Disculpa
Ya habían pasado casi tres semanas, todo era tranquilidad y paz, obviamente ya había olvidado a esa bruja mentirosa.
Había sido tan fácil de olvidarla, la había olvidado. Lo logró y nada cambiará ni regresará nada, la superó en casi tres semanas.
La olvido tan fácil.
Se miro al espejo mientras se repetía el pensamiento por octava vez.
Ahora dilo sin llorar.
Simón bufo totalmente molesto de su propia conciencia contradictoria, esa maldita vocecilla lo delataba y exponía a si mismo.
No la había olvidado, ni siquiera la dejo de pensar en un condenado segundo. No la podía sacar de la cabeza y eso lo desesperaba y molestaba de sobremanera.
Lo lastimó, le mintió en la cara y seguramente habría hecho otras cosas más con tal se seguir la mentira.
¡Y aun le seguía gustando! la seguía queriendo y la seguía pensando.
Por más que sabía la verdad, aún ese estúpido sentimiento y fruto de las mentiras seguía incrustado en su pecho, seguía recordando esos pocos momentos.
Esas mentiras que habían parecido tan verdaderas, estaba realmente adolorido y decepcionado.
No se había permitido llorar pues no valía la pena sin embargo su corazón sí estaba llorando, estaba sufriendo mientras se trataba de convencer que ya la odiaba por completo pero no le salía.
Era mentira.
Quería mentirse igual de bien como Ámbar le había mentido.
—¿Qué tienes, mi amor? –le preguntó su verdadera novia quien estaba con una de sus camisas que le llegaba hasta casi el trasero, posiblemente cuando aún no había perdido la memoria le habría parecido lo más sexy del mundo sin embargo ahora sólo la veía como una chica con su camisa.
Sólo eso y se sentía tan mal de no poder cambiar su pensamiento involuntario.
—Nada, sólo estoy pensando –le responde con una media sonrisa.
—¿Ah si? –Luna le sonrió con picardía para después acercarse hasta estar tan cerca que incluso podía sentir su corazón latir con tranquilidad– ¿Y en tus pensamientos, estoy yo?
De repente se sentía acosado por la constante personalidad hostigosa de Luna, tal vez era que estaba frustrado y molesto que cada cosa le molestaba.
Le tienes un poco de rencor por soltar las cosas sin gentileza, te tiró de tu nube feliz.
Con molestia elimino ese pensamiento para después besarla rápidamente y después alejarse.
—Estaba recordando mi horario, con esto de que olvidé casi la historia del mundo pues ahora debo de estar pensando más los horarios para no llegar tarde.
—Ay que novio tan trabajador tengo –lo abrazo por detras pegando su cuerpo a la espalda del castaño– ¿Te acompaño a tu trabajo?
—No, lo lamento pero estaré muy ocupado y no tendré tiempo para ti –la bajita se alejo de él para después ponerse enfrente de Simón y mirarlo con enojo– ¿Qué pasa?
—¿Cómo que "qué pasa"? Simón te la haz pasado evitandome, estás siendo muy frío conmigo y así no era mí novio ¿por qué estas cambiando? ¿Hice algo mal?
—¿Qué? claro que no, solo estoy estresado, perdón sí soy frío pero tienes que entenderme, perdí la memoria y necesito tiempo para volver adaptarme a ti.
—¿A mi? Oh si claro, necesitas tiempo pero para la otra no, ¡¿por qué con ella ni siquiera necesitaste un día para sentirte cómodo?! ¡¿por qué?! Con ella hasta le compraste flores y conmigo ni siquiera me haz comprado un maldito chocolate.
Drama queen, agh no me gusta el drama.
Realmente a Simón le fastidiaba que exageraran las cosas y que lo cuestionaran con cada cosa que hacía, se sentía atacado más de lo que ya se sentía atacado a sí mismo.
—Luna, tan sólo fue un error y ya. Perdón –intentó terminar la discusión pero Luna siguió insistiendo.
—¡No! No fue un error, para darme amor necesitas tiempo pero ¡para desgastar tus ganas de sexo conmigo no te complicas! ¡¿cuál es el maldigo patrón?!
—Lo siento, lo siento.
—No, nada de lo siento, yo estoy dando mi mayor esfuerzo para que te sientas querido y amado ¡pero tu no haces nada para valorar mis intentos! ¡estoy dando todo! ¡Tan sólo quieres olvidar a esa bruja teniendo sexo y luego te alejas!
—Luna por favor, esta discusión es innecesaria, yo de verdad me disculpo sí no te he puesto la atención que necesitas... yo de verdad lo intento también pero por favor entiendeme, no puedo de la noche a la mañana estar al cien por ciento de lo que era nuestra relación antes.
—¡No es innecesaria! Necesito malditas explicaciones para saber por qué mierda no te acercas a mí –su paciencia se acabó, automáticamente su amabilidad se extinguió.
—¡Por qué te la pasas acosandome a cada rato! ¡no me siento cómodo sí estas pendiente de cada cosa que hago! ¡necesito respirar para tratar de ser buen novio para ti!
—Pues que te quede claro que no eres buen novio, ¡eres el peor novio que he tenido!
—¡Me tienes hasta la coronilla! ¡Terminamos! –declaró con enojo y rabia para después comenzar a dirigirse a la puerta e irse a su trabajo.
—¡¿Qué?! No espera, lo siento.
Cuando volteó Luna ya tenía lágrimas que extrañamente nunca vio cuando ella le estaba gritando.
—Luna lo siento pero... no quiero esta relación –la castaña lo miró incrédula– Tal vez funcionamos antes pero ahora no, esto será tóxico sí lo seguimos intentando cuando es claro que no funciona.
—¿Tóxico? Pero sí somos la mejor pareja, nos entendemos y tratamos de arreglar nuestros problemas juntos –sentía alguna que otra palabra entre mentiras disfrazadas de lágrimas.
Ya estaba traumado de que le mintieran, pobre atropellado.
—Lo siento, terminamos –finalmente comenzo a caminar.
—¡Bien! ¡Toma tu estúpida camiseta! –se quito la prenda dejandose semi desnuda para después aventarsela a la cara y cerrar la puerta de un portazo.
Comenzó a dirigirse a su trabajo aun con su camisa en la mano, al llegar fue recibido por sus dos amigos para después comenzar con sus actividades.
Ya no más dramas, sólo paz y las mentiras de la mentirosa más mentirosa que conoció en su vida.
—Chicos, los traje a esta junta improvisada para decirles que ya no seré la encargada del Roller –comentó Tamara con un gesto de felicidad.
—¡¿Qué?! –preguntó el rubio casi escupiendo su agua.
—Sí, debo salir de la ciudad por temas familiares y hasta que regrese la nueva encargada los ayudara y les dará indicaciones. Ámbar ya tiene los itinerarios y los recibos, ustedes la iran guiando hasta que este totalmente enterada de todo lo que...
—¿Quién? – preguntó el castaño con una mueca.
—Ámbar, Ámbar Smith la sobrina de Sharon Benson. Ella prometió que pagarían las deudas sí era necesario, y también sugirió que hicieran algunos cambios en los casilleros.
—¿Y por qué no está presente? –cuestionó Pedro con algo de incredulidad, el siempre había querido ser el encargado y ahora esa chica le había ganado el puesto.
—Ámbar quiso comenzar a ver los recibos para comenzar a repartir el dinero, es bastante rápida supongo –la mujer comenzo a recoger sus cosas– Sí tienen alguna duda deben hablarlo con ella, por ahora yo no existo. Besooos.
El castaño no pudo articular pues realmente ni siquiera podía por el shock, tenía tan mala suerte en la vida.
Primero me atropellan, después pierdo la memoria, me mienten en la cara, termino mi relación y ahora esa chica estará prácticamente encargada de mí, ¿qué más? ¿Me va a caer un rayo?
El castaño trató de que eso no le afectara en el día, hizo todos sus deberes para después finalizar y ayudar a comenzar a cerrar el lugar.
—¿Simón tú cierras? Yo no puedo, debo ir a cuidar a mi hermanita y Pedro quien sabe que va a hacer pero también está ocupado –explicó Nico jugando con las llaves del local.
—Claro, no hay problema.
—¡Genial! Adiós Simón, Pedro y Ámbar.
Pocos minutos después Pedro también se despidió para sólo quedar él y Ámbar.
Evito permanecer cerca de ella, limpio con rapidez en las partes que tenía que estar incluso a un metro cerca de ella. No quería ni siquiera respirar a su lado, tan solo quería irse a dormir.
—¿Me puedes ayudar? –Simón se tensó al escuchar su voz, no la volteo a ver.
—No puedo –dijo con firmeza, Ámbar ideó otra forma de intentar recibir una respuesta más civilizada.
Ámbar sí que había intendado hablar con él pero Simón siempre la esquivó y le fue indiferente, le había dolido cada vez con más fuerza su indiferencia sin embargo nunca se dejo vencer.
—Me estoy muriendo, ¿puedes llamar una ambulancia? –preguntó la rubia con exageración esperando a que al menos la volteara a ver.
El castaño la ignoró y le dio la espalda para comenzar a subir las sillas a la mesa.
—Hay un incendio –el castaño permaneció de espaldas.
Ámbar se levanto de su silla para caminar hasta el castaño y ponerse frente a el.
—Esta bien no puedes fingir ser ciego ahora, Simón de verdad lo siento mucho. No pensé que esto pasaría a mayores, de verdad lamento haberte metido en mis problemas y hacerte sufrir pero... de verdad lo lamento mucho.
—Eres muy buena mintiendo, ¿tienes alguna tactica?
—Simón –lo nombró con un tono esperanzado– No fue mi intención lastimarte, te iba a decir la verdad pero estaba pasándola muy bien contigo y tenía miedo a que se acabara cuando te dijera la verdad, no quería lastimarte.
—Pero lo hiciste, me lastimaste con tus mentiras pero sobre todo me lastimó la verdad, eso me dolió más –la rubia bajo levemente la mirada con algo de tristeza para después volver a mirar sus ojos– No te importo seguir mintiendome, aún sabiendo todo lo que estaba sintiendo tu seguiste con la mentira.
—Y te pido perdón, realmente estoy arrepentida por eso, no fue mi intensión lastimarte. Ni siquiera me pasó por la cabeza que de verdad creerías en mí, yo iba a esperar un tiempo para decirte la verdad, te lo quería decir con calma y tratar de hacerte sufrir lo menos posible.
—¿Ah si? ¿Cuánto? ¿Seis meses? ¿Un año?
—¡No! Al menos un mes o menos.
—Pues ahí esta, casi un mes –Ámbar suspiró tratando de no demostrar cuanto le estaba doliendo.
—Simón se que estuvo mal usarte para esa maldita venganza pero tenía razones, tal vez no justificables pero tenía razones para lastimar a Luna.
—Te escucho entonces.
—Bien, ella siempre había acaparado todo, cada cosa que yo quería hacer e intentar ser la mejor ella iba y malograba mi esfuerzo con sus estúpidos pasos básicos. Me quitó a mi novio de ese entonces, prácticamente hizo que él me pusiera los cuernos sólo para que se acostaran. Arruinó una relación de casi tres años que era muy importante para mí, hizo otras cosas que tal vez fueron muy estúpidas pero que realmente me lastimaron. Yo nunca había hecho nada y cuando me enteré que habías despertado sin recuerdos supe que era mi oportunidad, no pensé que en el proceso te lastimaria directamente a ti y no a ella. Tu no eras mi objetivo de venganza.
—Pero aun así me mentiste cuando supiste lo que sentía, me seguiste la corriente cuando estabamos en tu cuarto y si sí hubieran condones tu no habrías dicho nada y habrías mentido igual. Eso es lo que me duele, que aún sin importar eso querías seguir la mentira.
—¡No lo habría hecho! Yo no iba a permitirlo, por más que me estaba gustando iba a detenerte por que yo te quiero y no querría mentir a ese punto –confesó con la voz cada vez más quebrada.
Simón respiró con dificultad al escuchar el "te quiero" de Ámbar.
Es falso.
—Tú no me quieres.
—Claro que sí.
—No, tu no me quieres, no puedes querer a nadie en tan pocos días.
—¿Y por que tu sí? Simón yo se que te mentí en varias cosas pero no todo fue mentira; la vez que caminamos por el parque, cuando fuimos a tu casa a alimentar a tu perro, cuando estuvimos en mi cuarto, cuando estabamos cantando con tu música... todos esos momentos fueron sinceros, todo lo que hice fue sincero.
El castaño miró con atención a sus ojos, se veían suplicantes y llorosos, había sinceridad en ellos pero tenía miedo a caer nuevamente en la trampa.
No quería seguir pareciendo un ingenuo.
—Los besos fueron sinceros, los abrazos también, mis "te quiero" son sinceros Simón. Por favor créeme, no me perdones pero por favor trata de creerme.
Pidio con la voz débil, su tristeza estaba doliendole.
—¡Simón el amor no se puede mentir! Tal vez las historias sí, las anecdotas e incluso sí estas triste o feliz pero, el amor no se puede fingir ni mentir. No se puede fingir y hacer que se vea verdadero.
—Claro que sí, tú me lo demostraste –su voz estaba siendo muy fría, tan cortante y seca.
—Yo te quiero, no lo digo para limpiar mi nombre o para burlarme, Simón yo te quiero y no pude sacarte de mi cabeza sin atormentarme por haberte lastimado, no pude y no podré hacerlo por que yo te quiero. –soltó con una lágrima saliendo de sus ojos, miraba suplicante al castaño tratando de encontrar esperanzas.
Simón trató de no verse afectado o revolucionado por las palabras de la ojiazul.
Realmente quería contradecirse y decirle que no sentía lo mismo, quería vengarse y tratar de hacerla sufrir pero no podía por qué su corazón realmente estaba enamorado de Ámbar.
Extrañaba las mentiras de la ojiazul, extrañaba escuchar sus historias inventadas de su creatividad, extrañaba verla sonreír, su aroma dulce y su risa adorable.
—Ámbar realmente ya no se que creer, estoy en una guerra conmigo mismo –confesó con el corazón acelerado– Tan sólo se que yo tampoco te puedo sacar de mi cabeza y eso me enloquece.
La rubia se limpió su lágrima con inquietud, se quería quebrar totalmente.
—Tú me estas volviendo loca, ¡eres difícil! Con cada intento salgo más adoloridad, tu indiferencia duele y la entiendo pero realmente no la soporto y trató de convencerme que no eres relevante pero realmente eres muy importante –el castaño acarició su mejilla con delicadeza limpiando sus lágrimas.
Ámbar tembló con cada caricia del castaño, Simón la acerco para darle un pequeño abrazo pero ahí la ojiazul se dejo llevar para comenzar a llorar sutilmente.
—Lo siento Simón –el castaño acaricio su espalda con suavidad.
—Está bien –se alejaron un poco para mirarse y después besarse.
Sus labios encajaron perfectamente, tan calidos y suaves. Con suavidad se correspondieron, como disculpandose por medio de un suave beso, cada roce era una caricia a su corazón adolorido.
Era un beso tan suave y delicado, roces cálidos y gentiles.
—Terminé con Luna –confesó cuando dejaron de besarse con sus frentes juntas.
—Lo sé, me insultó por una llamada telefonica y después colgó. –Simón volvio besarla con suavidad.
—Me disculpo por eso –Ámbar sonrío con ternura.
—Esta bien, me lo merezco –murmuró acariciando las mejillas del castaño.
—No quise decir todo lo que dije las anteriores veces, yo me arrepiento por lo que te dije, me deje llevar por el enojo y sorpresa de todo eso. El orgullo habló por mí, actué por orgullo e hice cosas que ni siquiera quería hacer. Perdón Ámbar.
—No pasa nada, te perdono.
—Y yo te perdono a ti, bonita –la volvio a besar para después rodearla con sus brazos.
Ya no había enojo, ya no había frustración y rabia. Ahora sólo había amor y emoción, de volver a estar juntos y volver a comenzar por el principio.
Olvidarian lo que paso, nada existió hasta apartir de ahora.
Ahora eran dos personas enamoradas disculpandose y besandose cada que hablaban.
Ayy que bonito, y yo pensando en hacer que volvieran a atropellar a Simón JAJAJAJAJA
Iba a hacer un "edit" de Simón cucaracha aplastada pero no encontre la foto ideal
:(
Pero les hice un meme ahre
Jejej no pude evitarlo, me reí mucho XD
Las quieroooo ❤🥺
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top