8. El Primero

Porsche enredó sus dedos en el cabello de Kinn, dejando a sus labios ser tomados por su jefe. Su corazón sentía que estaba haciendo lo correcto.

-Vamos a mi habitación.- pidió Pachara en un suspiro, apenas alejándose unos centímetros de los labios ajenos.

-No, Porsche.- se negó Anakinn. -Si vamos a tu habitación, no podré contenerme, no después de que me dijeras que me quieres como yo te quiero a ti.- explicó.

-Nadie está pidiendo que te contengas.- comentó Porsche jalando al mayor para poder sentarlo en el sofá.

-Pero se que nunca habías estado con otro hombre, no quiero presionarte a hacer algo que tal vez no quieras.- dijo el pálido tomando el rostro ajeno entre sus manos, acariciando las rosadas mejillas con suavidad.

-Quiero intentarlo, deseo intentarlo contigo.- afirmó el moreno posando sus manos sobre las que tomaban su rostro. -Quiero que seas el primero.- murmuró acercando su rostro al del mayor.

Algo dentro de Kinn se derritió ante ese comentario. Nunca creyó que el hombre que le gustaba le pediría tomarlo, aunque él lo deseaba como nunca había deseado a alguien antes.

-¿Eso quiere decir que quieres que yo te tomé?.- preguntó Anakinn pues eso es lo que le había dado a entender lo que había dicho el hombre frente a él.

-No puedo afirmar que sea capaz de llegar hasta el final, pero podemos intentarlo.- dijo Pachara con algo de nervios. -Claro, si tu quieres intentarlo.- agregó, temeroso de que el mayor en realidad no quisiera pasar al siguiente nivel con el.

Porsche no tenía ninguna duda de que deseaba sentir las manos de su jefe acariciar su cuerpo, cada recuerdo de los besos apasionados que se habían dado encendían su cuerpo de una manera sorprendentemente rápida y eso en lugar de asustarlo, lo hacía sentir seguro de que su cuerpo y su corazón estaban en sintoniza, quería a Kinn.

-Porsche.- lo llamó dulcemente el mayor, sonriendo de forma linda. -No sabes como deseo hacerte mío.- afirmó uniendo sus labios lentamente.

Siguiendo el deseo de su corazón, Pachara fue poniéndose de pie, sin dejar de besar al pálido, y se sentó a horcajadas de él. Ambos gimieron entre su beso.

Kinn llevó sus manos a la fina cintura del moreno, lo rodeó y jaló el cuerpo aún más cerca de él. Sus pechos casi se pegaron, con la cercanía podían sentir el latir del corazón ajeno.

-Kinn.- lo llamó Pachara en un suspiro, enredando sus dedos en el cabello del nombrado. El pálido sólo lo miró con los ojos algo nublados del increíble deseo que recorría su ser al tener al chico que le gustaba sentado justo sobre su pelvis. -Te quiero.- suspiró.

-También te quiero.- afirmó Anakinn demasiado feliz por la forma segura en la que su guardaespaldas decía aquellas dulces palabras.

Se besaron de nuevo, demasiado adictos a los besos dulces, apasionados, amorosos y llenos de deseo que se daban.

Kinn paseó sus manos lentamente por el cuerpo del moreno, bajando a esa parte que debía admitir que en varias ocasiones había admirado y que se veía demasiado bien en el uniforme de guardaespaldas.

-Kinnie.- gimió Porsche ante el sensual apretón que sintió en su trasero. El nombrado apretaba a su completo gusto las nalgas de Pachara.

-Oh Porsche.- gruñó el pálido. -No digas así mi nombre.-

-¿Por qué?.- preguntó el menor confundido.

-Porqué suena demasiado sensual saliendo de tus labios.- murmuró Anakinn paseando su nariz por el rostro ajeno, llegando hasta el cuello del moreno.

-¿Te excita que diga tu nombre?.- preguntó Pachara con un tono burlesco. -Kinnie.- gimió de nuevo al no recibir una respuesta del nombrado.

-Suficiente.- dijo el pálido con seriedad. Tomando al moreno de los muslos, se puso de pie y comenzó a caminar hacia la habitación.

Porsche se sostuvo fuertemente del cuello ajeno y unió sus labios de forma apasionada, enredando sus lenguas en el proceso.

-Mgh.- gimió el menor entre el descuidado beso, pues su jefe no dejaba de apretar su trasero a su completo gusto.

-Te voy a hacer mío.- afirmó Kinn dejando delicadamente el cuerpo de su guardaespaldas en la cama.

Un escalofrío recorrió a Porsche ante esa segura afirmación. Aunque le daba algo de nervios, una parte muy grande de él quería más de Kinn, quería tocar y ser tocado.

-Hazlo.- dijo Pachara sentando sobre la cama solo para quitarse la camiseta, lanzándola lejos de su vista.

-Oh Porsche.- jadeó el mayor. Sin perder el tiempo también quitó su camiseta y la tiró por alguna parte de la habitación.

Fue el moreno quien jaló a su jefe para volver a unir sus labios. Anakinn casi se recostó por completo sobre el cuerpo ajeno, amando la suave y cálida sensación de sus pechos juntos.

De alguna forma Porsche se sentía demasiado cómodo con el cuerpo fornido que se acomodaba sobre él. Casi parecía que se amoldaban perfectamente al otro, como piezas de rompecabezas.

Kinn tomó las largas piernas ajenas y las enredó en su cadera. El moreno las acomodo a su gusto y empujó el cuerpo del mayor aún más cerca, sintiendo a través de la delgada ropa como sus miembros ya estaban duros.

-¿Te excitaste solo con unos besos?.- cuestionó Pachara burlándose de la dureza que se pegaba a su cuerpo.

-Me parece que no soy el único.- dijo Anakinn llevando una de sus manos al miembro ajeno, acariciándolo sobre la ropa.

-Ahh Kinn.- gimió Porsche arqueado la espalda ante el placer que le dio esa caricia.

El nombrado sonrió ante ese delicioso gemido. Deseando probar aún más de ese moreno cuerpo, llevó sus labios al cuello del moreno, besando, mordiendo y succionando, dejando algunas marcas rojas.

Todo el cuerpo del moreno se estremecía ante las mordidas, sabía que su cuello quedaría con algunas marcas pero no le importaba, una parte de él sentía placer ante la posibilidad de llevar esas posesivas marcas en su cuerpo.

Bajando aún más por ese delicioso cuerpo, Kinn llegó hasta el pecho bien formado de su guardaespaldas. Sin penas tomó en su boca uno de los levantados pezones.

-Kinnie.- gritó Pachara jalando el cabello negro de su jefe.

-Me encantan tus gemidos.- gruñó Anakinn sin separarse de esa tersa piel, llevando sus labios a la otra protuberancia que aún no había degustado.

Con su lengua, el pálido rodeaba ese levantado pezón. Una de sus manos tomó la protuberancia que anteriormente había tomado en su boca, jalándola y torciéndola a su gusto.

Una vez satisfecho, Kinn fue dejando un camino de besos que lo llevó al plano abdomen del moreno. Con sus manos apretó las caderas de Porsche, metiendo sus dedos bajo la ropa que este usaba.

-Kinn.- suspiró Pachara con su cuerpo temblando.

-Estas ansioso.- comentó el mayor con seguridad, ganándose una mala mirada del moreno. -No te preocupes, yo también estoy ansioso.- admitió bajando lentamente las prendas inferiores que cubrían el bello cuerpo recostado en la cama.

Kinn lanzó la ropa lejos de su vida, quedando de rodillas sobre la cama, admirando el dulce cuerpo que se miraba tan precioso en la cama. Porsche creía que se sentiría cohibido, pero por alguna razón no era así, le gustaba ver la mirada de deseo en el rostro de su jefe.

-Eres precioso.- afirmó el pálido.

Sin querer quedarse solo recibiendo el dulce placer de tener sexo, Pachara se sentó, quedando frente al abdomen del pálido. Con algo de dudas puso sus manos en las caderas del mayor y sus labios comenzaron a besar el formado abdomen pálido.

-Porsche.- suspiró Anakinn acariciando el cabello ajeno. -Oye.- se quejó cuando recibió un apretón en su trasero.

-Calla, tú hiciste lo mismo conmigo.- dijo Porsche subiendo sus besos hasta el firme pecho en el que ahora deseaba poder acostarse. Sin saber muy bien que hacer paso su lengua sobre uno de los pezones.

-Oh Porsche.- gimió el pálido ante el placer.

-Tómame.- suplicó Pachara arrodillándose sobre la cama para quedar a la misma altura de su jefe. Con sus manos en los hombros ajenos, unió sus labios de forma apasionada.

-Yo seré el primero.- afirmó Anakinn volviendo a recostar al moreno sobre la cama.

Porsche se quedó sin aliento al ver a Kinn de pie al inicio de la cama, quitándose las prendas inferiores con lentitud, dejando ver su prominente erección. El pálido sonrió al ver la cara sorprendida de su guardaespaldas y lanzando su ropa lejos, volvió a situarse casi completamente sobre ese hermoso cuerpo moreno.

   

    

   

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JEJE, hola....
Lamento mucho no haber publicado ayer, enserio se me paso.

Pero finalmente aquí esta el capitulo.

Se que los deje a mitad del delicioso jajaja y probablemente me odien, pero si lo apoyan publicaré otro capitulo hoy mismo.

Ahora si, sin más, nos leemos, los amo💙💙💙💙

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