Capítulo III -Buena noche para una fiesta
Buena noche para una fiesta
Nos encontramos en la casa de un tal Dante Chester quien es el que está dando la fiesta, desde afuera pude observar la enorme vivienda de dos niveles con un aire muy moderno, llegando nos brindaron un vaso de cerveza y seguido nos dirigimos a la sala donde se encuentran varias personas bailando, la música esta tan alta que fácilmente no podría escuchar ni mis propios pensamientos. Violeta grita algo inaudible, hace una seña de ir a saludar a unos amigos y William y yo le damos un asentimiento de cabeza.
La casa es exageradamente grande, creo que ni casa se le podría llamar, la sala es enorme pero parece verse más pequeña por la cantidad de persona en ella, empiezo a sentir como la temperatura sube y el calor se hace más perceptible, me abanico el rostro con la mano tratando de conseguir un poco de aire, William parece darse cuenta, toma mi mano y se dirige al patio llevándome con él. Afuera nos topamos con una piscina que va de un extremo a otro,está decorada con luces de colores que se reflejan desde la profundidad de las cristalinas aguas de la piscina. Hay personas dispersas por todo el alrededor, aquí afuera la música ya no se escucha tan alta, todos se encuentran charlando y riendo, se nota a leguas como están disfrutando del ambiente.
—Aquí está mucho mejor, ahí adentro hay mucha gente —William hace una mueca de desagrado. Estoy de acuerdo con él, no soy de preferir el acumulo de personas, me transmiten una sensación de ahogamiento, como si el hecho de ser demasiados hiciera que el oxigeno se disipe entre nosotros.
—Para serte sincera estaba a nada de salir corriendo, ya me empezaba a faltar el aire —tiro el vacio vaso al basurero que se encuentra a unos pasos de mí.
—Blair.... —volteo al escuchar la voz de mi amigo llamarme —Iré a dar una vuelta, creo que vi a unos conocidos, ¿Te unes?
Niego con la cabeza recibiendo un asentimiento de su parte.
—Si te metes en problemas y espero que no sea así, llámame, vendré enseguida —me da un beso en la mejilla y se aleja de donde me encuentro.
Al parecer de los tres soy la menos sociable, ya que solo llegar Violeta desapareció al reconocer a unos amigos y ahora William ha hecho lo mismo, quizás sea porque ellos se encuentran más en su ambiente, siempre visitan esta ciudad, razón por la cual Vilu conoce al dueño de la casa, en cambio, yo soy más de quedarme en Ashford, tengo mis amistades allá y suelo recrearme más en mi ciudad natal, las pocas veces que he salido de ella a fiestas ha sido con ellos.
Me acerco a una mesa llena de aperitivos rodeada por unas tres personas que se sirven comida en sus platos mientras ríen de algún comentario.
Realmente todo se ve muy bien y no soy de las que se abstienen a comer, tomo unos de los platos que se encuentran apilados en forma de torre en una esquina de la mesa, me sirvo nachos, papas fritas, tocino, queso cortados en cuadritos y lo más especial, salsa, sí, de esa picante. Me sirvo mucha, por encima de los nachos, figuro unos filetes en la mesa con aspecto raro y...
—¡Wow¡ si que tienes buen apetito —un chico de ojos negros y pelo oscuro como la noche me mira con diversión mientras sostiene su plato con una mano y en la otra tiene un vaso desechable.
—Supongo que no soy la única —le doy una veloz mirada a su plato y sonrío.
—No es muy común ver a las chicas de por aquí comer tanto.
—Qué bueno que no soy de por aquí —hecho un poco de salsa de tomate sobre las papas y tomo un vaso de refresco bajo la atenta mirada del pelinegro.
—Eso veo —medio sonríe —no te conozco y no recuerdo haberte visto.
—No soy de aquí —me limito a contestar. Llevo un trozo de tocino a mi boca.
—Entonces ¿Cómo llegaste?
—En auto, supongo.
—Creo que andamos muy graciosos —sus ojos me miran atentamente.
—Creo que andamos muy preguntones —le sostengo la mirada.
—Imagino que aún no sabes quién soy —se queda callado y con la mirada lo motivo a seguir hablando mientras devoro una papa frita —Dante Chester.
Dante...Dante... Dante...
—¿Vienes a una fiesta sin saber de quién es?
Oh mierda, ese Dante.
—Ohh, bueno, en mi defensa me invitaron a venir.
—¿Y donde se encuentra la persona que te invito a venir?
—Seguimos preguntones.
Dante ríe y niega todo divertido, me volteo a dejar el plato sobre la mesa y diviso a alguien muy conocido, demasiado para mi gusto, volteo rápidamente al notar que esta mirando en esta dirección y no sé por qué mierda no quiero que me vea.
—Vine con mis amigos solo que ahora mismo no están aquí conmigo —trato de seguir la conversación para evitarlo a toda costa.
—De eso ya me di cuenta —Dante parece ver a alguien detrás de mi ya que el reconocimiento y algo parecido a la diversión se dibuja en su rostro.
Pone en la mesa lo que sostenía para alzar su mano y espero por todo los dioses que no haga lo que estoy pensando.
—Hey Jayden, hermano, ven acá.
Maldición, no sé qué hacer en este preciso momento: salir corriendo, hacer que me trague la tierra o desmayarme, aunque todas parecen viables
Llega hasta nosotros, Dante lo recibe con un abrazo y Jayden se lo devuelve, parecen tener confianza entre sí.
—Te quiero presentar a mi nueva amiga y a la cual no le gusta que le hagan muchas pregunta.
Dante le rodea con un brazo los hombros mientras dirige su vista hacia mí, Jayden parece darse cuenta de mi presencia cuando me mira directo a los ojos y puedo ver como algo de diversión se cuela en su expresión.
—Que irónico ya que al parecer tiene un don natural para hacerlas —no lo puedo creer, la vergüenza tiñe totalmente mi rostro y tengo que aclararme la garganta para poder contestar.
—No seas exagerado, ni tantas te hice ese día —lo miro como si cualquier cosa que fuera a salir de su boca sea solo para exagerar más la situación, el se limita a mirarme al parecer la situación le resulta encantadora.
—¿Ustedes ya se conocían? —Dante nos mira con curiosidad pintada en su rostro.
—De pequeños éramos..
—Somos amigos de infancia —me interrumpe quitándome la palabra —Blair y yo nos conocemos desde niños, tenía tiempo sin verla y hace unos días tuvimos un reencuentro.
—Yo no le llamaría reencuentro a que alguien llegue de la nada y se presente delante de mi después de casi diez años —lo miro arqueando una ceja.
—Bueno, más bien yo me le aparecí a ella, juro que fue total casualidad —levanta sus manos
Justo en el momento que Dante iba a pronunciar algo lo llamaron al otro extremo de la terraza. Le da un apretón de hombro a Jayden.
—Nos vemos más tarde amigo, no te vayas, tenemos que hablar —le guiña un ojo y se dirige hacia mí.—Fue un placer conocerte.... Blair —sonrío al ver que tuvo que detenerse a pensar mi nombre —le diré a Jay-Jay que me tenga al tanto de tu persona.
Le doy una sonrisa de labios cerrados y puedo ver como Jayden le da un golpe a Dante cuando pasa por su lado.
—¿Jay-Jay? —trato de reprimir una risa.
—Olvida que dijo eso —se acerca a la mesa, se sirve un poco de refresco y me brinda.
—Ya tomé, pero gracias —de un trago se lo bebe todo —pareces llevarte muy bien con Dante —digo lo que ya es muy obvio.
—Podría decirte que es mi mejor amigo, lo conozco desde hace años.
—Ahora todo tiene sentido —se limita a sonreírme.
—¿Tu como llegaste aquí? Si se puede saber —pregunta dirigiéndose a un juego de muebles que se encuentran a unos metros de la piscina.
—Vine con mis amigos —lo sigo —solo que me dejaron sola en esta aventura.
—No debieron dejarte sola, aunque pensándolo bien me hicieron una ayuda —se sienta en uno y yo tomo asiento frente a él.
—¿A qué te refieres? — hay poca iluminación pero lo puedo mirar perfectamente a los ojos.
—Si estuvieras con ellos seguramente no tendríamos una conversación ahora.
—¿Por qué tan seguro de eso? —me mira por unos segundos dejando a vista como la curiosidad y duda iluminan su mirada.
—¿Si ellos estuvieran aquí, estarías en este momento conversando conmigo?
—No —se recuesta de la silla como si esa hubiera sido la respuesta que esperaba —probablemente Violeta insistiría en acercarnos a ti y William se negaría, pero no tendríamos esta conversación a solas —algo de nerviosismo recorre mi cuerpo—el simple hecho de que aún no puedo creer que estés de vuelta, te fuiste por muchos años y digo, no es que tu y yo teníamos la gran amistad pero si compartíamos un mismo entorno y el que estés de vuelta por aquí es un poco raro, el hecho de verte de nuevo.
Me mira por unos segundos que se me hacen eternos .
—¿Te parece raro volver a verme?—algo en su voz denota diversión.
—Sí, por Dios —suelto una pequeña risa —la última vez que te vi éramos unos niños, ha pasado mucho tiempo desde eso, pasaron muchas cosas .
—Es cierto, debo admitir que cambiaste bastante —me remuevo un poco en el asiento cambiando la posición en que estaban mis piernas — para bien —añade al final.
—Podría decir lo mismo de ti pero te recordaba más guapo —una risa se forma en mis labios y puedo ver como sus ojos se iluminan con diversión.
—No recordaba que fueras tan directa — Jayden se inclina hacia delante manteniendo en todo momento sus mirada en mi rostro.
—Como tú mismo dijiste cambié bastante — me encojo de hombros— supongo que debes volver a conocerme, la pequeña Blair que conociste ya no se encuentra — sus ojos recorren todo mi rostro y miro como su expresión intenta descifrarme.
Justo en el momento en que el iba hacer un comentario siento como el peso de un cuerpo cae sobre mi espalda.
Al girar me encuentro con una Violeta muy cariñosa, que me abraza como si no hubiera un mañana.
—¡Blair! pensé que te habías ido y abandonado esta pobre alma, creí que mis amigos se perdieron en medio de la fiesta y me dejaron aquí tirada —me da repetitivos besos en la mejilla —sé que desaparecí por un momento, no pretendía dejarte sola pero estabas con William —deja de abrazarme solo para tomar mi rostro con entre sus manos mientras me quedo procesando que le estará pasando la noto algo inquieta —no pretendía que te quedaras sola y abandonada, como una pobre alma en pena —me dice mirándome directo a los ojos.
—Violeta... —se gira cuando Jayden se mueve en su asiento y me mira para después mirarlo a él, repitiendo la acción varias veces.
—Supongo que muy sola no estás —arquea una ceja en dirección a Jayden.
—Violeta, que bueno volver a verte —estira su mano en dirección a ella.
Mi amiga me mira a la velocidad que viaja la luz y le advierto con la mirada que no vaya a decir nada estúpido. Parece captar algo ya que se voltea con una sonrisa algo maliciosa.
—Por fin te veo, me habían comentado que habías vuelto —recibe su mano para después darme una rápida mirada y yo desvío mi vista haciéndome la despistada.
—No he llegado bien a la cuidad y ya soy toda una celebridad —suelta una risa.
—No te creas mucho —mi amiga le da una sonrisa sin separar los labios —lo siento por haber interrumpido la conversación que tenían, pero necesito a Blair —nos paramos del asiento con una Violeta un poco ansiosa.
—Blair —escucho la voz de Jayden y me giro para verlo, el se acerca un poco a mi —me preguntaba si podríamos intercambiar números, ya sabes para no perder la comunicación, si no te molesta —acepto y recibo su celular, escribo mi número y seguido le doy el mío, el lo apunta para después sonreírme; Violeta me hala a ella llevándome en su dirección.
—Me encantaría que me contaras que hacían juntos pero ahora necesito contarte algo —nos paramos en una esquina de la piscina,quedo al frente de ella, nos encontramos algo retirada de las personas en el lugar.
—Me encontré con Abel —suelta dejándome atónita —y antes de que hables, no, yo no lo busqué esta vez a él, te juro que no tenía la más mínima idea de que él estaría aquí —agacha la mirada.
De todas las noticias que pude haber recibido esta noche, es una de las peores, hay especímenes que no deberían llevar ni siquiera un nombre —doy un suspiro –no estoy en posición de alterarme y Violeta me necesita, de las dos ella es la más afectada.
—¿Te dijo algo? —trato de sonar estable, quiero transmitirle esa confianza que seguramente ya no siente.
Levanta la mirada sola para desviarla a un lado de mi rostro y puedo ver como algo de repulsión se cuela en su mirada dudando antes de hablar.
—Nada importante, lo mismo de siempre.
—Vilu...
—Volvió a recalcarme la horrible persona que soy —una lágrima se desliza por su mejilla y la limpio acercándome más a ella —me dijo que no soy merecedora de paz ni de que nadie me ame, me repitió una y otro vez que soy una egoísta por haberte dejado sola, cuestionando como puedo tener amigos —esta vez sus palabras vienen acompañadas de un sollozo —que soy pésima amiga y un monstruo, me culpa de todo lo que pasó, lo que nos pasó —lágrimas caen por su rostro dejándola ver débil y llena de arrepentimiento.
Le doy un fuerte abrazo, no me gusta verla así, quebrada y cargando con ese peso del pasado, Violeta siempre ha sido esa amiga que ha estado para mi, aunque yo no quisiera que ella siempre se mantenía ahí, a mi lado.
—Vilu, mírame —tomo su rostro entre mis manos —puedes ser muchas cosas pero ten algo muy claro, no eres un monstruo, ni una persona horrible, ni egoísta y mucho menos mal amiga, no puedes hacerte cargo de las acciones de los demás, yo tomé mis decisiones y el las suyas, no te martirices por cosas que no corren por tus manos —me tomo una pausa para respirar y poder organizar mis pensamientos —se que no es fácil cargar con culpas del pasado pero créeme no nos hace bien, hay cosas que hay que aprender a ir soltándolas de a poco.
Me da un último abrazo solo para despegarse y limpiarse el rostro, toma un profundo respiro y me regala una sonrisa, se la devuelvo porque así es que me gusta verla, sonriendo aunque el mundo se esté cayendo a pedazos.
—Creo que deberíamos volver, aún no me embriago y William puede aparecer en cualquier momento —asiento y volvemos a la fiesta, estoy de acuerdo con ella, no tenía planes de embriagarme pero las cosas cambian y con todo lo acontecido me quiero disponer a despejar la mente.
—Por cierto, no le quiero comentar todavía a William sobre Abel —le doy una mirada de advertencia —sé que tengo que decirle pero no estoy lista aún.
—William te quiere como a una hermana y aunque el tema me involucre respetare tu decisión de no decirle nada, el también es mi amigo y es algo que él debería de saber.
Llegamos a la sala donde unas horas atrás se encontraba repleta de personas bailando, no está vacía, hay muchas personas pero son menos que antes, nos dirigimos a la cocina y nos servimos alcohol de todo tipo, nos damos un par de tragos para después salir de la cocina con dos vasos cada una, al llegar a la pista de baile nos encontramos a William bailando, por un momento pensé que había tomado de más hasta que observé que se encontraba bailando muy sensual con una pelirroja, Violeta y yo tomamos asiento para poder disfrutar de la escena de nuestro mejor amigo.
Paseo la vista por el lugar la música se encuentra a tope, las personas sudadas bailando, las luces de colores girando y el ambiente en su clímax, miro a cada una de las personas hasta que mi vista se para en dos individuos, Jayden y Dante, parecen tener una sofocante conversación ya que dan la impresión de estar discutiendo, Jayden lleva su camisa azul marino doblada hasta los codos, por sus bruscos movimientos esta se le pega al cuerpo, en cambio Dante lleva una camiseta oversize color negra, aunque se vea alterado parece más calmado que Jayden.
Los tragos van y vienen y yo sigo en mi inspección por el lugar, de vez en cuando mi vista se para en Jayden y Dante, Violeta se la ha pasado cantando a todo pulmón las canciones que ponen, parece emisora ya que se las sabe todas.
Los chicos no han parado de discutir y un poco mareada trato de enfocar la vista para ver si capto algo de lo que sale de sus labios. De un momento a otro un William aparece agitado frente a nosotras.
—No hay tiempo para explicaciones, andando —Violeta y yo intercambiamos miradas.
—Espera,espera ¿Qué sucede? —Vilu trata ponerse de pie, sin resultado alguno, yo no me contengo de la risa.
—Vamos chicas apúrense —William parece alarmado sin poder dejar de mirar a sus espalda.
Un chico alto robusto con cara de pocos amigos camina hacia nosotros, miro con los ojos muy abierto a William y le hago señas.
—Mierda, William ¿Y ahora que hiciste?
—Es el novio de la chica con la que estaba bailando —la situación no está para reírse pero parece que en mi estado de embriaguez no me importa, empiezo a reírme sin control alguno.
William me mira con cara de querer matarme, pero a quien quieren matar es a él, el corpulento chico llega hasta nosotros y toma del cuello a mi amigo.
Trato de concentrarme, un poco mareada intento pararme para ayudar a Violeta quien está en peor estado, está en el suelo sentada, me acerco a ella e intento pararla, demonios, si que pesa, doy un traspié atrás pero no llego a caer, me estabilizo para volver a Violeta, al tercer intento logro alzarla.
Miro hacia atrás logrando ver a William tratando de escapar del simio que lo ataca, chocamos miradas y me hace seña para que corra, no lo pienso dos veces, emprendo huida con dirección a la salida de la casa llevando a Violeta conmigo,llegando a la puerta, mi cuerpo choca con el de alguien más alto que yo, estoy tan desorientada que ni me preocupo en ver con quien fue.
Al salir veo a mis guardaespaldas, cuando llegan a mi punto le digo a uno que me ayude a entrar a Violeta a uno de los coches, espero a William y segundo después este sale corriendo de la casa, le ordeno a los hombres vestidos de negro que me acompañan que dirija un auto cada uno, le hago señas a William para que entre al coche en el que estoy él se lanza al asiento del copiloto y los dos autos arrancan dejando la casa atrás.
Doy un largo respiro,me deslizo hacia delante, preguntándole a William si se encuentra bien, el da un leve asentimiento con la cabeza y yo me recuesto del asiento, a mi lado va Violeta durmiendo o al menos eso espero.
La borrachera se me ha bajado un poco pero ahora tengo un presente dolor de cabeza, dejamos a William en su casa y a Violeta la dejamos en la suya, siendo recibida por su madre, estoy muy cansada y ya no soporto el dolor de cabeza.
Llegamos a mi casa, le digo a los guardaespaldas que se marchen, llego al pie de las escaleras pero estoy muy cansada para intentar subirlas y en vez de ver una veo tres. Me deslizo en el suelo cerrando los ojos por unos minutos para poder descansar y subir a mi habitación.
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