Luz marchita/Plan desquiciado
Frente a sus ojos se dibujaba un espacio oscuro sin forma ni final, apenas se deslumbraba una tenue luz envuelta en cadenas carmesí ensangrentadas y oxidadas.
-Así que... Esa es mi bondad...- susurró con indiferencia, con sus ojos entre cerrados.
Una mano se poso en su hombro, llamando su atención.
-Es demasiado pequeña para ser de un simple humano...- aquella oscura silueta mostraba sus dientes con burla -Eres el peor de los seis... No tienes un corazón bondadoso...- caminó hasta tomar aquella pequeña jaula luminosa en sus manos -Incluso la suprimes por ti mismo... Eres tan malo como yo...- Una sonrisa satisfactoria se hizo presente.
Aquella sombra miraba detenidamente la luz que sostenía sin cuidado, dentro de ella solo se distinguía un nombre y una silueta amarilla.
-Así que él es la razón de esta luz...- Estrujó lentamente la jaula, volviendo mas débil su poder, pero antes de hacerla desaparecer se le fue arrebatada de la mano por el de ojos sombríos.
-No te atrevas a lastimar a Jyushi...- sus ojos se cristalizaron demandando con dejar salir las lágrimas.
-Que inútil... Sabes que el no te ama ¿no? ¿Por qué lo proteges? Solo te esta lastimando...- Lo miraba enojado, la debilidad del corazón humano ante el amor siempre lo molestaba -Él ama a alguien diferente... Ni si quiera te mira de la misma forma que tu lo haces...-
-¡Callate! Tu no sabes nada, no me des lecciones de vida estúpida sombra... Ni si quiera sabes lo que es amar a alguien mas...-
-Claro que no, no soy tan estúpido como para darle mi alma o corazón a alguien mas...- Lo miraba con desprecio, aquella persona dueña de aquel lúgubre lugar guardaba tan celosamente aquella luz de esperanza marchita -Eres patético...- terminó por decir antes de desaparecer frente a los ojos del de sudadera morada.
-¿Crees que no lo se...?- Se aferró fuertemente a aquella única fuente de calor que calentaba su siniestro corazón.
(...)
Abrió sus ojos para encontrarse nuevamente atado, solo con el tercero de los hermanos vigilándolo.
-¿Cuando vas a desaparecer...?- Lo miraba con desprecio, le asqueaba ver a su preciado hermanito siendo poseído por aquel repugnante ser.
-¿Por qué? ¿Tanto te molesta que cuide de Ichimatsu?- Sonreía maliciosamente, con burla y con mirada siniestra.
-No juegues conmigo bastardo...- Lo tomó de su sudadera, pero de inmediato tuvo que soltarlo al sentir como alguien se adentraba a la habitación.
-Choromatsu, no seas violento, lastimarás el cuerpo de Ichi- avanzaba despreocupada mente el mayor de los Matsuno -Según parece no tienes intenciones de alejarte de Ichimatsu ¿Verdad?- Se dirigió a la sombra que se hospedaba en el cuerpo de su hermano menor.
-¿Para que? ¿Para que vuelva a intentar lastimar a Karamatsu? Como hace poco, cuando lo empujó por las escaleras- Había absorbido en su totalidad los recuerdos del menor, podía ver hasta lo mas profundo de su oscuro corazón.
-Pensé que Kara se había caído sólo...- Murmuró preocupado Choromatsu -Incluso Kara dijo que fue su propia culpa...-
-Karamatsu es un idiota bonachón ¿en verdad crees que delataría a su hermano menor para que lo regañen? En serio es estúpido, mientras ese idiota espera que Ichimatsu lo quiera, este solo lo quiere ver muerto...- Le parecía divertido la forma que tenían de pensar los seis hermanos, cada una mas estúpida que la anterior.
Podía usarlo a su antojo, ya sabía muy bien el deseo del cuarto Matsuno, si se lo podía cumplir entonces estaría mas cerca de asesinar a Jyushimatsu, pero para lograrlo debía eliminar al narcisista segundo hermano, ganar la total confianza de Ichimatsu.
Y la suerte estaba de su lado, aquella oportunidad se le iba a aparecer mas rápido de lo que el pudo imaginar.
La oportunidad de acabar con todos.
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