —¿Qué es ser cabezota?
Louis rodó los ojos. Ya no sabía si reír o llorar.
Louis temblaba de frio mientras esperaba al tal Zayn, parado fuera del edificio de apartamentos.
Eran las seis y cuarenta de la mañana, y Louis se había levantado muy temprano para terminar de acomodarse en el apartamento y para darse una ducha; la noche anterior se había quedado dormido en el sofá, entre su ropa y las cajas de decoraciones y otras cosas suyas, sin haber terminado completamente de desempacar.
Había empezado a maldecir a quien sea que fuese aquel chico, cuando una vieja camioneta azul entró a su campo de visión.
Long Cool Woman in a Black Dress de The Hollies sonaba a todo volumen desde el interior del coche. La camioneta se detuvo frente a él. —Tú debes ser Louis. Yo soy Zayn, Zayn Malik.
Louis no podía ni respirar adecuadamente: el chico de cabello negro que sonreía frente a él, era la persona más atractiva que había visto en su vida. Sus facciones eran perfectamente simétricas, los dientes perfectos y tenía una voz calmante.
Además de un grandioso gusto musical.
—Buenos días— saludó el chico mientras le abría la puerta desde adentro, riendo ante el silencio y la mirada de Louis.
—Buenos días— respondió Louis, subiendo. Zayn lo vio con curiosidad mientras arrancaba.
—¿Estas adormilado o tu expresión tiene algo que ver con mi camioneta? — bromeó el moreno, sin dejar de ver el camino. —Porque si es por mi nave, te informo que la pintarán el fin de semana y quedará como nueva.
Louis rio. —No, es solo que....es muy temprano.
Zayn rio de nuevo. —Entiendo. Solía pasarme pero te terminas acostumbrando, créeme. ¿Tienes hambre? Pasé por algo de desayuno— el chico señaló el asiento trasero, en donde descansaba una bolsa de plástico con algunos contenedores de unicel.
Louis negó. —No, gracias. Ya he desayunado.
Zayn asintió. —Está bien.
Louis le observó conducir unos segundos, antes de concentrarse en los edificios que pasaban a una velocidad normal. —Zayn, ¿Qué se supone que debo hacer hoy?
—Oh, el entrenador quiere planear contigo lo que le enseñarás a Harry. Ya sabes: los temas más importantes y eso. Además te dará el horario de Harry.
—¿Horario? — interrogó Louis, frunciendo el ceño. —Creí que debía estar con él todo el día.
—Oh, lo estarás. Me refería a que te dará las horas de los entrenamientos y eso. Para que sepas cuando Harry este en su apartamento o en el gimnasio, cosas como esa.
Louis asintió. —Ok.
—Espero no te moleste, pero tome el camino más largo para que veas la ciudad— Zayn se volvió a verle, sonriendo. —Si llegamos tarde, puedes echarme la culpa.
Louis lo volteó a ver al mismo tiempo en el que el moreno se detenía en un semáforo. —¿De verdad?
Zayn rio ante la repentina sorpresa del ojiazul. —Sí, amigo. Chicago es una ciudad bastante linda.
Louis dio una mirada a las obras arquitectónicas y distintos comercios bien diseñados que se erguían frente a la calle, y decidió que sí, Chicago era una ciudad bonita.
—¿Tu eres de aquí? — inquirió, aunque ya sospechaba lo contrario. Tal vez erraba, pero algo en los rasgos y el acento de Zayn le decían que el chico no era completamente americano.
—Mis padres no, yo si— Zayn observó al ojiazul con cuidado, fijándose bien en todo lo que no notó antes. —Son de Afganistán, aunque mamá nació en Iraq. Tú eres de Europa, ¿verdad?
—¿Muy obvio? —bromeó Louis, forzando su acento.
Zayn rio. —Eso, y que eres pálido como un fantasma. Tengo entendido que allá no pasan veranos.
Louis negó. —No tenemos mucho sol. Allá es más de lluvias y días nublados.
El moreno asintió. —Acá en Chicago también, pero el sol sale en verano. Aun cuando son frecuentes las tormentas y los días de viento.
La luz del semáforo se tornó verde y Zayn avanzó, incrementando ligeramente la velocidad. —Baja la ventana —le sonrió a Louis.
El ojiazul giró la manivela en la puerta, bajando el cristal de la ventana. El viento frio le acarició el rostro, revolviéndole ligeramente el cabello. Distintos edificios se veían a la distancia, envueltos en la neblina de la mañana temprana. Era como ver una postal.
Louis sonrió. Todo era hermoso y genial. No dejaría que la actitud de Harry le arruinara todo esto.
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