Capítulo Veinticinco
Había sido una noche muy larga en la que se revelaron muchas cosas, los hermanos le contaron el horrendo secreto de los Todoroki y ella habló acerca de sus padres para estar en equidad, siendo sólo tres jóvenes hijos de familias tóxicas charlando sobre sus heridas emocionales.
Hina se sorprendió al saber lo que había sucedido realmente con Tōya, ahora siendo solo ellos tres los que sabían que seguía vivo, habiendo pasado tres años en coma en un hospital desconocido y luego viviendo por su cuenta tras de darse cuenta de que las cosas en su casa no habían cambiado nada incluso con su "muerte", algunas otras cosas que oyó también la llevaron a empatizar un poco más con el resto de esa familia, incluso con Rei a quien no conocía en lo absoluto más que por lo que le contaron, pero fué suficiente para sentir pena por la vida tan dura de esa mujer a la que Endeavor le había arruinado la vida. Entonces la de ojos anaranjados prometió ayudarlos a hundir la imagen del ahora héroe número Uno para que pudieran sacar a su madre de ese sanatorio y a su vez que ella se hiciera cargo de ellos.
Hina no preguntó las razones exactas por la que el mayor había elegido unirse a la Liga de Villanos, pero sentía profunda curiosidad por sus motivos que quizás iban más allá de beneficios, también porque había oído al denominado Spinner hablar sobre Stain y sus ideales… lo cual se le hizo extraño porque el Asesino de Héroes no tenía nada que ver realmente con los Villanos, se había enterado de eso al leer a escondidas el papeleo que hizo la agencia de Endeavor sobre eso ya que tenía acceso a la oficina de su madre.
Cuando volvió a casa esa noche finalmente pudo dormir tranquila, no más pesadillas sobre el Tōya infante, lo tomó como si hubiese sido un inconsciente pedido de ayuda.
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—Esto es una mierda. –Gruñó la azabache mientras empujaba algunas de sus cajas con los pies al tener los brazos ocupados con otras cajas, ya había tenido suficiente con la mudanza de antes—.
—Tómalo por el lado positivo, ahora podemos ser vecinos –Hitoshi sonrió levemente de lado mientras la ayudaba a llevar las cajas, había sido toda una odisea empacar todas sus cosas en un par de días pero ya había terminado de arreglar su habitación un par de horas antes—.
A los estudiantes los había tomado por sorpresa recibir cartas de la Academia informando sobre la implementación de dormitorios dentro del campus, por motivos de seguridad, tras lo ocurrido en el campamento y la posibilidad de represalias contra algún otro estudiante.
—No es lo mismo, ahora si me aparezco en tu ventana a las dos de la mañana probablemente suene una alarma y venga Aizawa a arrastrarme de regreso –La azabache se quejó con voz aburrida, lo único bueno de la mansión Todoroki es que podía escaparse a cualquier hora del día a dónde fuese y nadie la molestaba por ello—.
—Entonces deberías quizás usar la puerta –Dijo el más alto con obviedad, señalando que simplemente había un piso de diferencia entre ambos—.
—Le quitas el estilo a la vida, hombre –La de ojos anaranjados se dejó caer al suelo exhausta, iba a extrañar su otra habitación y la vista al jardín interior, pero quizás sería más divertido tener cerca a sus compañeros—.
Había sido un día bastante animado dentro de todo, los estudiantes de la clase 1-A estaban entusiasmados por poder pasar más tiempo juntos y disfrutar de todas las comodidades que ofrecía el lugar, también habían decidido organizar un pequeño concurso sobre la mejor habitación, en el que ella no participó debido a que apenas y había desempacado su ropa y las cosas de su escritorio para las clases, pero igual se unió al recorrido para ver las de los demás, riendo al ver que el fanatismo de Izuku por All Might rivalizaba con el de su mejor amigo por Eraserhead.
Durante la noche pasó una buena parte del tiempo acostada en el suelo meditando respecto a su situación y todas las cosas que sabía, era demasiada información, por lo que realmente necesitaba pensar en si era buena idea contárselo también a Hitoshi para cerrar su pequeña investigación amateur sobre el misterio Todoroki o fingir demencia y seguir haciendo teorías tontas para entretenerse durante las tardes luego de clases.
—Pssst, Hina –Por el balcón se asomó una figura conocida entre las cortinas oscuras, dejando ver unos onerosos orbes violetas– ¿Otra vez estás pensando muy fuerte?
—¿Hitoshi? –Ella se sentó girándose al notar la presencia del nombrado entrando a su habitación, fue inesperado– Mírate, todo un delincuente entrando por los balcones.
—Tú me enseñaste –Rió bajo este, sentándose también en el suelo frente a ella con una bolsa de papas fritas picantes de las que a ambos les gustaba comer– ¿En qué estás pensando ahora?
—En muchas cosas a la vez….. más que nada en mis padres, realmente parecen estar en una batalla legal por mi custodia…. –Hina suspiró volviendo a acostarse en el suelo mirando hacia el techo con las manos en el estómago, ese tema no le ayudaba mucho a sus propios asuntos– No sé por qué papá se apareció justo ahora, probablemente porque me secuestró la Liga junto con Katsuki y todo el mundo se enteró, pero… ¿Por qué no antes, cuando me vió en el Festival Deportivo?
La más baja soltó un suspiro frustrado, el abandono insensible de su padre luego del divorcio de sus progenitores realmente había calado fuerte en ella, aunque dentro de todas las cosas no podía quejarse del todo pues habían personas en peores circunstancias, como Tōya ahora nombrado Dabi. Eso también la hizo preguntarse qué hubiese sido de su vida si también hubiera tomado el camino del resentimiento y la villanía, pero al final solo notó que era estúpido, aunque en un principio no había querido ser heroína como su madre… su tiempo en la UA y la interacción con sus compañeros realmente la estaba desarrollando como persona.
—......Creo que deberías hablar con ellos y explicarles cómo te sientes al respecto –Shinso abrió la bolsa de papas fritas y la acomodó en el medio de ambos para que pudieran comer mientras charlaban en voz baja, pues el resto ya estaba durmiendo y no querían meterse en problemas—.
—Ya lo intenté, si me hicieron caso cuando tenía seis años, dudo que que lo hagan ahora que se odian más… –Bufó la de ojos anaranjados llevándose un puñado de papas a la boca para aliviar su estrés—.
—No, ésta vez asegúrate de que te escuchen. –Este se aseguró de recalcar para que ella entendiera que no debía hacerlo de manera amable, porque sus padres no eran amables con su estabilidad emocional—.
—¿Y cómo lo haría, los ato a una silla? –Hina bromeó aún con la boca algo llena, pero a ninguno de ellos dos le molestaba hacerlo—.
—También puedes amordazarlos, para que no te interrumpan –El de despeinado cabello morado alzó los hombros e hizo una mueca irónica, solo quería ayudar a su mejor amiga con su enorme problema, porque sería triste que la trasladaran tan lejos a Shiketsu—.
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