Capítulo 1: Pesadillas


Capitulo 1:
Pesadillas

Me desperté completamente confundida en la madrugada de hoy, como si me hubieran echado un balde de agua fría encima. Me reviso y veo que solo estoy empapada en sudor, cómo si hubiera estado corriendo un maratón. Suspiro en tanto que trato inútilmente calmar los tambores agitados que resuenan en mi pecho. <<Cálmate, Esther, solo fue una pesadilla, una simple pesadilla, no fue real. Nunca sucedió.>> Aunque una parte de mí dice lo contrario. Trato de aferrarme al peluche que estoy abrazando, no para espantar pesadillas, sino para tener algo que estrujar y poder desahogarme sin tener que recurrir al impulso de romper algo. No sabría explicarlo. Solo lo quiero a mi lado y punto. El problema es que hoy no es suficiente. De nuevo la misma pesadilla. El mismo sueño. La misma historia. Y eso me altera, especialmente la última parte...

No, no debo pensar en eso. Vuelvo a acostarme con el cuerpo bañado en sudor. Esperando que se calme mi agitado corazón, intentando ignorar en vano las imágenes que penetran en mi mente mientras lucho con el impulso de huir de aquí. Aún así, veo la sangre. El chico de rizos color tinta con ojos semejantes a la esmeralda. El bosque lúgubre y siniestro. El cielo teñido del color carbón, las aguas silenciosas como la tumba. El viento helado y fantasmal...

Sin poder reconciliar el sueño me levanto molesta de la cama. ¿Cómo es posible que a estas alturas no pueda dormir tranquilamente como una persona normal? No es justo. Creí que finalmente lo había superado. Ubico al instante el Block de dibujos y el carboncillo antes de sentarme frente a la ventana...( Que olvide cerrar. Rayos, tengo que acordarme de cerrarla antes de que se entere mi padre) y esbozo en el papel un bosque. Plasmo un bosque siniestro y lúgubre a base de la perspectiva atmósferica. Con tonos variados creo el volumen y la forma de las imágenes que poco a poco cobran vida en el papel, hasta adquirir un aspecto tridimensional. Allí, en medio del escenario coloco al hermoso y misterioso joven que mira con la cabeza baja mientras camina, luciendo como la estatua de un ángel que vaga sin rumbo fijo. En él tardo más de lo que tenía previsto en dibujarlo: su contextura alta y delgada. Sus cabellos espesos, rizados, negros como el carbón y sus ojos profundos y melancólicos, de un verde intenso. Labios carnosos. Barbilla afilada junto a sus manos largas. No puedo evitar sentir compasión y una extraña mescla de anhelo y nostalgia al verlo, cómo si tuviera tiempo sin verlo. Lo cual me parece extraño y confuso, pues nunca he visto a ese chico.

Excepto en mis pesadillas.

No puedo decir "sueños" porque esas cosas son efímeras, superficiales, burbujas de la conciencia fáciles de romper. Mis sueños pueden ser bellos y horrendos, pero no me es imposible de despertar de ellos con facilidad. En cambio que con las pesadillas... Es otra cosa. Es como si me arrastraran a un pozo hondo y oscuro dónde me cuesta respirar o ver. Intento rasgar el velo de las pesadillas y me es imposible. Lucho contra las pesadillas que me atormentan y no ocurre nada para despertar. Allí, en esa espantosa burbuja de mi subconsciente estoy acorralada. Necesito algo del mundo exterior que me saque de ahí. La única forma de salir de la pesadilla por mí misma es recordar que nada de lo que vea o sienta en esa jaula mental que estoy atrapada, es real. Que solo estoy soñando. Y lo he logrado... escasamente.

Porque ese es mi problema: olvido siempre que estoy atrapada en una pesadilla. Cuando sueño, tengo la sensación de que lo que sea que me sucede en la pesadilla es "real" pese a que no lo es. Aún no sé cómo logré despertar. Solo sé que he vuelto a tener la misma pesadilla desde hace dos meses. Fue gracias a las pastillas de la Dra. Watson que no volví a padecer esos terrores nocturnos durante el mes pasado. Solo volvieron en las noches que he estado aquí, en Hall City al mudarnos, es decir, dos semanas completas. Cada noche, sufriendo el mismo martirio sin importar cuántas pastillas me tomo a escondidas, siempre sufro la misma pesadilla, y cada vez que despierto dibujo algo para desahogar esa ansiedad.

Suspiro. Nunca me acostumbro a ello. Termino el dibujo sin poder evitar en sentir un miedo ante lo que plasmo en el papel. Solo es un dibujo, un mero dibujo. Pero luce exactamente a una fotografía en blanco y negro. Como artista me enorgullezco: no es fácil plasmar algo que viste en sueños con tanta precisión al punto de verse realista y autentico. En cambio, como persona, hablando por mí... siento terror al verlo. No entiendo porque sigo haciendo eso si trato de huir de esas imágenes. No debería dibujarlas. Tal vez por eso sigo sufriendo pesadillas, por dibujarlas, plasmarlas en papel cuando debería llamar a la Dra. Watson o a mi papá para que me ayuden con esto...

Ay, aunque quisiera tampoco puedo. Solo enciendo un fósforo que tengo guardado entre mis cosas y quemo el dibujo que acabo de hacer. Veo como las llamas consumen el bosque antes de deformar la siluta del chico y volverse cenizas la obra que tanto tiempo me llevó retratarlo. Pero hasta ahora me ha ayudado a no perder el control. Llevo haciendo esto desde que nos mudamos, cada madrugada, a las 1:17 am hasta las 3:45 que termino de hacer un dibujo antes de quemarlo, mientras lo veo arder siempre me repito esto: no es real, si quemas el dibujo quemaras tus sueños. Si quemas el dibujo quemaras tus sueños.... Una y otra vez hasta que quedan los restos carbonizados.

Oigo un sonido que viene del corredor e inmediatamente cierro la ventana sin hacer ruido antes de arrojarme a la cama y fingir que duermo. Ni sé porqué lo hago. Tal vez porque no quiero que mi padre se entere que tengo otra vez las pesadillas pese a que él era el primero que le contaba todos mis problemas y siempre me ayudaba....

Eso fue antes. Ahora debo hacer esto sola. Bastantes problemas tenemos como para echarle más leña al fuego con respecto a mis pesadillas. Solo empeoraría las cosas. Oigo que los pasos se alejan antes de que se acerque si quiera a la puerta...

En el fondo me habría gustado que abriera la puerta y me preguntará cómo estaba. Antes todo era mucho más fácil.... aún y cuando mi madre llevaba años enferma.

Me acuesto en la cama y finalmente siento el cansancio en mi cuerpo. Una razón más por la que dibujo después de sufrir una pesadilla es que me ayuda a tener un poco de sueño a estas horas. Me ayuda a reconciliar el sueño a estas horas de la madrugada, pero el miedo a no volver despertar, el miedo de sufrir otra vez esas pesadillas como las noches anteriores... sencillamente no me acostumbro. Respiro hondo. Intentando calmar los latidos de mi corazón que amenazan en acelerarse.

Transcurre un minuto.

Poco a poco voy calmandome, sin saber que hacer al quedarme dormida. Tengo miedo de lo que sucederá. Siempre estoy asustada por lo que voy a soñar, aún y cuando ya tengo la respuesta...

***

El bosque está vivo. Susurra un idioma que me es vagamente familiar, cómo todo lo que me rodea: el olor a tierra mojada, sangre, muerte, el panorama que se alza ante mí. Los árboles secos y marchitos paracen llamarme. La tierra infértil parace hablarme en un lenguaje antiguo y oscuro...

Me quedo inmóvil.
No me di cuenta que había avanzado enajenada al bosque, casi entrando a su siniestro seno...

<<No entres al bosque, no entres al bosque, no lo hagas, ignora esas voces, solo vete. Huye. Sal de allí...>>

Me alejo al recordar vagamente este lugar. Un sonido extraño y cercano, cómo el que producen los perros al comerse los huesos, rompe el silencio, cómo queriendo advertir los terrores que esconde en las entrañas del bosque bajo la escasa luz del sol de color sal, abrazándome el viento helado junto a la espesa niebla.

Un horrible presentimiento me asalta al cruzar en mi mente fragmentos de recuerdos vívidos de este sitio. Un recuerdo a la vez, al mismo tiempo que una alarma angustiante me llena de ansiedad, miedo y desespero. Doy media vuelta y corro unos metros antes de que la niebla se disipe, deteniéndome en seco.

La niña, quieta como una estatua, contempla a la criatura más horrenda y extraña que he visto. Parece un cruce de lobo con tigre por causa de las rayas que le dan esa semejanza.
El animal, sea lo que sea, está muerto. Mutilado. Ensangrentado. Por el shock y el asombro tardo en darme cuenta que la niña está bañada en sangre fresca y reseca, ocultando los rasgos de su cara, pero por su silueta es muy, muy delgada, pequeña, tal vez tendrá unos 5 años de edad.
Es entonces cuando noto los huesos.

Ay no, tiene que ser una broma.
Ella se está comiendo al animal. Ella hizo eso. Me mira y se levanta, acercándose mientras me alejo. Sus ojos son inhumanos. Sus pasos iguales a las de un depredador que contempla a su presa. Su mirada salvaje cargada de furia, locura, hambre y sed voraz.
¿Qué demonios es esa niña?
¿Quien es?

Antes de poder decir algo, ella abre la boca para dejar relucir sus afiliados dientes bañados en sangre fresca...

Huyo.
Salgo corriendo al bosque, adentrandome al lugar donde juré no regresar jamás....

Espera....
¿Desde cuándo juré no volver? Nunca he estado aquí. O al menos no recuerdo haber estado aquí. Ay, estoy tan confundida. Este no es el momento...

El bosque me da la bienvenida con una densa oscuridad abarcandolo todo. Oigo las hojas muertas crujir bajo mis pisadas, el aire helado abrazandome a través de la espesa niebla.  No sé a dónde voy, solo sé que estoy perdida y con pocas posibilidades de sobrevivir.  ¿Hasta cuándo podré aguantar? ¿Porque me quiere matar? ¿De dónde salió? No noté su presencia al principio. Varias veces miré atrás para descubrir con horror que es bastante ágil, posee una fuerza descomunal y una velocidad antinatural para una niña de su edad, no hace ni sonido al pisar las hojas; personificando  el silencio bajo la apariencia de una sombra fantasmal. 

Finalmente, después de correr por lo que me pareció una eternidad, la perdí por unos minutos hasta que llegué a un lago silencioso, sin estar segura si en arrojarme ahí y esconderme para que ella busque en otro sitio o seguir corriendo. El lago estaba rodeado por árboles altos cuyas hojas todavía siguen desprendiendose, formando un círculo amplio a mi alrededor. Analizo mi entorno para evaluar cuánto tiempo me queda si quiero borrar mi rastro y deje de perseguirme, tal vez tenga oportunidad, aún no hay rastro de ella. Pero sigo manteniendome alerta, con el cuerpo tenso y bañado en sudor, pues no hace ni el más mínimo sonido al correr y no parece estar viva si quiera. Hay algo en ella que no es normal, desprendiendo un aura que rompe las barreras de la razón y la lógica. ¿Cómo explicarlo? Me apresuro en quitarme un poco la ropa que llevo puesta,  tirando por ejemplo la chaqueta en un arbusto, la camisa en un árbol que se ubica más adelante después de rasgarla y dejar los retazos de tela en las ramas que están caídas o en el suelo. Así pensará que me fuí por ese camino angosto que conduce a un sendero sombrío que no pienso cruzar. (Ya de por sí este bosque es espantoso.) Como ando descalza, los pies me duelen mucho de tanto correr. Gracias a Dios que no se me han raspado o hecho alguna herida, ahí si me habría dificultado más la situación. Vuelvo a mirar mi alrededor en el instante en que oigo algo. Mi corazón salta en mi pecho y sin otra opción me sumerjo con cuidado y rapidez al agua... bastante cálida para mí extrañeza. Contengo la respiración antes de sumergirme completamente, preparada de aguantar varias horas bajo el agua si es necesario. Tomé clases de ello y he practicado hasta agarrar confianza en ello.

Antes de que mis ojos se adaptaran veía todo borroso al principio, especialmente porque el agua era turbia, del color de la orina. No tenía fondo para mí sorpresa. Era bastante hondo este lago, me alegro por segunda vez en este día saber algo como nadar, me desenvolví con facilidad en el agua igual que un pez. esperé unos 2 minutos cuando, por fin,  noto a la niña corriendo en un destello rápido hacia la dirección que coloqué las falsas pistas de mi paradero.

Tardo otro minuto más,  creo que puedo salir sin correr riesgos de que me encuentre. Nado hacia la superficie porque estoy a varios metros bajo el agua en caso de que se le ocurriera curiosear en el lago, si lo hiciera no me vería porque las sombras me arropan como un manto. No me imaginaba que al estar tan cerca de la superficie la niña salvaje aparecería de nuevo, regresando de sendero dónde ella cruzó. Casi se me escapa el aire del susto ante su repentina aparición.¿Acaso descubrió mi farsa? ¿Sabe dónde estoy? Me hundo un poco más por si acaso, pero me detengo al ver que ella está pálida bajo la piel escarlata que tiñe su cuerpo, inmóvil, petrificada, mirando a alguien o a algo que la tiene paralizada de...

...¿Miedo?  No entiendo. ¿Es temor lo que ella tiene? ¿Por qué? Noto que algo se acerca a ella. ¿Será un animal grotesco y de tamaño descomunal lo que vendrá? Es difícil decirlo por culpa de la niebla, pero para que algo la asuste tanto...debo prepararme mentalmente para que el susto no me quite el aire y pueda seguir bajo el agua por más tiempo...

...No obstante, lo que surgió después de disiparse la niebla me desconcertó....

...No entendí el miedo de la niña, quién inmediatamente huyó al verlo....

De repente, el agua se vuelve helada antes de que unas manos frías y viscosas agarraran mis piernas antes de arrastrarme hacía abajo. Confundida, miro abajo para ver qué está pasando...

Grito.
Burbujas de aire escapan de mi boca cuando el miedo me perfora el corazón y el alma...
Sin prever que una multitud de esqueletos  fantasmagóricos, siniestros y vivos, me arrastran hasta el abismo hondo y profundo sin fin del lago, al vientre de las tinieblas dónde moran los misterios hechos de putrefacción y hueso. 

La velocidad con la que me arrastran hasta el interminable pozo producen corrientes de agua violentas que me encierran mientras pierdo oxigeno con cada metro que bajamos. Las sombras nos envuelven junto el frío invernal en tanto que trato inútilmente de zafarme de los terrores palpables del lago. Rápidamente me quedo sin aire, lucho por contener la respiración pero mis pulmones arden de esfuerzo y dolor. La presión de la sangre aumenta, los latidos se me aceleran frenéticamente, hasta que el agua me ahoga mientras lucho contra las cosas que me arrastran.
Angustiada, deshecha, pierdo la conciencia tras nublarse mi mente...


***

....Abro los ojos.

No sé qué sucedió.

Ni dónde estoy.
Solo sé que tengo mucho frío.
Y hambre.
Mucha, mucha hambre y una sed atroz. Me levanto con dificultad, sin poder evitar en soltar un quejido de dolor. Tengo los músculos adoloridos, pesados, la piel pálida, helada, me castañean los dientes y tengo el cuerpo mojado. Miro mi alrededor para comprobar que el cielo está teñido de un gris oscuro, cómo si estuviera anocheciendo; los árboles flaquean el sendero desértico e infértil con ramas muertas que otorgan un enfoque terrorífico que me hiela la sangre. Inmóvil, me pregunto qué ha sucedido.¿Dónde éstoy? ¿Cómo llegué aquí? Lo único que logré recordar segundos después es que, me ahogué, o me desmayé...no estoy segura, excepto que cosas horribles estaba intentando de huir.

En vano.

Llevando puesto un sujetador blanco, una falda corta desgarrada del mismo color, y el cabello largo y espeso cayendo en una cascada oscura, camino mientras veo los moretones y marcas de manos que están plasmadas en la piel de mis piernas y brazos. Al principio no sé el motivo hasta que lo recuerdo.... trato de olvidar esa escena. El pánico me oprime el pecho al pensarlo, al recordar, al sentir aquella sensación desagradable dónde tengo marcada la piel...

"Despierta..." Susurra una voz. Miro mi alrededor para buscar la fuente del sonido, sin hallarlo.

"Despierta, llevas mucho tiempo dormida..." Me estremece de miedo al oír aquella voz tan siniestra que flota en el aire como un eco. No sé de dónde vienen, porque ahora  que lo pienso no son una, sino varias voces que hablan como si fuera una sola.

"....Despierta y juega con nosotros, no sigas escondiendote. Ahora que has regresado no escaparas jamás, eres nuestra por fin, y pagarás la deuda que le debes a la Madre del Bosque...."

No lo entiendo. Intento ubicar de dónde proviene las voces, en vano. ¿Qué sucede? ¿Qué quieren de mí?

--- ¿Quienes son ustedes? Pregunto a gritos a las voces que hacen eco en este sitio.

"¿Acaso nos has olvidado? Vas a sufrir por olvidar tu origen, niña, has olvidado el lugar que te corresponde en este mundo, por eso serás castigada. Ya verás..."

--- ¿Qué es lo que quieren de mí? ¿Quienes son ustedes?

Risas crueles y perturbadoras retumban en el aire gélido del bosque, que se cierne sobre mí con ramas afiladas, oscuras, marchitas, como si pretendieran encerrarme. No lo puedo creer. Los árboles se doblan para acercarse más hasta cubrir el cielo, por ello intento huir de ahí.

Corro hacia una abertura antes de que los árboles se peguen más y terminen encerrandome.

Casi...

Casi llego...

Entonces algo me retiene.

Me eleva por encima del suelo. Tomándome desde el tórax una rama gruesa, monstruosa, con vida propia hasta subirme contra mi voluntad hacia arriba.  Pido a gritos que me suelten, que me dejen tranquila. ¿Qué es lo que quieren? ¿Por qué es tan difícil exigir respuestas? Pataleando, gruñendo, gritando de miedo y rabia, termino quedándome inmóvil cuando veo los árboles volver a su lugar, cómo estatuas de madera excepto por la que me tiene prisionera, aquella que en este momento parece alzar la rama que me aprisiona hacia el cielo, como un brazo que se  extiende a las alturas, queriendo alcanzar algo. Luego se detiene...

Elevada entre el cielo y la  tierra, petrificada, observo el cielo anochecer de repente. Las estrellas brillan más de lo normal y la luna está teñida de un carmesí intenso. Es hermoso y terrorífico a la vez. Real e irreal. Bello y siniestro. Un paisaje extenso que pisa entre lo fantástico y misterioso con el océano rodeando el peculiar terreno, mientras unos picos se alzan pequeñas, encogidas, ante la soberbia montaña coronada por estrellas brillantes que lucen anormalmente cercanas, cómo si rozaran la cabeza de la colina ya mencionada. En tanto que el viento helado me hace tiritar de frío, más de lo que ya estaba.

"---Hace mucho tiempo que no nos veíamos... ¿No lo crees?" 

Pasmada, me encojo de temor, pánico y confusión al oír la potente voz femenina que parece venir de todos lados. Miro a todos lados sin hallar a la mujer que habla con un timbre de voz seductor, peligroso y antinatural. 

--- ¿Quién eres...?

La voz, al principio amable, se torna hostil, cruel y despiadada.

"---Asi son las cosas, por lo que veo: has olvidado lo que te he dado, lo que te he convertido, lo que te ofrecí por piedad y así es como me lo pagas. Olvidando mi nombre, mi imagen, mi poder. Eso explica porqué no entiendes nada..."

---Tu y yo nunca nos conocimos...

"---¿Segura? " -----Me pregunta, interrumpiendome, mientras miro impotente el cielo  que parece burlarse de mis dudas y mi silencio ----"Porque yo sí te recuerdo muy bien. Veo que el tiempo no ha cambiado tu naturaleza pese a tus  circunstancias."

--- ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué no me dejas en paz? Le pregunté sin saber dónde mirar porque no la veo, solo oigo su risa una y otra vez, dandome de repente un ligero mareo, tornándose mi visión borrosa antes de sentir que caigo en un vacío...

Tardo unos minutos en regresar en mí y descubrir que sí estoy cayendo en un vacío. No, en un pozo sin fondo. En un vacío interminable rodeada de voces. Asustada intento agarrar algo, lo que sea para sostenerme y amortiguar la caída acerelada con el viento silbando mis oídos a través de una oscuridad interminable, reemplazando el paisaje poco realista que acabo de presenciar. 

"---Ya verás..."

Caigo en el mar, pillandome desprevenida. ¿Es el océano? Si... sí. Un poco de luz rodea todo al fin, pero no suficiente.

"---Pronto lo sabrás, y cuando lo hagas, entenderás la verdad..."
Mientras ella hablaba, nadaba en la orilla hasta llegar a la arena, del cual surgió serpientes en todos lados. Corrí tan rápido como pude pero me atraparon varias hasta hacerme caer al suelo. Gritando de pánico e impotencia pataleo para zafarme de esas horribles reptiles de color petróleo.

"---Por ahora quédate tranquila, mi querida niña, esto no te dolerá, así que te pediré que no te resistas...." ----dicho esto, estoy aprisionada por las serpientes negras que me tienen atadas las muñecas y los tobillos, manteniendome como el hombre de Vitruvio, de Da Vinci ----"Simplemente  quiero ver lo que hay dentro de tu cabeza...y tú corazón..."

Tras esas palabras, otras serpientes, no sé cuántas, se me acercan y empiezan a introducirse en mi interior....mis latidos laten frenéticamente mientras una se me mete en mi oído, otra en la boca, tratando en vano de gritar de horror. Pero me quedo quieta al no sentir dolor. Se meten muy rápido y es casi como si no estuvieran ahí....

Hasta que un dolor de cabeza atroz y punzante me parte la mente en pedazos. Gimo de dolor mientras una extraña sensación de calor y frío se anida en mi tórax. Mi visión se torna borrosa hasta que pierdo sentido de lo real e irreal....

Fragmentos de imágenes y sonidos se entremesclan en un remolino de sensaciones vagamente familiar. Lo que sea que pertenecía aquella voz femenina y cruel, parece que está buscando leer mis recuerdos...

Cuando di mi primera exposición en la primaria sin pasar vergüenza frente a la clase,  marcando el comienzo de una popuralidad por mi oratoria.

Cuando leí mi primera y última novela.

Cuando hice mi primer y último dibujo.

Los días en que iba a la escuela para mí martirio, e iba a la casa para mí dicha pese la enfermedad de mi madre y la ausencia de hermanos, siendo hija única.

Hasta las vacaciones escasas que disfrutamos en casa o en el río. Los cumpleaños que me celebraron. En pocas palabras, era feliz en mi casa, era normal, pero en la escuela no encajaba y tenía problemas...

Luego los recuerdos que son heridas internas que abre contra mi voluntad. Como las pesadillas que sufro todas las noches. Las veces que fui al médico. Las pastillas. Los dibujos que espantaban a mis padres. Las cosas hirientes que decían la gente a mis espaldas. Las discusiones que tenían mis padres por mi culpa. Las burlas, las palabras hirientes, las muesca, las bromas pesadas de mis compañeros; mis arranques de ira...

<<No, ya basta ----pienso, atemorizada de que siga escudriñando mis recuerdos ----sal de mi cabeza, por favor...>>

Una risa potente recibo por respuesta antes de que recuerdos desagradables me ahogaran:  de las veces que hervía de ira, rabia, culpa y deseos de matar a alguien que me molestaba  hasta perder el control de mí misma, hasta perder el razonamiento o cualquier instinto de moralidad o humanidad me abandonara, quedando  atormentada por las cosas que no podía remediar.

"---No tienes idea de lo mucho que me has decepcionado, te has vuelto muy débil, ya no sirves  para jugar conmigo..."  

Antes de poder decir algo, pierdo la conciencia.

***

Abro los ojos a continuación sin tener idea que otro sitio horrible me hallo. Parece que estoy en una habitación...en la mía, para mí sorpresa. ¿Qué otra cosa espantosa sucederá? Me incorporo en la cama, quedándome sentada para analizar mi entorno con desconfianza pese a que todo está en su lugar....

Excepto por la cajas que no he desempacado. Las mismas que trajeron de la mudanza hace unas semanas. Los habituales sonidos que se escuchan lejanamente en la cocina, indicando que mi padre está preparando el desayuno, escuchando una emisora de música clásica...

Dejo escapar un suspiro de alivio mientras tiemblo ante los recuerdos espantosos que acechan en mi conciencia. <<No es real. No es real, solo eran pesadillas, ya estás despierta, estás despierta...>>  Suelto una risita por repetir está mantra, por lo patética que soy; es decir...¿Qué chica de 14 años no sabe diferenciar entre lo real o irreal? Sigo atormentada por sueños extraños que me acechan desde que tengo memoria....

Al menos no grité al despertar, es una suerte, pues entonces tendría que explicarle a papá que he vuelto a sufrir pesadillas desde que nos mudamos para acá; un hecho que me sigue confundiendo... <<¿No me había dicho la Dra. Watson que si seguía tomando las pastillas no tendría esos problemas? ----pienso con molestia---- ¿Y al ser yo un "caso especial" puedo aumentar la dosis por si acaso?>>  Tendré que llamarla sin que mi padre se entere para no preocuparle, pero deberá ser más tarde. Hoy tengo clases. El vestido que cuelga en un gancho es largo, sencillo.... (con un estilo semejante a los atuendos que usan las mujeres de la cultura Amish) es de un azul oscuro que contrasta con el velo de encaje blanco y los zapatos del mismo color. Lanzo un quejido de indignación por enésima vez. ¿Por qué a mí padre se le ocurrió mudarnos a este lugar? No hay electricidad. Ni radio. Ni televisión. Y es obvio que las costumbres de este pueblo es muy patriarcal, una razón más para irme de aquí mientras aborrezco este sitio. Me levanto de mala gana para asearme y vestirme, tardo un rato en arreglarme hasta que por fin salgo de mi habitación ataviada con pintas de "niña religiosa\sumisa\que solo sirve para dar luz\aislada del mundo..." Me molesta mucho porque estaba ansiosa por probar unos conjuntos que siempre quise probar sin prever que nos íbamos a mudar aquí.

---Huele rico. Comento para que no se fije en mi atuendo.

---Gracias, es una cortesía del chef, si quieres te doy un poco de....

No, no, no....
Me mira perplejo al ver cómo luzco.

--- ¿Así lucen las estudiantes?
Le lanzo una mirada de reproche.

--- ¿No te has fijado que la gente de este lugar se viste como si estuvieramos en la Edad Media? ----no suelo levantar la voz pero estos días y noches han Sido un asco para mí ----Ya, en serio.... ¿De dónde sacaste la idea de mudarnos aquí? Ha sido una pésima idea, papá.

---Si, acabo de darme cuenta.... ----murmura con pesar mientras pone los platos en la mesa y sirve la comida tras sentarme ----Esta gente vive muy aislada de la sociedad. Creí que sería una buena idea pero, aquí no tengo ni modo de poder trabajar aunque sea a distancia: no hay wifi, ni teléfono, ni radio, o algún modo de comunicarse con el exterior. Si algo nos pasa será difícil escapar.

Yo solo asentí.  Hasta que el tono leve de temor o preocupación que trata de disimular enciende una alarma en mi mente. Lo cual es raro, todo esto fue su idea.  El creía que aquí estaríamos bien y yo le creí, en ese entonces no estaba bien. Ninguno de los dos. No tras fallecer mi madre después de luchar contra la enfermedad todos estos años....

--- ¿Por qué lo dices? No puedo evitar en preguntar. El sale de sus pensamientos y me sonríe tras sacudir la cabeza. Como si estuviera sacudiéndose las dudas o temores.

---No es nada, es solo que, tengo entendido que aquí vivió tu madre antes de conocernos.

Lo miro sorprendida.

--- ¿Ella es de aquí?

---Si, ella pertenecía a este clan al igual que sus ancestros. Pero ella fue la primera joven y segunda mujer que fue expulsada de su comunidad por salir embarazada antes del matrimonio, aquí las costumbres son muy estrictas pero, no imaginé que tanto.

---Espera, no tiene sentido, mi madre me dijo que ambos me tuvieron después de que se casaran.  Jamás dijo que venía de este sitio. Le digo, aquello hace que mi padre me observe con una expresión extraña.

--- ¿No te lo dijo antes de que ella falleciera?  Me preguntó casi a gritos, estupefacto, por lo que yo le devuelvo la extraña mirada con que me miró.

--- ¿Decirme qué?
No entiendo. ¿Qué tenía que decirme mi madre?  Mi padre niega con la cabeza.

---Debí imaginarlo, no te preocupes lo hablaremos más tarde ----me dice sentándose en la silla para comer conmigo ----Solo come para que no llegues tarde a la escuela.

Iba a replicar pero decidí no abrir la boca, solo comí apresuradamente, preguntándome que otras cosas raras sucederán en el transcurso del día. Ya tengo suficiente con mis pesadillas pero la vida o el destino no parece opinar lo mismo: antes de salir ambos de la casa algo confuso sucedió. Estaba en la sala revisando mi mochila simple de color perla para confirmar que tenía mis cosas listas cuando mi padre apareció con una hoja de papel arrugada.

---Esther.... ¿En qué te inspíraste para hacer este dibujo? Aquello me extrañó. No he vuelto a dibujar desde que nos mudamos a excepción de los que he quemado.

--- ¿Cuál?  Le pregunté cerrando el cierre.

---Este: el de un bosque lúgubre con un chico que parece vagar perdido mientras tú estás devorando a una persona viva. ¿Estás volviendo a sufrir pesadillas, Esther? 

Me quedo congelada.
No, no es posible.
Quemé ese dibujo anoche. Vi sus cenizas, no puede ser una equivocación, pero al levantar la vista ahí está mi obra prohibida. Ilesa. Intacta. ¿Cómo es posible?  Y....mierda.   No esperaba tener está discusión con mi padre justamente ahora pero, mejor le digo la verdad para averiguar si puede ayudarme a solucionar esto.

---Sí.

--- ¿Desde cuándo? 

---Desde hace días, desde que nos mudamos a este pueblo, para ser exactos.

Sostiene el dibujo como si estuviera agarrando un cadáver. Yo haría lo mismo.

--- ¿Has hablado con la Dra. Watson? ----niego con la cabeza ----debo llamarla más tarde, si no puedo acuérdate de llamarla tú. ¿Ok? 
Asiento en tanto que me da el dibujo, lo toco y siento que estoy agarrando algo podrido. ¿Cómo es posible? Yo lo quemé. Anoche. Antes de volver a dormir. No sé si contarle a mi padre que ese dibujo no debería existir si quiera. Que cada vez que despierto de una pesadilla retrato lo que ví en sueños antes de quemarlo para no sentir miedo a dormir. Ay, que locura. Simplemente ésto no debe estar sucediendo. Lo volteo no sé con qué motivo y me quedo petrificada....

Al leer  el mensaje que yo no escribí...:

TÚ PAPÁ MORIRÁ HOY





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