10
La presión extra en mis piernas me estaba hundiendo, como si algo me arrastrara hacia abajo y me recordara constantemente que no era libre; no como los demás.
Grilletes en mis tobillos que atormentan a mis alas; sé que es la culpa. Ella me está sosteniendo, me retiene para que no huya con él. ¿Quién es él hombre que eligió mi corazón? ¿Por qué siempre debo elegir entre la obligación y mi felicidad? No se puede; no, yo no puedo elegir. Ese es el verdadero problema.
Si te acostumbras a resignarte, hasta una astilla será un gran obstáculo en tu camino; siempre voy a mirar hacia atrás. Allí están; mi padre y sus adicciones; mi madre y su conformismo; pero ahora también están ellos, Jaehyun y Bohyun... mi cuerpo se agita al recordarlo y mis manos rasgan mi piel para escapar de las cadenas. No puedo hablar porque sus manos sostienen mi boca y mi espalda golpea contra una cama.
- ¡No!
Retiro con fuerza su peso y la luz golpea contra mis ojos.
- Sehun...
Cubro mi rostro, a través de mis dedos puedo ver las sábanas en el suelo y los zapatos de alguien más.
- ¿Dónde... - Un sonido de metal llegó hasta mi.
- En mi casa, estabas muy mal... deambulabas y corrías sin sentido, me asusté. ¿Qué te ocurrió? - Se sentó en una silla que estaba cerca e intentó retirar mis manos.
- No... - Me arrastré hasta el centro de la cama.
- Bien, - tomó distancia - ¿quieres desayunar? Es un poco de té y tostadas.
La bandeja estaba sobre una mesa plegable, Chanyeol la acercó un poco y volvió a su asiento. Su postura era tensa y sus ojos parecían vigilar cada uno de mis movimientos; estaba a punto de llorar, necesitaba llorar, pero no lo haría. Él se levantó y fue hasta un armario, una camiseta y un short cayeron a los pies de la cama.
- Tal vez quieras cambiarte primero.
Mis ojos picaban por el mal sueño y por otras cosas; tomé la ropa y me encerré en un cuarto que parecía ser el baño, no me equivoque. Un espejo de cuerpo completo reflejó lo que yo tanto quería ocultar: mi rostro era un desastre, mi ropa no estaba mejor y las manchas en mi cuello se habían oscurecido con el correr de las horas. Mi imagen en el espejo comenzó a verse borrosa, me quité la ropa y entré a la ducha. No quería oir mis propios lamentos. ¿Cuánto tiempo estuviste escondido, Sehun? ¿Hace cuánto tiempo no te derrumbabas de esta forma? ¿Qué haces en la casa de otro hombre? ¿Cómo puedes estar causándole estos problemas a Chanyeol? ¿Cómo se supone qué volverás después de esto? ¿Nunca más podrás ver a tú hijo?
- ¡Sehun! - Escuchó los golpes en la puerta; estuve demasiado tiempo debajo del agua. Seguramente estaba preocupado por el esposo de su cuñado o porque se meterá en problemas si Bohyun se entera; después de todo, él tiene todos los poderes legales para reclamarme. - Sí no sales...¡Voy a entrar! - Antes de que pudiera reaccionar, el vapor se dispersó y una toalla rodeó mi cuerpo; yo estaba sentado en el suelo de la ducha. - Vamos, voy a llevarte a la cama.
- ¿Por qué... haces esto? - Chanyeol me levantó y volvimos a la habitación.
- ¿Puedes vestirte? - Me bajó en la cama. - Tengo que buscar el botiquín de emergencias. - Mis dedos superaron su manga.
- No me dejes solo...
- Escuchame, solo será un segundo. - Tomó mis manos. - Tal vez tenga algo que te ayude o lo conseguiremos, puedo llamar a mi médico...
- No quiero un médico. - Me levanté un poco y la toalla cayó al suelo. - Dormir, eso me hará bien.
- ¿Quieres que haga algo?
- Solo déjame dormir un momento...
Sus pasos atravesaron la puerta y los oí bajar las escaleras. Sentía fresco en mi cuerpo, aún estaba mojado y completamente desnudo. Debería ser vergonzoso para un hombre casado. ¿Realmente te importa? Si no fuera por la culpa, qué harías.
Estaba explotando y luchando por algo que no era mío. ¿Por qué le pertenezco a todo el mundo? ¿Alguna vez haré algo que yo quiera?
Los recuerdos invadieron mi mente una vez más, pero el dolor se volvió ira.
Los odiaba.
Los odiaba a ellos, a mis padres; a mi madre por ser débil, por traerme a este mundo lleno de dolor y por heredarme los mimos miedos que la llevaron a su destrucción; a mi padre por maltratarme, por abandonarme cuando más lo necesitaba y por venderme para salvarse.
- Malditos sean... ¡Dónde quiera que estén! - Chanyeol atrapó la almohada. - Lo siento.
- No importa, no es nada. - Desvió su mirada y me cubrí con las sábanas. - Veo que el Sehun que conozco ha vuelto... y ya extraño al de hace unos momentos.
- No deberías, no estaba bien.
- Sería un hombre falso si solo aceptara una parte de ti. - Se apoyó contra la pared.
- ¿Por qué aceptarías todo lo que se supone que soy?
- ¿Por qué no?
- ¡Porque no lo sabes! - Respondí con fuerza.
- ¿Tú me conoces, Sehun? Porque hasta ahora has visto pocas cosas... ¿Confías en mi?
- Lo hago. - Mis ojos se encontraron con los suyos.
- ¿Qué ocurrió? ¿Por qué tuviste ese ataque? - Su celular comenzó a vibrar. ¿Tenía trabajo que hacer? ¿Una pareja que lo esperaba? Lo que sea. - ¿Sehun? - Silenció el aparato.
- Solo entre en crisis... nada fuera de lo normal. - Él me observaba, a mí y a los moretones. - Fue una discusión por la fiesta.
- ¿Él te lastimó? ¿Te golpeó? - Sus ojos se nublaron.
- No, es...
- ¿Confías en mi?
- Sí. - Las lágrimas estaban cayendo, sentía como goteaban en mis manos.
- El llamado, era Bohyun... ha estado así desde ayer. ¿Qué ocurrió? - Su figura estaba cerca.
- Discutimos.
- ¿Qué te hizo? - El colchón se hundió. - ¡¿Qué hizo cuando me fui?! - Derribado, así estaba en sus brazos. - ¡Lo sabía! Lo sentía... no debí dejarte. El asiento de mi auto me quemaba, di la vuelta y volví, para verte, para asegurarme. - Su mano acarició mi cabeza. - Toda la noche quise buscarlo para que me dijera la verdad. ¿Qué quieres que haga, Sehun? Dime... porque estoy muriendo de ira con cada lágrima que derramas; no sé que ocurre conmigo.
Mis manos escalaron por su pecho y, juro que nunca quise que eso ocurriera así. No así.
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