Capitulo V -Mejor amiga

Mejor amiga, en el mundo no hay otra igual de entrometida y única como tú.


Ha pasado días y el mensaje que le dejé al número desconocido no ha sido respondido, no he salido mucho de casa más que a la universidad y a la tienda, por ende no he vuelto a experimentar esa sensación de acoso.

Me encuentro en mi habitación sin mucho que hacer, estos son de esos días largos y aburridos donde  sientes que ya hiciste todo, literalmente ya no tengo nada que hacer.

Quedarme en casa no se me antoja, quiero salir un poco a despejar la mente, marco el número de Violeta siendo atendida al tercer toque.

­—Hola, Vilu.                                     

—Hola —escucho como la respiración se le corta al hablar.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, solo estoy haciendo ejercicio.

—Bien. Te quería preguntar si quieres ir conmigo al centro comercial, tengo la tarde libre.

—Me parece excelente, he tenido una pésima semana y quiero pasar algo de tiempo con mi amiga.

—Cuidado si lloras, dulzura —le digo esbozando una sonrisa.

—¿Cómo me crees capaz de algo así? —La escucho reír –hace mucho que ya no tengo sentimientos. 

—¿Segura? Porque te recuerdo que lloraste con un video de perritos.

—Habían sido abandonados y eran cachorros ¿Ok?

—No te preocupes, no te delataré.

—Realmente quiero pasar tiempo contigo —se queda en silencio por unos segundos —desde aquella noche en la fiesta mi mente ha sido todo un caos —ríe sin ganas —creo que no me caigo bien a mi misma ya que ni mi mete me deja estar tranquila.

Trago grueso, una de las cosas que Violeta y yo tenemos en común es la forma de afrontar nuestras heridas. Lo que nos hace sentir vulnerables.

Aunque ella es más abierta que yo, se deja ver vulnerable sin tener miedo a recibir ayuda, en cambio, yo soy algo más cerrada. Sigo sintiendo miedo y terror a que otros me vean vulnerable y puedan llegar a usar eso en mi contra.

A pesar de todo compartimos una extrema confianza entre nosotras, con ella no tengo miedo a decirle lo que me molesta o me pone triste. Nos apoyamos mutuamente, siempre ha sido así.

—Dentro de veinte minutos en el centro —cierro la llamada dirigiéndome a vestirme.

Ya han pasado treinta minutos, me encuentro en el estacionamiento bajando de mi auto, por supuesto sin dejar a mis queridos amigos, podría imaginar que les molesta mas seguir a una chica de lo que me molesta a mi ser seguida, la diferencia es que a ellos les pagan.

Me adentro en la cafetería situada en el primer piso, donde he quedado de encontrarme con Violeta, al entrar la figuro entre las personas, me acerco viendo como esta se encuentra tomando una taza de café.

—¿Café al medio día? —pregunto mientras tomo asiento frente a ella, una mueca de obviedad se dibuja en rostro.

—Café a todas horas —aclara llevando nuevamente la taza a sus labios.

—¿Sabes que eso ya es un vicio?

—No me importa, prefiero este vicio a cualquier otro que te puedas imaginar —se encoge de hombros haciendo que sus largos rizos se agiten en el proceso.

La observo, Violeta es una chica hermosa, no lo digo porque sea mi amiga, realmente es bella. Piel trigueña, ojos oscuros, un hermoso pelo rizado. Su familia es hermosa. Ella cuenta con el apoyo de su madre y padre los cuales siempre están ahí para ella y su hermanita pequeña parece ser su hija ya que siempre está al tanto de ella.

A pesar de que demuestre llevar una vida de ensueño todo el trasfondo de esto es oscuro, la conozco, se lo que ha hecho y aun así sigo aquí sentada frente a ella viéndola tomar café y dándole el título de mejor amiga. 

—¿Qué tanto me ves? —sus cejas se fruncen en señal de confusión.

—Solo me preguntaba como iniciaremos la conversación real que nos trajo hasta aquí —le digo en tono sereno.

Me mira con cansancio —Vamos Blair, estamos sentada las dos pasando el rato y tú te preocupas en hurgar en mis sentimientos.

—Disculpa si mis intenciones son ayudarte y no ignorarte —blanqueo los ojos agregándole un tono amorgo a mis palabras.

—Ya, no te pongas dramática —suelta un poco de aire inclinándose hacia delante para apoyar sus codos sobre la mesa. —Hay que hablar sí, pero trata de no ser tan directa a la hora de responder a lo que te digo.

—Lo intentaré —me encojo de hombros, sacudiendo una pelusa imaginaria de mi chaqueta.

—¿No deseas algo de comer? Yo me pediré una hamburguesa —toma el menú que se encontraba reposando en el medio de la mesa.

—No tengo hambre, solo tomare una batida —Violeta alza la mano llamando a la mesera, hace la orden para después dirigirme su mirada seria.

—Supongo que ya estamos listas para charlar —le doy un leve asentamiento mientras observo como ella aprieta los labios antes de continuar.

—Con respecto a la conversación que tuvimos en la fiesta quizás tengas algo de razón  y yo no tenga que ver con todo lo  acontecido, pero eso no me quita el sentimiento de culpa.... porque si tengo que ver —observo como su garganta se mueve al tragar hondo —las decisiones fueron tuyas pero por mi culpa tuviste que tomarlas Blair —abro la boca para hacer el intento de decir algo siendo frenada inmediatamente por Violeta —no hables —dice levantando su mano hacia mi —se que no lo ves así pero es la realidad, Blair tenemos que aprender a hacer responsables y por mi culpa tuviste que hacer cosas que no querías.

Respiro hondo recostándome hacia atrás, se que en parte ella tiene razón, hay cosas que hasta este momento no nos habíamos animado a hablar, supongo que si el imbécil de Abel no hubiera aparecido este tema seguiría muerto para nosotras.

Violeta se queda en silencio unos segundo observando las palmas de sus manos. No quiero opinar nada sobre el tema nuestros puntos están muy claros; ella seguirá pensando que tiene la culpa y yo lo veré totalmente diferente.

—Creo que la hora perfecta para hablar de Jayden ha llegado —levanta sus cejas de manera insinuante.

Excelente cambio de tema.

—¿Y qué hay que hablar sobre él? Si se puede saber —la mesera llega con nuestros pedidos dejándolos sobre la mesa.

—¿El hecho que está de nuevo en el pueblo? —inquiere con obviedad.

—No entiendo a qué punto quieres llegar —remuevo un poco mi batida.

—¿Me vas a decir que no te interesa ni un poco? —Violeta abre sus ojos exageradamente.

Desvío la mirada ignorando el tema. Violeta suelta una fuerte risa y tengo que voltear a verla para que se calle.

—Te gusta —concluye ella —siempre sentiste un interés hacia él.

—No me gusta, nunca lo hizo —la miro de mala gana mientras devora su comida dedicándome un gesto divertida —de niña solo se me hacía interesante pero eso es muy diferente a gustar, además sabes que ya no estoy en eso.

—Dijiste que ya no estabas para relaciones serias, no que estuvieras fuera del mercado.

—Es que tú y yo no tenemos la misma definición para "Ya no estoy en eso".

—A mi no me engañas —entrecierra sus ojos hacia mí para después las dos soltar una risa.

—Si me parece bonito, siempre lo ha hecho, pero nunca lo he mirado con otros ojos además con lo que pasó la otra noche en la fiesta siento que no puedo mirarlo sin sentir vergüenza.

—Fingiré que te creo de todas formas ya es hora de ir a lo que vinimos,¡ COMPRAS¡ —su grito solo hace que las demás personas volteen a vernos. Les sonrió con un poco de vergüenza ajena circulando por mi sistema.

Violeta ajena de todas las miradas hacia ella se dedica a pagar la cuenta para después marcharnos.

—Lo mejor sería primero ir a la tienda de marca que está en el tercer piso —me quedo callada dejando que sea ella quien guie todo el recorrido.

Llegamos, inmediatamente Violeta va casi corriendo hacia unos conjuntos que llamaron su atención, por mi parte no estoy tan lejos ya que me dirijo a unos hermosos vestidos que parecieron hipnotizarme.

Hay uno de corset, es corto me llegaría a los muslos, con las mangas por los hombros y un fino corte en al borde del vestido, es una bella pieza rosa pálido. Durante una hora mi amiga y yo nos la pasamos recorriendo cada pasillo, tomando y midiéndonos todo tipo de ropa. A la hora de salir de la tienda llevamos cuatro bolsas cada una.

—Creo que deberíamos ir a darnos un poco de amor.

—Espera ¿Qué? —Violeta se gira hacia mí con una expresión de horror.

—Centro de belleza, Spa, exfoliarse ¿Te suena?

—¿Por qué no dijiste eso? —me encojo de hombros restándole importancia.

Todo nos lleva alrededor de dos horas y media, me siento bien, mas relajada. Vamos saliendo del centro comercial cuando a lo lejos figuramos a dos personas conocidas, Violeta me da una rápida mirada para después acercarse a ellos llevándome con ella.

—Dante, que raro verte por aquí —mi amiga le sonríe sosteniendo aun mi brazo —Hola Jayden, que bueno volver a verte.

Los mencionados nos miran con sorpresa grabada en sus rostros. Dante es el primero en reaccionar, se acerca hacia Violeta dándole un abrazo para después dirigir su atención hacia mí.

—Pero miren quien es, nada más y nada menos que mi nueva amiga, Blair —se acerca extendiendo su mano hacia mi acompañado de una sonrisa.

Recibo la mano mientras le sonrío —Un gusto volver a verte.

En ese momento veo como Jayden se acerca —No pensé verte tan pronto —me regala una sonrisa que deja expuestos sus dientes.

—Tampoco yo ¿Acaso me estas siguiendo? —pregunto de manera insinuante, el suelta una suave risa negando con la cabeza.

—¿Por qué no abría de hacerlo? —rio con el siendo interrumpidos por Violeta quien se aclara la garganta ruidosamente.

—¿Estarán mucho en la cuidad? —le pregunta mirándolo a los dos.

—Yo me voy dentro de una hora pero Jayden se queda.

—Mamá dice necesitarme y dentro de poco inicio las clases en la universidad así que me quedaré. —Jayden se encoge de hombros demostrándole poca importancia.

—Excelente, espero que nos volvamos a encontrar pronto ¿Verdad, Blair?

Algo incomoda por la intensidad de mi amiga asiento levemente. Los chicos se despiden y nosotras volvemos a nuestro camino.

—¿Era necesario? —pregunto con molestia.

—¿Qué? Solo estaba saludando a un amigo —finge inocencia acercándose donde se encuentra su auto.

—Por cierto ¿Cuándo me dirás como conociste a Dante Chester? —pregunto viendo como entra las bolsas a su auto.

—Eso es otra historia, quizás algún día te la cuente —da la vuelta para subirse al asiento del conductor, baja la ventanilla del copiloto —tengo que irme, te llamaré luego guapa —le tiro un beso viendo como arranca el auto.

Me dirijo hacia mi auto, los hombres de negro que me acompañan se acercan para ayudarme con las bolsas y terminan llevándolas ellos, me subo y me dirijo hacia mi casa.

Al llegar la compra la suben hasta mi habitación, me dirijo a la cocina donde me encuentro a Gloria cocinando y a mi hermano mayor comiendo.

—¿Cómo estas Bahir? —me acerco a él dándole un beso en la mejilla.

—Cansado pero aún de pie —toma el torso de mi mano dejando un beso sobre ella.

Me siento a su lado, es cierto que se ve cansado, tiene profundas ojeras, se ve algo pálido y con la mirada un poco apagada.

—¿Por qué no te tomas un descanso? —Gloria deja un plato de pastel frente a mí, le sonrío mientras empiezo a dar el primer bocado.

—No hay tiempo para eso —voltea a verme para luego sonreír —¿Tu como has estado?

—Podríamos decir que regularmente bien —el mueve la cabeza como si entendiera —¿Qué tal Joanne? —pregunto refiriéndome a su novia o ex novia, lo de ellos es complicado.

—Pues creo que estamos bien —suelta un poco de aire —realmente no la entiendo ¿Sabes? A veces está bien y de la nada dice sentirse incomoda conmigo.

Gloria llega con un vaso de agua y algo envuelto en una servilleta.

—Toma y bébelas —las deposita frente a mi —Blair, tienes días sin tomar tus pastillas —me detengo a pensarlo ¿Olvidé tomar mis pastillas?

—El frasco prácticamente lleno en tu baño te delata —Gloria me da una mirada seria y siento como Bahir se tensa a mi lado —sabes lo que pasa si duras mucho tiempo sin tomarlas.

Afirmo con la cabeza mientras en silencio llevo las pastillas hacia mi boca para después dar un largo sorbo de agua. El ambiente se mantiene en silencio por unos minutos.

—Creo que tendremos visitas esta noche —suelta Bahir de la nada.

—¿Visitas? —pregunto extrañada.

—Sí, creo que los Davis vendrán —espera —si no me equivoco tu misma les hiciste la invitación.

—Sí, yo los invité, pero no pensé que todos nosotros los recibiríamos.

—Pues pensaste mal, si no me equivoco será a las ocho, así que ya sabes —dice lo ultimo levantándose para después marcharse hacia las escaleras.

—Entonces eso significa que tendré que hacer mas comida —comenta Gloria toda emocionada mientras yo solo me limito a blanquear los ojos. Me paro para ahora si dirigirme a mi habitación.

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