029
╭══════•>✾<•══════╮
S O L A Y C O N
M U C H O S
P E N S A M I E N T O S
╰══════•>✾<•══════╯
↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ Su estómago está pidiendo alimento desde hace ya un buen rato, pero Koemi se niega a salir de la carpa.
La pelinegra se la ha pasado todo el día durmiendo, pues es la solución que ha encontrado para que sus pensamientos no la atormenten.
Su estómago vuelve a rugir por la falta de comida, así que no le queda de otra que pararse de su cama asignada y salir de la carpa. Al menos, Soojin y las demás no están ahí para verla morirse de hambre.
El sol ya se ha escondido hace ya unas horas, Koemi supone que deben de ser alrededor de las 8 de la noche. Se ha saltado el almuerzo, así que piensa que es normal que su estómago pida comida con tanta urgencia. Y es que, ni siquiera recuerda si desayunó esta mañana.
Cuando llega al comedor, se da cuenta que hay unas cuantas personas en él. Estudiantes en grupos que ya no comen y que solo se dedican a charlar.
Se pregunta así misma si así se encontraría ahora mismo si fuera un poco más sociable. Tal vez debería de abrir más su círculo social y tener más amigos en él.
Ha comido las sobras que ha encontrado en una caja. Era comida enlatada. No es de sus preferidas, pero tampoco puede ser exigente en esos momentos.
Camina de rumbo a la carpa, pero decide en último momento que irá a caminar sin un rumbo fijo por los gigantescos árboles que rodean el campamento.
Se acomoda mejor la casaca cuando una corriente de aire la hace tiritar de frío. Mira la luna sobre ella y siente envidia, porque ella tiene a las estrellas haciéndole compañía mientras que ella se encuentra sola observándola.
Deja de mirar el cielo, y con un suspiro su mirada baja hacia el suelo. Mira sus zapatos por unos segundos y sigue su camino. Su cabello revolotea al son del viento. A lo lejos Seojun la observa. Quiere acercarse, pero algo lo detiene. Tal vez porque no tiene la suficiente valentía de dirigirle la palabra después de haberse casi besado —si, Seojun si tenía intenciones de juntas sus labios con los de ella—. O tal vez no se acerca por el hecho de mirar el rostro entristecido de la chica.
La sigue. Contemplando a Koemi desde cierta distancia. Es inevitable que surja una pregunta en él. Y es que casi siempre que observa a Koemi, puede notar aquel semblante triste. Algunas veces no es tan notario como otras. Pero observándola ahora, puede notar que esa tristeza la lleva arrastrando desde hace tiempo.
La ve dirigirse nuevamente a su carpa, el lugar del cual no ha salido desde que terminó el juego hasta ahora.
Un sentimiento anónimo se instala en el pecho de Seojun cuando la ve marchar. No corre hacia ella para mantener una conversación. No hace el intento de alcanzar. No la acompaña. Sólo la deja ir.
No le duele, pero siente una pequeña incomodidad en el pecho mientras ve la cabellera negriza alejarse. Como si aquella imagen fuera de los más irreal.
Siente soledad. Una soledad que no había sentido desde que ya no tuvo a su padre con él. Una soledad que le hiela los huesos y no le permite moverse.
Seojun siente que en la mañana habían arreglado todas las cosas, ¿por qué ahora siente que hay una gran brecha entre Koemi y él? ¿Por qué se siente como si lo que tanto anhela no va a pasar?
Quiere sostenerla entre sus brazos y hacerla reír. Quiere compartir momentos con ella y atesorarlos. Quiere ser mejor persona por ella. Quiere ser la persona que pueda caminar a su lado. Quiere ser la primera persona que piense ella cuando este en problemas.
Él quiere ser todo eso, pero por algún motivo siente que jamás va a ocurrir. Jamás va a estar a su lado como él quiere. Jamás pensará en él como quiere que piense.
Y eso si le duele... ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫
↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ Era un nuevo día. Y con eso, Koemi se había propuesto a dejar ese aire deprimente que la rodeaba. Así que sonrió y se levantó de la cama para pasar el momento con Soojin.
Afuera, el profesor había escondido un regalo en el campamento. Y la tarea de los estudiantes era encontrarlo. Por eso Koemi se encontraba rebuscando entre los arbustos. Odiaba perder, y no lo iba a hacer ese día. No, cuando había hecho un gran esfuerzo para levantarse de la cama.
—Aigoo, ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amiga?—exclamó Kang mientras se acercaba a la pelinegra.
—Cállate y ayúdame a buscar el bendito regalo.
Soojin se arrodilló junto a ella y sonrió—Generalmente no te gustan hacer estas cosas.
—Sí me gustan hacerlas.
—No~, siempre sueles decir "Tengo el dinero suficiente para comprarme cosas".
—Qué mentirosa, Soojin—Koemi arrugó con disgusto su nariz, ocasionando que su amiga le apriete de los cachetes.
—¡Eres demasiado tierna cuando haces eso!—chilló Kang—Y no, no estoy mintiendo. Siempre que el colegio ofrece regalos para los estudiantes, tú te niegas a recogerlos.
Koemi volteó los ojos—Tienes razón, pero esto es diferente.
Soojin rio abiertamente—Eso ni tú te la crees.
Kim miró mal a su amiga, se enderezó y se dispuso a alejarse de ella—Ya no quiero estar a tu lado, mala amiga.
Lo último que oyó fue la risa de Soojin.
—Una quiere dar vibras positivas, pero vienen ese tipo de amigas y te dejan renegando—murmuró para sí misma—. Prácticamente me dijo presumida y clasista. ¡Y no lo soy! Soy una persona humilde—bajó su mirada al sentir que pisó una parte blanda del pasto. Al mirar, se dio cuenta que sus zapatos se habían manchado con barro—¡Omo! ¡Mis zapatos de Chanel!—exclamó horrorizada.
Lloriqueo como niñita mimada, pero al darse cuenta de su comportamiento se avergonzó notablemente.
—Omo... soy como las chicas ricas de los dramas. La protagonista pobre me odiara, me quitara a mis amigos (aunque ni amigos tengo)—terminó murmurando—. Al final acabaré sola y con ocho gatos. Terminaré perdiendo mi dinero y moriré sola y pobre.
El sonido de las hojas crujir hizo que parara de lamentarse. Levantó la mirada y se encontró con Seojun a unos cuantos pasos. Este le miraba como si lo que acabará de escuchar haya sido la historia más absurda que haya escuchado.
—Por qué, ¿por qué piensas que acabarás sola y pobre y con ocho gatos a los cuales tendrás que criar?
—Porque emmm... ¿Tengo dinero?
Seojun resopló en un intento de tapar sus ganas de reír.
—Yo también puedo terminar con ocho gatos, y eso no significa que viviré triste. Además, no todas las chicas ricas de los dramas son malas y terminan con finales trágicos.
Koemi se cruzó de brazos y sostuvo su peso en una de sus piernas—A ver, dime solo un nombre de un personaje femenino que sea rico y que no haya tenido un mal final.
Seojun lo pensó, pensó y pensó. Pero su mente se había quedado en blanco. Le ocurría lo mismo cuando tenia frente a él un examen.
Koemi resopló—Ni siquiera tienes un nombre en mente.
Se dio la vuelta, dispuesta a marcharse y seguir buscando el dichoso regalo del profesor. Pero tuvo que detener su caminata al sentir que Seojun la seguía a unos cuantos pasos atrás de ella.
—Tu presencia no es requerida aquí, Han Seojun.
—Pero quiero estar aquí—se limitó a encogerse de hombros en un gesto que restara importancia, mostrando también esa sonrisa altanera que agitaba el corazón de la pelinegra.
—Te he dicho con palabras elegantes que te largues de aquí—Koemi puso mala cara.
—¿Y por qué yo tendría que hacerte caso?—ladea su cabeza, mostrando una sonrisa tierna, ocultando su acción altanera.
—Porque eres la última persona a la que quiero ver. ¿Y sabes lo que hago a las personas que no quiero ver ni en pintura?—Seojun negó—Terminan molidos a golpes—elevó su puño para mostrárselo al motociclista.
Kim volvió a caminar, esperando que si amenaza haya sido suficiente para que Seojun la dejara en paz. No tenía intenciones de seguir viendo su cara cuando era él el problema de sus debates pesimistas que no la hicieron dormir la noche anterior.
—Tendrás que hacer algo más que golpearme para lograr que me alejé de ti—susurró Seojun, casi tan cerca de su oído que pudo sentir su aliento chocar con su piel.
Koemi le hubiera dado un puñetazo en el rostro si no se sintiera tan desorientada en ese momento. No se hubiera quedado congelada si no hubiera Han Seojun quien se encuentre a espaldas de ella.
El sonrojo en sus mejillas hace que Seojun sonría abiertamente. Satisfecho con el resultado, da un paso hacia atrás para no cohibir a la pelinegra.
Seojun jamás a tenido que utilizar gestos ni acciones coquetas. Siempre a dejado a las chicas a sus pies con su actitud fría y altanera. Pero todo cambia con Koemi, la hermosa chica que no puede controlar su sonrojo frente a él.
Su semblante altanero no sirve para que ella lo mire como desea ser mirado. Anhela que lo mire con los ojos brillando, como una total enamorada, como él la mira a ella. Por eso a recurrido a su personalidad coqueta.
Sonríe mientras mira los resultados, sintiéndose extasiado. Pero todo eso cambia cuando la pierna de Koemi impacta en su estómago, sacándole todo el aire en el proceso.
—¡N-No te vuelvas a acercar a mí así!
Seojun cae al suelo. Para cuando recupera el aire se da cuenta que Koemi ya se ha ido, y esta rodeado de sus amigos, que han visto todo desde que él se separó del grupo.
—Seojun, por qué siempre te gustan las chicas difíciles—escucha que reniega Chorong, sacándole una risa mientras se levanta. ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫
┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚
AHORA SABEMOS QUE A SEOJUN LE GUSTAN LOS RETOS 7v7
¿LES GUSTA EL MODO DE SEOJUN COQUETO?
SE QUE TODO PARECE IR BIEN, O AL MENOS MÁS O MENOS. PERO ESTE ES EL PEQUEÑO MOMENTO DE PAZ ANTES DE LA TORMENTA
[•••]
[•••]
ESTE CAPÍTULO ESTA DEDICADO A n_lia_009
COMENTAR Y VOTAR EN MI HISTORIA, LINDA ♡
SÍGUEME • COMENTA • VOTA
Instagram: Kriss.sama
● Kriss-sama
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top