Tranquilidad
No tengo sueño.
Posiblemente Luna tampoco tenga sueño por lo que salgo de mi habitación, puede ser muy irritable en estos días pero nuestras conversaciones por la noche son bastante entretenidas.
Tema de hoy: El área 51 y la muerte de Michael Jackson.
Siempre terminábamos en crisis existencial cuando hablamos de temas random pero profundos.
Ya habían pasado un par de semanas desde que llego Simón/ Niño gigante, aun no han encontrado a los responsables de la muerte de sus padres por lo que ahora la tía Sharon ha estado muy ocupado además de que en otras dos semanas sera el evento.
Una fiesta de personas elegantes, en nuestra mansión elegante.
Cuando salgo de mi habitación cruzo a la izquierda y en un momento de sorpresa suelto un chillido asustado. Cubro mi boca al ver un bulto en el pasillo que debo cruzar, respiro aliviada cuando veo que es Simón sentado en el piso.
—¡P-por dios! Casi muero de un susto –le grito en un susurro mientras me acerco indignada hasta él.
Simón solo me mira con vergüenza y baja la cabeza a sus manos.
—Lo siento –su voz es ronca y levemente quebrada.
Okey, está llorando por sus padres posiblemente. Instantaneamente me pongo en cuclillas a su lado y pienso que puedo decir, aprovecho que no me ve para morder mi labios intimidada.
Ni siquiera es tan alto a comparacion de Rey para sentirme tan diminuta, es sólo un chico de casi dieciséis años. Sólo un año y dos meses mayor que yo, casi nada.
—¿Estás bi..? –no terminó mi pregunta pues es obvio que no está bien, tonta– Tranquilo, todo estará bien.
Le digo tratando de transmitir tranquilidad y confianza, casi no nos hemos dirigido la palabra pues se la ha pasado pegado a Luna además de que tal vez este molesto por haberlo ignorado la primera vez.
Tan sólo había estado tensa.
—No lo estará, después de que pase esto la muerte de mis papás será un tormento continuo. Ya nada estará bien, Ámbar –me siento tonta, tiene toda la razón y eso me hace sentir una tonta por no saber como animarlo.
—Lo lamento, se que esto tal vez no te consuele pero, esas dos basuras se iran a donde pertenecen y pagarán lo que hicieron.
—Eso no me devuelve a mi mamá ni a mi papá... No quiero hacerte sentir mal, pero eso me hace sentir más mal.
—¿Cómo puedo ayudarte? –ahora estoy totalmente sentada en el piso y a su lado.
—No tengo idea, sólo quiero que esto pare –me da una pequeña mirada y puedo notar sus ojos brillosos de lágrimas.
Eso me hace sentir peor, con sutileza y sigilo paso mi mano por su hombro para darle un medio abrazo. Unos segundos después el se acomoda para recibir completamente mi abrazo, me levanto un poco para poder abrazar su cabeza con delicadeza mientras el llora escondiendo su rostro entre mi hombro.
Sus brazos rodean mi cintura mientras yo acaricio su cabello con tranquilidad. Algunas de sus lágrimas hacen contacto con mi piel, no me molesto en quitarmelas pues eso se vería totalmente grosero.
Apoyo mi barbilla en su cabeza mientras lo abrazo, entre nuestro silencio se escuchan sus pequeños sollozos atorados que quedan encerrados entre mi pijama.
—Puedes llorar todo lo que necesites, Simón –le susurró con sutileza, eso parece combustible para su llanto, me abraza más fuerte mientras tiembla entre mis brazos.
Ahora el parece tan diminuto, como si yo fuera la grande y el un niño pequeño.
—No pu-puedo –murmura con un hilo de voz, mis pulgares ahora acarician un poco de sus mejillas y puedo sentir la humedad de sus lágrimas– Esto es tan doloroso, no creo soportarlo.
—Claro que sí, lo soportaras y seguirás adelante. Sólo necesitas tiempo.
Todo a su tiempo, siempre me lo decía tía Sharon.
—¿Te asusté? –me preguntó alejandose y cambiando de tema, yo le doy una mueca asintiendo.
—Creí que eras no se, un duende –el se ríe mientras sorbe su nariz, suspira inflando un poco sus mejillas.
—Lo lamento.
—No pasa nada, tranquilo –el asiente con una ligera mueca triste. Después de eso nos despedimos y regreso a mi habitación.
Al regresar ya tengo sueño casi instantáneo por lo que me recuesto y duermo.
–––
—Ámbar, tu amigo Matteo también asistirá con sus padres –comento mi tía durante el desayuno, Luna me mira con picardía mientras siento que casi me ahogo.
Es casi instantáneo mi sudor en las manos, una sonrisa grande se incrusta en mis labios mientras mis mejillas arden de la vergüenza y emoción.
—Oh Simón, Rey te consiguió un traje por sí deseas participar en la fiesta. Puedes hacer muchos amigos, vendrán otros chicos y chicas de tu edad –Simón quien está a lado de Luna asiente dándole una pequeña sonrisa– Bien, debo terminar de arreglar unas cosas.
Yo al terminar me voy a mi habitación, debo estar perfecta. Ahora que sabía sobre la presencia de Matteo no podía evitar sentirme nerviosa y emocionada, estaba ansiosa por que llegase la tarde noche.
El tiempo casi fue una tortura hasta que llegó a ocultarse el sol, yo ya estaba por comenzar a cambiar pues ya me había duchado.
Después de que Simón viniera con nosotras, Sharon pidió varios vestidos para que Luna y yo escogieramos pues eramos las que faltaban.
Al final, si obtuve un vestido azul marino con los detalles que quería. Ya estando vestida, me comencé a peinar con un poco de indecisión, no tenía idea de que forma peinarme.
—Sí te recoges el cabello, vas a ser una versión pequeña de tía Sharon –comenta Luna asomandose por la puerta, yo le doy una mirada fulminante mientras ella entra totalmente a mi habitación y camina hacía mi.
Esta usando un vestido amarillo bastante bonito, era algo inusual escoger el amarillo para ese tipo de eventos aunque se le veía bastante bien.
—Simón sí va a estar en la fiesta –me informa emocionada mientras juega con su vestido– Se ve bastante bien. Parece un pingüino elegante.
—Le encantara ese halago, eh –ella se sonroja avergonzada– ¡¿Te gusta?!
—¡No! No, no, no, no. No, ah-ah.
—Claro –ella me mira con el ceño fruncido, sabe que la expuse a mi misma por lo que trata de mantenerse firme y segura.
—Pues a ti te gusta Matteo, y creo que el lo sabe –suspiró mientras dejo mi cabello suelto recorrer mis hombros.– No entiendo porqué te gusta tanto, es bastante menso y tonto.
Una carcajada sale inconsciente de mi, Luna siempre ha sido bastante "mala" con Matteo pues el siempre se ha burlado por el hecho de que sea muy bajita. Sin embargo, una pequeña burla desato una gran ataque por parte de ella y desde que paso eso (hace dos años) Luna jamás ha dejado escapar un momento para repetir lo tonto y estúpido que es.
Finalmente bajamos cuando ya hay varios amigos de nuestra tía en la sala conversando entre todos, Luna gruñe cuando le informó que Matteo ya está aquí, si que lo detesta. Ella me informa que irá con Simón, prácticamente yo la ignoro pues estoy muy ocupada en tratar de caminar perfecta y mantenerme con una bonita sonrisa.
—Hey, estás linda –me dice Matteo cuando ya estamos juntos.
—Gracias, tu te vez muy lindo. Te extrañé mucho, Matteo –el me da una mueca mientras suelta una risita.
Varios de los hijos de los amigos de Sharon se acercan y comenzamos a platicar, hablan sobre como ha ido sus vidas y sobre cualquier tontería.
—¡Hola chicos! –saluda Luna acercándose con Simón detras suyo como un cachorro atemorizado, aun sigue intimidandome su altura– Oigan, el es Simón.
—Hola, mucho gusto –todos lo ven con caras incómodas.
—¿Mataron a tus padres no? –suelta Benicio sin alguna pizca de sutileza, Luna lo golpea inmediatamente.
—Sí.
—Cool, yo no soporto a los míos. Son tan irritantes, los odio.
—Benicio –el mencionado sube la ceja esperando a que yo continue – Cállate, ¿si?
—Bueno, es mi opinión Ámbar. Son tan irritantes que a veces quisiera que no existieran –Luna lo ve con incredulidad.
—No creo que te pareciera agradable ser perseguido por los asesinos de tus papás –murmura Simón mirandolo con impotencia.
—Seria bastante divertido, como en los videojuegos.
—Estás siendo bastante estúpido –décimos Luna y yo casi al mismo tiempo.
—Calmense chicas, sólo fue una broma. Benicio siempre hace bromas –aligera Matteo pasandome la mano por el hombro.
—¿En que mundo eso es gracioso? –pregunta Simón con enojo.
—Ay, que amargado. Si no quieres escucharnos, te puedes ir a llorar a otro lado –Benicio finaliza con una risa de superioridad.
Todos se mantienen en silencio, Benicio nos sonríe a todos con burla mientras pasa la mano por su cabello. Es más alto que Simón, pero con cada broma que ha hecho en los cuatro años que lo conozco me ha causado sólo pena y algo de desprecio.
—¿Ya no vas a llora..? –el puñetazo que le dio Simón literalmente lo tiro al piso.
De no haber sido por que fue golpeado, y por el mal sabor de boca que me genero su comentario. Me habría reído a carcajadas de la facilidad con la que cayo.
Todos miramos atonitos a Simón, nadie se dio cuenta por lo que Benicio sólo se levanto y se limpió la sangre en su nariz. Bien, ahora tenía los ojos rojos y estaba haciendo un puchero, Benicio iba a llorar.
—¡¿Qué diablos te pasa?! –exclamo Matteo yendo a socorrer a su amigo.
—Se lo merece –le comento mientras lo sigo, no tenía ganas de ayudar a Benicio sino de pasar tiempo con Matteo.
El se voltea bruscamente haciendome chocar con el, me empuja sutilmente y me ve con el ceño fruncido.
—¿Se lo merece? Nadie pidió que ese perdedor fuera con nosotros, es su culpa por tomarse tan personal las cosas.
—¿Qué? Matteo, sus padres acaban de fallecer por culpa de esos dos asaltantes ¿quién se tomara eso a chiste?
—¿Lo defiendes? Acaba de darle un puñetazo a nuestro amigo, ¿no te preocupa?
—Benicio se lo busco, no hay razón para que te molestes conmigo.
—Claro que sí la hay, ¡Benicio esta sangrando! ¿Qué mierda te pasa?
—¿Qué?
—¡Estás siendo una completa estúpida! Defiendes a un desconocido antes que a Benicio que el es tu amigo, ¡eso es una completa estupidez!
Su grito me hizo brincar, ambos nos mantuvimos en silencio mientras yo trataba de calmarme.
El chico al que yo quiero mucho me acaba de decir "estúpida".
Su insultó retumba en mi mente mientras veo sus ojos, los míos ya estan cristalizados y no falta mucho para que comience a llorar.
—¿No te vas a disculpar? –preguntó con un nudo en la garganta, Matteo se ríe amargamente mientras lame sus labios.
—No, ¿quién te crees que eres para merecer una disculpa? Eso es patético, Ámbar.
Finalmente se fue dejandome atrás, son instantáneas mis lágrimas. Rápidamente me las quitó pero nuevamente aparece otra haciéndome sentir débil.
Sharon jamás llora, no debes llorar.
Me ignoró a mi misma y comienzo a sollozar, comienzo a caminar hacía el jardín para permanecer sola y llorar tranquila pues si entraba a la mansión para ir a mi habitación todos notarian mis ojos rojos.
—¿Estás llorando? –el gigante me pregunta, Simón permanece observandome con una mueca.
—Estoy sudando por los ojos –comento con burla, mi voz suena rasposa y algo rara al llorar.
Simón sonríe levemente hasta sentarse a mi lado. Me quito mis lágrimas mientras respiro profundamente para después resoplar inflando las mejillas.
—Yo lamento golpear a tu amigo, a veces no puedo evitar ser impulsivo –yo simplemente asiento mientras sigo respirando profundamente– ¿Qué tienes?
—Nada, no debes siquiera pedir perdón a Benicio. Es un completo idiota... Al igual que Matteo, tiene sentido que sean amigos, ambos son total imbeciles.
—¿Te dijeron algo? –voltee a verlo, tenía el semblante cuestionante– Puedo seguir repartiendo golpes, no es ningún problema.
Yo sonreí calmandome un poco más.
—Estoy siendo muy inmadura –murmure jugando con mis manos– Matteo tiene razón, soy estúpida. Debo perfeccionarme más, así mi tía Sharon se sentirá orgullosa.
—¿Qué?
—Debo ser madura, tengo catorce años, ser madura es importante para tener éxito en la vida.
—Pero tu misma lo dijiste, tienes catorce años. No debes preocuparte por ser madura, y no eres para nada estúpida; en cambio ese par si que son estúpidos, tanto que dan lástima. No debes perfeccionarte, nadie es perfecto Ámbar –su voz es tranquila pero tiene ese toque de seriedad.
Sus ojos me ven con tranquilidad mientras suelta sus palabras, cada vez estoy más tranquila por lo que mi llanto ya es inexistente.
—Debo ser como ella, quiero ser igual de fuerte y exitosa.
—Pero ya eres bastante fuerte, no debes de estar tratando de parecerte a tu tía, ella ya está orgullosa de ti. A veces las palabras no demuestran totalmente lo que se siente, en ocasiones es mejor no decir nada y posiblemente eso haga la señora Sharon –no puedo evitar reír por que se cuanto odia que le digan así.
—Gracias –el devuelve una pequeña sonrisa para después bajar la cabeza.
—Tú y Luna son bastante agradables. No es necesario pasar tanto tiempo contigo para sentirme en confianza.
Eso me hace sentir bien, al menos elimina ese pensamiento tormentoso al preguntarme si le caigo bien.
—Generalmente en Cancún soy muy callado para hacer amigos, varios me molestaban y eso me hacía peor para hacer amigos. –la tristeza tiñe la voz de Simón y eso me hace sentir mal– Ustedes han marcado mi historial de la amistad, bueno tal vez porque son las primeras en hablarme y no para insultarme. Gracias Ámbar, me hace feliz no recibir insultos en mas de una semana.
—Simón.. –ni siquiera se que decirle, tan sólo murmure su nombre soltando mis palabras en el aire.
—Por favor no te molestes –me suplica y eso me hace fruncir el ceño.– No he podido dejar de verte, lo siento. Estas muy bonita, pareces una princesa.
Eso es como un pequeño combustible para sentirme bien, la ternura inunda mi corazón.
Su cercanía hace que su respiración me de cosquillas.
—Antes me dabas miedo, me parecías demasiado alto –susurre avergonzada mirando sus ojos, instantáneamente se achinan al sonreír.
Se aleja para después soltar una carcajada mientras negaba.
—Bien, no te molestes pero al principio creí alucinar, eres una versión pequeña y joven de Sharon –su tono de voz me hizo reír, titubeante y torpe.– Creí ver doble.
—No te culpo, ese día habíamos combinado nuestra ropa sin querer.
Simón vuelve a reír mientras murmura alguna broma más, esa sensación agria se desvanece con la risa cálida de Simón.
Su sonrisa es contagiosa y adorable.
Bien, habrá otra parte pero será como un reencuentro de grandes algo así
Idk
Escuchar Roslyn de Crepúsculo escribiendo esta escena le da el toque dulceee!!
Necesito a Simón en mi vida💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top