Capítulo Dos

—Ni se te ocurra decir que vives conmigo. —Shoto la miró seriamente secundando la advertencia que dió a la azabache antes de entrar al salón 1A—.

—Como si me sintiera orgullosa de compartir casa contigo y la bestia de Enji, hazte a un lado, Jack Frost pasado de cocción. —Dicho esto lo empujó un poco con el hombro y abrió la puerta revelando a un grupo mixto de jóvenes con los que compartiría tres años de su vida a partir de ese momento. Ni se molestó en mirarlos en lo que se dirigía frente al hombre dentro de un saco para dormir amarillo— Aizawa-Sensei, ya es hora de levantarse.

Había hecho las suficientes averiguaciones como para saber que el héroe Eraserhead era su tutor, no era una fan como tal, pero conocía bien al hombre aunque no de manera cercana.

—Si ya están todos aquí, no queda de otra... —El desaliñado héroe profesional salió de su aparente crisálida como decían algunos en murmullos y se colocó al lado de la desconocida— Preséntate con la clase y luego toma asiento a la izquierda de Tokoyami.

—Mi nombre es Hina Asagiri, tengo diecisiete años y espero no tener problemas con ninguno —Su voz y expresión monótona la hacían similar al héroe de su derecha y no pasaba desapercibido para el resto que comenzó a murmurar nuevamente— ¿Quién es Tokoyami-San?

En lo que el chico con cabeza de cuervo levantaba la mano para que lo reconociera y ella comenzaba a caminar en su dirección oyó una rasposa voz llena de fastidio diciendo que "sólo era una estúpida Extra más". Ante eso se detuvo frente al que lo dijo… un rubio cenizo con ojos rojos y expresión de que algo le olía mal, no se iba a rebajar a contestarle así que sólo lo miró de arriba a abajo con asco fingido únicamente para molestarlo, pues se notaba que era de los que al mínimo incentivo ladraban como pomerania con rabia y tenía razón, al instante comenzó a gritarle mientras la de cabello largo se sentaba al lado del chico con extraña cabeza de cuervo serio.

Al concluir con su explicación, Aizawa les dejó el resto de la hora libre para hacer lo que quisieran sin molestarlo mientras dormía en su saco amarillo, cuando se disponía a oír un poco de música para relajarse le acercó un pequeño grupo para hablarle.

—¡Hola, mi nombre es Ochako Uraraka! —Una animada castaña de redondas mejillas fue la responsable de romper el silencio con su sonrisa—.

—Soy Izuku Midoriya, mucho gusto Asagiri-San —El pecoso con cabello verdoso se presentó nervioso con una agenda algo chamuscada en sus manos—.

—Tsuyu Asui, puedes decirme Tsu-Chan.. Gero Gero~ —La joven con rasgos de rana también se presentó, estando justo al lado de Ochako—.

A la de ojos naranja se le escapó una sonrisa cuando la adorable chica de rasgos anfibios y ojos saltones le habló.

—Soy Fumikage Tokoyami.. —Igualmente se presentó el serio chico del que salió una sombra similar a él pero ésta sonreía y movía una mano como saludo— Ese es Dark Shadow.

—...Es un gusto conocerlos, gracias por tomarse la molestia de presentarse —Hina sonreía levemente hasta que sintió algo acariciar su pierna izquierda e inmediatamente bajó la mirada encontrándose con un chico muy bajito de cabello morado con apariencia de esferas brillantes que poseía una mirada... extraña—.

—¡Qué excelentes piernas tienes Asagiri-San, apuesto a que tu trasero también ha de ser espectacular en un traje ajustado! —El extraño y pervertido chico sonreía ampliamente para el disgusto de todos los que conocían sus manías sucias con las chicas—.

—Agradecería que quitaras tus manos de mi pierna, me parece algo irrespetuoso para una chica que ni siquiera conoces. —Habló serenamente la azabache para sorpresa de todos ya que usualmente las chicas pateaban al pobre enano infeliz que entre murmullos y brillos se alejó diciendo que estaba frente a una verdadera diosa—.

—¡Vaya, eso fue genial! Nosotras siempre tenemos que alejarlo con más brusquedad porque es un terco —La voz de la peculiar chica Rosa se hizo notar desde detrás de Ochako— Por cierto, soy Mina Ashido.

Luego del extraño momento y algunas presentaciones más, llegó All Might para sacarlos a hacer deporte y pruebas para medir el desempeño, se dirigieron a los vestidores en donde yacían sus trajes para poder colocarselos mientras hablaban de cosas triviales, que ella solo me dedicaba a oír mientras inspeccionaba el traje que tenía el diseño que envió hace una semana.. justo cuando su madre me dijo que iría a U.A.; un traje completo de cuero negro con líneas y margenes ceslestes, botas negras hasta antes de las rodillas con base celeste y un cinturón en el que tenía estuches con pequeñas canicas con distintas funciones… algunas explotaban al lanzarlas, otras eran de humo y otras de una sustancia viscosa similar al chicle... movió un pequeño interruptor en el cinturón y las franjas se encendieron neón se encendieron dándole un aspecto genial que llamó la atención de los demás al salir.

—Wow Asagiri-Chan, tu traje es increíble —Alagó el pelirrojo de dientes puntiagudos y personalidad luminosa, recibiendo varias afirmaciones secundándolo—.

—Tu traje también es increíble, muy varonil, Kirishima-San —Devolvió el cumplido la de ojos naranja,usando una palabra que lo oyó decir con frecuencia durante la clase, para luego comenzar a hablar con los que consideraba amigos nuevos—.

Algunos metros más lejos dos miradas estaban sobre la pacífica estudiante nueva, una rabiosa y la otra fastidiada. A Katsuki Bakugo no le agradaba para nada que alguien quiera considerarse mejor que él y a Shoto Todoroki le desagradaba la chica que consideraba fastidiosa recibiera tanta atención como si hubiera hecho algo espectacular, ni siquiera debería estar allí y tampoco en su casa, ya tenía suficiente con su padre como para que dos extrañas invadieran su ambiente acabando con su poca paz. Rato después sintió que ardía de rabia al presenciar por primera vez el poder de la azabache.... ella estaba envuelta en llamas y flotaba a unos centímetros del suelo, la veía igual a él... también tenía el poder de asquerosas llamas que tanto daño hacían… que destruían lo que tocaban y traían sufrimiento.

Shoto odiaba a Hina Asagiri por ser, a sus ojos, como el maldito de Endeavor.

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