7.
—¡Juro que ella tiene hoyuelos! —Enid exclamó dejándose caer sobre la cama de Yoko—. Es la sonrisa más linda que he visto.
—Espera —Yoko cerró la tapa de su laptop y miró a Enid entrecerrando los ojos— ¿Acabas de decir que Wednesday tiene linda sonrisa?
—Bu-bueno...
—¿¡Wednesday Addams!? ¿Estás diciendo que tiene linda sonrisa? —Yoko se giró sobre su silla cruzando una pierna— ¿Qué tipo de tortura medieval tuvo que hacerte para que ella sonriera o qué fue lo que hiciste?
—¡No hice nada! Solo la miré y ella estaba allí sonriendo —Enid rápidamente miró a Yoko. Si su cama fuera un diván, estarían en una escena entre terapeuta y paciente.
—A todo esto ¿Cómo carajos llegaste a esa situación? —Yoko cuestionó. Enid suele cambiar los temas cada cinco segundos, así que probablemente Yoko pudo perderse entre toda la conversación y las vueltas que Enid daba.
—¿No te lo dije, verdad? —Yoko negó—. Cierto, solo te conté que era un milagro que ella pudiera sonreír.
—Bueno, te escucho —Yoko esperó a que Enid comenzara a hablar.
—Wednesday y yo... —Enid se detuvo a pensar en cualquier mentira para no decir exactamente que estarían visitando una escena del crimen—, salíamos de la alcaldía y le dije que la invitaba al Veleta para tomar algo, pero cuando llegamos había mucha gente dentro, tu sabes como es Wednesday con ese tipo de lugares —Enid miró que Yoko le prestaba la atención, por lo que mentalmente se felicitó a si misma por la excelente mentira que creó—. Así que pedimos los cafés para llevar y fuimos caminando de regreso a la parada de autobús.
—¿Eso fue suficiente para que Wednesday sonriera? —Yoko arqueó su ceja.
—¡No! Todo ocurrió en el autobús. Veníamos de regreso a Nunca Más, pero unos chicos de primer año estaban jugando delante de nosotros y por el camino uno terminó vomitando al otro.
—Debo imaginarme que el otro también le vomitó —Enid asintió a la suposición de Yoko.
—Y los dos se enojaron y empezaron a insultarse, el conductor no lo soportó y los bajó a mitad del camino. La situación en general hizo sonreír a Wednesday —Enid concluyó agitando su pie al borde de la cama de Yoko—. En lo personal, fue extraño para mí que una situación tan simple hiciera a Wednesday sonreír.
—Todo el mundo sabe que Wednesday disfruta el sufrimiento de las personas —Yoko apoyó a Enid creyéndose la mentira—. Y después de todo eso ¿Te pareció linda su sonrisa?
Inmediatamente, un sonrojo apareció en el rostro de Enid y sus labios formaban una tonta sonrisa recordando el momento cuando Wednesday había sonreído. No ha parado de pensar sobre ello, aún se reproduce la canción que sonaba en la radio, era como su mantra en cada momento para que su día fuera excelente.
—Sí... Bastante linda —Enid respondió en un suspiro, cubrió su rostro con la manga de su suéter de colores y ocultó su sonrisa de Yoko—. ¿Por qué ocultaría algo tan hermoso?
—Enid —Yoko llamó a su amiga, Enid rápidamente deshizo todo rasgo de emociones en su rostro y se apoyó en sus codos mirando a Yoko—. ¿Puedo hacerte una pregunta? Sin que vayas a molestarte.
—Claro, dime.
—¿Te gusta Wednesday? —Yoko soltó sin vacilar.
—No-no, ¡no! ¡Claro que no! —Enid empezó a tartamudear con nerviosismo.
—Por favor, Enid. He notado como actúas a su lado, y no olvidemos la escena que armaste en esgrima hace un tiempo —Enid tragó saliva escuchando las palabras de la vampiro.
—Soy su mejor amiga, eso creo. De todos modos, no porque quiera protegerla después de lo sucedido con el hyde y que quiera ser más cercana a ella quiere decir que sienta algo..., por ella —Enid habló a gran velocidad.
—Enid —Yoko volvió a hablar, ésta vez con más insistencia.
Como si a Enid la salvara la campana; su celular sonó con un tono de mensaje, mismo que Enid leyó con rapidez y se levantó de la cama de Yoko de un golpe.
—Debo irme, tengo que mandar un ensayo antes y Weds quiere ayuda para un proyecto —Enid miró a Yoko con una sonrisa nerviosa mientras caminaba a la puerta de su dormitorio.
—Anda, puedes irte, pero esta conversación aún no termina, Sinclair —Yoko la amenazó con la punta de su bolígrafo.
—Claro que terminó, no hay más que hablar de este tema. ¡Nos vemos! —Enid salió del dormitorio y suspiró aliviada una vez que cerró la puerta—. Trata de disimular, Enid, eres tan obvia y tonta —golpeó su frente con la palma de la mano.
Decidió dejar de mortificarse y corrió hacia su propio dormitorio. Abrió la puerta sorprendiendo a Wednesday y Dedos que miraban hacia un tablero plantado a la mitad de la habitación.
—¿Y bien? —Enid cerró la puerta—, ¿encontraste algo?
—Es Tyler —Wednesday respondió parando en seco a Enid—. Tengo las fotos de las víctimas anteriores, las comparé con la de la víctima y todo coincide —Enid se acercó sigilosamente al tablero, hizo una mueca mirando las fotografías—. Tranquila, lo llevaré a la colmena con Eugene.
—Gracias al cielo —Enid suspiró aliviada—. ¿Estás completamente segura de que es Tyler?
—No tengo dudas —Wednesday afirmó—. Aún no me queda claro su objetivo, pero Dedos confirmó en la mañana que Thornhill sigue en el hospital sin signos de mejora.
—Su padre debe saber... —Enid murmuró tratando de ocultar su evidente miedo—. Deberíamos ser cuidadosas ahora que sabemos que... Tyler, está aquí... —Enid notó en Wednesday un movimiento de cabeza aceptando su sugerencia.
—Aunque ahora que terminamos el servicio en la alcaldía, el acceso será más difícil para obtener información —Wednesday comentó.
—Hey, ¿recuerdas que hice varios amigos ahí? Me darán la información necesaria, no te preocupes por ello —Enid dijo sonriendo levemente.
—Agradecería eso —Wednesday se giró para ir a su escritorio—. Después de mi hora de escritura llevaré eso con Eugene.
Enid no contestó, sin embargo, se acercó al tablero sin emitir algún sonido en sus pisadas y miró cada imagen; todos los cuerpos tenían evidentes arañazos y mordeduras gigantes. Comenzó a recodar el día de la pelea con Tyler; una bestia que doblaba su tamaño y fuerza, pero bastante torpe para los movimientos, lo que lo hacía lento.
En su mente, se proyectaron cada golpe que recibía de la bestia y como sus garras atravesaba su piel, su mano inconscientemente acarició sus cicatrices en el rostro. Le ponía nerviosa que aquella cosa siguiera merodeando por Jericó y que en cualquier momento pudiera atacar.
¿Qué haría si él estaba ahí y no era luna llena? ¿Qué pasaría si solo Wednesday se topaba con la bestia? ¿Y si ésta vez no llegaba a tiempo?
—Enid —la voz de Wednesday la sacó de sus pensamientos— ¿Estás bien?
—¡Claro! —ella se volteó a mirar a Wednesday—. Solo, organizaba todos mis planes en la cabeza, ya sabes, estar con tu pareja a veces quita algo de tiempo —Enid soltó una risa nerviosa dando unos pasos hacia la puerta del dormitorio—. Todo está de maravilla, solo... Encárgate de que el nuevo Pinterest de Ted Bundy no esté aquí para la noche, por favor.
Enid escapó tan rápido como pudo saliendo del dormitorio dejando a Wednesday con más dudas que respuestas.
—¿Debo preocuparme más, Dedos? —Wednesday cuestionó mirando a la mano a un lado de ella, ésta solo vaciló con sus movimientos—. Sí, es Enid, se molestará si insisto con ella.
Wednesday regresó a su hora de escritura sin apartar por completo el pensamiento de la actitud extraña de Enid, y eso que ella consideraba que Enid era extraña.
Por su parte, Enid trataba de escapar a un lugar del patio, pero todo estaba repleto de alumnos, por lo que no tuvo otra opción que salir de Nunca Más hacia la pequeña porción de bosque que tenía el instituto.
—¡Enid! —ella se detuvo de golpe, se giró pensando encontrar a Ajax, pero quien tuvo enfrente fue a Eugene.
—¡Eugene! Tiene tanto tiempo que no te veo —Enid sonrió alegre— ¿A dónde vas con eso?
—Le pedí algunos materiales al maestro de carpintería, la colmena comienza a desgastarse. Wednesday prometió ayudarme, creo que le emociona más clavar alguna madera que cuidar a las abejas —Eugene soltó una risa—. A todo esto ¿Sabes dónde está?
—Es su hora de escritura —respondió Enid, cosa que Eugene entendió rápidamente.
—Claro, no molestes a la gruñona Addams mientras escribe —Eugene acomodó las cosas en sus brazos.
—Déjame ayudarte —Enid tomó la mitad de las cosas.
—¿No tienes cosas que hacer? Te vi con demasiada prisa —el chico rápidamente preguntó.
—Necesitaba algo de aire, realmente no tengo planes para el día de hoy —Enid contestó de forma tranquila.
—Si es así, estoy encantado de que puedas ayudarme. Vamos, te mostraré los planos de lo que quiero hacer —Eugene dijo animado antes de empezar a caminar hacia las colmenas.
—¿Y cómo has estado? La última vez que nos vimos fue a inicio de semestre, creo —Enid comenzó para intentar entablar una conversación.
—¡Excelente!, ha sido un semestre tranquilo, no me quejo. He tenido mucho tiempo libre para amigos y las abejas, todo está mucho mejor considerando lo que sucedió en el semestre pasado —Eugene contestó sin problema alguno—. ¿Y tú?, te he visto por el instituto, pero es claro que no hemos hablado.
—Muchos problemas, supongo —Enid levantó sus hombros sin mucha importancia—. Los maestros parecen más relajados y las clases van bien.
—¿Y Ajax? También has estado con él —Eugene comentó.
—Bueno, si hablamos de eso, estoy con Ajax y por las tardes a veces paso con Yoko y Divina o con Wednesday. Últimamente estuve con ella por un trabajo en la alcaldía —la rubia explicó— ¿No te lo contó?
—¿Crees que ella nunca me contaría su emoción por tener contacto con los cadáveres? Hablamos de Wednesday Addams, Enid —Eugene dijo divertido—. Estuvo hablando de eso durante el club, trataba a las abejas mientras me explicaba como era el paso correcto para no seccionar la carótida.
—Tienes razón, hablamos de ella —Enid murmuró.
—Preguntaba sobre ti, porque te he visto decaída o algo extraña —Enid miró a Eugene a su lado, el chico la miraba cálidamente—. ¿Sucede algo? Sabes que puedes hablar conmigo.
Enid apretó sus labios debatiéndose si quería que alguien como Eugene debía escuchar sus problemas. Sabía que él tenía suficiente con los suyos, no era un secreto que Eugene aún iba a terapias y tenía un miedo a los paseos solo por el bosque.
—Está todo bien, Enid —Eugene puso su mano sobre su hombro. Los labios de Enid se relajaron y se abrieron para soltar un suspiro.
—Mi cabeza es todo un lío... —Enid comenzó—. Creí que todo mejoraría una vez que pudiera enlobar, pero realmente no mejoró nada, todo sigue exactamente igual a excepción del miedo de muchos a que pueda perder el control y lastimar a las personas.
—¿Eso te mortifica? Todo el mundo sabe que serías incapaz de hacer daño a cualquiera de Nunca Más, tienes más control que cualquier otro hombre lobo —aquello hizo sonreír a Enid.
—Agradezco que digas eso, pero tienes razón, eso no me mortifica —Enid acomodó las cosas en sus brazos y mordió su labio—. Creo que son más problemas del corazón...
—¿Estás enferma? —Enid soltó una leve risa por la inocencia del chico.
—No, me refiero a problemas románticos... Si es así como puedo llamarlos.
—Sabía que hasta las lindas parejas tienen problemas, no me malinterpretes, pero pensaba que Ajax era un buen chico —Eugene comentó.
—Y lo es. Tiene sus defectos como cualquier otra persona, pero mi problema no es exactamente él... —ella empezó a vacilar y notó que habían llegado a las colmenas—. Confío en ti y sé que esto no se lo dirás a nadie más.
—Enid, eres parte de las zumbadoras aunque no estés en el club, una zumbadora jamás diría los secretos de otra zumbadora —Eugene le aseguró con una sonrisa abriendo la puerta de la colmena y dejando pasar a Enid.
—No sabía que era parte de las zumbadoras —Enid entró y miró a Eugene con una sonrisa.
—Lo eres desde que salvaste a Wednesday, y desde que me tejiste ese lindo snood, siempre lo uso cuando hace frío —Eugene dejó sus cosas en el suelo y tomó las de Enid apilando todo.
Enid se alegró sabiendo que el chico usaba su regalo. Le había tejido un snood cuando salió del hospital, se lo hizo llegar con Wednesday cuando había sido expulsada de Nunca Más.
—Es lindo que lo uses —Enid murmuró mirando el interior de la colmena—. Oh, espera ¿Esos son los planos que me ibas a mostrar?
—Mjm, pero no evadas el tema —Eugene comentó.
—Ah... Cierto, bueno... —Enid se paseó por unos instantes hasta sentarse en en una se las sillas— ¿Alguna vez que ha gustado alguien?
—Claro, perdí la cuenta de las personas que me han gustado y que me rechazaron —Eugene comentó divertido—. Espera, a ti te gusta Ajax ¿No es así?
—Eugene, es complicado...
—Entonces, ayúdame a entenderlo —Eugene tomó otra silla sentándose delante de la rubia.
—Ajax es increíble, no lo negaré; es atento, amable, carismático y siempre me apoya en todo, pero me temo que solo es un gran amigo —Enid miró a Eugene esperando que él soltara un comentario, sin embargo, Eugene se mantuvo en silencio escuchándola—. Nunca me gustó Ajax, es lindo, pero nunca será el grado de lindo que quiero para mí... En cambio, ella... Dios, ella es todo lo que quiero para mí.
—¿"Ella" es quien te gusta? —el chico cuestionó.
—Sí, pero tuvo que gustarme la persona más fría, sin sentimientos y oscura de esta tierra —Enid bajó la cabeza mirando sus manos—. Me gusta alguien que jamás tendrá un sentimiento hacia mí.
—Fría, sin sentimientos y oscura... ¡Espera! —Eugene soltó un grito ahogado—. La única persona así es... ¿Wednesday?
—Ajá...
—¿Wednesday Addams? ¿Te gusta Wednesday Addams? —Enid asintió sin mirarlo—. Vaya... ¿Entonces por qué volviste con Ajax? Ambos habían terminado al inicio de las vacaciones.
—Tú sabes cuánto había hablado en los semestres pasados, siempre dije que Ajax me parecía atractivo y que quería tener alguna oportunidad con él, pero cuando Wednesday apareció todo comenzó a irse de cabeza —Enid rascó su nuca y alzó la cabeza—. No tuve más remedio que seguir con la mentira de Ajax.
—¿Por qué? Si te gustaba desde ese momento Wednesday ¿Por qué no dejar a Ajax?
—Porque me enamoré de la persona más fría de este mundo, porque Wednesday Addams nunca se fijaría en mí, soy su antítesis, ella ya me habría asesinado de no ser porque ambas somos amigas y compañeras de cuarto —explicó Enid sintiendo su voz temblorosa—. En mi vida tendría alguna oportunidad con Wednesday.
—Así que decidiste empezar una relación con Ajax aún teniendo sentimientos por Wednesday... ¿No es doloroso y cruel para ambos? —Enid arrugó su rostro a la pregunta.
—¿Crees que no le he pensado? Ajax no merece que le mienta en su cara... Lo peor, es que lo usé para ocasionarle celos a Wednesday —Eugene miró expectante a Enid—. Aquí tienes todo el derecho a criticarme —señaló Enid—. Pensé que si le causaba celos a Wednesday, ella empezaría a fijarse en mí... Que quizá eso podría decirle "estoy aquí, frente a ti y quiero que notes que me gustas".
—¿Funcionó?
—No lo sé, supongo... Wednesday no es alguien que exprese sus sentimientos, pero la noté incómoda cada que creaba mis escenas de celos. Hasta hace poco que dejó de mostrar algo y empezó a ser más cercana a Xavier —Enid desvió su mirada—. Soy una terrible persona por hacer eso, no es correcto... Y-y sabía que no era correcto lo que hacía y seguí intentando...
—No creo que hayas sido la primer ni la última persona que lo ha hecho —Eugene comentó—, ¿por qué no mejor terminar con Ajax y hablar directamente con Wednesday?
—Es la peor idea, refiriéndome al último punto... Y respecto a terminar con Ajax, no creo que sea tan sencillo —el chico arqueó su ceja confundido—. A pesar de que mi madre no acepte a Ajax, al menos no se interpone en mi relación él y me insiste en casarme con alguien de otra manada, aunque eso no hace que quite el dedo del renglón.
—Tu madre entend-
—No, ella nunca entenderá que me guste Weds, es más, prefiere que me guste cualquier otra persona menos una Addams. Tiene la idea retorcida en que son unos locos maniáticos y asesinos...
—Sí... No es fácil pensar que un Addams no es capaz de hacer todo eso —Eugene chasqueó con su lengua—, deberías pensar bien lo que harás. No es justo para ti que te obligues a estar en una relación que no quieres y que lo sigas ilusionando a él... Ajax se ve bastante enamorado de ti.
—Lo he notado... Y creo que lo mejor será solo dejar de lado el tema de los celos a Weds y seguir con mi vida... Si ella se entera que me gusta, nuestra amistad terminaría y me ignoraría por mucho tiempo o para siempre.
—No es bueno sobrepensar, no sabes cómo Wednesday reaccionaría —Eugene trató de calmar a Enid.
—Ese es el problema, con Wednesday nunca sabes cómo va a reaccionar —la licántropo insistió— ¿Sabes? Ella confunde demasiado; hace unas noches ella me sacó de las jaulas lupinas para que pudiera correr por el bosque, me trajo el desayuno y ahora me pregunta si su música no es molesta..., pero por otro lado, ella está ahí hablándome de Xavier, pidiéndome consejos y agh... No sé que pasa con ella.
Eugene suspiró notando lo perdida que estaba Enid, a decir verdad, lo perdidas que estaban ellas dos. No le diría a la chica enfrente de él que Wednesday estuvo teniendo una conversación parecida con él.
Pero desde la perspectiva de Eugene, ambas son las idiotas más grandes de Nunca Más y del mundo; Wednesday con temor a sus sentimientos, sin saber qué hacer y cómo reaccionar, mientras que Enid se encontraba perdida sin saber qué seguir, si su deber o sus sentimientos.
Sintió pena por ambas dada la situación que las impulsó a estar así; todo hubiera sido diferente si se hubieran conocido un tiempo más atrás que cuando llegó Wednesday a Nunca Más. Ahora, Eugene tenía la decisión de intervenir para que ellas pudieran darse cuenta de sus sentimientos o de ayudarlas a que ambas sigan con su vida por separado.
—Organizaré mis ideas, lo prometo... —Enid murmuró—, pero cambiando de tema —Eugene de inmediato regresó su atención a ella— ¿Cómo vas con el tema de las pesadillas?
—Mejor, ya no son tan frecuentes y cada vez pienso menos en eso —contestó.
—Te va mejor que a mí, yo sigo soñando casi todos los días con esa cosa, es la misma pesadilla repitiéndose una y otra vez —ella empezó a rascar sus cicatrices recordándolo.
—¿Qué es lo que sueñas? —Eugene preguntó interesado.
—Corro por el bosque con Dedos en mi hombro, es la luna de sangre y trato de encontrar a Wednesday —rápidamente, un temblor invade el cuerpo de Enid—. No sé por cuánto tiempo corro, pero cuando la encuentro... E-ella ya está siendo masacrada por el hyde, e-escucho sus gritos y veo la sangre brotar... No puedo hacer nada porque no estoy convertida en lobo. Todo se oscurece y despierto en el dormitorio, Wednesday está en su posición de cadáver respirando normal y no vuelvo a dormir en toda la noche...
—¿Alguien más sabe de esto? —Enid negó lentamente—. Debes hablarlo...
—¿Para que me llamen débil? Mi madre y mis hermanos piensan que exagero, Ajax dice que no debo temerle porque yo lo derroté y Wednesday dice que cualquier persona puede superarlo, incluso considera a Xavier como débil por no superarlo, o eso pensaba de él —Enid explicó.
—¿Yoko? ¿Divina? Enid, tienes muchos amigos que estarían dispuestos a también escucharte. Mis madres dicen que nunca debes guardarte algo, aquello puede destruirte poco a poco —Eugene sugirió tomando la mano de Enid—. No fue fácil para ti enfrentarte a eso.
—No fue fácil, pero lo haría de nuevo si Wednesday o alguien que yo quiera estuviera en peligro... Esté en mi forma lobo o no —la licántropo suspiró apretando el agarre de Eugene—. Gracias por escucharme y prometo que aceptaré toda ayuda...
—Zumbadoras unidas ¿Recuerdas? —Eugene le sonrió alegre.
—Zumbadoras unidas —Enid repitió. Inmediatamente, Eugene se levantó para tomar los planos que anteriormente Enid había señalado.
—Ahora escucharás los planes para la colmena.
(...)
—Buenas noches —Enid habló apagando la luz en su mesa de noche. No recibió respuesta de Wednesday, pero ella sabía que su silencio era una respuesta más que suficiente.
Después de una charla y tiempo con Eugene, Enid sintió un ligero alivió sobre ella, toda la carga acumulada empezaba a caerse poco a poco. Ahora, que había caído la noche, se enfrentaba de nuevo a uno de los grandes retos que enfrentaba últimamente, dormir.
Pasó las primeras horas tranquilamente hasta que de nuevo la pesadilla empezaba a invadirla. Los inquietantes ruidos que hacía despertaron a Wednesday que de milagro, despertaba del profundo sueño con el que siempre se caracterizaba.
Wednesday la miró desde su cama a la rubia removerse debajo de sus cobijas. Dedos chasqueó para llamar la atención de la gótica e indicarle que fuera con ella.
—No iré a ese lugar colorido. Tendré alergia —Wednesday murmuró mirando con el ceño fruncido a Dedos.
Dedos volvió a señalar a Enid insistiendo en lo anterior.
—Te detesto —Wednesday salió de su cama dirigiéndose al lado de Enid. Tembló por un momento sin saber qué hacer exactamente, lo único que salió de ella, fue decir el nombre de su compañera en diferentes tonos—. Enid, despierta.
Se atrevió a colocar una mano sobre el cuerpo de Enid y sacudirlo levemente. Aquello pareció no mejorar, pues ahora Enid soltaba algunos sollozos de súplica. Wednesday rápidamente se preocupó cuando notó algunas lágrimas caer en el rostro de Enid.
—Enid, por favor —Wednesday siguió sacudiendo. Cada gemido doloroso que emitía Enid preocupaba en mayor medida a la gótica—. Enid, abre los ojos ¡Maldita sea! ¿¡Qué hago!? —miró con desesperación a Dedos.
Dedos sin más, se aceró a la licántropa y empezó a acariciar el cabello de ella.
—Si dices una palabra de esto, te cortaré en mil pedazos y te pasaré por un moledor de carne —Wednesday amenazó y aún sin estar del todo segura, alcanzó con su mano el cabello de Enid comenzando a acariciarlo.
Creyó sentir algún tipo de repulsión, pero en realidad, sintió un cabello suave y sedoso, algo sudoroso, pero agradable al tacto. El cuerpo de Enid comenzó a relajarse poco a poco y aquello disminuyó la cantidad de estrés en el cuerpo de Wednesday.
—Parece que eso le gusta... —Wednesday murmuró aún fascinada por el cabello de Enid—. Es sufi-
Iba a retirarse cuando los brazos de Enid la envolvieron y atrajeron a la cama. Rápidamente Wednesday apoyó sus manos en los hombros de Enid intentado separarse, pero era inútil intentar pelear contra la fuerza de la rubia.
"Es cosa de lobos", pensó Wednesday.
—Enid, te doy hasta tres para que me sueltes —Wednesday se quejó estando aún sujetada por los brazos de su compañera—. Enid Sinclair, lo lamentarás. ¡No soy tu peluche, suéltame! Estás rompiendo tu límite de contacto físico.
Hizo su último intento de separarse, pero toda acción tiene una reacción, y su cuerpo fue empujado hacia el punto de quedar con su rostro cerca del de Enid.
Wednesday volvía a percibir los fuertes golpes en su pecho, cada vez más rápidos e intensos. Enid parecía más calmada con Wednesday a su lado y no tenía intenciones de soltarla, aún sin saber que quien abrazaba era Wednesday.
—¿Q-qué haré? Ayúdame a soltarme de ella, Dedos —Wednesday se removió y sin planearlo, quedó un poco más arriba de Enid permitiéndole a la rubia acomodarse en su pecho—. Carajo...
Trató de ocultar el sonrojo evidente en su rostro, detestaba tener estas reacciones con Enid. Miró a Dedos que admiraba de forma expectante y divertida la escena.
Wednesday siguió paralizada ante la nueva sensación que tenía sobre su cuerpo; no era frío o inquietante, no se sentía lejano a ella. Al contrario, todo era cálido y acogedor. Recordó por unos segundos lo que su madre hacía con ella cuando aún era una niña incapaz de regular sus emociones, se maldijo internamente por ello, pero al no encontrar otra solución, decidió intentarlo.
Wednesday rodeó con su brazo a Enid abrazándola mientras que su otra mano acariciaba el cabello de ella. De inmediato, el cuerpo de Enid se relajó cayendo por completo en los brazos de Wednesday.
Las fosas nasales de Wednesday se llenaron de un olor que calmó todo su ser, una combinación extraña entre coco y piña la hizo sentir como en casa, no olía para nada a su casa, pero la hacía sentir en su hogar. Extraño que todo encajara como un rompecabezas y una paz la inundara.
Durante años rechazó el contacto físico y toda muestra de cariño, pero ahora encontraba un confort increíble en eso o al menos en Enid. Acercó su rostro inhalando profundamente para impregnar todos sus sentidos del olor, era tan embriagador que le pareció hasta cierto punto adictivo.
Dedos golpeó levemente el hombro de Wednesday y señaló como las manos de Enid se habían aflojado.
—Sí... Descansa, Dedos, me quedaré un tiempo aquí —Wednesday susurró sorprendiendo a la mano—. Me quedaré toda la noche cuidándola, ni una palabra de esto.
Dedos asintió en su forma estando extrañado, sin protestar, obedeció a Wednesday y regresó a dónde él descansaba encima del escritorio de la gótica.
Una vez que Wednesday comprobó que Dedos no le observaba, dirigió de nuevo su vista hacia Enid. Admiró su rostro ahora calmado y relajado, había rastros de las lágrimas en su rostro y su nariz tenía una ligera coloración.
Wednesday jamás lo diría en voz alta, pero aquello le resultó algo tierno en Enid, sintió repulsión cuando ella misma pensó en la palabra "tierno", sin embargo, era la palabra perfecta que definía a la rubia en este momento.
Dentro de ella empezó a aumentar la necesidad de hacerlo y sin pensarlo más, depositó un beso sobre la cabeza de Enid, recibiendo por parte de la rubia un suspiro de satisfacción y alivio.
—Descansa, Enid —Wednesday susurró separando un poco sus labios de su cabeza.
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¡Hola! ¿Cómo están?
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