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U N    R E S P I R O
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         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡   Está sola de nuevo. Sola en medio del aeropuerto, a pesar de que un montón de personas desconocidas pasan por sus costados, sin embargo solo son eso, personas desconocidas. Sus padres ya se han ido y ella se ha quedado atrás de nuevo.

         Ahí, en medio de gente que no conoce, pide un momento para respirar, un momento para asimilar que nuevamente se han ido sin ella.

         Ellos jamás se dieron cuenta que su ausencia dañaba tanto a Koemi, no se dan cuenta que aquella chica no es tan fuerte como aparenta serlo.

         Ella no lo dice en voz alta, pero quisiera que sus padres pensaran un momento en ella y no en ellos, no es su estúpida empresa y tampoco en el dinero.

         Así que respirando hondo, Koemi también los deja atrás. No quiere pensar más en ellos, así que sin mirar atrás sale del aeropuerto. Sin ninguna lágrima en el rostro, pero con un dolor latente en su interior.

         Afuera del aeropuerto, esta Seojun montado en su motocicleta. Ambos visten el uniforme del colegio. Esta claro que ambos llegarán tarde a la escuela, pero a ninguno de los dos le importa.

         La noche anterior el azabache la consoló de una manera muy tierna. Tal vez sea el alocado corazón de Koemi que el consuelo que recibió le pareció el mejor consuelo que había recibido en sus 18 años de vida.

         Seojun le propuso que la acompañaría a despachar a sus padres en el aeropuerto, a lo que Koemi no se negó, pero advirtió que no podía presentarlos.

         Durante el lapso que llegó recorrer desde el aeropuerto hasta la escuela, Seojun le fue contando lo que pasó en el colegio el día anterior.

         —No pasó nada interesante—concluyó Koemi mientras sujetaba la cintura del motociclista para no caerse de la moto.

         —Tienes razón. Ha estado aburrido sin ti.

         La pelinegra da gracias al cielo el tener el casco cubriendo su sonrojado rostro. No dice nada ante el halago, pero se afirma mejor a la cintura de Seojun.

         Quizás en ese momento de su viaje no se trate de amor. Quizás ahora mismo el viaje de Koemi se trata solo de ella. De sanar. Tal vez este es el momento de ser su propio lugar seguro. Tal vez solo necesita a Seojun para que la ayude a intentarlo.

         Durante el resto de la jornada estudiantil, no se volvieron hablar. Como si sus momentos no podrían ser mostrados a los demás. Como si actuarán que dentro de sus corazones no había un cálido sentimiento por el otro, cuando claramente había más que uno.

         Seojun pasó tiempo con su grupo de amigos. Bromeando y riendo entre ellos. Ninguno de ellos estaba enterado del interés que mostraba Seojun a Koemi, ni siquiera el mismo Chorong, quien podríamos considerar el mejor amigo de Seojun.

         Mientras tanto, Koemi estaba siendo atacada por un montón de información que Suho le proporcionaba. Desde que Suho fue a visitar a Jukyung a su casa después de que los padres de Koemi y ella misma abandonaran su departamento.

         —Suho—habló la pelinegra, haciendo callar a Suho. Había algo que en cierta forma le estaba empezando a causar molestia—. Creo que Jukyung debe amarse primero a ella misma antes de aceptar tus sentimientos.

         Koemi sabe que lo que acaba de decir a molestado a Suho, pues su mirada a adoptado un tono más oscuro y sus cejas se han fruncido, tal vez en desacuerdo. Así que en un intento de apaciguar la mirada de su amigo, trata de decir:

         —Solo digo que debes de esperar un tiempo para que ella se acepte como es. Porque si esta contigo y no lo hace, ella puede depender de ti emocionalmente. Y eso no es bonito.

         Suho no lo entiende. Por el momento solo quiere estar con Jukyung, y ese objetivo está en peligro gracias al béisbolista que ronda cerca de la castaña. Y quién sabe, tal vez haya más chicos que quieren la oportunidad de estar con ella.

         Así que... ¿Esperar? No. No puede. Así que busca cualquier excusa para negarse a esperar. Y encuentra una, solo que está alterado como para pensar que esa "excusa" le dolerá a Koemi.

         —No va a depender de mí. Ella no es como tú, Koemi.

         Y entonces se va. Se aleja sin ver que a dado en el punto más débil de Koemi. Él prometió estar con ella cuando se sintiera mal, pero... como va a estar con ella cuando a sido él mismo que le ha hecho sentir como una perra desesperada que solo busca afecto.

         Koemi se queda sentada en la banca por unos minutos. Tal vez fueron cinco o diez, pero se sintieron como una eternidad. Con la mirada un tanto perdida se levanta del asiento y se dirige hacia su salón, en el solo hay unos cuantos alumnos. Supone que los demás se encuentran en la cafetería.

         Ella no se da cuenta, pero sus manos están presentando una leve tembladera. Recoge sus cuadernos, sus lapiceros y los guarda en su mochila. Después, con la mochila sobre su hombro, sale del salón.

         Tal vez el motivo de esa reacción sea porque sus padres "estuvieron con ella". Moviéndose casi como un robot con una programación dada, se dirige a la salida de la institución. Ignora las advertencias del conserje y sale hacia la calle.

         Sus pensamientos van y vienen. Y se da cuenta que siempre tuvo que depender de alguien. Ya sea una niñera, una amiga que terminaría traicionandola, un novio al que terminaría engañandola, y ahora... solo un amigo que le hizo abrir los ojos de manera incorrecta.

         Tal vez siempre supo que dependía de alguien. Tal vez siempre quiso hacerse la tonta y pretender que la dependencia nunca estaba ahí. Tal vez era demasiado ingenua para verlo. Tal vez jamás lo supo.

         Cuando llegó a su departamento cogió una muda de ropa y lo guardó en una mochila. El uniforme pronto cambio a ser solo un polo y un jean overside. Agarró el poco dinero efectivo que tenia y lo guardo en la sudadera que se había puesto, tal vez luego se encargaría de sacar más plata de sus tarjetas.

         En su mente sólo había un objeto. Salir de la ciudad, tomar aire fresco y no dejarse derrumbar por sus pensamientos.

         No podía permitir encerrarse en su cuarto y lamentarse como siempre lo había estado haciendo. Esta vez las cosas serian totalmente diferentes. Buscaría sanarse a sí misma, antes de dejar que poco a poco se quebrara más y más.

         Por eso tomo el autobús que la llevaría a un pueblo donde la mayor parte era vegetación. Por eso no contestó las llamadas de Suho, Soojin y Seojun. Pasó el viernes y el fin de semana en un hotel mientras admiraba la naturaleza desde su habitación. También terminó leyendo los mensajes de Suho y Soojin pidiendo que contestará sus llamadas, así que para ya no preocuparlos más, el sábado les mando un mensaje diciéndoles que se encontraba bien. Por otra lado Seojun solo se limitó a decirle que si necesitaba algo, podría llamarlo. Pero Koemi no quería que Seojun se volviera su nueva dependencia, así que también le mando un mensaje casi igual al que le mando a Soojin.

         Cuando regresó a la ciudad, Suho fue el primero en aparecerse. Al parecer el pelinegro había estado durmiendo en el departamento de la chica, esperando a que volviera.

         —Lo siento—murmuró con arrepentimiento. ¿Cuánto tiempo lloró cuando se dio cuenta que Koemi no aparecía? Él está seguro que un montón, pero la pelinegra delante de ella no lo sabe porque sus ojos ya no se encuentran hinchados.

         —No hay nada que perdonar—respondió Koemi—, después de todo no soltaste ninguna mentira.

         Su reconciliación fue un tanto extraña como siempre. Suho se encargó de consentirla a su manera mientras Koemi solo disfrutaba del arrepentimiento de su amigo.

         Durante sus días en el campo, había tomado una decisión. Se centraría en sí misma. Lo único que necesitaba era sentirse bien consigo misma. Saldría adelante sola, porque esta era su guerra, y no tenía permitido perderla.  ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

         ↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡   Sus ojos hinchados estaban tapados por las gafas de sol. Eso de luchar sola contra sí misma era complicado. ¡Dios! Se la había pasando llorando la noche anterior porque se sintió fea cuando se miró al espejo luego de bañarse. Pero nadie sospecharia que había llorado, porque no se iba a sacar los lentes de sol jamás.

         Mientras tanto, sus ojos miraban a los alumnos castigados. Los tontos habían decidido traer bebidas alcohólicas para el campamento, pero eran tan idiotas que ni siquiera podían esconderlos bien.

         Si bien la mayoría de los castigados eran hombre, las mujeres no se salvaban. Aunque eran pocas, fallaron en su intento de esconder las botellitas de vidrio.

         ¿Cuándo fue la última vez que tomó?

         ¿En el cumpleaños de Suho? La pasó muy bien ese día, pero esa no fue su última vez. Fue después de ver una segunda traición orquestada por las mismas personas que habían orquestado la primera. Ese día la paso muy mal, y ni hablar de los siguientes días. Porque todo se le había juntado, el dolor y el corazón nuevamente roto y la vergüenza que sentía cuando Seojun estaba cerca.

         Pudo reconocer a algunos amigos de Seojun, entre ellos estaba Chorong, ese regordete chico le caía tan bien.

         —Al fin te encontré—escuchó que decían a su espaldas, pero no tuvo que voltearse para reconocer al propietario de la voz masculina.

         —¿Y ese milagro que me andes buscando a mí y no a Jukyung?

         —Otra vez con ese tema, Koemi—reprochó Suho.

         —Solo pregunto, amargado—se burló, mientras una sonrisa afloraba en su rostro. 

         Había veces donde el silencio en ellos era algo constante, era sorprendente como podían comunicarse a través del silencio. Pero había días que el silencio no era la mejor compañía. Como ahora.

         —¿Por qué las gafas de sol?—Suho rompió rápidamente la tranquilidad.

         —He despertado con dolor de cabeza—mintió descaradamente—, y el dolor aumenta con la luz del sol.

         —¿Haz tomado algún medicamento?—el tono de voz del chico cambió a uno más preocupado—¿Duele mucho?

         —Es soportable.

         Koemi no lo iba a negar. Amaba que se preocuparan por ella. Tal vez porque sus padres nunca lo hicieron cuando era niña, ni ahora. Pero le gustaba que personas tan cercanas como Suho se tomaran el tiempo de preocuparse por ella.

         La voz de Sooah llegó a ambos amigos, haciendo que voltearan y prestaran atención a la pregunta que hacía a Seojun y Jukyung.

         —¿Usaron trajes a juego para anunciar ser pareja?—los demás que estaban alrededor, festejaron por "la nueva pareja".

         —De ninguna manera—se apuraron a decir ambos.

         Seojun se apresuró a buscar la mirada de Koemi. Negando los disparates que decía Sooah en torno a Jukyung y a él.

         —¡Aigoo! ¡Lee Su y Kim Koe también tienen ropa de pareja!—gritó la de cabellos cortos, llevando toda la atención de los demás a ellos.

         Suho y Koemi miraron inmediatamente sus prendas de vestir. Y Koemi maldijo el voz baja al ver que ambos estaban llevando la chaqueta que habían comprado en una tienda que daba la oferta de 2x1.

         Eran ricos, si, pero eso no impedía que fueran amantes de las ofertas.

         La única prenda que los diferenciaba era el polo blanco que llevaba Suho, porque Koemi había decidido llevar ese día en su totalidad ropa negra.

         —¡Tenemos dos parejas celestiales en clases!—gritó la chica más rellenita de su salón.

         Koemi volteó los ojos, segura de que no podrían verla hacer ese gesto por los lentes de sol que llevaba. Dio media vuelta en su eje y salió de ahí con su equipaje, dejando solo Suho para que arregle ese malentendido.

          Estaba cansada. Primero sus padres apoyando su "relación" con Suho y ahora sus tontos y estúpidos compañeros. Estaba cansada, muy cansada.

         —¡Koemi!—escuchó que Seojun la llamaba.

         Pero no detuvo su andar. No paro ni siquiera para voltearlo a ver. Solo siguió caminando con su equipaje en mano. Importándole poco dejar atrás a Seojun.

         Tal vez. Solo tal vez, el había causado cierta molestia ver a Seojun con Jukyung.   ۣۣ፝ۜ͜͡ஓீ†↫

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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚

WAAAA SERÁN CELOS LO QUE VEO, KOEMI

Y SEOJUN, ¡ARREGLA RÁPIDO ESTE MALENTENDIDO!

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ESTE CAPÍTULO ESTA DEDICADO A honeeyypooh

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● Kriss-sama

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