Capítulo XXI -Un invitado inesperado

Un invitado inesperado

Al llegar a casa ya era de noche, me despedí de Jayden y optamos por dejar la conversación para después. El cansancio que tenía era tan fuerte que ni siquiera el pensamiento de todo lo que había sucedido era suficiente para mantenerme despierta.

Al levantarme esta mañana me encontré con un mensaje de William, decía que quería reunirse conmigo para hablar sobre ciertas cosas, pensé en negarme y postergar nuestra reunión debido a que todavía tengo un encuentro pendiente con la persona misteriosa.

Otro dato que ha perturbado mi mente desde ayer es la rara forma en que se comportó Jayden, nunca lo había visto tan enojado y afectado. ¿Porqué las palabras dichas por Vito le afectaron tanto?

He pensado en lo mucho que he confiando en el, como en ningún momento he cuestionado ni puesto en dudas sus intenciones conmigo o la información que me ha brindado. Ciegamente lo he dejado entrar a mi vida, contándole cosas que nunca le había dicho a nadie, no tenía razones para no confiar en él, fue bueno y gentil conmigo ofreciéndome su ayuda a cambio de nada, pero ahora pienso en que quizás nada es como lo imagino.

No pongo en duda que hay algo que ha decidido no contarme; tengo el presentimiento de que el y Dante saben de cosas relevantes para el desenvolvimiento del caso y que han decidido no compartir conmigo. Tantas casualidades no son normales, la conversación entre Dante y Lora, la facilidad que tienen para conseguir cualquier tipo de información, la repentina salida del hotel, la tensión que había entre Vito y Jayden, y las palabras de Vito.

Trato de formular una respuesta, una hipótesis, algo que me justifique al desconfiar de él, pero a mi mente vienen los últimos meses que hemos pasado juntos, las palabras que me ha dicho, las miradas que me ha dirigido y lo segura que me siento cuando estoy con el.

Siento que mi mente va a estallar de tanto dar vueltas, en un momento de histeria lanzo todas mis almohadas hacia la pared liberando un grito de frustración, mis manos se enredan en mi pelo mientras trato de calmarme. No dejare que esta situación acabe nuevamente con mi estabilidad.

La puerta de mi habitación se abre dándole paso a Gloria, la cual se queda atónita al ver el desastre que hice.

—¡Oh, Dios mío! —Gloria se lleva las manos a la boca en un acto dramático —Pero ¿Que ha sucedido aquí Blair?

—No encontraba mi celular —miento. Gloria niega lentamente mientras entra en la habitación y empieza a recoger, me agacho y la ayuda a levantar las almohadas y mantas que lancé al suelo.

—Violeta te está esperando abajo, si ya encontraste tu celular ve con ella. Yo termino aquí.

—Te ayudaré, ella puede esperar unos minutos.

—¡No, señorita! No quiero mas desorden, tu ve que yo me encargo —impuso Gloria señalando la puerta, obedezco y salgo de mi habitación con destino a la sala de estar donde se encuentra Violeta.

Mi amiga está sentada en uno de los sofás ojeando una revista, cuando se percata de mi presencia la deja a un lado y voltea a verme.

—Me enteré que estabas de nuevo en la cuidad y quise venir a verte. —Indica mientras me dirige una de sus miradas juzgadoras.

—¿Me estás regañando? —digo mientras me dejo caer a su lado en el sofá.

—¿El hecho de desaparecer y volver a aparecer las veces que quieres me da la potestad? Pues si, lo estoy haciendo —se responde así misma.

—He estado un poco ocupada —digo mientras dejo caer mi cabeza sobre sus piernas, mi vista se va directo al techo de mi casa mientras Violeta acaricia mi pelo.

—¿Como has estado? Y antes de que respondas, sabes a lo que me estoy refiriendo.

Aparte de Jayden, Violeta parece ser la persona que tiene más presente mi condición, quizás porque ella a vivido conmigo las consecuencias de esta y lo mucho que nos han afectado.

—Estoy mejor, aunque... —me detengo a mi misma al recordar las últimas semanas— ...aveces suelo tener sueños raros, como si estuviera recordando algo de mi pasado.

—¿Porqué estás segura que son recuerdos y no sueños? —pregunta Violeta con curiosidad tiñendo su voz.

—Todo se siente muy real, los sueños son muy vividos como si yo ya hubiera estado en esos lugares y hecho esas cosas.

—Quizás la amnesia y el estrés que estás viviendo están jugando en tu contra, Blair. —Violeta deja de acariciarme el pelo y hace que levante mi cabeza para estar frente a frente — ¿Haz considerado que tal vez esta investigación que estás llevando no te está haciendo bien?

Había considerado eso, el estar cazando criminales cuando anteriormente sufrí un evento traumático que me dejó secuelas. ¡Por Dios! Claro consideré las consecuencias, pero el deseo de no sufrir más pérdidas, el miedo de quedarme sola fue más fuerte que sufrir una recaída y volver al hospital

—Si lo pensé, pero tengo todo bajo control —digo tomando sus manos para transmitirle seguridad. A pesar de no lucir tan convencida Violeta decide cambiar de tema.

—William quiere que nos reunamos, dice que nos extraña —una gesto de duda se refleja en mi rostro, no estoy tan convencida de asistir pero tampoco quiero negarme a estar con mis amigos.

—No lo sé Vilu, están pasando muchas cosas y no quiero involucrarlos en esto —digo con un tono de voz un poco afligido.

—No te martirices, estaremos bien. Solo es una reunión de amigos, además William quiere que pasemos tiempo con su nueva novia —dice Violeta  con una extraña alegría.

—Pensé que la chica no te agradaba —comentó con burla cruzando los brazos.

—Desconfío de ella lo cual es diferente a caer mal —puntualiza mi amiga —la chica es rara y siento que nos oculta algo.

—¿No consideras que la desconfiada debería ser yo tomando en cuenta mi situación? —pregunto. Violeta se encoge de hombros restándole importancia.

—Basta de charla, mejor vamos a tu habitación para arreglarnos para la fiesta.

—¿Que fiesta? Dijiste que era una reunión de amigos —pregunto alarmada. Violeta ignora mi pregunta, me lleva a rastra hacia mi habitación alegando que no hay tiempo para disputas.

...

Observo en la ventana del auto el vestido corto color rojo vino, ajustado a mi cuerpo. Alizo con mis manos la parte delantera del vestido. Violeta termina de acomodar su falda corta y de arreglarse los rizos para así ya poder dirigirnos hacia adentros del Casino.

La idea me sorprendió totalmente, nunca me imaginé que mi amigo quisiera dar una fiesta en un casino y con semejante multitud de personas. Lo cierto es que William siempre ha sido el festivo al igual que Violeta, siempre ha sido el que nos motivaba a irnos de fiesta y a regresar a altas horas de la madrugada, pero nunca le vi ese astuto de emoción por organizar una fiesta y mucho menos en un casino.

Al entrar mi vista se dirige a la infinidad de mesas con personas juntando en ellas, es un lugar bastante grande, en la otra esquina del salón las personas formaron una pequeña pista de baile de donde a pesar del volumen de la música se escuchan gritos y carcajadas.

Visualizo a mi amigo cerca de las maquinas de apostar y bajo por las escaleras en compañía de Violeta para dirigirnos hacia el.

Me percato como en el transcurso recibo varias miradas por mi aspecto y siendo sincera no me sorprende. Siempre he disfrutado el verme y sentirme bien por cómo luzco, el vestido se adhiere a mi cuerpo haciendo que mi cintura y mis piernas resalten, brindándome más confianza al caminar.

Cuando estoy a pocos metros de Will nuestras miradas se encuentran, mi amigo se toma la molestia de mirarme de pies a cabeza, suelta un pequeño silbido y cuando me detengo frente a él me da un beso en la mejilla. Violeta se para junto a mi, William niega lentamente con una sonrisa en los labios para después darle un beso en la mejilla a Vilu.

—Cuando se encuentran así, me hacen sentir afortunado de ser su amigo —dice hablando por encima de la música.

—No digas esas cosas que después me las creo —contesto con una sonrisa decorando mi rostro.

Detrás de William observo a la chica con la cual choqué aquella vez en el pasillo de la universidad y que ha estado compartiendo bastante con mi amigo. Nos observa, con una sonrisa un poco tímida se acerca hacia nosotros, algo en ella irradia una vibra inquietante. La chica siempre me ha parecido un poco extraña pero nunca quise caer en los delirios de Violeta sobre que hay algo malo en ella.

—Chicas, se que ya se conocen, pero ahora quiero hacerlo debidamente —dice William y observo como un brillo se apodera de su mirada —Blair, Violeta les presento a mi novia, Emilia.

Una expresión de sorpresa se apodera de mi rostro, observamos a Emilia, sus mejillas se encuentra un poco rojas, pero algo en su mirada no logra convencerme. Violeta se acerca a ella y la saluda de mano, yo permanezco atrás, pero le dirijo una sonrisa intentando transmitir simpatía.

—Nunca pensé que terminarían en esto —dice Violeta con una mezcla de alegría, asombro e indignación.

—Los caminos de la vida son extraños —asegura William depositando un beso en la mejilla de su novia.

A pesar del lugar siento como el ambiente se pone ligeramente incómodo entre nosotros. No quiero sonar mal amiga, me alegro por William. Me niego a darle la razón a Violeta porque me sentiría mal por juzgar a Emilia, pero algo dentro de mi siempre se ha sentido inquieta cuando estamos juntas.

Hago el intento de pronunciar unas palabras, pero siento como un escalofrío me recorre la espalda, me giro hacia atrás y lo observo. Jayden.

Se encuentra cerca de unas de las mesas de blackjack acompañado de Dante. Sin poder evitarlo mi mirada recorre todo su cuerpo, la camisa negra que se le pega perfectamente al cuerpo, los finos rizos que reposan sobre su frente y esa sonrisa que irradia una seguridad enorme, en definitiva atrae todas las miradas hacia él.

Violeta sigue mi mirada y descubre por si misma la causa de mi repentino silencio, me toma del brazo para apartarme de William y su novia.

—¿Ahora que ha pasado entre ustedes dos? —pregunta Violeta con tono sugerente.

—Nada —respondo más rápido de lo que pensaba —bueno, creo que iniciamos algo —digo mientras intento ubicarlo con mi mirada.

—¿Algo? ¿A que le llamas algo Blair Joselinne? —el tono de Violeta va aumentando y no logro descifrar si es por emoción o enojo.

—Nos acostamos —digo sin rodeos y observo como mi amiga trata de contener su emoción —pero no lo sé Vilu, todo es muy confuso. Así que guarda tus emociones, hay muchas cosas de Jayden que aún no se.

—¿Estas queriendo decir que te está ocultando algo?

—Es precisamente lo que estoy diciendo —un pequeño nudo se forma en mi garganta al pensar en la idea de que Jayden puede llegar a traicionarme.

—No nos precipitemos Blair, he visto cómo él te mira, como ustedes se miran. Cuando están juntos hay un tipo de conexión que los toma por completo y eso no se improvisa con cualquiera.

Trato de pensar en las palabras de mi amiga y convencerme de estas, pero aún así hay demasiadas cosas sueltas y pocas explicaciones.

Un pequeño impulso se apodera de mi. Le doy mi vaso a medio terminar a Violeta y me dirijo hacia Jayden. Cuando estoy a pocos pasos de él noto como esboza una media sonrisa, con su mirada recorre todo mi cuerpo y yo aprovecho para hacer lo mismo, cuando vuelvo a sus ojos el tono miel característico de ellos, ha sido remplazado por unas pupilas más oscura, un escalofrío recorre mi espalda al percatarme de esto.

—No esperaba verte aquí —dice dirigiéndome una mirada cargada de intensidad.

—Yo tampoco esperaba verte por aquí —respondo sientiendo como mi corazón late con más fuerza. —¿Que haces aquí?

—Podría preguntarte lo mismo —cuestiona evadiendo mi pregunta, se acerca unos pasos hacia mi de modo que siento su respiración sobre mis labios —Pero supongo que es una fiesta para todos.

El tono bajo que usa me desconcentra por unos segundos. Sin poder evitarlo mi expresión cambia por una más desconfiada.

—¿Sabes? Últimamente siento que me estás ocultando algo —mi voz sale insegura y un poco baja —Siento que escondes cosas Jayden.

—Todos tenemos algo que esconder —la intensidad de su mirada disminuye optando una más tranquila.

—Eso no es una respuesta —replico cruzándome de brazos.

—¿Me estás acusando de algo, cielo? —pregunta Jayden inclinándose ligeramente hacia mi, su voz es apenas un susurro.

—Solo estoy haciendo una observación —no se de donde reúno fuerzas para contestar, mi voz sale en un pequeño susurro mientras mi mente procesa su cercanía.

—¿Ya te he dicho que piensas mucho, Blair?

Antes de que pueda contestar la ridicula frase que siempre me dice un ruido estridente se escucha pausando la música, la puerta principal se abre de golpe y un grupo de al menos diez hombres vestidos de negro y con armas visibles entran en el casino.

—¡Que nadie se mueva! —grita uno de ellos, su acento es diferente lo que me revela que no es de aquí. Las personas empiezan a gritar y correr de un lado para otro despavoridas.

—¿Que está pasando? —pregunto, mi cuerpo está totalmente tenso, pero intento mantener la calma. Jayden me toma de la mano para acercarme a él.

—Quédate cerca de mi —Jayden aprieta la mandíbula, sus ojos fríos y calculadores están sobre los intrusos.

En menos de dos minutos Dante llega a nuestro lugar. Busco en el alrededor a mis amigos, pero no los localizo.

—Sácala de aquí —Jayden le dice a Dante con voz tensa, ejerce un poco de presión sobre mi mano como si quisiera asegurarse que sigo a su lado.

—Estamos rodeados —la voz de Dante sale inquieta, nunca lo había visto tan serio.

Jayden maldice por lo bajo, observa el lugar buscando una salida que sea factible para nosotros, cuando parece encontrar una y nos dirijo hacia ella el hombre de acento extraño se dirige a él.

—Davis, no pensé encontrarte aquí —la voz del hombre está cargada de burla, no parece ser muy mayor a nosotros, aparenta estar casi en sus treintas.

Jayden por instinto intenta ocultarme detrás de él, pero el extranjero lo nota.

—¿Que tienes ahí? —el desconocido camina hacia nosotros, Dante se coloca frente a mi quedando al lado de su amigo —Oh Chester, tú también.

No paso por alto que el extranjero los conoce a ambos, pero la actitud de ellos es de rechazo total, ¿De donde Jayden y Dante conocen a este tipo?

—¿Que quieres? —el tono de Dante es frío, carente de emociones.

—Solo quiero ver que es eso que esconden ahí, parece ser algo muy valioso —sus palabras causan que mi estomago se contraiga y la repulsión se implante en mi.

La manera en que habla de mí como si fuera un objeto o saco de papas me molesta en sobre manera, decido abrirme camino entre ellos y dar un paso adelante.

Al desconocido observarme su expresión cambia completamente, el conocimiento se apodera de su mirada al igual que un inusual brillo.

—No hables de mi como si no estuviera presente —digo sintiendo como el rechazo crece dentro de mi. Siento como Jayden se tensa a mi lado y como Dante voltea a verme con perplejidad.

—Blair —dice el desconocido como si estuviera saboreando mi nombre, ignoro el hecho de que conoce sobre mi y el temblor que esto causó en mi cuerpo. Da un paso hacia mi, enseguida Jayden me pone detrás de él.

—Detén el juego ya —la voz de Jayden sale autoritaria.

—¿Y si no quiero hacerlo? ¿Que harás al respecto? —el cinismo en su voz sale con tal naturalidad, me percato de las miradas que me dedica el desconocido sin poder entender del todo lo que esconde detrás  de ellas.

—No te creí tan cobarde para venir a hacer un espectáculo aquí —dice Jayden, su voz sale con un leve tono de burla —Este no es el lugar para resolver lo pendiente.

—En eso tienes razón —el desconocido empieza a caminar de un lado a otro con total seguridad y presencia, es lógico que se siente confiado cuando tiene a más de diez hombres cubriéndole la espalda —se me informó de una fiesta y quise venir a comprobarlo por mí mismo.

—Ya comprobaste lo que querías, vete ya —hablo desde atrás de Jayden.

—Nunca imaginé que tuvieras una lengua tan picante —inquiere el desconocido con una media sonrisa, observo como un brillo se apodera de su ojos esmeraldas haciendo que estos resalten más.    —De todas formas le haré caso a la señorita —pronuncia la última palabra haciendo énfasis en su acento el cual reconozco como ruso.

Antes de irse, nos dedica una última mirada que recorre de arriba a abajo, se dirige hacia la puerta, pero se detiene de pronto, se gira y da unos pasos hacia nosotros.

—Por cierto, cuando llegue el momento querrás acudir a mi Blair, y con mucho gusto te estaré esperando.  —Son sus últimas palabras antes de salir del casino y dejarme mas confundida que al inicio de este caso.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top