Observador nocturno/Juegos nocturnos

"Nunca confíes en nadie, porque hasta tu sombra desaparece en la oscuridad"


(Punto de vista de "???")

No recuerdo la ultima vez que estuve en libertad. Creo que han pasado décadas desde la ultima vez que ese maldito anciano me encerró en este cubo, ni siquiera recuerdo como luce.

Pero ahora, que al fin soy libre podre destruirlo todo... aunque con esta estúpida sombra como sustento no durare ni siquiera una semana. Debo buscar cuanto antes un cuerpo al cual poseer, sería preferible uno cercano al estúpido que me liberó.

Si puedo matar a ese idiota del único que tendría que preocuparme es del anciano, ya que, los únicos que pueden volver a encerrarme en esta mierda son el anciano y la persona que lo toca.

Es una suerte que el sujeto que tocó el cubo no sea una amenaza.

Según los recuerdos que pude tomar de este sujeto, al parecer tiene cinco hermanos que son iguales a él... desde hace mucho que no me topaba con algo así de extravagante. Ademas este tipo posee unas habilidades algo... "peculiares" y aparte de tener una increíble agilidad y fuerza no hay nada mas que destacar.

Supongo que tendré que tomar el cuerpo de uno de sus hermanos, el problema sera a cual escoger... todos son desagradables.

(...)

Se encontraba ocultó entre las sombras mientras miraba a lo lejos la casa de los sextillizos.

 Debía idear un plan para poder ingresar sin llamar la atención y así poder asesinar al responsable que lo liberó.

(Casa Matsuno)

-Bien, Karamatsu-nissan- Sonreía amplia mente -Muéstrame tu trasero- 

-¿Eh...?- Una fría gota de sudor surco su mejilla -¿Pa-para que quieres que lo mu-muestre? Jyushimatsu...- Tragó saliva, asustado por aquella sugerencia, mas bien, orden.

Él menor de ambos saco una pequeña capsula del bolsillo de su sudadera, mostrándosela a su hermano -El profesor Dekapan me dio estas pastillas para averiguar lo que tienes- 

-Ah, eso es bueno...- suspiró aliviado -Entonces solo debo tomarlas- Miró con gentileza a su acompañante -No me des esos sustos my little Jyushi-

-Son supositorios- Sonrío con malicia. No tenía planeado contarle que también podían ser ingeridas vía oral, era su única oportunidad para ver a su querido amante en una situación comprometedora y vergonzosa.

Al escuchar y entender por donde debían entrar aquellas pastillas sintió como su corazón casi se sale por la garganta -E-es una broma... ¿Verdad...?- Trató de negar lo escuchado, pero su hermanito solo le negaba con la cabeza, a lo cual, un gélido aire surco su espalda mientras veía como Jyushimatsu se acercaba con una maliciosa y lujuriosa sonrisa.

El menor se abalanzo sobre su hermano, quien inútilmente trataba de forcejear su pantalón para evitar que fuese retirado, pero, al encontrarse débil por la enfermedad no pudo contener por mucho tiempo aquella prenda en sus posaderas, dejando estas al descubierto.

-Jy-Jyushimatsu de-deten...- No alcanzó a terminar, pues había sido colocado en una posición vergonzosa para su hombría. Estaba de rodillas con Jyushimatsu viendo su trasero mientras estaba sentado bajo el pecho de este, podía ver la entrepierna de su hermanito levantarse desde su posición.

-Huele bien, nissan- Olfateo la entrada.

-No-no la huelas- reclamó con su rostro ruborizado hasta su punto máximo.

Trató nuevamente de apartarse, pero fue detenido de inmediato al sentir como un dedo de su acompañante comenzaba a frotar aquella erógena zona, provocando le un ligero estremecimiento en todo su cuerpo, como si de una descarga eléctrica se tratase.

-Du-duele...- se quejó al sentir como aquel alocado dedo intentaba profanar su virginidad posterior.

Jyushimatsu se detuvo en seco al escuchar los quejidos del mayor -Lo siento nissan...- se disculpó mientras pensaba en lo que había echo mal -Ah, me falto lubricarlo- con su amplia sonrisa buscó por la habitación algo que le pudiese ayudar en su cometido, pero al no encontrar nada solo opto por la opción mas extravagante, su saliva.

Acercó su boca al trasero de Karamatsu para verter gran cantidad saliva en su entrada -Jy-Jyushi...- se exaltó al sentir el cálido y resbaloso liquido desbordarse por aquella zona -¡Ah...!- Sintió como un dedo se adentraba en aquel prohibido lugar.

-¿Cómo se siente nissan?- Preguntó mientras tomaba el pequeño frasco que contenía las pastillas.

-¿Qué están haciendo...? chicos...- Una familiar voz heló la sangre de sus cuerpos.

-O-Osomatsu...- Lo miró con terror el segundo hijo. su hermano mayor, que solo los observaba de forma indiferente y sin expresión alguna.

-¡Supositorios!- Exclamó el menor mostrando el frasco de pastillas.

-Oh, así que fuiste donde Dekapan Jyushimatsu- Inmediatamente cambió su expresión -¿Pero por que le untas tu saliva en el culo? ¿no es asqueroso?- Se comenzó a acercar hasta ganarse al lado de su hermanito.

-A Karamatsu-nissan le dolía cuando trataba de meter la pastilla, estoy lubricando- su inocente y gran sonrisa ni siquiera hicieron dudar al mayor.

-Ya veo, recuerdas lo que vimos en esa película porno de la otra vez- Acarició los cabellos del menor.

-¡Si!- asintió con alegría.

-Pero...- le pegó una nalgada al pobre e indefenso Karamatsu, provocando que un quejido saliera de este -Deberías usar lubricante ¿usar tu saliva no te asquea?- 

-No tengo lubricante...- Agachó su cabeza en señal de pena.

Osomatsu lo miro por un segundo con su corazón enternecido, su lindo hermanito menor estaba ayudando mucho a su hermano y, aunque lo que estaba haciendo fuese algo totalmente fuera de lugar, para el mayor no fue mas que la manera extravagante que tenía Jyushimatsu de hacer las cosas, por lo que le resto importancia.

-Eres un buen chico Jyushimatsu- Le dedicó una amplia sonrisa mientras se levantaba de donde estaba -Bueno, los chicos y yo vamos a ir a la casa de baños, solo vine a buscar mi monedero- caminó hasta el armario de aquella habitación, sacando de un compartimiento un monedero rojo y otro verde, del cual saco un par de billetes para colocarlos en el primero.

-Osomatsu...- Karamatsu lo miró con decepción ante aquel acto tan vandálico.

-Bueno, ya me voy, no hagan mucho ruido- Se retiró canturreando con alegría dejando a sus dos hermanitos suspirar de alivio.

Ambos agradecieron que su hermano mayor fuera tan ingenuo y despreocupado -Eso estuvo cerca nissan- 

-Si... así que ahora Jyushimatsu, puedes solta ¡AH!- El dedo de su hermanito había comenzado a penetrarlo con rapidez.

-Bien, introduciré la primera nissan- Sacó una pastilla de aquella capsula para introducirla lentamente en la entrada de su hermano mayor -Debería surtir efecto en cinco minutos- Comenzaba a leer el prospecto del medicamento -Si no sucede nada en ese lapso de tiempo, introduciré la segunda- Dejó la capsula en el suelo para poder admirar el trasero que estaba delante de sus ojos -Mientras...- saco su lengua para acercarla hasta aquella jugosa y apetecible entrada, comenzando a lamerla por todos lados.

Karamatsu tapaba su boca con ambas manos para evitar gemir, sentía como aquella carnosa y húmeda lengua se movía por los alrededores de su ano, como se adentraba y salía, como de vez en cuando se dirigía hasta sus testículos para saborearlos y succionarlos. Había olvidado por completo a la bestia sexual que podía ser su hermanito cuando estaba con ganas.

Luego de cinco minutos de aquel lujurioso jugueteo Jyushimatsu no vio nada extraño en su hermano, por lo cual decidió introducir la segunda pastilla -¿Ya no te duele nissan?- vio como se contraía la entrada de su amante para no dejar salir su dedo -Nissan, necesito mi dedo...- acercó su lengua para aflojar aquel lugar mientras con su otra mano desabrochaba su pantalón dejando al descubierto su miembro -Nissan... ¿puedes...?- pidió con una suplicante voz mientras lo frotaba contra la mejilla del mayor.

-Jy-Jyushi...- comenzaba a jadear ante una extraña sensación al ser sometido de aquella forma nunca antes experimentada. Acercó su boca hasta la punta de aquel vigoroso trozo de carne que palpitaba impaciente por atención, mientras la comenzaba a abrir para poder ingerirlo por completo... pero algo lo detuvo, un fuerte dolor de estomago se estaba produciendo en su cuerpo, haciéndolo retorcer un poco.

Jyushimatsu de inmediato lo sintió y al instante pudo saber la razón, por lo que, algo decepcionado, se movió de su posición para tomar a su hermano de las caderas y llevarlo al baño lo mas rápido posible para que pudiera vomitar todo lo que pudiera -Así que solo es la segunda...- pensó aliviado mientras veía a su amante vomitar en el retrete.

Se sintió aliviado de que solo fuese la segunda pastilla, ya podía llevarlo después donde Dekapan para que lo examinara con mas cuidado, pero también se sentía decepcionado, ya que probablemente sería la ultima vez que lo tendría para el solo y de una forma tan vulnerable y erótica.

(afueras de la casa Matsuno)

Aquel extraño chico de negra capucha miraba con repugnancia aquella vivienda. Se había decidido a entrar ahora que cuatro de los seis hermanos no se encontraban, pero al sentir un extraño presentimiento al estar frente a ese lugar decidió posponer aquel acto.

-¿Jyushimatsu...?- Una áspera y apagada voz llamó su atención.

-Ichimatsu-nissan...- Lo reconoció en los recuerdos que le habían sido entregados.

-¿Que haces aquí afuera y con esa ropa?- El despeinado joven se le acerco con su característica lentitud.

-Hey, Ichimatsu-nissan ¿quieres que hagamos un trato?- Dibujó la característica sonrisa de su liberador.

-¿Un trato? ¿sobre que?- una pequeña sonrisa se poso en su rostro.

-Estira tu mano y lo averiguaras- mostró sus afilados dientes.

-Claro...- dejó al frente de aquella oscura persona, su mano.

La figura humana no tardó en tomar aquella mano, apretándola con fuerza -Yo seré tu cuerpo... y tu mi sombra...- Dicho aquello, aquel despeinado joven cayó inconsciente al suelo y la sombra que antes estaba frente a él... desapareció...

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