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Naruto y por supuesto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños y si tuviera que cambiar algo en la historia borraría todo y la escribiría de nuevo, menos power up para Issei y menos homosexualidad/obsesión para Naruto.
Comencemos que me estoy cabrendo.
Este fic es con fines de sacar estrés con otras historias, habrán chicas de diferentes animes o videojuegos, no se dejará de lado la cordura por si lo dudan.
Esto por si lo dudan y el título no lo dejo claro será un fic crossover de Naruto, DXD y Solo Leveling.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo.
Señor: Nah pito, pito doble, pito triple*Sacándole el dedo a los lectores"
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Un niño estaba parado a una gran altura cruzado de brazos viendo el horizonte.
El niño vestía unas sandalias negras que le tapaban los tobillos, un pantalón tres cuartos ligeramente holgado y echo de algodón, una camisa naranja y una tela naranja amarrada a sus caderas con dos tiras moviéndose con el viento.
El niño era rubio como si su pelo hubiera sido bañado en oro y pulido, ojos de un azul electrizante que aunque se notaban molestos se podían ver claramente la vida en ellos, su piel ligeramente bronceada dándole un color saludable.
"NARUTO BAJA DE AHÍ, ES UNA ALTURA DEMASIADO ALTA Y TODAVÍA NO APRENDES A VOLAR"
Una voz hizo a Naruto bufar molestó sin siquiera dignarse a ver quien había sido puesto que ya conocía a la responsable.
Era una doctora peliblanca estaba en el suelo viendo al niño arriba y peligrando su vida.
-¡Ni hablar! ¡Lo que quieres es que baje y si poder agarrarme y inyectarme algo! ¡Mi trasero está lleno de hoyos!-Hablo el conocido como Naruto mientras veía el horizonte.
La mujer lanzó un gran suspiro al niño no hacerle caso, una parte de ella lo entendía, no era lindo estar todos los días recibiendo tratamiento y inyecciones.
Los demonios puros sufrían para intentar aumentar sus números nuevamente, por ello Ajuka Belcebú inventó las Evil Piece, un método para que su raza no se extinguiera.
Los humanos o ser reencarnados como demonios tenían una taza de natalidad más alta que un Sangre Pura, pero incluso así el promedio para que dos reencarnados tuvieran un hijo era de 5 años a diferencia de los pura sangre que era de 10 a 50 años.
Pero incluso si dos sangre pura tuvieran un hijo no se garantizaba su supervivencia, cada clan tenía algo que aqueja a sus infantes.
Loa Gremory era que debió a sus reservas mágicas los niños se intoxicaban con la misma y podían llegar a morir si no se llevaba un estricto control y se les entrenaba en manejo de magia desde muy temprano.
Los Sitri debido a su afinidad innata con el agua su cuerpo siempre se mantenía en bajas temperaturas y podían llegar morir por hipotermia o si su cuerpo se calentaba mucho por fiebre o insolación.
Los Bael debido a su poder podían llegar a desintegrarse ellos mismos si fluctuaba su magia.
Cada clan tenía su propio problema al concebir un hijo, los reencarnados al no nacer con una magia específica no lo tenían.
-Un niño como tú no debería de hablar de agujeros-Hablo la mujer en un bufido mientra veía a su pequeño paciente terco.
Nunca creyó que alguien fuera tan terco, la mujer sabía que podía partir el concreto con su cabeza dura.
Naruto Paimon, heredero de la Casa Paimon que estaba en vías de extinción, 4 años de edad y el paciente más terco que Katherine pudo haber tenido en sus doscientos años de ser diablesa.
El defecto de nacimiento de los Paimon era que su cuerpo nacían siendo débiles y frágiles, los niños eran propensos a lesiones graves o enfermedades, entre todos eran los más difíciles de tratar debido a que por cualquier cosa se podrían enfermar y si le sumaba la enfermedad Gremory Katherine todavía se preguntaba como seguía vivo.
Ah Katherine le advirtieron, si el niño moría su cabeza rodaría, solo había un Paimon y concebió un hijo luego había desaparecido, el inframundo ya no podía darse el lujo de perder otro pilar fundador, ya suficientes bajas habían sufrido en su Guerra Civil.
Pero incluso sabiendo que este niño básicamente era su vida no pudo evitar amarlo como una madre, estuvo ahí cuando Kushina Paimon (Gremory) había sido internada para dar a luz, lo había cargado y alimentado, había apretado su mandíbula cuando le tenía que poner un aguja en sus pulmones para sacarle los glóbulos blancos (Pus) de los mismos por las infecciones, le había dado los medicamentos cuando temblaba de fiebre o desintoxicado cuando su magia lo intoxico.
Para Katherine, Naruto era el mayor luchador que había conocido, no se quejaba inluso cuando sus pulmones se colapsaban y escupía sangre por intoxicación de magia, seguía adelante terco y valiente sin quejarse más que de las inyecciones, la doctora sabia que incluso adultos se rendirán por un tercio de lo que Naruto tuvo que sufrir a sus cuatro años.
Flush.
-¿Eh?-Se dijo Naruto ahora al ver que en lugar del horizonte veía al cielo.
Katherine se horrorizó al ver que el viento lo había sacado de balance y ahora caía a más de diez metros de altura.
La mujer sin esperar comenzó a correr con sus brazos abiertos mientras Naruto caía.
Tas.
Rish.
Katherine se resbaló de rodillas para evitar que su pequeño terco cayera contra el suelo, claramente oyó su carne rasgarse contra el pavimento pero no le importo.
Naruto pudo ver la desesperación en los ojos de Katherine mientras buscaba alguna herida, jadeo cuando la mujer lo abrazó fuertemente y oía quejidos salir de los labios de la misma.
-¡Idiota! ¡No me vuelvas a preocuparme así! ¡Casi te pierdo!-Hablo la mujer mientras llenaba de besos las mejillas del niño.
-Baba...¡Hugh!-Hablo Naruto viendo que había preocupado a Katherine.
Naruto no pudo terminar ya que sintió que los brazos de la mujer lo dejaban sin aire, observó con miedo como un aura oscura rodeaba a la bruja que lo inyectaba siempre.
-¡Te voy a castigar!-Hablo Katherine mientras atrás de ella aparecía una máscara demoníaca.
-¡Giiii!-Chillo el pequeño niño ya que ahí supo que había cometido una estupidez al hacer enojar a su abuela.
Minutos después.
Una pelirroja caminaba por los pasillos de la mansión donde residía su pequeño terrón de azúcar.
Lo mantenía aislado no permitiendo que nadie más de los que ella dijera vinieran, todos tenían que pasar un estricto control de desinfección.
Naruto estaba ubicado en una villa de los Paimon, tenía un campo mágico de desinfección, no se le permitía salir de aquí.
Un Paimon después de sus doce años ya era libre de su maldición, sus defensas se desarrollaban y su cuerpo ganaba la suficiente fortaleza para no lastimarse gravemente por cosas sencillas
El problema radicaba que habían personas que estaban intentando que no se extinguiera el pilar Paimon pero estaban los que querían que se extinguiera, por ello era que nadie sabía donde estaba su hijo, una enfermedad en el huésped apropiado y su pequeño podría morir.
Ella era una Gremory de la rama secundaria, casada a la fuerza, pero llego a enamorarse perdidamente del padre de su pequeño, ahora cuando su esposo desapareció ella tomó el liderato y se negó a anexarse a los Gremory que era lo que todos habían visto venir.
Los ancianos Gremory movían toda su influencia tratándo de obligar al clan a doblarse ante su voluntad pero Paimon se mantenía tambaleante pero se mantenía y sobre todo se seguía negando a unirse.
Ella había adoptado el apellido de su esposo cuando su clan solo la vio como una moneda de cambio, ella ya no era una Gremory ahora era una Paimon y ella cuidaría de los suyos.
Intentó hacer que Lucifer hablara para detener el acoso pero se negó a atenderla, los Paimon eran uno de los clanes más fieles a Sirzechs Lucifer y así les pagaba, escupiendo en toda su fidelidad y no metiéndose en algo que incluso él como Satán estaba involucrado ya que debía mantener el orden entre los demonios.
Al menos tenían a los Bael de su lado, el patriarca se había mostrado feliz ya que les dieron a probar que se sentía que les fuera robada su línea de sangre.
-Aquí es-Se habló Kushina al sentir el aura de su pequeño dentro.
Esta era la biblioteca que ella le tenía para que cuando fuera mayor pasara el tiempo, aunque nunca se imaginó que a sus cuatro años ya leyera de manera fluida y tuviera conocimiento avanzado en Amyr la primer lengua que los demonios pronunciaron.
Kushina infló su pecho con orgullo, su Naru era sombroso como debía ser, aunque aquella acción provocaría hemorragias nasales incluso en el más fiel ya que su escoté no era modesto.
Kushina agarró la perilla mientras la giraba y abría la puerta con tranquilidad.
Adentro.
Kushina sonrió mientra veía a su hermoso bebé, se preguntó porque su pequeño tenía un cojín entre sus glúteos y la silla.
Katherine leía con tranquilidad sentada en la ventana que estaba abierta, ese era el lugar favorito de Naruto pero ya había sufrido suficientes sustos el día de hoy así que ocuparía el lugar para evitar que él se acomodará al filo de la ventana y poder disfrutar de su libro pacientemente.
Naruto veía de reojo su asiento ocupado por su Baba, era parte de su castigó ya que ella sabía que a él le gustaba leer mientras el viento soplaba.
Naruto sentía su trasero arder y doler al mismo tiempo, su mejilla derecha había recibido diez nalgadas y su mejilla izquierda cuatro inyecciones , tuvo que usar su cojín especial para poder sentarse.
-Hmmm 'Enfermedades y sus síntomas' debo admitir que es un buen libro de medicina, Apolo supo poner en palabras simples y vulgares la complejidad de varios virus y enfermedades-Hablo Kushina al ver el libro de Katherine leía.
Eso hizo que Katherine detenerse y mirar, se iba a levantar y dar una reverencia pero Kushina alzo su mano deteniéndole.
Naruto sonrió mientras se levantaba y caminaba a su madre quien abrió los brazos y ambos uniéndose en un gran abrazo cargado de afecto.
La médico sonrió al ver aquello, Kushina casi no visitaba a Naruto ya que no quería exponerlo, pero como toda madre sufría sed de necesidad de abrazar a su hijo o verle por lo que lo visitaba dos veces al mes y el resto le enviaba cartas.
Naruto sintió los labios de su madre besar cariñosamente su frente y su mano toca su mejilla.
-Cuanto has crecido mi hermoso bebé, pronto haras que mami sea bajita-Hablo Kushina mientras veía con ojos llenos de tristeza a su pequeño, ella quería verle más a menudo pero prefería sacrificar su felicidad por la vida de su bebé.
Naruto rió mientras se cruzaba de brazos en su pose favorita, que aunque el pensará que se veía 'Alto y poderoso' a ojos de las mujeres lo hacían ver 'Tierno y adorable'.
-¡Lo se! ¡Eh crecido medio centímetro!-Hablo Naruto arrogantemente y inflando su pecho con orgullo
-*Esa ternura debería ser ilegal/ Resiste Katherine debe resistir su ternura*-Pensaron ambas diablesa con un sonrojo en sus mejillas viendo a su adorable hijo/paciente.
-También su terquedad aumentó pero no medio centímetro, sino medio metro-Murmuro Katherine pero fue escuchada por Kushina.
Kushina sonrió nerviosa, eso lo sacó a su padre....si a su padre sacó la terquedad.
-¿Como has estado?-Pregunto Kushina a Katherine quien resopló ante aquello
-Tambien como lo puedo estar con mi paciente, un día seguramente me va a matar de un susto-Hablo Katherine mientras Kushina sonrió ante aquello.
Naruto tembló recordando su castigo mientras se ponía atrás de Kushina.
-Eh venido a verte unas cuantas horas Naru, también eh venido a conversar contigo Katherine, pero contigo es en el almuerzo asi que no te preocupes-Hablo Kushina mientras que ambos asentían ante aquello.
Naruto corrió a su asiento mientras guardaba el 'Silencio de los corderos' no sin antes pone a tablilla para marcar donde iba, este libro le estaba gustando.
Katherine observo como Kushina le hacía una seña para que se quedase, sabía que su pequeño amigo estaría en buenas manos ya que Kushina era experta en medicina puesto que esa fue la profesión que ella eligió antes de ser casada.
Kushina sonrió mientras veía a su hijo darle un beso en la mejilla a Katherine en la mejilla y caminaba a ella.
La Paimon no tenía problemas en aquello, ver a su hijo tratar como una madre a otra mujer, Katherine había estado desde siempre a su lado por lo que era normal que la viera como una madre incluso más que a ella, aunque sería mentir si dijera que no le dolía.
Tiempo después.
Naruto caminaba al lado de su madre por el jardín, la mujer lo llevaba agarrado de su mano.
Kushina después de muchos días sentía su corazón en paz, incluso aquellas pequeñas acciones eran valoradas por ella.
-Dime Naru, ¿Te gusta vivir aquí?-Pregunto Kushina viendo de reojo a Naruto.
-Por supuesto, me gusta el silencio-Hablo Naruto en un bufido, aquí podía dormir hasta medio día sin ser molestado.
-¿No te gustaría tener amigos?-Hablo Kushina mientras Naruto se tambaleó.
Kushina vio a su hijo detenerse medio segundo ante aquello y observó qu sus ojos ganaban tristeza.
-Yo si quiero tener amigos...pero baba me dijo que si sigo todo al pie de la letra podré dentro de poco y hacer muchos amigos-Hablo Naruto que aunque no le gustaban las inyecciones el resto lo hacía el día o la hora indicada.
Kushina sonrió ante el entusiasmo de su hijo y la voluntad de seguir muchos niños hubieran llorado o echo una rabieta por no pode salir a jugar con otros niños.
-Muy bien, esta decidido, hay alguien quien quiere conocerte-Hablo Kushina mientras los ojos de su niño ganaban emoción.
Tarde.
Katherine se movía incómoda mientras esperaba pacientemente en el jardín.
Sabía que cuando volviera ver a Naruto este ya llevaría cuatro líos en su haber, pero recibir a la visitas era lo primero.
Katherine llevaba su misma bata blanca, pero ahora vestía unas tenis de color gris oscuro, pantalón negro pegado al cuerpo y camisa manga larga color gris cuello de tortuga.
La doctora sabía que esto era un gran pasó, demasiado grande y se sentía sumamente nerviosa.
Kushina había buscado una pieza de Naruto, ya era hora de que comenzara a tomar su nobleza puesto que dentro de una semana recibía su paridad.
Según Kushina después de una rigurosa selección la pieza sería presentada ante Naruto.
Flush.
Katherine observo el símbolo Paimon aparecer en medio del gran jardín, supo de inmediato que era Kushina trayendo al invitado.
Katherine observó aparecer a Kushina con una niña agarrada de la mano derecha.
La niña era pelinegra, ojos carmesí brillantes, piel ligeramente bronceada, era alta para su edad pero bajita a comparación de ambas diablesas.
La niña llevaba una gorra lila, pantalón tres cuartos (Mangano), camisa sin mangas con un conejo blanco en medio y con un abrigo morado oscuro por encima.
Katherine pudo ver claramente que le llevaba cuatro o cinco años a su pequeño pero hubo algo que le llamó la atención a la mujer.
Katherine se estremeció, la presencia de la niña era indomable en incontrolable, como el rugir de un trueno.
-Bienvenida-Hablo Katherine mientras daba una ligera inclinación.
Kushina golpeó suavemente la espalda de la niña quien dio los pasos para adelante.
-Lo que sea-Hablo la niña mientras sacaba goma de mascar.
Antes que la niña pudiera llevársela a la boca Katherine se la quitó bajo la mirada de la pequeña.
-Este tipo de producto está prohibido-Hablo Katherine mientras incineraba los chicles.
La niña quedó pasmada ante aquello y después de procesar lo que había sucedido su mueca se transformó en una llena de enojo.
-¡Que te pasa!-Chillo la niña al ver que sus chicles ahora eran polvo en la existencia.
-Este producto hace que los líquidos gastrointestinales se activen sin haber comido, Naruto debe vivir en un ambiente que no sea tentado por nada que le haga daño, confites que se lamen o parecidos también están prohibidos, comienza a respetar eso-Hablo Katherine fijamente viendo a la insolente niña.
La pelinegra vio a la doctora mientras apretaba su mandíbula, esa bruja le estaba prohibiendo algo, solo estaba aquí par ser rechazada de todas maneras y que se burlaran de ella, sus padres hicieron lo que hicieron solo para sacarla de su hogar ya que no le tenían uso, la habian golpeado y maltratado para que enseñarle modales cuando recibieron la noticia de la postumatura de Kushina a ella.
Ella los golpearía donde más les dolía, se comportaría mal y así este niño mimado y rico no la aceptaría y sus padres no lucrarian con ella.
Ella vivía en los barrios rojo se Lillith, ahí se debía tener ojos en la espalda, ella era de barrio y siempre lo sería.
-¡No puedes quitarme mis chicles!-Hablo la niña viendo de mala manera a la mujer.
[Mi mama: A no hijo de su pinche madre *Hablo con una cinturón de cuero en su mano*]
[Nota: Hay que admitirlo raza, apenas tienes chicles todos quieren]
Kushina se mantenía con una sonrisa viendo el desenlace de todo, solo esperaba que a Naruto le gustara su regalo.
-Puedo y lo haré, soy el médico aquí, así que me obedecerás-Hablo fríamente Katherine viendo a la niña.
La niña abrió su boca para refutar aquello pero observó aquellos ojos fríos que la retaban a seguir, cerró su boca medio segundo después mientras veía con gran resentimiento a la mujer, ni su madre la había visto así.
-Por cierto, ¿Naru?-Hablo/Pregunto Kushina al ver que su bebé no estaba ahí.
Katherine suspiro teniendo una idea de dónde estaba su paciente.
Minutos después.
Kushina jadeo de horror viendo a su bebé en el techo de la mansión.
Naruto estaba en el mismo lugar donde se había caído, estaba con los brazos cruzados mirando el horizonte.
Katherine observó como Kushina no se movía por miedo a que Naruto se cayera, una lagrimas de felicidad se deslizó sobre su ojos ya que al fin alguien comprendí su dolor.
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Fin del capítulo.
Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-San.
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