Capítulo 14 Funeral
De regreso a casa mi madre no pronunció ni emitió ningún sonido, sólo hizo un movimiento aparte del estar conduciendo, fue para encender el reproductor y sintonizar una emisora. La canción era muy triste y es insoportable como la radio sabe tus sentimientos, y busca la canción más triste de su playlist para dedicártela a tu triste y vacía alma, sabiendo que la han fragmentado y arcando pedazos de ella para más nunca volver y sólo quedar en recuerdos, buenos o malos.
La canción la reconocí tan rápido como pude, Every Breath You Take de la banda The Police. Esa banda me gustaba mucho, pero empezaba a odiarla en ese momento. La ventanilla del coche estaba empeñada a causa de mis fuertes respiraciones, reprimiendo el llanto. Mamá estacionó y dejó un incómodo silencio, pasó la mano por mis hombros y seguido me abrazó muy fuerte tratando de unir lo que queda de mi alma.
—Eric, no quiero que le comentes nada de esto a Edward —anunció antes de entrar a la casa—. Dudo que no pueda entenderlo todo, ya ves cómo se ha estado comportado por andar consumiendo esas drogas.
—Sí, mamá, deberías hacer algo, no sé, llevarlo a donde llevan a los drogadictos.
—Tranquilo, ya tengo la cita en el centro de rehabilitación.
Despejó la puerta de un solo golpe, y ahí estaba la casa, vacía, como siempre desde de cumplir trece años, desde el momento que Edward se enamoró de las drogas y dejó de jugar conmigo para encerrarse en pieza. Pero esta vez estaba vacía, y Edward yacía en la sala, con los codos apoyados en las rodillas y sus manos sujetando su cabeza gacha de la que escurren gotas de silenciosos sollozos. Con un gesto muy vertiginoso se levantó del mueble.
—¡¿POR QUÉ NO ME LO HAS CONTADO, EH?! —gritó con la voz quebrada.
—¿Qué, Edward? Por favor, cálmate.
—¡No me hagas pasar por tonto, que las drogas tonto no me han puesto! —exclamó justificándose—. Ya sé muy bien que mi padre está muerto, está como siempre quisiste, ¡MUERTO! —chilló a mamá y se fue a su habitación donde estruendoso ruido a la puerta.
Me quedé inmóvil en medio de la sala tras presenciar aquel acto de estupidez humana, comprendo totalmente que era nuestro padre, pero por el simple hecho de ser nuestro no quiere decir que se le ame sino se lo merecía, porque nosotros, sus hijos merecíamos una infancia con un padre, que nos protegiera y nos amara.
Mamá ya fuma a diario, ya no es como antes que lo hacía cada 19 de julio rememorando la falsa pérdida de mi padre. Me importaba y preocupaba, pero ¿Qué podía decirle? Yo también fumaba, y a diario.
Me incorporé en mi habitación y observé a Blue, estaba en el mismo lugar de siempre, al tanto de cada movimiento pero aun así sus ojos entrecerrados. Lo extrañaba, lo había olvidado por completo, ese minino hermoso que cuidaba de mí desde hace mucho tiempo, en verdad lo amaba más que a nadie. No pienso que sea estúpido amar a un animal, es estúpido e inhumano hacerle daño a un indefenso animal cuando él no hace nada, sólo ser una creación más de la naturaleza.
Dispuse a estar en la cama con la compañía de Blue, serenando mis pensamientos, mis sentimientos, mis emociones. Oh por Dios, todo es tan confuso que voy a estallar en mil pedazos.
—Eric, ¿Qué haces? Necesito un momento contigo.
—Pasa mamá.
Entró a mi pieza, se sentó en la misma esquina, y sabía que algo malo estaba por pasar.
—Mañana será el funeral de tu padre, el condado le ha asignado un puesto en el cementerio de la ciudad, puesto a que yo me rehusé a dar dinero para semejante estupidez, como un sepulcro para tu padre.
—Bueno, son tus decisiones mamá, pero ¿Qué quieres decir con todo esto?
—Pues yo no iré, ¿tú piensas ir?
—No lo sé, mamá, ya no quiero pensar en eso, quiero estar solo.
—Vale, te dejo, y no estarás solo, ahí tienes a Blue.
Sonreí y ella salió de la habitación.
¿En serio mamá? ¿Piensas que voy a ir? Y, tu dinero, tus decisiones, con tal no perjudique mi futuro todo está bien. Ya en realidad estoy cansado. Quiero dormir por toda una semana, pero no logro conciliar el sueño, Cedric, esa imagen siempre está presente en mi mente, no puedo borrarla como hacer clic en icono de un ordenador, no puedo, y quiero hacerlo, quiero darle clic a RESET y borrarlo por completo.
12:04 AM
Dando vueltas y vueltas en la cama se me hacía imposible dormir, me cambie de posición y nada, gire la almohada y tampoco, Cedric estaba presente en mi habitación, lo veía claramente, parado delante de mí, con sus ojos azules y con un tono grisáceo en ellos, que se iba expandiendo poco a poco.
Salgo del cuarto queriendo tomar aire, aunque sea diferente al de mis calcetines sucios. Di un sobresalto al ver la figura de mi hermano en la sala, físicamente se contemplaba pero su mente volaba a la velocidad de la luz haciéndose daño así mismo.
—¿Y ahora qué quieres?
—Nada —respondí desviándome a la cocina.
Quería hablar con él, saber que sentía y ayudarle, pero no, él se negará completamente a todo que venga de mi parte. Era muy extraño saber que Edward tenía sentimientos, porque nunca le conocí a una novia o nunca llegó a oídos míos que él anduviera con una chica, y no creo que sea gay, bueno pensándolo bien... no, no es gay. Pero sus sentimientos a mi padre eran muy fuertes, y el "y que padre" nunca estuve presente; ni en los cumpleaños, ni en la navidad, ni en año nuevo, ni siquiera en las vacaciones de verano donde andábamos solos jugando mientras mamá trabajaba muy fuerte para poder criarnos. Era una total desfachatez todo su sentimentalismo a alguien que no existió en nuestras vidas.
Literalmente donó sus espermatozoides para poder darnos vida.
Tomo un vaso con jugo de pera, va aclarando mi garganta hasta llegar al estómago y sentirse frío y pesado, creo que ahora sí es hora de dormir, o al menos de descansar viendo al techo y escuchando el dulce ronroneo de Blue.
Tras varias caricias a las puntiagudas orejas del felino logre quedarme dormido sin saberlo, ocurrió muy rápido y sin tiempo previsto, sólo cerré los ojos y Morfeo me tomó en sus brazos.
A la mañana siguiente esperaba despertar de esta pesadilla, tener a Robert a mi lado; abrazándome, colocando su mano en mi rodilla, haciéndome saber que cuidaría de mí, y yo mirando aquellos gélidos ojos azules, sabiendo que en el fondo se encontraba un gran arcoíris con muchos colores y no todo era ese añil azul que formaba parte de la coraza creada para su protección.
No tenía hambre, pero sentía la extraña necesidad de salir a caminar, es muy extraño porque no soy de caminar y mucho menos solo, pero esta vez el cuerpo me lo pedía y no quería la compañía de nadie, sólo yo con mi subconsciente, tratando de explicar bien todo lo ocurrido y cómo reaccionar otra vez ante semejante situación, enseñándole y enseñándome a crear un escudo de protección ante el mal.
Ya aseado salgo a la sala, saco las llaves y tras dos giros abro la puerta de madera queda salida a la calle, pero antes de cerrar escucho a alguien, veo por los vitrales, y es Edward. Edward vestido de negro; es de suponerse que irá al funeral, es una pena que Douglas Reeves tenga a un solo pariente que vaya a su sepelio.
Camine todo el centro de la ciudad, sin rumbo, observando y analizando el comportamiento de las personas, algunas veces me causaba tanta risa que no podía retenerla. Camine y seguí caminando hasta llegar al puerto, camine un poco más y llegue al malecón, baje unas escaleras y llegue a la orilla de la playa. Me senté sobre un pilón de arena frente al mar, veía como chocaban las olas en la orilla y tras eso el viento me traía el penetrante olor a mar. Respiro hondo, dejando que los pulmones se hinchen de todo este aroma.
—Ah
Se me escapa un suspiro.
Y mi mirada se pierde en el horizonte de este inmenso mar.
¿Para qué iría a un funeral?
Si este era el mío y nadie vino.
BEEP.
Mensaje de Harper.
—¿Dónde te has metido lindura?
—Estoy en un funeral, luego hablamos.
Otra vez me dejé perder en azul de esta gran masa de agua, donde mis penas iban y venían al compás de las olas.
Hola!!! ¿Como va la historia? por favor comenten<3
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