Capítulo Seis
Las cosas se habían salido un poco de control cuando ambos comenzaron a gritarse cosas despectivas e insultantes, jalándose del cabello y golpeándose en el rostro, sin mencionar las quemaduras de calor y frío que ambos tenían repartidas por el torso.
Cementoss le hizo una señal a Midnight y la heroína intercedió durmiendo a ambos jóvenes, dejándolo como un empate, mientras el público murmuraba entre sí respecto a por qué ambos alumnos habían llegado a ese extraño extremo de agredirse física y verbalmente como si se odiaran. Lo que afectaba públicamente la imagen de la UA y de sus respectivos padres, por lo que se optó por retirarlos y pasar a la siguiente pelea mientras reacomodaban el tablero, Shoto debería enfrentarse a Midoriya y la de ojos anaranjados contra la dulce portadora de Gravedad Cero.
Cuando despertó en la enfermería, Hina estaba furiosa, levantándose de golpe de la cama de sábanas blancas y encontrándose con la mirada desaprobatoria de su madre, sentada con los brazos cruzados en una de las sillas de espera.
—¡¿Por qué lo hicieron?! –Ella no era tonta, sabía que si despertaba de la nada en la enfermería era por obra del don de su maestra—.
—¿Qué tenías en la cabeza, Hina? –Karura tenía el ceño fruncido, estaba molesta por el espectáculo deplorable que había dado su hija en lo que debió ser la exhibición de su poder y valor como aspirante a héroe– ¿Discutir de esa manera con Shoto y gritar esas cosas sobre Enji? Estás afectando su imagen pública.
—¡¿Eso es todo lo que te interesa, la imagen pública de ese simio?! –La azabache estaba más que frustrada, llevándose las manos a su cabello despeinado y tomando de la silla cercana su chaqueta medio quemada– ¡Sabotearon mi combate, ese era MI momento!
—Bájame ese tono, no tienes derecho de gritarme como si tuviese tu edad, señorita. –Advirtió la mayor levantando su índice derecho mientras se levantaba de donde había estado sentada por algunos minutos desde que llevaron a la chica tras sacarla dormida de la plataforma de combate—.
—¡Si yo tuviera tu edad tomaría mejores decisiones, como no meterme con ese idiota con cuerpo de gorila! –Fué todo lo que respondió ella, podría haber sido más grosera pero estaba más enfocada en regresar al estadio para saber en qué posición había quedado y con quién le tocaba pelear ahora, incluso si había manera de reanudar su enfrentamiento—.
Caminó entre los pasillos con una expresión enojada, sus zapatos resonando por cada pisotón que daba al caminar, ignoró a toda forma de vida hasta llegar a las tribunas.
—¿Hina? –La voz de Shinso atrajo la atención de la nombrada, solo con sentir su elevada temperatura corporal a unos metros de distancia sabía que estaba furiosa aún– ….Tu oponente ahora será Ochako Uraraka.
El ceño fruncido de la azabache se disolvió, dando paso a una expresión y se llevó las manos al cabello mientras gruñía, eso NO era lo que ella quería. No estaba demeritando a la de ojos cafés, pero su Quirk y el de ella no eran compatibles para obtener una buena pelea y no quería obtener una victoria insípida, además del alto riesgo de poder herirla con quemaduras fuertes debido a la potencia de su don.
—Argh, ¡Mierda, mierda! –Ladró esta con frustración y lanzó al suelo una botella de agua cercana, sabía que era una actitud estúpida y de mocosa haciendo un berrinche, pero sus emociones negativas la estaban dominando en ese momento– Me largo, que se vayan a la mierda.
—¿Qué, a qué te refieres? ¿Hina, cómo que te vas? –El del curso general trató de detenerla para hacerla entrar en razón, era su amiga y no quería que renunciara así a la competencia– Van a descalificarte.
—No me importa, ya arruinaron mi pelea. –La de uniforme medio quemado resopló acomodándose el cabello con ambas manos, ignorando a los otros estudiantes que los observaban y murmuraban– Nos vemos en clases, Hitoshi. Dile a Uraraka que le deseo suerte contra Bakugo.
Y tras ello volvió a marcharse dejando a su mejor amigo en estado de confusión y algo de frustración por no haber podido apaciguarla, pero no podía dominar a los portadores de dones de fuego y sus caracteres volátiles.
Hina caminó todo el regreso a la mansión Todoroki, porque después de todo ya no tenía otro lugar a dónde ir y no estaba de humor para oír los comentarios de los que vieron su desastrosa pelea por televisión. Aquella media hora le sirvió para enfriar un poco las ideas, al llegar subió directamente la habitación que le habían asignado y se dejó caer en la cama soltando un ruido frustrado, Además de que aún le dolían un poco los golpes que recibió incluso tras una posible intervención de Recovery Girl.
—Maldita sea… –Gruñó al oír el ruido sordo de su teléfono cayendo de su bolsillo por las vibraciones, ni siquiera necesitaba mirar para saber que seguramente era su madre dispuesta a gritarle por haberse ido—.
Solo se giró entre quejas y se agachó a mirar bajo la cama, no había limpiado a fondo así que aún estaba polvoriento y le dió asco tener que meterse parcialmente para alcanzar su teléfono que había rodado hasta cerca de la pared, al final decidió usar la cabeza y simplemente arrimar la cama a un lado, logrando tomar su teléfono del suelo y notando con curiosidad algo resaltando de la rejilla de ventilación. No tenía nada más que hacer y podría jurar que si dejaba todo como estaba la curiosidad la iba a consumir hasta los huesos, así que fue por la escoba y se aseguró de barrer bien todo el polvo antes de sentarse en el suelo y comenzar a aflojar los tornillos oxidados con una tijera hasta que consiguió retirar los dos inferiores que aseguraban la rejilla de bisagras.
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