Repaso de historia
—Entonces, ¿Luna piensa que aún sigo siendo algo suyo después de que ella y yo hayamos terminado hace mucho y tú seas mi actual novia? –preguntó Simón con algo de confusión y curiosidad, también había incredulidad en su mirada.
La ojiazul asintió repetidas veces alegre de que su mentira sea demasiado real para que Simón la crea, realmente él y Luna eran novios pero ahora era momento de lavarle el cerebro al castaño y volverlo su pequeño muñeco de trapo.
—Es algo incómodo, incluso me pone muy... ¡Ahg! No soporto verla cerca –ese fastidio era real, no soportaba tenerla cerca de ella.
—Celosa –murmuró con diversión mientras la contemplaba, ya era el último día de Simón en el hospital por lo que pronto vendría el salseo intenso para la desprevenida Luna.
La rubia puso los ojos en blanco aun con el fastidio de recordar a la castaña.
Nuevamente era la sesión de preguntas que Simón quería resolver para tratar de recordar, Ámbar si que había ideado muy bien su plan cuando se entero que el pobre había sido atropellado y aplastado como una cucaracha pegada al piso.
No pudo evitar reír de su propio chiste.
Simón cucaracha.
—¿Qué? –le preguntó el chico con curiosidad y con una sonrisita emocionada de verla sonreír.
—Nada –respondió con simpleza– ¿Alguna otra pregunta?
—Uhmm... No sé, incluso ya olvidé lo que quiero recordar Ámbar.
Era curioso escuchar su nombre en la voz de Simón, algo... nuevo.
—Estás peor que Dory, Simón.
Él castaño comenzo a reír ante la broma de su "novia".
Le gustaba pasar tiempo con ella, le gustaba tenerla cerca y ver sus ojos azules.
—Creo que tu me distraes, eres tan bonita y no puedo evitar quedarme en blanco –confesó con sinceridad mirándola con detenimiento, la ojiazul sintió un poco de pena pues Simón realmente se la estaba creyendo sin cuestionar.
Ya habían pasado cuatro días desde que Simón despertó, Ámbar iba por las tardes pues en esos momentos Luna no estaba cerca y tenía libertad de influenciar la mente de Simón sin ningún apuro.
En esos cuatro días no hubo contacto más alla que abrazos y besos en la mejilla o en la mano, eso había sido suerte para la rubia sin embargo no dudaba que en algún momento Simón no aguantaría más y la besaria.
Tenía varías razones, ella era extremadamente hermosa y sabía que Simón por más que hayan sido cuatro días en que la volvio a conocer, él ya había caido a sus pies tan rápido por la historia que habia inventado.
Sí hubiese estado sentada a su lado, tal vez en ese momento el castaño ya le habría robado un beso pero para su suerte ella estaba viendo la ventana.
—Aww –murmuró sonriendo y demostrando estar enamorada– Eres tan adorable.
El chico trato de reprimir su sonrisa feliz y alegre pero le fue imposible, sonrió con emoción de ese cálido sentir que Ámbar le generaba.
Amaba tanto a su novia que aún olvidandola, después de cuatro días había vuelto a enamorarse.
Eso era lo que el pensaba y de lo que se sentía tan emocionado y curioso a la vez, deseaba y ansiaba volver a recordar para estar totalmente bien.
Después de que se acabara el horario de visitas, Ámbar se acerco a darle un beso en la mejilla de despedida pero antes de que actuará Simón la interrumpio con otra acción.
Al estar cerca, Simón la tomó de las mejillas para acercarla a sus labios.
—No recuerdo esto... ansío recordar tus besos, Ámbar –susurró rozando sus labios con lentitud.
Por otro lado, la rubia realmente había estado desprevenida por lo que ahora no sabía que hacer o que decir.
—¿Qué estás haciendo? –susurró con sorpresa, incluso su voz había sonado algo... ¿asustada? ¿Alertada?
El castaño alejo suavemente su rostro para verla a los ojos y sentir vergüenza de su propio impulso, no sabía exactamente que había hecho pero se sentía realmente apenado.
—Y-yo te... E-es que creí que... Lo lamento –titubeó sintiendo el rostro rojo de la vergüenza.
Tal vez su novia quería llevar las cosas con calma y él la había asustado, tal vez Ámbar quería ayudarlo y también hacerlo despacio para no ponerse triste al ver que no recordaba. No sabía que pensar pero se sintió realmente avergonzado.
Ámbar noto que la había cagado pues se supone que quien tuvo que reaccionar así debió ser él en el extraño caso de que ella hiciera lo que él hizo y lo hiciera sentir incómodo o invadido.
No debió reaccionar así pues su plan comenzaría a quebrarse.
—¿Qué?
—Lo lamento, Ámbar. No pensé que te tomaría por sorpresa, no pensé que sería impulsivo y te asustarias –cada palabra era soltada con pena y vergüenza.
Ámbar rebusco por su mente que más hacer que no fuera referente a besos, ¿abrazos? ¿Decir que no se preocupara? ¿Sólo reirse?
No, debía hacerlo para hacer que eso pasará desapercibido.
Tenía que hacer ese costoso trabajo de juntar sus labios para que él y su curiosidad no la delataran, quería golpearlo por tomarla desprevenida.
Ámbar sonrió divertida y enternecida para después acercarse y tomarlo de las mejillas.
—Calma, es broma –susurró tentandolo con su aliento fresco rozando los labios del castaño.
En cierta parte le divirtió verlo tan torpe y ahora tan necesitado y ansioso, estaba tan desesperado y ansioso por sus labios.
El corazón de Simón martilló nervioso y emocionado contra su pecho, anhelaba volver a besarla después de haber estado en coma y de esos cuatro días sin estar cerca.
Ámbar lo estaba torturando pues sólo se mantenía cerca y respirando casi sobre sus labios mientras que Simón no sabía que hacer más que tratar de calmarse.
—¿Qué esperas? –le preguntó burlona ante su lentitud, el castaño sonrió levemente y la tomo del mentón para acercarla más.
Hubo un contacto.
En realidad un roce, no hubo más.
Puerta. Abierta. Doctora entrando. Privacidad muerta.
—Señorita ya es... Ohh lo lamento tanto –se disculpó avergonzada de haber interrumpido el momento de la pareja– Yo de verdad... Debe irse pronto, lo siento tanto.
Rápidamente salió disparada de la habitación.
Ya se habían separado lo suficiente para no haber una continuación cosa que hizo frustrar al castaño.
—Bueno, debo irme –informó tratando de no carcajearse en la cara de Simón– Descansa, trata de dormir y ¡mañana saldrás de aquí!
—Pero..
—Te quiero –le dijo rápidamente para después besar su mejilla y caminar a la puerta igual de rápido que la doctora.
—Yo también –completó con una mueca avergonzada, la rubia se despidió con la mano para después salir y escapar.
Eso estuvo cerca.
--------
Ya iban a ser dos semanas y media desde que el castaño había salido del hospital, se sentía libre y a la vez atrapado en su propia mente vacía de recuerdos.
No le gustaba estar confundido todo el tiempo, ni que le tuvieran que explicar como a un niño que no retenía nada de información. Se estaba desesperando y apenas llevaba poco de un mes despierto.
Iba directo una florería para sorprender a su novia con una bonita rosa, no recordaba casi nada pero inconscientemente le salía el lado cursi y romántico como en éste caso.
Le gustaba la sonrisa de Ámbar, especialmente cuando la felicidad llegaba hasta sus ojos azules. Le gustaba su aroma y esos labios rosados que aun no había probado con tanta libertad.
¿Ya se besaron en la boca? Sí, en dos ocasiones que Ámbar había ideado, ella le había dado los besos cuando el estaba desprevenido o cuando debía de huir de alguna pregunta que la metería en problemas.
Un beso fue por verlo entretenido caminando, y otro beso fue porqué Simón le había preguntado sí le podía dar más detalles de lo que era Simón realmente.
Tuvo que escapar de esa pregunta por que aunque sonará cruel y tal vez muy bajo, ella sólo lo estaba usando y no se había puesto a investigar con interés sobre sus gustos y sueños, lo que una verdadera novia sabía.
Sólo sabía pocas cosas por ejemplo que a el le gustaban las tostadas, el chocolate, los días templados y la música.
Sólo eso, además de que ya estaba enamoradisimo en tan poco tiempo.
Pero, eso no lo sabía Simón y eso era lo importante, que no la descubriera y arruinará todo.
—Gracias, buen día –le dijo al chico de la florería, este le dio una mirada como diciendo:eso hermano, sorprendela.
Eso lo entisiasmo más, estaba decidiendo bien.
Durante el camino trató de idear formas de tener más cercanía con la rubia, no quería presionarla o parecer urgido sin embargo las ganas de besarla ya eran incontrolables.
Cuando dio vuelta a la izquierda choco con una castaña bajita cabizbaja, de pronto se sintió en problemas.
Ahí estaba Luna, la chica que le había dicho falsamente que era su novia y a la que fastidiaba a su novia. Era el anticristo para el, no tan dramático pero algo así.
—Simón –murmuro con una mezcla de tristeza y emoción, pronto una sonrisa de oreja a oreja apareció al ver la rosa– ¡Aww, que hermosa!
—¿En serio? –preguntó com curiosidad mientras miraba la rosa, realmente necesitaba una opinión femenina– Estaba pensando que era tal vez algo empalagoso.
—Claro que no, es perfecta –Simón sonrió más emocionado, la chica acerco su mano para recibirla acción que hizo confundirlo.
—¿Qué haces?
—¿Eh? –ambos se miraron con el ceño fruncido lleno de confusión.
—¿Qué hacías?
—Pues, recibirla –dijo con obviedad mientras volvia a acercar su mano pero el castaño alejo la rosa con algo de incredulidad– ¿Qué te pasa?
—¿Qué te pasa a ti? –la castaña desvanecio su sonrisa para después dejar un rastro de tristeza– Esta rosa no es para ti, Luna.
—¿Qué?
Bien, debía de enfrentar a su ex.
—Mira, yo no se que haya pasado pero lo que sucedio entre nosotros ya paso Luna, de verdad no quiero hacerte sentir mal pero por favor deja de intentarlo –pidió tratando de ser lo más sutil y calmado– Yo estoy con mi relación y créeme que quiero recuperar mis recuerdos con ella.
—¿Ella? ¿Quién es "ella?
—Pues Ámbar, soy novio de Ámbar. Creí que ya lo sabías, por eso molestabas a Ámbar –la castaña dejo de estar triste para mirarlo con incredulidad y confusión, pero sobre todo algunos puntos ya estaban teniendo sentido– Por favor deja de molestar a mi novia, no se que paso entre ustedes pero realmente no quiero que le pase nada.
—¡¿Qué?! Simón eso no es lo que..
El celular de Simón la interrumpio, el castaño le dio una mueca incómoda disculpandose para después contestar la llamada.
Era Ámbar preguntándole el por qué aun no llegaba a su casa.
—En un momento voy, bonita –informó con una sonrisa en sus labios, ya no había confusión sino que rabia en el rostro de Luna.
El castaño colgó para después guardar su celular y mirar a Luna, se sintió intimidado al verla tan enojada.
—Ahm bueno, Luna ten un buen día –dijo con amabilidad pero la mano de Luna lo detuvo.– ¿Qué haces?
—¿Podemos hablar el miércoles? Se que ya me "dejaste en claro" todo pero también quiero decirte algo importante y ahora de verdad estoy ocupada, ¿podemos quedar en el parque?
Iba a vengarse, por supuesto que sí. Meterse con el chico que quería era como firmar un contrato con el diablo, ella era el diablo en una chica bajita y castaña.
Simón dudo por un segundo pero sí eso significaba dar por terminado el asunto, entonces sí quiera ir.
—Okey, el miercoles en el parque será. Hasta luego –se despidió para después seguir su camino.
La haría pagar muy caro, nadie se mete en ese campo tan puro y bonito sin recibir consecuencias de sus actos.
Con adrenalina toco el timbre de la casa de Ámbar, se relamio los labios nervioso hasta que la rubia abrió la puerta.
—Hola –saludó con una sonrisa segura y llena de confianza, tenía una blusa bastante bonita de color verde militar de mangas cortas y un short negro que dejaba a la vista sus largas y suaves piernas.
—Hola –saludo jadeando en nervios, la rubia sonrió al verlo con la rosa en la mano– Ten, creí que sería un bonito detalle.
—Me encanta, pasa.
Ámbar recibió la rosa para después ir a buscar un vaso y llenarlo de agua para poder la rosa en el agua. Subieron hasta la habitación de la ojiazul y se recostaron en la cama.
—La última vez que habías venido a mi casa nos quedamos a medio capítulo de Grey's Anatomy –era una mentira pero Ámbar realmente adoraba esa serie.
De igual forma el no recordaba la verdad por lo que él confiaría plenamente en la palabra de Ámbar.
—¿En serio? Que raro, yo no soy mucho de ver series –eso hizo tensar a la ojiazul pero después encontró una solución.
—Oh sí, lo sé. Me deja claro cuando te veía durmiendo en cada capítulo –el castaño se rió con algo de vergüenza– No importa, me gusta pasar tiempo contigo aunque estés dormido.
Sin más, se acurruco contra el cuerpo de Simón para después dejar su cabeza sobre su pecho mientras continuaban el capítulo, el castaño la rodeo con su brazo para mantenerla cerca.
Le gustaba su calidez, tenerla cerca de él. Le gustaba mucho la compañía de Ámbar.
La ojiazul estaba consciente de que cada vez los sentimientos de Simón eran más genuinos sin embargo trataba de evadir esa pequeña punzada de culpabilidad pues no quería meter la conciencia en sus planes y que la arruinara. Por eso se había tratado de mantener alejada en el tema de los besos, para que no llegara a otro y a otro y así hacer que Simón quedará más enamorado.
Ignorando su mente llena de dudas y un poco de culpabilidad, levanto su mirada oara verificar que él estuviese dormido sin embargo no lo estaba. Estaba con los ojos abiertos viendo el programa con ella y sin una pizca de sueño.
El castaño volteo a verla al sentir su mirada fija, el le sonrió a lo que ella le devolvió la sonrisa mordiéndose el labio causando que toda la atención de Simón fuera directamente a sus labios rosados.
Una para evitar sospechas.
Se acercó a besarlo con suavidad, fue un beso casto y pequeño pero decidió no alejarse.
Debía de parecer igual de ansiosa que él pero también con la excusa de "trato de guardar mis ganas para no hacerte sentir incómodo".
Simón pareció no contenerse y decidió robarle otro beso, la rubia se dejo besar dando pequeños movimientos correspondiendo.
Se separaron por unos centímetros pero nuevamente el se acerco a besarla, esta vez hubo más movimientos y más roces.
—No quiero que te sientas presionado –le informó Ámbar alejándose, se sentiría más culpable sí seguían besandose.
Por favor sólo di "okey" para seguir viendo el capítulo.
—No me siento presionado, realmente quiero besarte –y sin más la beso, quería alejarse pero sus labios fueron envolventes y respondió a sus movimientos.
Comenzo lento, sutil y calmado para después tomar un poco más de seriedad. Se separaban por un par de segundos para después ladear la cabeza y profundizar más.
Simón sentía las emociones a flor de piel, se sentía emocionado y con el corazón acelerado como loco. Ámbar quería negarlo pero le estaban gustando los besos, estaba correspondiendo con culpabilidad pero le estaba gustando.
El castaño se acomodo para quedar sentado a lado de Ámbar y seguirla besando, con delicadeza acaricio su mejilla y parte de su cuello.
La rubia jadeo al sentir sus lenguas rozarse cosa que algo en el castaño hizo acelerar más, estaba reaccionando con rapidez a lo que Ámbar hacía.
Ella se acomodó más para quedar en el centro de la cama, después Simón quedo arriba de ella mientras la besaba.
Sus manos descendieron de su cuello hasta su hombro, con algo de control detallo la piel de Ámbar de arriba de su pecho. Literalmente no estaba con la mano tocado, sino que caricias sutiles y discretas para tocar y disfrutar.
Ámbar mordió su labio mientras acariciaba su espalda y brazos, el castaño se tenso al sentir como sus manos apretaban suavemente sus hombros para controlarse.
Ámbar volvio a jadear al momento en que Simón acerco sus caderas al cuerpo de Ámbar, se separaron un poco para respirar y reponerse.
El vaivén del aire caliente estaba descolocando sus sentidos.
Simón miró a la rubia buscando aprobación, dejo su mano en la cintura de Ámbar pero ella dirigió la mano de Simón a sus caderas dejando en claro que aceptaría las propuestas.
Nuevamente se besaron esta vez con más violencia y necesidad, Simón bajo hasta sus muslos y acaricio con las puntas de sus dedos la piel de Ámbar.
Simón mordió el labio de Ámbar para después repartir besos pequeños en su boca hasta bajar a su cuello.
La respiración acelerada de Ámbar hacía acelerar a Simón.
Entre los besos, grabó en su mente aquel aroma tan dulce y exquisito.
Iba a grabar cada parte de ella en su mente y corazón.
Todo comenzo a descontrolarse, la blusa de Ámbar desapareció y la camisa de Simón ni se diga.
Habían quedado semi desnudos, el castaño estaba tan acalorado y ansioso de seguir sin embargo recordó el detalle importante.
—Y-yo no traje... condones –el comentario de Simón hizo que Ámbar lanzará lo romántico a la basura y comenzará a reirse con fuerza ante el detalle.
El chico trato de sonreír pero realmente estaba frustrado nuevamente, la rubia tomo su rostro entre sus manos y lo acerco.
—Se acabaron los que tenía escondidos –le susurró con un toque de diversión– tus visistas eran frecuentes, supongo que tu accidente me hizo olvidar ir a buscar más de repuesto.
—Ay no –susurró tratando de ni hacer berriche a si mismo.
La rubia no pudo evitar sonreír genuinamente para después darle un corto beso, el castaño se quitó de encima de ella y se puso a su lado.
Era notable lo acalorado que estaba sin embargo no quería correr riesgos de algún susto, eso le pareció agradable a Ámbar.
—Lo siento –murmuró con vergüenza el castaño, Ámbar negó para después seguirlo acariciando sin embargo no para llegar a otro nivel.
Bien, sí había culpa pero no arrepentimiento. Estaba mal pero de alguna manera le gustaba, cuando Simón se fuera ella encontraría una manera inteligente de balancear las cosas.
Simón le contagió lo rápido de ilusionarse, maldito estúpido adorable.
Esto se puso calienteeeeee
La pasión la corto el gorrito JAJAJAJAJA
¿Cuánto drama creen que habrá en la siguiente parte? UFF va a arder Troya
¿Qué va a salir mal? Mi mood loco esta activo :D
Dejen sus opciones de lo que ouede salir mal, una es obvia pero ¿qué creen que está loca escriba para hacerlas sufrir?
Dejen volar la imaginación ahre
Fue largo este oneshot, 3130 palabras eh? 7u7
¡Falta poco para que llegue este apartado de One-shot a 40k! Muchas gracias ❤😔👌
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top