12
Se suponía que Bohyun debería estar aún en el trabajo, pero no. Faltó en todo el día y permaneció en casa para recibir noticias o por si yo volvía.
Él abrió la puerta con tranquilidad, seguramente creía que tenía la llave. Su expresión se enfrió apenas captó mi presencia, como si estuviera pensando en algo en esos escasos segundos. Sin embargo, vi su determinación tambalear cuando Chanyeol se colocó detrás y lo saludó inclinando su cabeza; que estuviera allí me hacía sentir más seguro.
- Sehun... ¿Cómo?
- ¿Puedo pasar?
- Sí, claro que puedes pasar, eres mi esposo. - El grosor de su voz aumento con la última palabra y, en verdad, estaba seguro de que usaría esa palabra para recibirme. Era como colocarle el collar a un perro, arrojaba esa palabra para demostrarle a todos cuál era mi lugar.
Una vez en la sala, me preparé para lo que se vendría; sería interrogado.
- Bohyun, yo...
- Jaehyun está en su habitación, preguntó por su papi. - Me sonrió y luego miró a Chanyeol. - Estoy seguro de que quiere verte. Estábamos muy preocupados, pero eso no importa, ya estás aquí con nosotros.
Mi cabeza comenzó a palpitar cuando oí los pasitos de mi bebé, él estaba en las escaleras, sosteniendo uno de sus peluches.
- Papi... ¡Papi! - Me levanté y corrí hasta él. Sus manitos tiraron de los cordones de la camiseta que me había prestado Chanyeol; yo no podía hacer nada más que abrazarlo.
La sombra de Bohyun nos cubrió.
- Sehun, creo que Jae te necesita demasiado. - Su voz se oía distante pero fuerte, como si me acechara. - Hijo, ¿por qué no le muestras a papi el juguete nuevo?
Yo estaba pendiente de Chanyeol y de lo tenso que se volvía el ambiente con cada palabra que él nos decía. Al final, subí hasta la habitación de Jaehyun y sacudí una de mis manos para tranquilizarlo; pero... ¿quién me ayudaría una vez que él se fuera?
- Supongo que debo agradecerte. Estaba muy preocupado, es decir, él no suele comportarse de esa manera. Si te causó alguna molestia...
- No, no fue nada.
- Eres un buen hombre, Chanyeol. Sabes que fuiste bien recibido por esta familia y así te has comportado con nosotros; Jaehyun te aprecia mucho y Sehun y yo te agradecemos por los momentos que compartes con él.
- Jaehyun es un buen niño.
- Sí, lo es. Todo eso es gracias a Sehun y al cariño constante que le da a nuestro hijo; para Jae estas horas fueron muy difíciles.
- Estoy seguro.
- Sehun también lo está, por eso es importante para nosotros...
- ¿Por qué no eres claro Bohyun?
- ¿Claro?
- Sí, ¿qué intentas decirme con todo esto?
- Solo estoy hablando de mi familia contigo, Chanyeol. Sehun, Jae y yo somos una familia... y tú eres el tío de mi hijo. No veo el problema.
- Me lo dices como si fueras una grabadora. Sé que soy el tío de Jaehyun y sé que Sehun es tu esposo; también sé, que te diste cuenta de lo que ocurre entre él y yo.
- Creo que estás equivocado.
- Sí, lo crees. Yo también lo creía, sobre todo cuando cargaba en brazos a mi sobrino. Pero el destino es inevitable.
- Los hombres deberían temerle al destino, Chanyeol.
- Lo hago, y tu también.
- No me conoces, Chanyeol.
- No, pero... ¿puedes reconocer cuando un hombre está enamorado? Porque yo sí.
- Alejate de él.
- No puedo, lo sabes. Es más fuerte que yo.
- Es mi esposo.
- Estoy enamorado, Bohyun.
- Puedes buscarte a cualquiera.
- ¿Crees que no lo pensé? Sin embargo, mi mente recordaba su sonrisa sin importar quién estuviera enfrente.
- Quiero que te vayas de mi casa.
El dinosaurio de plastico hacía un gran esfuerzo por mantenerse en pié. Las otras figuras de reptiles rodeaban la caja de juguetes y Jaehyun volteaba su cabeza para verme a cada momento.
- No voy a ir a ningún lado, bebé. - Su labios hicieron un puchero, se levantó y caminó hasta mis brazos. - ¿No eras un niño grande?
- No... Jae extrañó a papi. - Mi garganta picó por unos momentos, pero le sonreí.
- Papi siempre va a quererte, Jae. - Él se separó un poco y volvió hasta la caja. Mis sentimientos nunca iban a cambiar. - Voy a ver a papá y al tío un momento... ¿puedes esperarme?
- ¡Sí! - El dinosaurio voló al ser chocado por un auto de madera; su imaginación era poderosa.
A medida que avanzaba por el pasillo, fui atraído por el lugar que despertó el terror en mi. La habitación de Bohyun era un caos por donde se la mirara, el guardarropa, la cama; las lámparas estaban deshechas en el suelo.
No podía dejar solo a Jaehyun.
Bajé las escaleras e interrumpí lo que parecía, a toda vista, una guerra fría. Ambos hombres se miraban sin mover ningún músculo, como si el más mínimo error fuera fatal.
- ¡Sehun! - Chanyeol se paró.
- Chanyeol...
- No puede quedarse a cenar, Sehun. - Escuché desde la otra punta. - Este hombre ya no es bienvenido en esta casa.
- Bohyun, por favor calmate.
- No voy...
- Déjame despedir a Chanyeol. - La expresión de ellos cambió, pero No sé movieron.
- Sehun...
- Vamos a hablar afuera, Chanyeol.
- Tú no irás a ninguna parte con él. - Me di la vuelta para enfrentarlo.
- Voy a despedirme, nada más.
- Bien, ya lo hiciste dos veces. - Dirigiéndose a Chanyeol. - Vete. - Yo no soltaba sus manos y eso no escapaba a los ojos de Bohyun.
- Por favor...
- No estoy dispuesto.
- Necesito quedarme con Jae. - Sus pulgares acariciaron mis manos y un papel se mezcló entre mis dedos.
- Cuidate, voy a volver. Lo juro.
¿Cómo describir lo que sentí cuando se fue? No podía.
Mi mente se quedó clavada en el picaporte por unos segundos y de forma automática fui hasta la cocina; ellos tenían que cenar.
Jaehyun seguía creando historias sobre los dinosaurios y me sonreía con sus houyuelos. Desde la otra punta, Bohyun me observaba fijamente y parecía contener en sus gestos actitudes hostiles; presioné con fuerza el papel que estaba en mi bolsillo.
- Llevaré a Jae a su cama. - Me levanté y entre besos lo llevé hasta su habitación; minutos después, me crucé a la mía y esperé con una tranquilidad de resignación lo que vendría.
- Eres demasiado joven e inocente. - Lo oí entrar desde el cuarto del bebé. - Pero nunca fuiste un ingenuo. Siempre sabías cómo salir adelante; lo hiciste con nosotros. Te di una casa, la volviste un hogar; te di un niño, lo volviste tu amado hijo. Creaste una familia, Sehun. Somos una familia. - Cerró esa puerta con llave.
- Señor Bohyun...
- Veo que ahora el extraño soy yo. Dime, ¿crees que él te ama como dice? - No me dejó responder. - Solo intenta aprovecharse de ti, no es más que un extraño. No es nada para nosotros. ¿Cuál es tu familia?
- Señor...
- ¡Quiénes son tu familia!
- No grites... Jae.
- ¿Jaehyun? Si pensaras en él nunca te dejarías arrastrar por ese tipo.
- No es verdad...
- ¿Estabas en su casa? - Su postura era cada vez más sombría. - ¿Qué estabas haciendo en su casa?
- Yo... el me ayudó, estaba en medio del frío...
- ¿Qué hiciste con él? ¿Qué hiciste en su casa? ¿Por qué no volviste apenas amaneció?
- Yo... estaba asustado.
- ¿Qué hiciste mientras estabas ahí? - No pude responder. - Te acostaste con él... ¿Te acostaste con él, Sehun?
Cerré los ojos con fuerza. Perdóname, Chanyeol.
El puño de Bohyun se cerró sobre los cabellos de mi nuca y un golpe en mi mejilla izquierda me lanzó en uno de los costados de la cama; él salió por la puerta. Las cosas empezaron a nublarse.
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