Capítulo Veintitrés

Hina sintió que el mundo se ralentizaba al igual que su respiración, de verdad estaba ahí, no estaba soñando o alucinando.

—.....¿Papá?... –Apenas alcanzó a murmurar mientras su mirada llena de confusión se centraba en el azabache que no veía desde hacía una década—.

—¡Hina, querida! –Saludó el hombre levantándose del sofá y alzando los brazos con una sonrisa amplia acercándose a la menor—.

Ella sintió el contacto físico del abrazo pero a la vez su mente estaba en blanco, desde el pasillo la albina de mechones rojos observaba con preocupación, había dejado pasar al hombre cuando se presentó en la puerta sólo porque era un héroe profesional conocido y sabía que era el padre de Hina. Pero aún así le envío un mensaje a Karura sobre la situación antes de avisarle a la chica que tenía visita.

—.....¿Cómo…. Qué estás haciendo aquí?... –Le costó un poco encontrar su voz, se sentía igual de ansiosa y confusa que cuando los discursos de Shigaraki la hicieron dudar de sus ideales—.

—Me enteré de lo que pasó en ese campamento de la UA, son unos irresponsables, esto no habría sucedido si te hubiera matriculado en Shiketsu –Haruto Fukuba comenzó a parlotear haciendo expresiones y mímicas a la par de sus palabras, siendo notoriamente extrovertido– En fin, ¡Mira lo grande que estás! Vi en el festival deportivo que te has vuelto muy poderosa, justo como tu padre.

—......Me descalificaron por abandonar mi pelea reprogramada. –Ella hizo una mueca incómoda al recordar su enfrentamiento contra Shoto interrumpido por Midnight y Cementoss, de rabia pasó a darle igual—.

—Pero le hubieses ganado a ese niño con poderes básicos elementales, tú eres una Supernova –El azabache agitó su índice derecho frente a ella, luego llevándose las manos a la cadera e inflando el pecho en una pose de dominancia, pues aún llevaba puesto su traje de héroe—.

La menor solo lo observaba y escuchaba, pero era como ver a un extraño…. ¿Cómo podía alguien desaparecer diez años y luego regresar como si se hubiesen visto ayer? No se sentía bien.

Entonces oyó el portazo de la entrada y segundos después su madre estaba entrando a la sala con cara de que iba a asesinar a alguien.

—¡Haruto! –Ladró Violet Ghost, había estado en medio de una reunión con los maestros de su hija cuando recibió el mensaje de Fuyumi, por lo que vino de inmediato– ¡¿Qué demonios haces aquí?!

—Vine a llevarme a Hina, ¿Qué clase de madre deja que su hija vaya a un campamento tan peligroso sin supervisión? –El de ojos ámbar se giró cruzando los brazos para devolverle la mirada a su ex esposa—.

Todo volvió a sentirse como si tuviese seis años, sus padres discutiendo frente a ella y echándose la culpa por cosas hasta mínimas, se sintió mareada y sin notarlo solo comenzó a retroceder a ciegas hasta el pasillo que conectaba al de habitaciones.

Al chocar contra alguien pensó que se encontraría con la expresión preocupada de Fuyumi, quien seguramente le había avisado a su madre, pero en lugar de eso estaba Shoto con el ceño algo fruncido mirando en dirección a la sala de visitas de dónde provenía el alboroto… que de alguna manera sonaba dolorosamente familiar. Las cosas habían cambiado mucho en su vida desde que comenzó el curso de héroes, sobre todo la manera en que veía las cosas gracias a sus extremas circunstancias que habían despolarizado su visión de las cosas.

Entre ellas la situación de su casa con la presencia de dos personas ajenas a su familia.

—....¿Qué quieres, burlarte? –La voz de la azabache salió algo inestable de su boca, sus ojos estaban irritados por una mezcla de lágrimas sin salir y estrés, sintiéndose como una bomba a punto de estallar a la mínima provocación—.

—......Fuyumi hizo Tonkatsu para el almuerzo… –Fue todo lo que pudo decir Shoto en ese momento, desconocía totalmente la situación familiar ajena, pero no era el tipo de vivencia que le deseaba a alguien porque sabía lo horrible que era—.

La más baja no dijo nada, solo se hizo a un lado y caminó hacia la cocina alejándose de los gritos de discusión de sus padres, suspirando aliviada cuando al entrar al lugar solo había silencio.

.   .   .

Los días no habían mejorado mucho, la noticia de que la UA mudaría a sus alumnos a dormitorios dentro de las instalaciones y el reclamo de custodia por parte de su padre se habían mezclado con las pesadillas que estaba teniendo sobre Tōya y el fuego azul con la sombra de Dabi, iba a volverse loca.

Necesitaba un respiro.

Así que salió por su ventana, vistiendo el uniforme de física que había remendado y teñido de negro consiguiendo algo menos llamativo, ciertamente no era legal que los civiles usaran sus poderes en público, pero nadie iba a atraparla en el cielo.

Volar era la sensación más liberadora del mundo, el cielo de Musutafu tenía algunas estrellas pero lo que más resaltaba eran las luces artificiales de los rascacielos, se las arregló para regular el aire caliente que generaba su Quirk y así poder flotar tranquilamente entre los edificios a cientos de metros de altura como si estuviese caminando entre las nubes. A medida que flotaba sus pensamientos comenzaron a invadirla de nuevo, podía quedarse del lado de su madre y seguir lidiando con todo lo que sucedía… o podía irse con su padre alejándose de los Todoroki y sentir que vivía con un extraño.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top