Es diferente. No sabría decir cómo llegamos a esto. ¿Culpa? ¿Miedo? ¿Resentimiento? ¿Quiero por una vez sentir que puedo elegir? Elegir sin miedo o con él; que lo que piense el mundo no me importe. ¿Esto me hace sentir libre o solo estoy cayendo más? ¿Qué siente él? ¿Rabia? ¿Recelo? ¿Lo hace por lástima? ¿Estaba cometiendo un terrible error? ¿Estaba comprometiendo a un tercero en esa supuesta vida que tenía?

¿Esa tarde estabas a mi lado por lástima, Chanyeol? ¿Por qué te dejaste arrastrar por mí? ¿Tú también crees que soy el único culpable? Mientras me tomabas, ¿flotabas en el aire como yo?

La sábana cubrió con su delgada tela lo que nuestros corazones habían anhelado; al menos, muy internamente, el mío lo hacía. El momento en que mis dedos sintieron el palpitar de su corazón, todo se articuló para el desastre. Sí, porque éramos un desastre: la cama, las ropas, nuestros cuerpos. Todo se había distorsionado. ¿Ese era el poder que tenían sus dulces palabras sobre mi? ¿Por qué se oye tan injusto? ¿Por qué esta vulnerabilidad se siente diferente? Como si fuera un poder que existe sin existir. ¿Ser vulnerable es un poder? ¿Cómo realmente me ves? Quiero saberlo.

Sus ojos me veían como si fuera frágil, pero más peligroso por ese mismo hecho. Sostenía mi cuerpo con fuerza y, al mismo tiempo, tocaba los lugares sensibles con cuidado. Buscábamos nuestros labios de manera constante, era una forma de saber si estábamos allí, uno junto al otro. Ese calor que salía desde adentro y que no era del sol, que era nuestro, se trepaba por las sábanas y las humedecía con sudor. Entre lágrimas aceptaba al hombre que amaba y lloraba su pérdida a la vez, porque mi corazón era suyo pero, mi existencia le correspondía a otro y a unos malditos papeles. Creo que él también lo sabía, porque las formas en las que mordía mi piel y se clavaba en mi cuerpo eran potente; una lucha contra El destino.

El peinado que llevé al baile estaba deshecho sobre la almohada debido a que su postura era sólida y bruta con cada momento que pasaba dentro de mi. Él reclamaba y marcaba lo que creía y exigía como suyo.

Suspiré y grité cuando descubrí lo que me había hecho. Lo que habíamos hecho.

Su pasión se llevó mi virginidad y sus labios mi alma. El calor recorrió mi interior desde el inicio hasta el final. Estaba felizmente derrotado y corrompido; mi pecho subía y bajaba buscando aire, todo por él. Mi cuerpo había conocido a su otro y, a pesar de todo lo hecho, tenía que despegarse y dejarlo ir. Sus manos seguían buscando entre nosotros, mientras que las mías se aferraban.

Si la vida fuera justa conmigo, nunca hubiera dejado sus brazos. Mi piel se volvía fría y seca mientras buscaba la ropa que Chanyeol me había prestado. No quería pensar. No quería mirar, porque me moriría allí mismo. En un momento su cabeza se recostó por mi hombro y mi garganta tembló; sus manos terminaron de levantar mis pantalones y se cerraron sobre mi cintura.

- Te amo. ¿Qué voy a hacer? - Mi cuerpo se acercó más a él y nuestros corazones se alinearon.

- ¿Por qué tenía que llegar tan tarde? - Sujeté sus manos. - Esto parece una maldición.

Chanyeol me volteó y quedamos frente a frente, él y su rabia, yo y mi dolor. Sabía que me veía lamentable. ¡Estaba ahí! ¡El amor de mi vida estaba ahí, justo delante de mi! ¿Cómo se supone que debo reaccionar?

El bolsillo de su pantalón cargaba con las malas noticias. Las habíamos ignorado demasiado tiempo y ahora estaban descontroladas.

- ¿Qué...

- Nunca le dije que estabas conmigo o lo tendría aquí, rompiendo la puerta. - Sacó el celular. - No puedo aceptar lo que sea que te hizo y estoy luchando contra todos mis instintos para no dejarte aquí.

- Chanyeol...

- ¿Qué fue lo que te hizo? -Acarició mi mejilla. - Dímelo, por favor.

- Quería... lo que acabas de llevarte. - La vergüenza me invadió. - Nunca he hecho con él lo que... fue contigo. Yo... me acosté...

- ¡No digas eso! ¡Hicimos algo más que eso!

- Lo sé. - Nuestras frentes se juntaron. - Fue diferente. ¿Por qué? 

- Porque nos amamos, Sehun.

- Nunca pude...

- Es un sentimiento descarado, que descargó entre nosotros todo su poder. Antes de que nos diéramos cuenta... ya estábamos condenados. No quiero que llores por mi culpa.

- Es que...

- No voy a dejarte, Sehun.

- No es justo... esto no es justo.

- Mi amor, por ti voy a hacer lo que sea. - Su beso derrumbó mi suelo. - Park Chanyeol no sabe rendirse.

- Tengo miedo.

- ¿Por qué?

- Porque en mi vida esto es irreal. - Busqué soporte en su pecho.

- Soy muy real, Sehun.

- Entonces, dolerá mucho más. - No importaba que tan positivo podía ser, en la vida real yo siempre tenía las cartas perdedoras. Si decido creer... pero te pierdo, ¿cómo voy a reponerme del golpe? ¿Qué voy a hacer con la desilusión? ¿Por qué no puedo amarte sin miedo?

Al final, la verdad reclamó su lugar en mi vida. Los mensajes de Bohyun no eran directos, preguntaba con cautela y sin dar a entender nada. Nunca le habló de mí, simplemente le preguntó cuándo iría a ver a Jaehyun o si estaba solo; muchas veces le insinuó que debía ir hasta la casa, pero Chanyeol le contestaba que tenía trabajo que hacer y que tal vez no llegaría.

- No sabe en dónde estás... pero está intentando no entrar en crisis.

- Jamás te pedirá ayuda directamente. - Era verdad, si lo hacía, tendría que dar explicaciones y deber favores a alguien.

- No voy a llevarte, no aún.

- Tengo que ir, está Jae con él... Además, Bohyun sabe que no tengo ningún lugar al cual ir y, tal vez, haga alguna locura o busque a la policía. No lo sé. - Chanyeol tomó mis manos y sus dedos rodearon el anillo de bodas.

- No voy a obligarte a saltar así como así. Te amo y quiero que esto funcione. Tengo que decir la verdad, pero lo haré cuando estemos listos o cuando mi corazón no pueda más... - Sonreí.

- Tengo miedo... porque soy bueno ocultando el dolor, pero jamás he ocultado un sentimiento como este. Perdóname... si termino explotando antes de que estemos listos.

No estaba mintiendo. Apenas pusimos un pié en la entrada de la casa, Chanyeol soltó mi mano y mis ojos buscaron los suyos al instante.

¿Por qué mi corazón se sentía tan mal?