—Dulce de uva ¿eh? —dijo Damian— la uva es morada

Dentro de la habitación se hallaban Rogers, Merari, Damian y Ana, lucía se encontraba sentada en la cama, con la mirada hacia abajo y limpiando con un pañuelo la sangre de su boca

—Tu sangre es azul —dijo Ana maravillada a la vez que observaba la gran mancha azul del piso— ¡increíble!

—¡No! —grito lucía molesta— ¡no lo es!

—¿Por que Ortega no menciono nada sobre esto? —se pregunto Rogers mientras miraba la sangre en el piso junto a Ana

—Porque.. no lo sabia  —respondió lucía

—¿Como dices? —volvió a preguntar Rogers

—El no lo sabia —hizo una pausa— nadie lo sabia solo yo y.. algunas enfermeras

—¿Porque solo las enfermeras? —pregunto Damian

—Ellas.. decían que tomar muestras de mi sangre era peligroso —hizo una pausa— y que si alguien se enterara.. de que mi sangre era diferente podrían hacerme daño

—Sospechoso..  —dijo Merari desde las sombras

—¿Estas segura de que nunca te han tomado muestras de sangre? —pregunto rogers

—si, hasta donde yo recuerdo.. siempre usaban sangre de otra persona para hacerla pasar por la mía

—Un método muy estúpido —dijo Merari

—Pero hicieron bien, tu sangre es muy valiosa

—Obvio —dijo Damian— cuando llegaran a encontrar a alguien que tenga sangre azul

—En parte tienes razón —comento Merari— pero el que halla pocos no es lo que la hace valiosa

—¿No? —Pregunto Lucía

hubo un silencio luego Rogers hablo
—Lucia, la sangre azul es.. sangre real —hizo una pausa— de la realeza
.

—Mira que esos dos idiotas tienen una buena cantidad de seguidores —dijo Do'rian

Julien al final logro voltear la situación a su favor, ahora contaba con inmunidad diplomática gracias a la influencia de la secta cuervos blancos además de quince millones de dolares y una base de operación en Roma, un edificio de seis pisos que por fuera no es mas que un simple edificio de oficinas, con muros hechos de ladrillo rojo y varias ventanas a lo largo, un edificio que pasa completamente desapercibido.
julien se hallaba adentro de su oficina, acababa de llegar allí hacia unas horas por lo cual dicha oficina aun se hallaba vacía y sin decorar, del lado izquierdo una ventana daba a la calle principal, la vista se extendía sobre varios edificios pequeños hasta terminar en el enorme coliseo romano, julien se encontraba de pie disfrutando de la vista

—Maestro  —dijo una muy extraña voz femenina a espaldas de Julien.
Do'rian volteo para estar frente a frente, al hacerlo varias partículas brillantes de color azul comenzaron a agruparse unas con otras, una figura comenzó a formarse desde los pies a la cabeza, era una chica de un metro sesenta, vestida con un uniforme militar rojo y un cubre bocas de color negro con dos filtros de aire en cada lado. Su piel y cabello carecían de color siendo totalmente blancos, en su rostro unos ojos color azul brillaban dentro de unos sombríos párpados y una cara llena de grietas profundas y marcadas. La chica se arrodillo ante julien —¿fue buena idea dejar libre a esos dos sujetos?

Julien la miro
—Tranquila, aun nos pueden ser útiles

—Aun así señor, temo que la liberación de esos tipos nos traiga grandes problemas a futuro

—Jack —se acerco a la chica— todo saldrá bien, cuando esto acabe te dejare “matarlo” personalmente pero hay que ser paciente

—Claro —se puso de pie— perdone mi desconfianza

.
5:30am

la noche transcurrió de manera muy rápida lo cual lucia lamento demasiado, antes de dormir casi había sido asesinada y para colmo se le había dicho que pertenecía a una linea de sangre real, todo eso junto había causado un pesado insomnio, no pudo dormir sino hasta las 4:45am para despertar a las 5:30am, Rogers le había ordenado estar presente en el vestíbulo a las 6:00am y ahora se hallaba arreglándose un poco antes de salir. decidió cubrir el espejo de su armario con una manta por seguridad

*¿Acaso tienes miedo? —pregunto su consciencia—*

—Es solo precaución —dijo lucia mientras cepillaba sus dientes en el baño

*Así que ahora somos de la realeza*

—Que irónico —termino de cepillar y enjuago su boca— nunca me han gustado las princesas —hizo una pausa— aguarda, ¿como es que estas viva?

*¿A que te refieres?*

—¿como te libraste de esa... cosa que nos persiguió anoche?

*Ah, pues solo me eche a un rincón y cerré los ojos*

hubo un pequeño silencio

—¡Y ya! ¿así como así?¿no trato de.. ¡comerte!?

*Nop, al parecer solo iba tras de ti*

—¿Porque? —pregunto confundida

*Recuerda lo que escribió Ana, “Tu no eres de aquí”*

«Que racistas»
cerro la puerta del baño y se dirigió a la cama, tomo su mochila y la abrió para asegurarse de llevar lo acordado

*¿Porque Rogers quiere que lleves un cambio de ropa?*

—No tengo idea —cerro la mochila— pero tengo un mal presentimiento

Tomo las llaves de la cama sin embargo no las sujeto bien y cayeron al piso, al agacharse para recogerlas lucía observó que el diario de muerte se hallaba bajo la cama, lo tomo y se sentó en el suelo

—¿Nunca mas? —se pregunto al ver la pagina abierta

*¿que no era "siempre menos"?*

Lucia paso a la segunda pagina, en esta ahora ponía “Diario de vida"

—Es el diario de alguien —dijo lucia

*¿y que esperas para leerlo?*

—¡No! ya me he metido en muchos problemas anormales —cerro el diario de golpe— se lo daré a rogers —abrió la mochila y deposito el diario

Con paso firme abrió la puerta, salio, cerro con llave y se dirigió corriendo hacia el vestíbulo, bajo con cuidado la escalera de caracol y al llegar al final pudo ver a rogers parado frente a la recepción, se acerco con paso mas calmado y lo saludo
—Buenos días

Rogers volteo a verla
—Lucia, buenos días ¿dormiste bien?
«Ni siquiera dormí»
—Si —sonrió

—Me alegro —dijo— Merari nos espera, andando

—Pero.. ¿a donde?

—Ya lo veras, vamos

Lucía y Rogers se dirigieron hacia el patio principal allí lucia quedo asombrada con lo grande que era el lugar, muy parecido a un campus universitario, en el centro la estatua de un jinete se apreciaba

—¿quien es? —pregunto lucia con curiosidad

—El fundador de este lugar —contesto Rogers— Vicente Ríos Mattson

—¿Murió de causas naturales? —pregunto al observar que el caballo se sostenía en cuatro patas

—En realidad nadie lo sabe, un día simplemente desapareció

«¿Así de la nada?»

*Valla líder*

—Que raro

Rogers y lucía aceleraron el paso

—Ayer.. no términó de explicarme el asunto de mi sangre —dijo lucia

—Necesitabas dormir y descansar—dijo mientras seguía caminando

—¿A que se refirió con sangre real?

Rogers no paraba de caminar, aun así respondió

—En la antigüedad se creía que las personas de la alta sociedad como príncipes, nobles o reyes poseían sangre azul.. ya que su piel era mas pálida y sus venas resaltaban en azul, por otro lado los campesinos y trabajadores eran quienes poseían sangre roja debido a su constante exposición al sol y su piel mas obscura. obviamente esto fue falso sin embargo al final si que hubo gente con sangre azul y fue gracias al antiguo concepto de la sangre azul que denominamos sangre real a las personas que la portan. las personas con sangre azul son capaces de entrar al limbo si recibir entrenamiento

—¿se puede entrar al limbo sin tener sangre azul? —pregunto lucia

—Si, pero como ya dije.. hace falta mucho entrenamiento y es muy peligroso... creemos que las personas con sangre azul podrían ser descendientes del ser que halla creado el limbo “hijos del rey” un linaje real.. pero solo es una teoría

Lucía se quedo pensativa un rato, nunca se habría imaginado como alguien de la realeza

—Llegamos —anuncio rogers

se hallaban frente a un pequeño salón, desde afuera parecía ser un salón de baile.
entraron por una puerta corrediza y adentro se hallaba ya Merari, el piso del lugar era completamente de madera y alrededor se hallaban paredes transparentes, daba la sensación de haber entrado a un pequeño rincón de Japón

—Buenos días —dijo Merari

—Buenos días —contesto lucia— ¿que es este lugar?

—Mejor cambiate y ponte esto —dijo rogers entregándole una prenda blanca doblada

—¿y que es? —pregunto

—Lo que te entrego Rogers es un kimono de defensa personal, algunos lo llaman Keiko Gi y Este —alzo el brazo— es un dojo de entrenamiento

—¿Eh?

—Te enseñaremos a como defenderte—dijo Rogers— usando las artes marciales