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C O N O C I E N D O
  S U
M A M Á
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         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    En el hospital, Han Seojun se encontraba recuperándose de su brazo fracturado después del accidente. Durante su estadía, recibió una visita muy especial: su madre, quien llegó para ayudarlo durante su proceso de recuperación. Seojun se sentía feliz y agradecido de tener el apoyo de su madre en ese momento difícil e incómodo.

         Mientras Seojun estaba en su habitación del hospital, Kim Koemi esperaba fuera, acompañando a Lee Suho, quien también se encontraba allí recuperándose de sus heridas. Koemi estaba preocupada por Suho y quería asegurarse de que estuviera bien atendido.

         —Ah~ Cada vez más inútil, mi querido Suho.

         De repente, Seojun salió de su habitación con una sonrisa en el rostro antes de que Suho pudiera responder debidamente, y se acercó a Koemi.

         —Koemi, tengo una sorpresa para ti—dijo emocionado.

         La pelinegra levantó una ceja, curiosa por la misteriosa sorpresa.

         —¿Qué es? ¿Acaso tienes un truco bajo la manga?

         Seojun asintió como un niño pequeño en plena navidad y señaló hacia la puerta del hospital.

         —Aquí viene mi madre. Pensé que sería genial que la conocieras.

         Koemi se sorprendió y sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. No había conocido a la mamá de Seojun antes, a excepción de su hermana, y estaba ansiosa por hacer una buena impresión. Mientras Seojun y Koemi esperaban, la madre de Seojun se acercó a ellos con una sonrisa cálida y abierta.

         Dios, no me hagas decir ninguna babosada. Rezó la chica

         —¡Hola, soy la madre de Seojun!—se presentó con amabilidad—. He oído mucho sobre ti, Kim Koemi. Seojun me ha hablado mucho de ti.

         Koemi se sonrojó ligeramente, sintiéndose halagada por las palabras de la madre de Seojun.

         —Es un placer conocerla, señora. Gracias por cuidar de Seojun.

         La madre de Seojun asintió con una expresión comprensiva.

         Por Buda, me voy a desmayar.

         Seo-jun sonrió, sin saber que su novia estaba a punto de colapsar de los nervios, sintiéndose feliz de que su madre y Koemi se llevasen bien.

         —Mamá, ¿podrías ayudarme a comer? Mi brazo está lastimado y no puedo hacerlo solo—pidió Seojun como un niño mimado.

         La madre de Seojun asintió de inmediato: —Por supuesto, cariño. Koemi, ¿te gustaría acompañarnos? Podrías unirte a nosotros y pasar un rato juntos.

         Koemi asintió dudosa. Se sentía un poco nerviosa, aunque estaba agradecida por la oportunidad de pasar tiempo con la madre de Seojun y fortalecer aún más su relación con él.

         Los tres se dirigieron a la sala de espera, donde la madre de Seojun había traído algunos alimentos preparados especialmente para él. Sentados alrededor de una pequeña mesa, compartieron conversaciones alegres mientras Seojun disfrutaba de la comida que su madre había traído.

         Koemi se sintió cada vez más cómoda y se dio cuenta de lo mucho que la madre de Seojun se preocupaba por él. Seojun era tan afortunado.

          La conversación fluyó fácilmente y comenzó a entender mejor a Seojun a través de las historias y anécdotas que compartía con su madre. Aunque cada cierto tiempo burlándose de él.

         Después de terminar la comida, la madre de Seojun se levantó y agradeció a Koemi por su compañía.

         —Koemi, ha sido maravilloso conocerte. Gracias por cuidar de mi hijo y por estar allí para él en estos momentos difíciles.

         Koemi sonrió, sintiéndose reconfortada por las palabras de agradecimiento.

         —Señora, es un honor poder estar al lado de Seojun. Le quiero y haré todo lo posible para apoyarlo.

         La madre de Seojun le dio un abrazo cálido antes de despedirse.

         ¿Así se siente un abrazo de mamá?

         —Estoy segura de que lo harás, Koemi. Eres una persona especial. Espero verte nuevamente en el futuro.

         Después de que la madre de Seojun se fue, Koemi se sintió con el corazón lleno de gratitud y cariño. Sabía que Seojun tenía un vínculo especial con su madre, y haber sido parte de ese momento significaba mucho para ella.

         Koemi volvió a la habitación de Suho con una sonrisa en el rostro, compartiendo con él los detalles de su encuentro con la madre de Seojun.

         —Espero y no hayas soltado ninguno de tus comentarios raros frente a la madre de Seojun.

         —¿Por quien me tomas, copia barata del Capitán América?—soltó ofendida la pelinegra.

         En ese momento, Koemi se dio cuenta de que, aunque no tenía una figura paterna en su vida, tenía amigos cercanos y personas que la querían de verdad. Con su amistad y apoyo mutuo, sabía que podrían enfrentar cualquier obstáculo que la vida les presentara, incluso los desafíos relacionados con su pasado y sus familias.

         Quién diría que el villano de esta historia tenía mucho más poder de los que todos imaginaban.   ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    Todo parecía ir bien. Koemi tuvo que saber que aquella atmosfera tranquila se rompería en cualquier instante.

         Se había encontrado caminando junto a Seojun después de ver a Jukuyng por los pasillos dirigiéndose a la habitación que los dos accidentados compartían.

         —¡¿Por qué diablos hizo eso?!—el gritó proveniente de la habitación hacen que deje de sonreír por el chiste que acababa de soltar Seojun.

         —Yo tampoco sabía lo que le pasó a Seyeon—es la voz del padre de Suho que hace que ella jale a Jukyung fuera de la entrada y aleje tanto a la castaña como a Seojun de la discusión—. Confié en el director Oh para cuidar las cosas, pero no sabía que él lo haría de esa manera.

         Mentiroso. ¡Mentiroso! ¡Mentiroso! ¡MENTIROSO! Es lo único que piensa Koemi cuando mira la figura del señor Joohun.

         —Tienen que irse—susurra Koemi hacia su pareja y la castaña—. Es una discusión familiar.

         A Seojun le preocupa el timbre de voz que ha usado Koemi, rasposo y quebradizo, como si en cualquier momento explotaría en ira. Mira las pálidas manos de su novia para descubrir que están cerrados en un puño doloroso que tiembla a causa de la presión que ejerce.

         Mientras tanto, la discusión entre los Lee crece a menudo que los segundos pasan. Y tanto Jukuyng como Seojun se niegan a desaparecer.

         —Yo...—la voz quebrada de Suho hace que los ojos de Koemi se cristalicen—. Yo no contesté el celular cuando Seyeon me llamó por ultima vez. Y entonces, pensé que eso causó que Seyeon tomara esa decisión. ¿Tiene alguna idea de lo atormentado y desconsolado que me sentí?

         —¿Tú sabías esto?—escucha Koemi que Seojun le susurra desde la parte de atrás, a lo cual como respuesta asiente levemente sin mirarlo.

         Ella lo sabía todo. Y le estaba doliendo como Suho por fin se mostraba como realmente se sentía a su progenitor.

         —¡Dije que te vayas! —ese grito hace que Koemi vuelva a prestar atención a su amigo y deje de divagar en sus pensamientos.

         —¡Suho!—exclama cuando ve como se dobla de dolor su amigo, casi al mismo tiempo en el que la castaña y Seojun también gritan su nombre.

         Sin poder contenerse ya más, Koemi se adelantó y golpeó al padre de Suho en un arranque de rabia, sacando las exclamaciones de sorpresa tanto de Jukyung como el azabache, mientras las enfermeras tratan de estabilizar a Suho.

         —¡Aléjese de él! ¡Personas como usted, SIEMPRE nos hacen daño!

         El impacto del golpe sorprendió a todos los presentes en el cuarto. Jukyung y Seojun reaccionaron casi de inmediato, agarrando a Koemi para detenerla antes de que pudiera hacer algo más cuando la vieron aproximarse nuevamente hacia el señor Joohun. Ambos comprendían la ira que sentía Koemi, pero también sabían que la violencia no era la solución.

         —¡Lárguese!

         —¡Koemi, detente!—exclamó Jukyung con voz firme, sujetando suavemente los brazos de la pelinegra—. Entiendo tu enojo, pero no podemos resolver esto con violencia.

         Han Seojun asintió, tratando de calmar la situación: —Koemi, sabemos que esto es difícil, pero tenemos que manejarlo de una manera más pacífica. No queremos empeorar las cosas.

         Koemi luchó por liberarse, su respiración agitada y los ojos llenos de lágrimas de frustración. Ignorando el grito de la enfermera o el mismo doctor a causa del revuelo.

         —¡Pero cómo puede hacerle esto a Suho! No puedo quedarme de brazos cruzados y dejar que le haga más daño.

         Jukyung y Seojun intercambiaron miradas, comprendiendo mediamente el dolor y la preocupación de Koemi. Sin embargo, también sabían que debían mantener la calma y encontrar una solución más adecuada.

         —Koemi, escúchanos—dijo Seojun con suavidad, sosteniendo el rostro de Koemi en sus manos para que lo mirase a él—. Entiendo lo que sientes, pero la violencia solo empeorará las cosas. Necesitamos buscar una forma pacífica de lidiar con esta situación.

         Jukyung agregó con voz nerviosa: —Tenemos que proteger a Suho, pero también debemos cuidarnos a nosotros mismos. No podemos permitir que el enojo nos consuma y nos haga tomar decisiones imprudentes.

         Las palabras de los dos chicos finalmente llegaron a Koemi, quien, aunque aún enojada, comenzó a relajar su postura. Tomó unas respiraciones profundas para calmar su rabia y lentamente permitió que Jukyung y Seojun la soltaran.

         —Quiero que se vaya—susurró Koemi, señalando al padre de Suho sin mirarlo y con lágrimas resbalando por sus mejillas—. Sé que tienen razón, pero no puedo regular que el enojo controle mis acciones.

         Joohun comprendió que no debía estar allí. No por el momento. Le dijo a los guardias de seguridad que no sacaran a Koemi del hospital, que fue su culpa y que ella solo estaba defendiendo a su hijo.

         ¿Qué podía hacer él cuando había fallado muchas veces a comparación de Kim Koemi que siempre había permanecido fiel a su hijo? ¿Qué podía hacer? Nada...    ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    Después del incidente en el hospital, Han Seojun se sentía lleno de ira y determinación para enfrentar al padre de Suho, Joohun, pero no a tal grado colo lo había hecho Koemi con anterioridad. Seojun sabía que era hora de confrontar las dudas que siempre habían existido acerca de la relación entre Joohun y Suho.

         Ese mismo día, Seojun buscó a Joohun y lo encontró hablando con el médico de cabecera de Suho. Se encontraron frente a frente, y Seojun no pudo evitar notar la mirada sorprendida en el rostro de Joohun.

         —Sabía que era un tipo frustrante—habló de Suho—, ¡pero no sabía que lo estaba reprimiendo a punto de enfermarse! Tiene suerte de que Koemi este a su lado—soltó un suspiro—. Creo que no se lo dirá el mismo... Leo es Lee Suho.

         Joohun giró el rostro para mirar al adolescente sorprendido. El cantante, al cual su empresa le estaba robando sus canciones, era su propio hijo.

         —¿Qué?

         —¿No puede saberlo solo con ir a su casa? ¿Son realmente padre e hijo?— preguntó Seojun directamente, su voz llena de determinación—. Cuando estaba componiendo canciones con Seyeon, ¿sabe lo feliz que estaba?

         Joohun se quedó momentáneamente sin palabras, sin saber cómo responder a la confrontación directa de Seojun.

         Seojun apretó los puños, sintiendo la frustración y el dolor que se acumulaba dentro de él.

         —Si eres su padre, ¿cómo es posible que no sepas nada sobre sus gustos, sus anécdotas o las cosas que le importan? ¿Cómo puedes decir que eres su padre cuando te has mantenido alejado de su vida durante tanto tiempo?

         Joohun bajó su mirada, reconociendo la verdad en las palabras de Seojun.

         —Lo sé. He cometido errores graves al no estar allí para Suho. Me arrepiento profundamente de no haber sido un padre presente en su vida.

         Seojun, aunque enfadado, pudo ver el remordimiento genuino en los ojos de Joohun. Suspiró y decidió abordar el asunto con una perspectiva más compasiva.

         —Señor Lee, entiendo que todos cometemos errores, pero ahora es el momento de hacer lo correcto. Suho necesita a su padre en su vida, no solo como una figura biológica, sino como alguien que realmente se preocupe y se interese por él.

         Joohun asintió, dejando caer la fachada de orgullo y admitiendo su culpa.

         —Tienes razón, Seojun. No puedo cambiar el pasado, pero puedo trabajar en ser un mejor padre para Suho en el futuro. Prometo que haré todo lo posible para estar presente y comprenderlo mejor.

         Seojun mantuvo la mirada fija en Joohun, evaluando su sinceridad.

         —Espero que cumpla su promesa. Suho merece tener un padre que lo ame y lo apoye en todas las facetas de su vida. Si realmente quiere ser parte de su vida, entonces debe esforzarse y demostrarlo con acciones, no solo con palabras.

         Ambos hombres se miraron en silencio por un momento, reconociendo la gravedad de la situación. Aunque había dolor y resentimiento, también había una chispa de esperanza para una reconciliación y un camino hacia una relación más saludable entre padre e hijo.

         Con el tiempo, Joohun empezaría a tomar medidas para enmendar su ausencia pasada. Se acercaría a Suho, mostrando un interés genuino en su vida, escuchando sus historias y tratando de comprenderlo mejor.

         Pero ahora, en la habitación donde se encontraba sedado Suho, se hallaban Jukyung y Koemi velando el sueño del pelinegro.

         —Ve ha descansar—le dice la pelinegra a Jukyung—. Mañana tienes que levantarte temprano para ir a clases.

         La castaña niega. No queriendo dejar a Suho con ella.

         —Tú también. Últimamente ya no vienes a la escuela.

         —Ya no tengo una razón por la cual ir—se encoge de hombros.

         —Pero tus estudios-

         —No hablemos de estudios ahora—la interrumpe con suavidad—. Ve ha casa. Yo me encargaré de cuidar de él.

         Jukyung no quiere. No quiere dejarlo en sus manos. Ella también quiere cuidarlo. Pero comprende. Ni siquiera tiene permiso para permanecer en la calle hasta altas horas de la noche sin avisarle a su madre. Así que, con un sentimiento amargo, abandona la habitación.

         El tiempo pasa. Seojun ha regresado a la habitación, pero no dice nada. Él también tiene que lidiar con sus pensamientos tras escuchar la versión de Suho sobre el incidente de Seyeon. Dios. Le había deseado la muerte incontables veces pensado que era todo culpa de él.

         —Suho—una exclamación ahogada sale de los labios de Koemi cuando ve que los ojos de su amigo se abren.

         —¿Koemi?—su voz sale rasposa y en voz baja a causa de la siesta.

         —Si, soy yo—se apresura a decir mientras toma la mano del chico al verlo desorientado.

         Una débil sonrisa se extiende en el rostro de Suho.

         —Koemi, el sol que siempre sale en todos mis días lluviosos.

         Un completo cursi, pero Koemi no se burló de él. No podía. No cuando él se encontraba en ese estado.

         Seojun soltó un carraspeó: —Recuerda que es mi novia.

         La pelinegra soltó una pequeña risa antes de intercambiar miradas entre los dos chicos.

         —Creo que ustedes tienen mucho de que hablar—murmuró mientras se paraba y caminaba hacia la salida—. No se maten por favor. Quiero a mi novio y a mi amigo conmigo.

         —No prometemos nada.

         Koemi abandona la habitación con una leve sonrisa. Sin saber que su padre ya ha abordado un avión para hacer de su vida un lío.    ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚

Mucho alboroto xd

Como siempre, Koemi no pudo contener su enojo terminó golpeando al mismísimo Joohun

Ufff, con solo imaginarlo me da satisfacción

En próximo capítulos tendremos drama :( y no del bueno

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Este capítulo está dedicado a leydisSnchez5

Gracias por comentar y votar en mi historia, linda ♡

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