12. Attempt

Attempt [uh-tempt] 

 to make an effort at; try; undertake; seek 

[hacer un esfuerzo; tratar; sobrellevar; buscar]

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Si te ponías a pensarlo, Louis había exagerado.

Era algo normal en él, realmente. El dramatismo superaba su madurez y entereza a la hora de enfrentar situaciones como esa.


Ahora que le habían recordado de mil maneras que, a pesar de que Harry estaba mejorando y parecía no necesitarlo, él aún sería parte del equipo por tiempo indefinido.

''Hasta que lea Tom Sawyer sin arrancar las páginas'' había dicho el entrenador entre risas.

Se suponía que esta semana Harry presentaría una competencia para ganarse el lugar definitivo en el campeonato que podría llevarlo al estrellato. Serían meses y meses de viajes alrededor de Estados Unidos—y tal vez más lejos—hasta alcanzar la recta final, que lo coronaría como el nuevo rostro del boxeo.

Era algo enorme y Louis había dejado que su corazón lo guiara cuando creyó no ser parte de eso. Había asumido quedarse fuera por la magnitud de aquel futuro incierto y expectante. Es decir, ¿cómo esperaban que se invitara así sin más, a esa oportunidad de oro que definiría el destino de la vida de Harry?

Él no se olvidaba de quién era, de donde venía y como había llegado.



Era un maestro desempleado de un pueblo chico en Inglaterra, con una familia de clase trabajadora y un titulo de universidad pagado por su madre y él, luego de mil noches en vela rompiéndose las espaldas en el trabajo. Además de eso, era un chico veinteañero que había tenido la rara suerte de conseguir un empleo como el que tenía, y lo sabía muy bien.


¿Quién más puede darse el gusto de estar trabajando con su deportista favorito cuando hace unos meses se encontraba babeando por el a través de una pantalla de televisión?

Era como la jodida Cenicienta, pero gay y oprimida en la época disco.






Louis rie ante su propia ocurrencia y luego suspira.

A pesar de estar feliz por continuar esta aventura, también está algo aprehensivo. Su rutina en Chicago le encantaba.

Amaba su departamento, disfrutaba las constantes lluvias y tormentas de Chicago y apenas se estaba acostumbrando a tener a su mejor amigo cerca para charlar de cosas que sólo ellos dos podían entender. Que Harry se fuera significaba que él lo seguía y eso conllevaba dejar atrás su preciada rutina y a su mejor amigo, que a pesar de tener los recursos para hacerlo, no podría seguirlo alrededor del país.


Su madre siempre decía, que no se puede tener todo en la vida.

''Unas por otras'', piensa Louis. ''Al menos consigo quedarme con él.''


Abre bien los ojos ante esa repentina confesión de su cabeza. Y justo cuando está a punto de someterse a si mismo a un exhaustivo interrogatorio emocional, Harry entra por la puerta con una maleta en la mano.

—¿Qué haces con eso? — pregunta el ojiazul, tragándose la duda sin resolver.

—Tengo que encantar—dice Harry con simpleza, pasando de Louis.

El ojiazul arquea una ceja, divertido.

—Empacar.

—Encantar.

—Es empacar. Si fuera encantar sería algo imposible.

—Seguro que dijo encantar— concluye Harry, dándose la vuelta bien derecho y encarando a Louis con brazos cruzados. Louis alza la barbilla para poder verlo y el ojiverde sonríe victorioso.


El ojiazul le imita y cruza sus cortos brazos. —Niñato malcriado.

—Enano— se rio Harry, y se carcajeó de lleno cuando Louis dejó salir un ofendidísimo jadeo.

—¿Quién te enseñó esa maldita palabra, dégingandé [deshyagón-de]?—Louis rebotó sobre las puntas de sus pies, tratando de ganar altura.

La cara de Harry cayó y en su lugar una mueca de curiosidad y deleite puros le pintaron el gesto. —Di eso de nuevo.


Louis alzó una ceja. —¿Eh?

—Dilo de nuevo.


El ojiazul estudió el rostro del menor. Sus ojos verdes brillaban con suplica, mientras le daban una mirada que no pudo descifrar. Asemejaba a un cachorrito.


Harry sintió que el mundo se detuvo cuando su maestro le habló en ese idioma que no conocía. La forma en la que su lengua se había deslizado detrás de sus dientes, mientras sus finos y rosados labios se curvaban hacía los lados y luego hacía delante con elegancia. Era como si cada movimiento suyo se hubiese vuelto diez veces más atrayente.

Cualquiera que hubiese sido esa palabra que había usado, le gustaba. La adoraba, es más. No, mejor. Podía llamarle así siempre que quisiera. A la hora que quisiera.





—Dilo— presionó de nuevo el rizado.

Louis frunció el ceño al mismo tiempo en que reprimía una sonrisa nerviosa. —Dégingandé.

Harry suprimió la sonrisa complacida que luchaba por mostrarse y en su lugar, preguntó:

—¿Qué significa eso?

—Desgarbado.

El ojiverde ladeó la cabeza confundido.

—Es alguien sin elegancia en la forma en que se mueve, por ser demasiado largo.



Harry asintió, ignorando lo que se suponía era un insulto.

—¿Qué lengua es esa?

—Francés, mon ami [monámi].

—¿Y eso que significa?

—Mi amigo.


Harry no escondió el puchero que dio. Nunca le gustaba decirle amigo a Louis y por supuesto, no le gustaba que éste le llamara así tampoco.

—¿Y cómo sabes?

—¿Saber qué?

—Francés.

—Oh— dijo Louis, viendo como el rizado sacudía repetidamente la cabeza antes de retomar su cometido de empacar. —Mi padre era francés.

—¿Lo extrañas también? Nunca hablas— comentó el rizado, queriendo decir que, de las ocasiones en que había estado presente cuando Louis llamaba a su familia, nunca había visto que ellos charlaran.


Louis se rio con cierto dejo de tristeza. —A los muertos no se les habla, Harry.


El menor frenó en seco su pobre intento de empacar para ver al joven maestro.

—Perdón. Oh, ¡padre siempre me dice! ¡Me lo dice seguido y yo no oigo!

El mayor nota que Harry comienza a irritarse por no encontrar las palabras adecuadas. —Oye, relajate, no pasa nada. ¿Qué te dice?



Harry suspira y trata de organizar sus cuarenta palabras de vocabulario, se muerde el labio inferior ya magullado de las mil mordidas dadas cada que intenta decir algo. Piensa hasta que su cara se ilumina, complacida.

—¡De más! ¡Hablo de más!

—Eso es verdad— dice Louis con una risa, mientras comienza a doblar propiamente la ropa del rizado dentro de la maleta. —Para alguien que no sabe palabras, hablas muchísimo.

—Perdón.

Louis niega. —No pasa nada. Murió hace mucho y he superado todo. Estoy en paz con ello.

—O-ok.


El joven maestro lo nota todavía tenso, por lo que toma una gran mano temblorosa entre las suyas y sonríe

—Descuida, ricitos. No es tu culpa el tener una bocota— bromea, tratando de aligerar el ambiente.


Si Harry fuese alguien que entiende referencias o sarcasmo, se reiría, golpearía a Louis en algún lugar inofensivo y continuaría empacando.

Pero Harry no era alguien así. Por lo que el chiste de Louis pasó volando inadvertido y dejó pensando al menor en si su maestro prestaba atención a su boca como él hacía con la suya.


—Pues tu tienes una boca linda— contesta, en su infinita inocencia que, como en este momento, nunca termina de tomar a Louis desprevenido.


El ojiazul parpadea perplejo. Había sido eso un cumplido?

—¿Gracias?— murmura.

Harry sonríe, complacido consigo mismo. No sabe que hizo, pero dijo la verdad y eso hizo que Louis sonriera para él. Eso de ser directo y sincero si funcionaba, pensó.

Y como si funcionaba prosiguió.

—De nada. De verdad es linda. Es osada, como el algodón de azúcar que Liam me consigue. También fina y dedicada como las hojas de las flores... ¡Oh, lo tengo!

El mayor se limita a alzar las cejas. Es todo lo que puede hacer. Está completamente pasmado ante la repentina verborrea del menor. Siente su cara calentarse a cada palabra.

Lips that are as warm could be [labios tan tibios como pueden ser]— canta Harry con una sonrisa que dice ''mira, queda perfecto.''

Ante la referencia a la canción de amor que acababa de salir hace unas semanas, las mejillas de Louis aumentaron de un suave rubor a un rojo furioso.

— -Lips that speak too soon, lips that tell a story, sad and deep as you...[labios que hablan demasiado pronto, labios que cuentan una historia, triste y profunda como tu]


—¿Estás teniendo una embolia?

Harry se detiene, confundido. —¿Qué es eso?

—Olvídalo. ¿Qué es toda esta poesía de mis labios?— suelta el profesor.



Ante el tono y expresión del mayor, el ojiverde se desinfla.

Habló de más. Hasta ahí llegaba lo de ser sincero, se lamentó.



—E-estaba can-cantando...— dice, dando un paso hacía atrás.

Louis nota que no le dirige la mirada.

—Pero... antes no estabas cantando.


Ante momentos de pánico extremo, Harry hizo lo que Liam le había enseñado.


Echarse a correr.





Louis observó como el rizado desaparecía por donde vino, sin maleta, sin empacar y con las mejillas bien rojas.


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:) 1400+ palabras para que no digan que no les mimo.

dejo link de canción en multimedia



awwwwwwwwwww, ya empezó el fluff.

ya saben que significa....








homicidio :D

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