Ojos superficiales
Simón de nuevo en la sala de esa casa de riquillas mala influencias para Luna, ¡que novedad!
—¡No tardaré, lo juro! – chillo la castaña asomandose desde el inicio de las escaleras.
El castaño estaba sentado en el sillón izquierdo, justo a la derecha de la rubia.
—Tranquila Lunita, no es necesario llegar temprano. Entre más tarde, mejor es.– comento Ámbar con las piernas cruzadas mientras destapaba su labial rosado.
El castaño giro los ojos y paso su pierna por encima de la otra, trataba de acomodarse para perder el tiempo con comodidad. No podía hacerlo teniendo a esa rubia de piernas descubiertas frente a el, parecía que lo superficial le salía tan natural.
De igual manera, no entendía muy bien del todo el que su cerebro casi le haya asignado un cartel a la ojiazul con la palabra superficial y dinero escrita en mayúsculas.
—Creí que no volverías, después de decir que mi mundo vive por el dinero creí que no querrías pisar mi casa– murmuro la ojiazul acomodando su cabello.
—No quiero, Luna necesita de mi presencia, es todo.
La rubia subió sus cejas para después sonreír y girar los ojos, una sonrisa con arrogancia recalcada.
—¿Porque tanto el odio hacía mi fortuna? O en general a esta institución, no es tan raro que Luna nos diga lo que tanto dices de nuestra universidad – la ojiazul ladeo su rostro achinando los ojos.
—Tengo razón, no son más que caras bonitas. Sólo venden lo que enseñan porque ustedes saben lo vacíos que estan en el interior. Nada mejor que agradarle al mundo después de mostrar sus montañas de dinero.
La ojiazul subio sus cejas incredula para después reír.
—De verdad crees en tu palabra– murmuro Ámbar negando – Si te tomaras el tiempo de ver fuera de tu perspectiva, te darías cuenta que estas equivocado.
—Claro que no, solo buscas excusas porque sabes que tengo razón y no quieres quedar mal.
—Obvio, toda la razón– respondio sarcástica– Que tu no quieras ver más allá del dinero no nuestra culpa, nadie nace siendo alguien de plástico. Existe el interior en cada persona.
—Oh claro, sus rellenos son de monedas, billetes, ropa Gucci y marcas ridículamente costosas. Ni siquiera todo lo que venden de esas marcas es lo demasiado bueno para que lo vendan a ese precio.
—Bueno, tus estereotipos estan demasiado marcados, yo no he comprado nada de Gucci, sinceramente no soy fan de esa marca. Me gusta investigar estilos de distintas partes del mundo y comprar lo que me gusta, sin importar la tienda.
Simón subió las cejas para después desviar la mirada de la ojiazul a la escalera.
Luna estaba tardando mucho y eso significaba pasar más tiempo en la sala junto a la ojiazul, y significaba pasara más tiempo incómodo y sin poder acomodarse a como quisiera.
—Ah como hablaba Luna de ti, creí que serías un chico dulce. Por dios, eres un maldito limón agrio– Simón volteo a verla con el celo fruncido – Eres peor que el idiota de Benicio y creeme que ese estúpido es demasiado superficial.
—¿Me acabas de decir superficial a mi?
—Dije peor, bastante. – respondió para después acomodar su vestido.
Un vestido con estampado, demasiado perfecto para su figura aunque se notaba el dinero que valía esa tela.
—Yo no soy el superficial.
—Simón, sin darte cuenta te vas convirtiendo en lo que odias. Te fijas más en el dinero que en la personalidad, por ejemplo conmigo. Llevamos unas cuantas veces encontrandonos y jamas hemos hablado o discutido de otra cosa que no sea tu obsesion con los estereotipos. Es un poco irritante, al menos habla del clima o algo distinto.
—Jamás me convertire en eso, yo no soy así –la rubia giro los ojos– Pero tienes razon en que hemos repetido de tema, lo siento.
Ámbar miro cuestionante al mexicano para después lamerse los labios.
—Aleluya.
—Esta bien, entonces ¿qué puedes aportar para que me de cuenta que estoy equivocado? – preguntó sarcástico mirando a los zafiro.
—¿Se supone que debo tener una respuesta automática? Simón no soy una computadora, soy una persona. Indaga tú, eso es lo que haces cuando conoces a alguien, buscas cosas en común y ya.
—De acuerdo, ¿qué te gusta hacer? – la rubia frunció sus labios.
—Me gusta salir a los parques, estar con mis amigas, aunque no lo creas tengo cosas que me hacen sonreír y ser feliz. El dinero no es la razón de mi felicidad.
—Eso dicen todos, a cualquiera una montaña de dinero sería como la cura a cualquier preocupación o sentimiento negativo.
—Y dices no ser superficial. Para los recursos esta bien, bastante bien porque no hay nada que te preocupe en ese ámbito, en lo emocional el dinero no tiene tanto valor, es mejor pasar una tarde riendo con tus amigos que pasar horas y horas buscando una pantalla gigante.
Finalmente, Ámbar hizo una mueca. Ambos mirandose fijamente y en silencio.
El celular de la rubia sono avisando una llamada, se levantó y al momento de hacerlo la falda de su vestido cayo con facilidad rozando sus piernas. El color purpura se le veía bastante bien con su piel pálida, un contraste bastante bonito.
Su taconeo resono hasta la puerta para después salir con el telefono cerca de su oreja.
Mucha delicadeza y elegancia en su forma de caminar.
Minutos después la ojiazul volvió a la sala, esta vez con el celular apagado.
—Me adelantare, dile a Luna que vamos a estar en la barra– después de decir lo ultimo se acercó a casi el sillón en que estaba Simón para tomar su bolsa y chaqueta.
El castaño asintió silenciosamente sin murmurar palabra alguna.
Después de media hora esperando, veinte minutos de camino. Llegaron a el lugar donde sería la fiesta, la castaña había pedido que Simón la acompañará a la fiesta de su universidad.
Desde a lo lejos pudo ver a la ojiazul hablar con un ruloso en la barra, con una copa a su lado.
—No seas tan cerrado ¿si? Son buenas personas, son agradables– pidio la ojiverde agarrada a su mano para evitar perderse entre tanta multitud.
—Claro– respondio sarcástico a lo que Luna lo miro reprochante– Ya esta bien, sere amable.
—Claro– respondió de la misma forma.
Estando en la barra, ambos voltearon a verlos.
—Bueno, ire con los chicos – se despidió el ruloso después de haber saludado, la ojiazul asintió sonriente para después volter a ver a Luna y Simón.
—¿El fue el chico que lo encontraron fumando? – preguntó la más bajita tomando asiento en la barra.
—Sí, es el. Aunque no es como lo describen, no veo que se este peleando a golpes con cada chico que se le cruce–comento burlona hechandole una mirada al castaño.
—Mmm, esa sonrisa me dice que hubo coqueteo– animo Luna con emoción.
—Oh no, es un amigo de mi curso–, respondió la ojiazul.
Entre cada lapso de tiempo, se iban alejando de la barra para ir a un costado del lugar donde había sillones y partes para bailar, la gran mayoría de los amigos de Luna estaban en la pista.
Simón estaba sentado en un sillón junto a un par de chicos que estaban pendientes de su celular al igual que el, probablemente eran igual de antisociales como el.
—Maldición, debo ir por Gina y dejarla a casa. Nos vemos luego – se despidió uno de ellos, minutos después el otro se fue a bailar con una chica dejando al castaño solo en los sillones.
Ya no faltaba mucho para que su paciencia acabará y avisará que se iba, la música ya lo estaba irritando al igual el que no hiciera nada más que ver las mimas cosas en Facebook.
Su aburrimiento estaba a niveles excesivos.
Su vista fue al frente, sus ojos concentaron con los de la rubia que parecía dirigirse hacía el. Una mueca apareció en sus labios al ver que la había atrapado en su misión de ir y molestarlo.
—En una fiesta y tu jugando con el celular, eres bastante amargado para que te llames Simón – el castaño frunció el ceño mientras la veía sentarse a su lado.
—¿El que me llame Simón significa que sea igual de alegre que Bob esponja? – la ojiazul giro los ojos para después cruzar las piernas.
—¿Porque no vas a bailar o a tomar algo? Estas sentado y parece que no podrás irte hasta que a Luna le de la gana y creo que ese momento llegara máximo a las cuatro de la mañana.
—Luna esta bailando con ustedes, a ustedes no los conozco, no conozco a nadie de aquí a excepción de Luna pero ella esta muy entretenida con ese chico– Ámbar giro los ojos.
—Bien, entonces vamos a tomar algo. Si tu le hablarás a los demás y les reprocharas de que son superficiales terminarían indignados, yo soy a la que menos le afecta y la que medio conoces.
—Que gran lógica – comento burlesco.
Después de unos segundos decidió obedecer, estaba lo suficientemente aburrido que cualquier cosa era buena a quedarse sentado y sólo.
Ambos se sentaron a un lado de el otro frente a la barra, minutos después recibieron sus bebidas.
Con el pasar del tiempo iban pidiendo cada vez más, un shot de vodka, otro de tequila, etc.
Finalmente estaban lo demasiado ebrios para caminar torpes.
—Deberías ser más abierto, es más fácil entablar conversación contigo estando ebrio– aconsejo la ojiazul mirando sus ojos, ese Irís azul con la pupila dilatada.
—Y luego dejar que haga el ridículo – acompleto burlón, la rubia giro los ojos con una sonrisa.
—Quiero bailar – aviso para después tomar su mano y obligarlo a pararse del asiento y dirigirse a la pista.
Todo era más ligero, ya no vibraba con intensidad la música tan solo era un murmullo.
La rubia movía su cuerpo acorde al ritmo de la música, meneando sus caderas y de vez en cuando riendo de alguna tontería. Su cabello ahora estaba levemente revuelto después de haber tomado.
—Muévete – ordenó con burla causando una sonrisa en el castaño.
De pronto solo veía sus movimientos, en como movía su figura y su rostro relajado.
Todo dejo de ser gracioso cuando de un momento a otro la estaba besando, el se le había acercado a besarla y ella le correspondió. Aun moviéndose mientras rozaban sus cuerpos.
De vez en cuando se rosaban sus lenguas causando que el ambiente se fuera tornando diferente.
El sabor a alcohol y esos roces, el como se movían al compás causaba reacciones a su sistema. Las manos de Simón recorrieron su figura hasta su cintura jugando con la tela levemente apretada, la rubia jugaba con el cabello del castaño jalandolo y enredandolo entre sus dedos.
Ambos se separaron jadeantes, con los labios palpitando de la intensidad.
Aturdidos de las sensaciones, el fuego recurriendo sus extremidades encendiendo su interior.
Esta es la segunda parte del one Shot anterior :>
Probablemente mañana vaya a seguir actualizando, ahora ya no porque tengo sueño :3
Me retiro, baiiis ❤
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