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- Jae - dije en voz baja - bebé, hay que jugar despacio, papá está con visitas.
Abajo estaban hablando sobre él... de alguna manera estoy muy preocupado.
- Disculpe, ¿a quién busca?
- Busco a Bohyun. Mi nombre es Park Chanyeol soy el tío de Jaehyun.
En ese momento pensé, muy equivocadamente, que se trataba del hermano de mi esposo, sin embargo, la reacción de Bohyun al volver fue completamente antipática.
- ¿Quién es? - Me preguntó, ignorando al otro.
- Es... el tío de Jaehyun.
- Soy Park Chanyeol...
- Sí, ya veo. ¿Qué quiere?
- Yo...
- No usted. ¿Qué es lo que quiere ahora su hermana?
- No vengo por ella.
- ¿Entonces?
- Quiero conocer a mi sobrino. - El hombre se veía decidido sobre eso.
- Sehun, ¿puedes llevar a nuestro hijo arriba? - En ese momento los ojos del tío de Jae se centraron en mí.
- Sí. ¿Quieres que les traiga algo?
- No, estaremos bien.
Después de eso solo me quedé en la habitación cuidando de Jae y calmando sus gritos.
- ¡Papi! ¡Papi! ¡Quiero pastel!
- ¡Verdad! Ayer quedó bastante. - Peiné sus cabellos. - Recuerdas de qué era.
- Chocolate... frutilla.
- ¿Cómo estaba?
- ¡Dulce!
- ¿Qué le pediste a papá de regalo?
- ... ¡Secreto! - Dijo tapando su boca.
- Eso estuvo cerca.
- ¡Papi curioso!
- Solo un poco... - Le di un beso ruidoso en los cachetes.
Los minutos pasaban y Jaehyun comenzó a dormirse en mis brazos; lo acosté en su camita y me senté en una de las sillas para poder ordenar los juguetes en sus cajas.
- Sehun... - Bohyun ingresó y acarició la cabecita de su hijo. - Necesito que bajemos un momento.
- Sí.
Tenía una postura incómoda, esta situación estaba pinchando sus nervios. Como una forma de aligerar el ambiente, que suponía tenso, fui hasta la cocina y preparé un té y algunas tostadas con dulce. Mi esposo no se opuso, creo que mi reacción no lo tomó por sorpresa o simplemente nada podría empeorar las cosas. Debe ser duro que un extraño aparezca de la nada y pida un acercamiento familiar con tu hijo.
Caminé con él hasta la sala, pero Bohyun fue quien repartió los alimentos después de sentarnos. No sé porque estaba allí, es decir, no soy un familiar directo o algo, además, si el tío de Jae quisiera conocerlo yo no podría impedircelo.
- Chanyeol, él es mi esposo Sehun.
- Mucho gusto. - Asentí.
- Sehun, Chanyeol vendrá a ver a Jaehyun algunos días.
- Bien.
- Necesito que lo traigas para que se presenten. - Quería decirle que estaba durmiendo pero se veía muy inapropiado.
- Voy a buscarlo.
- No quiero incomodar, seguramente está descansando.
- No, quiero que Jaehyun sepa que eres su tío y él decidirá si quiere seguir viéndote. - Me quedé estático con eso...
- Jaehyun es solo un bebé ¿cómo va a saber eso?
- Sehun...
- Sí, debes presentarlo, pero si tu crees que haciendo elegir a Jae conseguirás algo de buenas a primeras estás equivocado.
- ¿Entonces?
- El hombre - lo apunté - quiere conocer a su sobrino y solo tú puedes decidir si Jae debe verlo o no.
- No estoy seguro.
- No estoy aquí para causar molestias, sé lo que esto significa, pero quiero conocerlo... - Dijo Chanyeol que había quedado afuera de la discusión.
- Bien, mañana me tomaré el día y te presentaré a mi hijo. Ahora estoy un poco cansado.
- Sí. - Chanyeol se levantó y Bohyun lo guió hasta la puerta; no los vi despedirse porque fui a preparar la comida, no puedo dejar que el horario se desordene.
- ¿Cuánto tiempo estuvo en casa?
- No mucho, llegó cuando ustedes se habían ido y le pedí que volviera más tarde.
- ¿Crees que estoy haciendo lo correcto?
- Tú eres el padre.
- Pero sé que amas a Jae tanto como yo.
- Creo que debemos tener cuidado, no estoy seguro de nada.
- No tenía que recibirlo.
- No, ¿cómo puedes pensar eso?
- Tú no conociste a su hermana... ¿Y si es igual a ella y lastima a mi hijo? - En ese instante una sensación horrible pero conocida atravesó mi cuerpo.
- No digas eso.
- ¿Sehun?
- Necesito ir a mi habitación. - El sonido agudo en mis oídos comenzó a hacerse más fuerte.
- ¡Espera! - Me abrazó. - Tranquilo...
Mi vista empezó a nublarse y la voz de Bohyun se volvió gruesa. No es la primera vez que ocurre, los ataques de pánico se volvieron frecuentes desde que dejé esa casa. Antes los errores no importaban, mi vida era como un poso profundo y no había salida; sin embargo, cuando conocí algo diferente, perder significaba volver a ese lugar. Todo lo que me era común antes, en la nueva realidad amenazaba con ahogarme en el dolor.
El primer ataque fue cuando Jaehyun enfermó a los dos años, entré en una desesperación que no tenía nombre. Pasaba noches enteras llorando en los pasillos de la clínica y caminando de un lado a otro; luego de eso no podía estar un minuto y temblar. Una psicóloga me dijo que se debía a los sucesos traumáticos ocurridos en mí infancia. Solo sé que cada vez que estoy en una situación límite puedo explotar y desaparecer como si nunca hubiera existido.
- Bohyun, voy a mi habitación... - Me separé un poco.
- Sí, pediré comida y te llevaré un poco.
- Gracias.
Sé que él me seguirá hasta que llegue a mi habitación y no dejará que cierre la puerta, es por seguridad. Me recuesto con lentitud sobre la cama, un movimiento en falso podría hacerme pedazos; es un dolor tan sensible. La habitación se mueve y cierro los ojos para que mi mente se detenga. Deseo dormir, pero sin medicación me llevará tiempo.
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