Miro mi cara en el espejo y Dios juro que di un saltito al ver lo horrible​ que se veía polvo en todas partes de ella. Y sin descartar mi pelo, Dios eso si que luce horrible.

Saco mi vestido y saco con mucho cuidado las vendas de mi torzo y brazo. Gimo de dolor del contacto que acababa de hacerle a mis heridas.

Entro a la ducha y saco todo lo que hay de polvo de mi cuerpo, me envuelvo en la toalla que me entrego la enfermera, seco con mucho cuidado mis heridas y me pongo la bata de hospital. Abro la puerta.

Un mareo me azota, cierro mis ojos con fuerza y me agarro del marco de la puerta.

-¿Estas bien?- pregunta el doctor.

-Estaria mejor si es que usted se va de aquí.

-Necesitaba asegurarme de que no salga de esta habitación, porque usted es experta en escapar señorita.

Sigo caminando y el me observa sin quitar sus ojos de mi cara. Okey esto me intimida.

-¿Podría parar de mirarme?

-Debo observar cada uno de sus movimientos.

-Wow, claro, puedo escaparme con usted en frente mío y un guardia de seguridad afuera, claro, me descubrió.

-Es solo por las dudas.

-Podrias ser útil si traes a Ámbar aqui.

-Soy más útil de lo que piensas.- en eso entra Ámbar con otra ropa a la habitación. El sube sus cejas y me mira espectante.

-¿Que haces aquí​ ahora?

-Curación- dice observando mis heridas.

-Eso lo debe hacer una enfermera si no me equivoco.

-Bueno lamento decirle que se equivoca, todas las enfermeras están ocupadas con los demás pacientes, de hecho yo debo estar saliendo de aquí en unos minutos.

Me siento en la camilla y bajo la bata cubriendo obviamente mis pechos con la misma.

El rodea la camilla y escucho como prepara las cosas para curar mi herida.

Cuando pone el desinfectante en mi piel me retuerzo al instante. El ardor me invade.

El pone vendas en mi brazo y se detiene y carraspeó.

-Termina tu- sin decir ninguna palabra más, se fue de la habitación dejándome con Ámbar.

Camine hasta el baño y baje la bata para rodear las vendas en mi torzo cubriendo la herida de mi espalda.

Ámbar revisa un móvil completamente roto me imagino que se le rompió con la caída de la explosión.

-¿Funciona?

-Si, solo que como lo ves, está con toda su pantalla rota.- suspira y sonríe- yo creo que le gustas.

-¿De que hablas?

-Siempre está pendiente de ti

-Porque es mi doctor solo por eso.

-Esta bien- se sienta en el sillón y se concentra en chequear su celular.

Ambas cenamos y le pedí a Ámbar que apagara las luces.

Veo por la ventana y al frente hay un departamento en el cual hay una persona en el balcón mirándome, cuando Ámbar apaga las luces el hombre se voltea y desaparece de mi campo de visión cerrado sus cortinas.

Frunzo el ceño y le resto importancia.

Cierro mis ojos y caigo en los cálidos brazos de Morfeo.

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Hola, volví espero que les guste como está quedando la novela, bueno se que somos poquit@s pero aún podemos ser más.

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-Sara 🌹🥀

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