Capítulo XVII- Confusión

Confusión

—No es no —es lo primero que escucho al entrar al comedor—Piero ya te dije que no te llevaré a ver a esos dementes que llamas correderos.

—No son dementes, son artistas en su deporte —dice Piero con tono de reproche a nuestro hermano mayor.

Me siento en unas de las sillas del comedor y mientras me sirvo el desayuno observo la discusión que mantienen mis dos hermanos.

—No creo que el suicidio sea considerado como arte—dice Bahir cruzándose de brazos y adoptando una postura de réplica.

—No son suicidas, correr en motocicleta es un deporte de alto riesgo, no es suicidio.

—Yo opino que lo es— dice Bahir lacónico.

—Lo raro sería que tú consideraras hacer algo divertido en tu aburrirá y correcta vida—escupe Piero y mi hermano le da una mirada de reproche.

—Si tanto quieres ir dile a Blair o a papá que te lleven, pero conmigo no vas a crearte más traumas.

—Papá nunca tiene tiempo y Blair esta enojada conmigo—al escuchar lo ultimo levanto el rostro y miro a mi hermano menor con la duda reflejada en mi expresión.

—¿Que dices? Yo no estoy enojada contigo.

Piero me mira, pero prefiere pasar de responderme.

—Como quiera ya iré yo solo, no soy un niño pequeño.

—Tienes quince años —Bahir le dice a mi hermano con tono burlón.

—¡EXACTO! No soy ningún mocoso— apoya las manos en su cadera mientras arquea una ceja.

—Tu actitud hermano mío, dice lo contrario—Bahir se acerca a él y desordena su pelo con una mano— de todas forma aunque esté en contra de tu visita a ese lugar le pediré a Dom que te lleve, si es que quieres ir solo.

Bahir dirige su mirada a mi al mismo tiempo que Piero lo hace pero este último aparta la mirada.

—Sí, quiero ir solo. Estaré esperando por Dom —dice antes de salir del comedor y dejarme con una gran pesadez en el pecho.

—¿Qué pasó entre ustedes? —pregunta Bahir sentándose frente a mi.

—Anoche lo encontré intentando botar unas cosas de mamá, estaba muy mal Bahir, lo encontré llorando, lo detuve y después ...—me freno a mi misma al recordar el intercambio de palabras que tuvimos.

—¿Después que? —Bahir me mira con intriga intentando descifrar mis pensamientos.

Niego lentamente y dejo escapar el aire que retenía.

—Nada, lo envié a dormir —el no luce convencido con mi respuesta pero decide no presionar.

Me quedo viendo a mi hermano por largos minutos en los que a mi mente llega como éramos antes de todo este lío, antes de que mamá muriera, antes de que papá lo introdujera de lleno en el negocio familiar. A mi mente vienen los años en que mi hermano mayor me llevaba de fiestas con el aunque papá no se enterara o las veces que me llevaba a las colinas a ver el cielo. El hermano que estuvo ahí durante mi recuperación, el hermano que intentaba que no me culpara a mi misma ni intentara herirme por causa de la muerte de nuestra madre. Gira a verme con duda y en mi mente se formula la pregunta ¿que nos pasó?

—¿Pasa algo conmigo? —Bahir pregunta con un tono divertido.

—Te extraño, los extraño —Bahir me mira confundido —a ti, a Piero y a Papá.

—Estamos aquí Blair, no nos hemos ido—se acerca y toma mis manos entre las suyas.

—Es como si cada uno viviera en un mundo diferente, para hablar con papá prácticamente hay que hacer cita, a Piero casi no lo veo y a ti ni se diga —algo de remordimiento y tristeza inunda su rostro— extraño la familia que éramos antes, extraño a mi hermano mayor.

—Tu hermano mayor está justo aqui —algo de dolor y tristeza se cuela en su voz.

—Lo sé, solo es que estos últimos meses han sido algo difíciles... y raros.

Bahir observa mi rostro mientras procesa mis palabras.

—¿Es por el chico Davis? ¿Como se llama...?—se detiene un momento mientras acaricia su mentón con expresión pensativa— Jayden ¿no?

Asiento levemente hacia él.

—Creo que se me es imposible olvidar ese nombre, lo mencionabas tanto que hasta creo que se tatuó en mi memoria—Bahir suelta una risa mientras siento como mis mejillas se calienta.

—No digas tonterías, casi no hablaba sobre él—digo indignada mientras observo como Bahir va aumentando su ahora sonora risa.

—¡Ay, Blair! Eres tan mala intentando ocultar lo que sentiste por el que hasta me causa gracia.

—Creo que tu distanciamiento de Joanne te ha puesto a imaginar cosas —mi hermano disminuye su risa al escuchar el nombre de su novia— ¿Como siguen las cosas entre ustedes?

Bahir mantiene su mirada en la nada sin decir nada. Algo de culpa vienen a mi al haber hecho mención de su novia, conociendo el momento complicado por el que están pasando.

—¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo Blair? —lo miro confundida —hace unos minutos decías que ya no soy un buen hermano mayor, así que me le perderé a papá por unas horas, no creo que nada malo pueda llegar a pasar— una sonrisa se forma en sus labios pero esta no llega a sus ojos.

—¿A donde iremos? —pregunto después de pararme de mi asiento y dirigirme hacia el con una sonrisa en el rostro.

....

El aire se ha vuelto mucho más frío en Ashford y ya han anunciado que las nevadas iniciarán dentro de dos semanas. Me encuentro en el autor de mi hermano mayor, este va conduciendo mientras canta animadamente una canción de la emisora.

Ya ha pasado una semana desde que Jayden se despidió de mi y me dijo que estaría fuera por unos días, una semana en la que he intentado comunicarme con el sin tener éxito alguno, lo he llamado, enviado mensajes, correos con adelantos de la investigación, pero en todos he sido olímpicamente ignorada.

Quizás el se haya arrepentido y ya no quiera ayudarme, no lo culparía, con tanto drama y muerte a mi alrededor yo también saldría corriendo.

A mi mente llega el momento en el cual nos besamos por primara vez y lo raro y especial que fue para mi. El apoyo que me ha dado desde que se enteró por lo que he estado pasando, y la manera en la que me llena el alma solo con su presencia. El miedo me recorre el pecho en solo pensar que el se puede arrepentir y alejarse de mi, dejándome otra vez sola.

Es raro pensar como una persona en tan solo meses puede llegar a incrustarse en nuestro ser.

Bahir se estaciona y apaga el auto lo que me hace salir de la nube que crearon mis pensamientos.

Observo el lugar en el que estamos y rápidamente los recuerdos vienen a mi mente. Nos encontramos en la vieja casa de campo de la familia, pasábamos semanas en este lugar de niños.

Mi hermano se desmonta y se acerca a la entrada de la casa, sigo sus pasos y nos detenemos frente a la puerta principal. La puerta aún está adornada con la vieja corona italiana que le había puesto mi madre; paso al lado de mi hermano para quedar frente a la puerta y mi mano va directo al adorno que cuelga en ella, trazo cada línea de este como si eso pudiera transportarme al pasado y vernos a mi y a mis hermanos correr por esta casa mientras mis padres veían alguna película en el televisor.

Siento como mis ojos se humedecen al mismo tiempo que Bahir coloca su mano en mi hombro dando un suave apretón.

—Mejor entremos —dice Bahir para después hacerme delicadamente a un lado y abrir la puerta.

El interior está exactamente como lo recuerdo, los sofás de cuero negro, las paredes de colores cálidos, cuadros de la edad moderna ... esté lugar en absoluto me recuerda a mamá, de todos modos este era su lugar preferido.

—¿Estas pensando lo mismo, verdad ? —pregunta mi hermano mayor, observo las ojeras ya pronunciadas y su pelo rubio levemente desgreñado, las pequeñas arrugas que se les forman por fruncir tanto el ceño.

—¿Porque me trajiste aquí?

Bahir da media vuelta y empieza a andar lentamente en el lugar mientras yo me quedo inmóvil viéndolo junto a la puerta por donde entramos.

—No lo sé —suelta un gran respiro— supongo que por melancolía o por cansancio —vuelve a dirigirse a mi lugar —o quizás solo quiera pasar tiempo con mi hermanita.

—Vamos, de todos los lugares a los que pudiste haberme llevado me trajiste a la casa de nuestra difunta madre.

El aprieta los labios y la intriga empieza a invadirme, pueda que ya no conviva tanto con mi hermano pero lo conozco y algo no anda bien en él.

—¿Que sucede, Bahir? —me acerco hasta quedar frente a él —no me digas que nada porque cara de tonta no tengo.

Se toma unos segundos en procesar, se peina el pelo hacia atrás con las manos para después dirigirse hasta uno de los sofás mientras se remanga la camisa.

—Bien, hablemos —se sienta y me señala el asiento frente a él —pero antes toma asiento.

Obedezco y tomo asiento, observo como la duda abarca su expresión y como vacila antes de empezar a hablar.

—Bueno, iniciemos por lo más fácil. Joanne y yo ya no estamos juntos, desde hace unos meses —la mirada de mi hermano se llena de tristeza y pesar—al parecer no estábamos destinados.

—Bahir lo siento tanto, no tenia idea —tomo sus manos entre las mias y el trata de regalarme una sonrisa.

—Considero que si vas a hacer de mi psicóloga tendrás que dejarme terminar —una risa nerviosa se escapa de mis labios y le hago seña para que siga.

—Papá también es otro caso —toma un gran respiro antes de continuar —está peor que nunca, se ha vuelto más paranoico y demandante, si antes era difícil trabajar con el no quieras saber ahora— se suelta de mi agarre para apoyar su cabeza en sus manos—desde que le comentaste de esa nota que te llegó esta como loco, el hecho de que Lisa este fuera del país no ayuda a calmarlo. Quiere que me vaya de la cuidad.

Al mencionar lo último fijo la vista en él.

—¿Porque querría él eso ??—pregunto atónita —no es momento para que nos separemos, Bahir.

—No se lo que quiere pero me dijo que me necesita en otro lugar.

Mi mente da vueltas resignada a la idea, ¿Como mi padre es capaz de pedirle algo así sabiendo que estamos en medio de una cacería?

—Es ilógico, papá no puede pedirte eso en las circunstancias que estamos.

—Creo que es importante Blair, ahora mismo soy la única persona de confianza que tiene a su lado, me encargo de la logística de algunas de sus empresas, así que no es tan ilógico que se me requiera en otra central en medio de todo este caos.

—¿Cuanto tiempo estarás afuera? —trato de calmarme sin tener mucho éxito.

—No lo sé, quizás meses —el pecho se me comprime al pensar en su ausencia y el peligro que esta pueda representar para el. Parece notar algo en mi expresión—se que no te agrada la idea pero lo necesito... tengo que alejarme un poco y distraerme para no pensar en Joanne y en los cambios que probablemente vendrán, confío en que papá te mantendrá a ti y a Piero a salvo, son sus niños así que no dejará que nada malo les suceda.

Se acerca a mi y con sus dedos toma mi mentón, las lágrimas inundan mis ojos pero no las dejo salir.

—¿Estas seguro de esto? —el asiente y no me queda de otras más que aceptar—Si te irás tendrás que escribirme al menos una vez a la semana, necesitaré saber que sigues respirando y no moriste de alguna depresión.

Una suave risa brota de sus labios, deposita un beso en mi frente y después me da un largo y cálido abrazo, correspondo con el mismo sentimiento. Me aterra pensar en que algo le pueda llegar a pasar pero entiendo que necesita su espacio, tiene que aclarar su mente.

Bahir no lo demuestra pero es una persona sensible, afectiva y trabajadora. Desde que mamá murió se adentró de lleno en la programación y administración de algunos negocios de papá. Lleva cargando un gran peso desde hace años, es justo que ahora decida tomar un espacio.

Algo en mi garganta pesa y la conciencia me empieza a gritar, pienso en que tal vez no debería dejar que se vaya sin antes contarle algo de mi caótica vida. Él se abrió conmigo, y me siento en la posición de volver a contarle algunos de mis problemas a mi hermano mayor.

—Bahir, yo también quiero comentarte algo — se aleja de mi y me motiva a continuar — sabes que desde hace unos meses la cuidad esta sumida en un caos y olas de asesinatos y desapariciones, yo...yo he estado investigando estos casos —algo de sorpresa se refleja en su rostro— inicié porque no quería quedarme de brazos cruzados viendo cómo nos persiguen.

—Blair, no debiste...

—No lo estoy haciendo sola —me apresuro a decir antes de que continúe —Jayden me esta ayudando, el tiene experiencia ya que su campo es la criminología, se ofreció a ayudarme cuando le dije que... cuando se enteró que nuestra familia corre peligro.

Aunque le esté contando sobre mi investigación no puedo decirle que me estaban siguiendo y que esa es la razón principal por la que Jayden decidió ayudarme.

Callar tantas cosas es algo que realmente pesa y estoy intentando liberar un poco de ese peso contándole a mi hermano, temo que si no lo hago esto terminará hundiéndome antes de que llegue al final de todo.

—Blair, lo que están haciendo es muy peligroso, no están en una película de detectives, esto es la vida real.

—Ya se que es algo peligroso, pero tengo que hacerlo y disfruto de la investigación también—tengo que admitir que a pesar de no ser mi área disfruto bastante las investigaciones y gracias a los consejos que Jayden me ha dado he obtenido buenos resultados.

Mi hermano respira profundo mientras se peina el pelo.

—Bien, como digas —me señala con el dedo mientras me mira con semblante serio—pero mantenme informado, pueda que no sea muy útil pero podría ayudarte en algo.

Asiento con una sonrisa en el rostro, Bahir blanquea los ojos para después perderse entre las habitaciones de la casa. Por mi parte también opto por dar un pequeño paseo por la estancia.

Subo a la que era mi antigua habitación y encuentro todo exactamente como lo recordaba, las paredes pintadas de un rosa pálido que hace juego con el color de las viejas cortinas. Observó el armario en el que están todos mis juguetes y me acerco a el.

Rebusco dentro encontrándome con peluches y muñecas de diferentes tamaños. Al llegar a lo último encuentro una pequeña caja cubierta por una fina capa de polvo.

Al abrirla una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios, paseo los dedos rozando las cartas que hay adentro. Recuerdo como solía sentarme por horas a escribir infinidad de cartas para nadie en específico pero disfrutaba de a mi corta edad expresar lo que pasaba por mi mente.

Desdoblo una y el universo no podría estar más en mi contra. Me percato el tema que mi yo adolescente decidió una tarde escribir "El amor" los ojos se deslizan rápido entre las letras captando las palabras plasmadas en el papel.

Todos en la vida nos enamoramos, unos de una manera más intensa que otros. Algunos negamos nuestros sentimientos a toda costa (como yo) mientras otros no temen expresar libremente lo que sienten. Observamos desde lejos a la persona que ocupa nuestros pensamientos sin saber que quizás en otra vida nunca hubiéramos coincido. Es bonito saber como el amor puede llegar a cambiar a una persona y llenar su alma de maneras inexplicables, a pesar de ser algo complicado y a la vez confuso vale la pena poder experimentarlo en plenitud al menos una vez en nuestras caóticas vidas.

Algo de esas letras se impregna en mi mente y no se porque el nombre de Jayden resuena en ella. Quiero pensar que los últimos acontecimientos que hemos vivido nos ha acercado mucho más y que quizás eso crea un poco de confusión en mi ser.

Tomo mi celular para intentar otra vez obtener algún mensaje o señal de el. Marco su número y espero pacientemente a que conteste pero este suena y nada sucede, le escribo un mensaje preguntando si hice algo que le molestó u ofendió pero sigo sin obtener respuestas.

Resignada a que no me contestará guardo las cartas dentro de la caja y la tomo para salir de la habitación.

Al llegar a la sala de estar me encuentro a mi hermano sentado en el sofá con un suéter en sus manos, me acerco a él y tomo asiento a su lado

—Se porque me trajiste aquí contigo—digo y observo como lentamente desvía su mirado del pequeño suéter para fijarla en mi— hubiera sido lindo que también trajeras a Piero.

—Intenté hacerlo hace unos días pero creo que no le gustó la idea.

Trato de disipar el nudo en mi garganta, fijo mi vista en mis pies tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Entiendo que quieras recurrir a ella antes de irte —mi voz sale tensa— este es el lugar más cercano que tenemos respecto a ella— me tomo unos segundos en los que aprieto mis ojos llenándome de valor para poder continuar— nunca quisiste acompañarme a visitarla al cementerio, nunca supe si le llevaste flores o al menos si la llegaste a visitar.

—Tu tampoco lo hiciste, me dices que nunca te acompañé pero entrabas en crisis cada vez que se mencionaba el tema —su voz se torna ácida.

El nudo formado en mi garganta aumenta y juego con el borde de mi blusa para apaciguar mis nervios.

—Estaba tratando de lidiar con mi nuevo estilo de vida, te recuerdo que yo también sufrí durante su muerte ya que fue mi culpa.

Bahir me mira perplejo mientras niega frenéticamente con la cabeza y se para del asiento.

—No se cuantas veces tenemos que decirte que No.Fue.Tu.Culpa, fue un accidente Blair, ninguna de las dos tuvo que haber pasado por eso—su mirada trata de transmitirme compasión pero mi mente me hace una mala jugada al recordar el día de mi secuestro.

Mi hermano parece percatarse del rumbo de mis pensamientos ya que se aproxima y me toma de los hombros.

—De todas forma, me alegro que hayas pensado en traerme, este es un capítulo de nuestro pasado que siempre dolerá y considerando que cargo con una enfermedad debido a eso temo que nunca podremos olvidarlo.

—Cierto—hace un intento por sonreírme—. Creo que es momento de irnos—se alza y me brinda su mano para ayudarme a ponerme de pie. Se dirige hacia la puerta y lo detengo al percatarme de algo.

—Deberías llevarlo.

—¿Que cosa?

—El suéter que mamá te hizo —tomo el pequeño suéter color verde esmeralda y se lo tiendo.

Bahir lo mira para después tomarlo con inseguridad. Salimos de la casa y mi hermano cierra con llave para después dirigirnos a su auto. Conmigo llevo la pequeña caja llena de cartas que quiero volver a leer.

...

Estúpidos libros. Estoy intentando desde hace casi una hora concentrarme para poder entender algo de lo que estoy leyendo.

Parece que el universo no se cansa de burlarse de mi. Por coincidencia o no en mi clase de derecho penal se está abordando el tema de la "criminología"podría parecer perfecto tomando en cuenta la pequeña investigación que está latente pero todo sería más fácil si pudiera concentrarme y entender algo sobre lo que leo.

Mi vista vuelve y se posa en el tema Técnicas metodológicas usadas por la criminología y un quejido se escapa de mi garganta. Mi mente no para de pensar en lo fácil que sería si Jayden estuviera aquí y me explicara todo con su increíble dominio sobre el tema.

Ya han pasado tres días desde que estuve en la vieja casa de campo e intenté por última vez contactarme con el. No logro comprender el motivo de su ausencia, de su silencio y eso me carcome por dentro, el debería estar aquí conmigo ayudándome, quizás suene un poco egoísta pero el me lo prometió.

Un golpe seco se escucha frente a mi y levanto la vista para encontrar que Violeta dejó caer sus libros frente a mi.

—Con que aquí estabas Crooky—mi amiga toma asiento frente a mi y dejo escapar una profunda exhalación resignada a que mi intento de estudio se fue al carajo.

—¿Volverás a utilizar ese feo apodo?

Me mira indignada mientras se lleva una mano al pecho.

—¿Como te atreves a decir eso sobre el apodo cariñoso que uso con mi mejor amiga? ¿Acaso prefieres los infantiles de William?

—Si, al menos el me llama cerebro —una sonrisa burlesca se implanta en mi rostro y observo cómo Vilu blanquea los ojos. —Por cierto, ¿Sabes algo acerca de él?

—No mucho sinceramente, solo que ha estado saliendo con esa chica rara.

—¿Emilia?

—¿A si se llama? —le resta importancia mientras se encoge de hombros—como sea, ha pasado mucho tiempo con ella.

—No me digas que eres de las amigas celosas —rio e intento molestarla con el comentario.

—No. Pero esa chica no me da buena espina.

—A ti nadie te da buena espina.

Violeta enojada me tira una de sus libretas y no puedo contener la risa que brota de mi garganta.

—Es cierto Blair, siento que esa chica arrastra algo raro con ella.

—Creo que estás siendo paranoica — Le resto importancia mientras observo mi celular al cual le ha llegado un nuevo mensaje.

Observo el remitente de dicho mensaje y la sorpresa invade mi expresión. 

—¿Sucede algo?— pregunta mi amiga pero la ignoro y me dedico a leer el mensaje.

Tenemos que encontrarnos

Tengo algo que comentarte

Pienso en todas las razones por las cuales Dante me enviaré esos mensajes y la curiosidad crece en mi estómago al imaginar que puede llegar a ser.

Le respondo un "esta bien" y le pregunto por el lugar y la hora, al cabo de unos minutos me responde dándome las indicaciones.

—Lo siento, creo que tendré que retirarme —recojo los libros sobre la mesa y me levanto del asiento.

—¿No me dirás a donde irás? —no le respondo y opto por terminar de organizar todo para marcharme—harás algo relacionado a esa investigación ¿verdad?

Disculpas se reflejan en mi mirada mientras mi amiga niega lentamente.

—Bien, te deseo suerte y por favor no hagas ninguna estupidez— me regala una sonrisa pero noto que algo de preocupación se mantiene en su rostro.

Me acerco a ella y deposito un beso en su mejilla para después marcharme.

De camino al lugar predispuesto por Dante pienso en todas las causas de un posible encuentro entre él y yo. Mi mente divaga pensando si Jayden puede ser el protagonista de sus noticias y no se porque en el miedo me recorre al pensar que algo pudo pasarle.

Agilizo el paso y me dispongo a relajar mi mente y a dejar toda la preocupación atrás, después de todo no creo que sea algo malo.


Holaaa!!

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